Surrealismo e irreverencia en el nuevo experimento de Lars von Trier.
¡Uff!, a ver por donde empiezo yo hoy... Se me hace complicado comentar una película que siquiera sé en qué género encuadrarla. Lars von Trier es un tipo inquieto, poco convencional y constantemente ha demostrado que su forma de hacer cine va en contra de todo lo habitual. Parece ser que no acepta de buen grado la corriente cinematográfica actual y es por eso que sus películas muchas veces no siguen un patrón inteligible, mucho menos las formas habituales. El realizador danés fue uno de los promotores del famoso movimiento Dogma 95, que para quien no lo sepa es una especie de "pacto" entre un grupo de directores (la mayoría de ellos daneses) en los que se auto-aplicaron una serie de estrictas reglas que les permitirían cambiar la forma de hacer cine y adaptarlo a un tono más clásico; algunas de las imposiciones que debían seguir eran no aparecer en los créditos como directores, no realizar películas de género, la iluminación debía ser natural, no se podían usar actores profesionales, etc. El objetivo del Dogma 95 era revitalizar el cine como forma de expresión artística y dejar a un lado los artilugios que habían convertido el cine (según ellos) en un espectáculo vacío y artificial que había desvirtuado el significado del mismo. Sinceramente, a mí la intención me parece buena y los motivos son honestos, pero si habéis visto alguna película perteneciente al sello Dogma 95 y no os habéis dormido tenéis mi más profunda admiración.
Partiendo de aquí ya sabemos que Lars von Trier no es un tipo corriente ni hace cine corriente. De su filmografía pueden destacarse obras tan variopintas como "Bailando en la Oscuridad", "Rompiendo las Olas", "Los Idiotas", "Dogville", "Manderlay", etc. y exceptuando "Dogville", que me encanta, no he visto ninguna otra de sus películas (entera). Trier, que además de dirigir escribe todas sus películas, es especialista en levantar odios y pasiones en la misma porción, un obseso de la forma que la crítica es capaz de adorar o demonizar al mismo tiempo y que no deja indiferente a nadie por su estilo atrevido, singular y extremado. No soy fan del cine experimental (no me he introducido en él) pero las pocas ocasiones que he tenido contacto con él me han dejado perplejo. El paradigma de ello es "Anticristo", la última película del director danés, un experimento complejo y surrealista que escupe a la cara del cine convencional. Solo las mentes abiertas y preparadas deberían enfrentarse a esta película, y creo que a mi mente le falta aún trabajar mucho para saber apreciar como se debe una obra así.
Antes de empezar debe quedar claro que "Anticristo" no sigue el patrón del Dogma 95, aunque es evidente que siendo el director uno de los promotores del movimiento algo haya empapado a la cinta. "Anticristo" narra la historia de una pareja que tras perder a su hijo intenta salvar su matrimonio y su cordura, decidiendo irse a una cabaña en medio del bosque para una terapia de choque en solitario, rodeados de la naturaleza y la maldad oculta en ella. La obra está dividida en seis partes, comenzando por el prólogo, siguiendo con los cuatro capítulos y finalizando con el epílogo, y toda ella gira en torno a dos únicos personajes (y medio, si contamos al bebé) sin nombre (son Él y Ella), aunque el propio bosque de Edén donde transcurre la historia podría considerarse el tercer personaje (o tercero y medio) ya que como en la misma cinta insinúan el bosque parece cobrar vida ante ellos.
En "Anticristo" nada es convencional, el propio director se salta la continuidad espacial intencionadamente en algunos planos (en algún diálogo concreto se salta todas las normas habituales), decide utilizar lentes para distorsionar el escenario que dan la sensación de movimiento en los laterales de la pantalla, lo cual dota de vida al bosque, también le da por introducir imágenes subliminales (de aquellas de ¿lo he visto o no lo he visto?), y constantemente hace uso de una cámara ultra-lenta, en vídeo digital, aunque en esta ocasión Trier no fue él el camarógrafo como venía haciendo en anteriores cintas. Virtudes tiene muchas la película, así como defectos que giran en torno a lo críptico del desarrollo del argumento. Podríamos decir que formalmente "Anticristo" es una maravilla, aunque la esencia del guión es demasiado caótica y surrealista como para poder ser analizada sin pista alguna sobre lo que el director y guionista quiso expresar. Yo, aficionado a darle vueltas a las películas y amante de los puzles que presentan algunas cintas (como "Primer", "Southland Tales" o "Donnie Darko"), ni me vi con ganas ni motivos para desperdiciar el tiempo tratando de construir una reflexión tan profunda como la que intenta plantear Trier. Soy amante de los análisis profundos de las obras, pero esto es pasarse de la ralla, seguramente ni el propio director sabría muy bien qué estaría intentando explicar (o sí, pero de eso no hay señas). El cine es entretenimiento y también es arte, un director debe decidir que proporción debe tener su película, y en este caso el realizador nórdico ha querido que estéticamente sea un hito pero temáticamente un enigma irresoluble.
