sábado, 27 de junio de 2009

"Haendeupon" ("Handphone"), ¡vigila dónde dejas el móvil!

Original y entretenido thriller surcoreano que tiene como eje argumental un móvil.

Me encanta el cine surcoreano, tengo debilidad por él; no es que haya visto muchas películas provenientes de ese país pero algunas de las que he visto me parecen grandes joyas e incluso obras maestras, a saber: "A Dirty Carnival", "A Bittersweet Life", "Crónica de un Asesino en Serie" —que es la película que dio pie a "Zodiac" con toda seguridad—, la sublime trilogía de la venganza de Park Chan-wook formada por "Sympathy for Mr. Vengeance", "Old Boy" y "Sympathy for Lady Vengeance", "Primavera, Verano, Otoño, Invierno... y Primavera", "The Host", etc. y me dejo algunas que aún no he visto pero que tengo muchas ganas como "Soy un Cyborg", "The Good, the Bad, the Weird"... El cine de Corea del Sur, así como el de Japón, goza de una calidad técnica superior, de un estilo diametralmente opuesto al occidental y por lo tanto resulta un soplo de aire fresco para el espectador europeo o americano. Los valores, las historias, el estilo cinematográfico, las interpretaciones... todo es diferente en una película surcoreana o japonesa, e incluso éstas tienen diferencias recalcables con el cine chino o hongkonés. Es raro ver una película asiática estrenada en cines españoles, y generalmente el doblaje aquí es lastimoso, por lo que se hace complicado ver una película de esta nacionalidad en nuestro país como Dios manda, cosa que no entiendo porque muchas veces la calidad del film asiático es superior a las mediocridades que tenemos que aguantar en cartel aquí. Normalmente las películas que he visto tienen como temáticas historias de gángsters (género que se les da de vicio), venganzas, líos o frikadas sin más, y esta vez la última que he visto pertenece al grupo de líos y situaciones peliagudas, "Haendeupon" ("Handphone" / "Teléfono Móvil"), una película que gira en torno a, precisamente, un móvil perdido.

El teléfono móvil ha cambiado la sociedad, y el cine, como reflejo de la sociedad, también ha cambiado gracias al invento del móvil. El teléfono móvil ha representado un cambio crucial en algunos géneros cinematográficos en concreto, por ejemplo en el thriller y las películas de terror donde siempre puede ser un elemento clave para salir de una situación tensa o mantenerse comunicado con quienquiera (prueba de ello es que casi siempre a la sufrida protagonista de las películas de terror se le acaba la batería en el momento oportuno o no tiene cobertura); un ejemplo lo vemos en la serie "24", thriller de acción donde pasan más tiempo hablando por el móvil que empuñando un arma. Un buen ejemplo de la inclusión de este elemento en el cine es esta película, cuyo argumento gira totalmente entorno a un móvil perdido, un thriller muy bien construido partiendo de una premisa sencilla como es el juego entre dos desconocidos que ponen a prueba el aguante del otro.

Oh Seung-min es representante de una joven actriz en alza, Yoon Jin-a, los contactos son para él lo fundamental en su carrera profesional y por ello depende de su móvil totalmente; en él se encuentran los números importantes, la agenda con las citas e incluso un vídeo comprometedor fruto de la última de las extorsiones a las que ha estado sometido. Pasa lo que tiene que pasar y Seung-min pierde el móvil en un descuido por lo que intenta desesperadamente recuperarlo, lo que pasa es que quien lo ha encontrado no está dispuesto a cederlo tan fácilmente y considera oportuno empezar un juego que pondrá patas arriba no solo la vida de Seung-min sino la suya propia también. Los problemas de ambos son notables, Seung-min ve como con la pérdida del móvil se le escapan los grandes proyectos que tenía para su estrella, además la relación con su esposa Jeong-yeon está muy deteriorada y el misterioso hombre al otro lado del teléfono no hace más que jugar con él, obligándole a ceder ante sus caprichos, mientras que la situación de ese misterioso hombre no es mucho mejor, como vemos posteriormente, humillado constantemente por sus clientes y obligado a mantener la educación que a él le niegan entre otras cosas. Es curioso como vemos que la identidad del misterioso poseedor del preciado móvil se mantiene en el anonimato tan solo durante la primera media hora de película, mientras que en los más de 90 minutos restantes el juego consiste en intercambiarse jugarretas y perrerías y permutar papeles varias veces, cambiando los protagonistas de actitud en varias ocasiones, pasando de víctima a verdugo frenéticamente en la última parte de la película. Como vemos "Haendeupon" parte de una premisa básica y sencilla, pero progresivamente se va complicando hasta los extremos y como bien dice un personaje al final de la cinta «Todo eso sólo por un móvil...». Esa es exactamente el sensación que se le queda a uno tras ver la película.