La cinta, co-producida entre varios países europeos (Dinamarca, Alemania, Francia, Suecia, Italia y Polonia) supone un reto para el espectador. Tras un supremo prólogo (que sin duda es lo mejor de la cinta) donde a cámara lenta y en blanco y negro vemos como la pareja hace el amor descarnadamente, con una claridad y descaro que a muchos podría parecerles hasta pornografía, con primeros e inéditos planos de genitales (no recuerdo haber visto nunca en el cine tal nivel de detalle), mientras su pequeño hijo se aproxima fatídicamente a un trágico y previsible desenlace. La música de Händel "Lascia ch'io pianga" invade el aire y el alma del espectador que asiste trágicamente a los acontecimientos en un prólogo impactante y técnicamente perfecto. Luego la película va bajando poco a poco el nivel al mismo tiempo que aumenta el surrealismo en cada fotograma y los capítulos van sucediéndose añadiendo cada vez más factores enrevesados. Mientras, el género de "Anticristo" no queda claro: tiene una pizca de survival, una pizca de terror sobrenatural, algo de suspense, pero al fin y al cabo debería considerarse un drama surrealista y oscuro, de una gran crudeza, muy muy explícito en todos los sentidos en cuanto a violencia y sexo, atrevido e irreverente. De hecho levantó una gran polémica en su proyección en Cannes por su rotundidad, además de por otros asuntos con la prensa y el director, donde se quiso malinterpretar las palabras de Trier al decir (bromeando) que era «el mejor director del mundo y no necesitaba justificarse». Polémicas circunstanciales al margen la película goza de una crudeza visual inédita, con escenas de mutilaciones, masturbación, violencia, sexo y toda clase de imágenes que en otra película estarían censuradas o suavizadas (de hecho, me extraña bastante que la película haya sido estrenada con tan poco bombo por eso mismo), y que en el capítulo final, el cuarto ("Desesperación [Ginocidio]"), acaba por desatarse y entrar en el terreno absolutamente explícito y también en el completamente surrealista. Lo de los Tres Mendigos me dejó K.O., al final acabé por no entender nada y me cansé de alegorías, metáforas y representaciones, limitándome a mantenerme sabiendo qué era más o menos lo que pasaba. La tesis de Ella, el tema de los zapatos cambiados de pie, la maldad intrínseca de la naturaleza femenina, las bellotas... todo acabó entrando en un terreno tan irreal que mi mente no pudo asimilarlo todo.
El trabajo de los actores es algo a destacar, Willem Dafoe está espectacular como el marido que no quiere despegarse de su mujer, aguantando estoicamente todo el proceso de recuperación de su mujer, implicándose completamente y dejándolo todo por ella. El mítico Sargento Elias de "Platoon" convence de principio a fin, y aguanta con firmeza el recital de su compañera de reparto Charlotte Gainsbourg, actriz inglesa que ya compartió protagonismo con Heath Ledger en "I'm Not There" y que en el Festival de Cannes de este año se fue con el Premio a la Mejor Actriz bajo el brazo. De los dos intérpretes Gainsbourg es quien acaba comiéndose la pantalla por ser su personaje mucho más desequilibrado, completo y complicado de representar, mostrando la locura, el miedo, el dolor, la pena y la desesperación con una credibilidad espeluznante. Mención especial a los animales que también protagonizan buena parte de la cinta, y sorprende saber tras el visionado que algunos de los animales fueron recreados mediante técnica computarizadas, algo que realmente estaba bien hecho (y que demuestra que al fin y al cabo Trier no está tan en contra de las corrientes de cine actuales).
Las cámaras usadas por el realizador y la iluminación de la cinta son de una exquisitez extrema, quizá lo mejor de la cinta, obra de Anthony Dod Mantle, director de fotografía de cintas como "Slumdog Millionaire" (por la que se llevó un Oscar) o "El Último Rey de Escocia" además de otras de Lars von Trier. El blanco y negro inicial pasa a ser un color saturado y apagado, de fuerte brillo y brillantes contrastes, sobre todo en las escenas nocturnas que juegan con las sombras y los claroscuros de forma sobresaliente. Las cámaras que usa Lars von Trier son increíbles, de una calidad sensacional, la cámara lenta es realmente lenta y el director le saca todo el provecho que puede. A nivel sonoro, como dato, a parte del tema de la ópera "Rinaldo" de Händel la música no tiene ninguna participación en la cinta.
"Anticristo" se vendió (hace tiempo cuando comenzó a hablarse del proyecto) como el acercamiento de Lars von Trier al género del terror, pero en realidad la película no refleja ninguno de los componentes clásicos de este género (si no es la típica cabaña en el bosque o la pequeñísima porción de survival que tiene) ni tiene intención de provocar miedo, más bien incomodidad por la cantidad de planos impactantes y nunca vistos (o raramente vistos). "Anticristo" (que por cierto, nada tiene que ver con el demonio pese a su título) es una película incomprensible, cruda, atrevida, con una serie de secuencias espectaculares y preciosas, con abuso de la cámara lenta y que finalmente resulta un experimento, algo nada convencional donde lo más fácil es no enterarse de nada y asombrarse con lo explícito en todos los aspectos de la cinta. No es para nada una cinta de terror, es un ensayo acerca de la naturaleza y el miedo, acerca del terror y la maldad del ser humano, pero no propiamente una cinta de horror, y no sé si sería capaz de recomendarla —sobre todo a amigos y familiares—. Mi nota sería un espacio en blanco porque películas de esta clase no soy capaz de valorarlas con el mismo rasero que otras (me pasó con "Revolver" de Guy Ritchie, por ejemplo), pero para poner algo será un "ni pa' ti ni pa' mí" ya que técnicamente la cinta no tiene réplica y el prólogo es una de las escenas más espectaculares que he visto en el año, pero por contra tiene lo extremadamente críptico de su mensaje y lo surrealista de su planteamiento, lo cual personalmente hace que la desestime como una película notable. "Anticristo" es una película peculiar, una experiencia, y cada uno debería sacar sus propias conclusiones de lo visto. Mi opinión es que es pura provocación, muy elegante en su estética y con grandes interpretaciones, pero provocación al fin y al cabo. O eso espero por el bien de la cordura del director...
Mi puntuación: 5/10.