La película puede definirse categóricamente como un thriller, el guión te mantiene en vilo durante las poco más de dos horas que dura y es uno de aquellos thrillers que pueden presumir de estar prácticamente hilado a la perfección (cosa que si prestáis atención hoy en día es un bien preciado). Es de agradecer que los detalles hayan sido construidos sobre una base sólida y sin (demasiadas) barbaridades, siendo en todo momento una historia creíble que se va haciendo cada vez más grande. Además el interés en la cinta es progresivo, va creciendo poco a poco gozando de un ritmo excepcional que invita a estar atento aunque analizándolo fríamente no lleguen a pasar muchas cosas hasta la media hora final, y eso tiene mucho mérito. A ver, no hay que engañarse, la película es tremendamente previsible pero eso no impide que sea un thriller la mar de entretenido, lo que sí que tiene es la capacidad para atrapar al espectador con las pequeñas historias entrecruzadas que al fin y al cabo solo son dos, la de los dos protagonistas Seung-min y Yi-gyu porque el resto de personajes tienen cargas muy secundarias, incluida la mujer Kim Jeong-yeon. De hecho todo el peso recae sobre el duelo entre los dos interlocutores del móvil, porque el resto no tienen prácticamente implicación; la escasa cantidad de personajes que participan en el film lo hacen algo más asequible y fácil de consumir, y aunque realmente la trama llegue a complicarse seriamente al fin y al cabo no es una historia para nada compleja, es de una sencillez formidable. Como todo thriller del s. XXI que se precie la película también tiene reservado su giro final que no hace acto de presencia hasta el final del todo tras un par de regiros, pero en este caso es de una crueldad tan mayúscula que solo puede dejar un estupendo sabor de boca, aunque no es que sea una excepción un final con mala leche en el cine surcoreano (en algunas de las películas nombradas en el párrafo inicial se puede dar buena cuenta de ello).

El director Kim Han-min realiza su segunda película tras "Paradise 1986" de la misma forma que Kim Mi-hyun escribe su primer guión para cine, y el trabajo del realizador es impecable. Técnicamente "Haendeupon", que vio su estreno en febrero de este mismo año, es una maravilla, la fotografía es muy nítida, como es habitual en las películas surcoreanas goza de una gran claridad y cuidado especial en este apartado, y quizá es como en el cine japonés uno de los aspectos que más miman. No hay apartado en "Haendeupon" que no tenga una gran calidad, el ritmo que viene proporcionado por el estupendo montaje es ideal para este thriller, que como he comentado va creciendo progresivamente sin prisas; quizá se podría haber acortado un poco la cinta pero realmente es necesario cada minuto para entender los contextos de los dos protagonistas. Dos horas y diez minutos se puede hacer un pelín largo si no te acaba de enganchar, por eso quizá 20-25 minutos menos hubieran sido ideales. Una habilidad que tiene los surcoreanos a la hora de hacer cine, además de dar unas patadas tremendas en todas sus películas (allí deben enseñarles Taekwondo en la escuela, porque vamos...), es que saben mezclar a la perfección varios géneros sea la película de la clase que sea; en esta película eminentemente de suspense no falta el drama intenso ni el humor, por supuesto. Un buen ejemplo de esto se puede ver en "The Host" donde no solo la película pertenece al subgénero de las monster movies (por lo evidente) sino que también es un dramón de cuidado, y sobre todo (y es importante entender esa obra maestra así) una comedia; tampoco falta el thriller y la acción en esa película, y es que tanto en Japón como en Corea del Sur entienden que el cine es una combinación o conglomerado de todos los sentimientos que pueden despertar las diferentes clases de películas y por lo tanto deben convivir en el mismo film la risa, el llanto, la sorpresa y la emoción. De la forma que acostumbran a hacerlo han hecho que parezca fácil mezclar tantos géneros, pero tiene un mérito enorme el hacerlo con la soltura que lo hacen. En "Haendeupon" hay pocos momentos para la comedia pero despiertan más de una sonrisa y de paso sirven como una ligera válvula de escape a la tremenda acumulación de tensión, incluso dentro de una misma secuencia de acción (brutal el ataque al viejo en el parque).

La música en esta película es un apartado que pasa desapercibido totalmente al principio, de hecho está ausente durante gran parte de la película, tan solo mostrada en breves y muy puntuales momentos para acrecentar la tensión o gravedad de la acción y sin estridencias. Igual que el interés en la película la música va creciendo poco a poco, y de la mano de ésta va tomando el control de las secuencias finales donde evidentemente es cuando más falta hace el apoyo sonoro. Todo un ejemplo de cómo utilizar la música en una cinta de esta clase, ya que la sobreutilización desde el principio haría que se redujesen los golpes de efecto y por lo tanto el objetivo de la película, que es crear tensión y suspense.

Me encanta la sobreactuación de los actores asiáticos en general, de hecho —a mis ojos occidentales— su misma forma de moverse y hablar me parece muy expresiva y exagerada, por eso ver en versión original una película de este tipo (yo, fiel defensor del buen trabajo de doblaje que se suele hacer en España eludo siempre que puedo ver una película asiática doblada) es importantísimo para adentrarse en ella y casi un requisito mínimo para poder disfrutarla. Eom Tae-woong interpreta al colérico Oh Seung-min, la víctima inicial del malintencionado juego para recuperar el móvil. Evidentemente Tae-woong tiene que mostrar una gran soltura y contención en los ataques de ira ya que las trastadas de las que es víctima no son pocas ni fútiles y logra no pasar del histrionismo mínimo que ya se le atribuye a un actor surcoreano de serie, logrando una gran interpretación donde destaca su presencia y carácter como personaje, en los momentos serios realmente intimida. Park Yong-woo interpreta a Jeong Yi-gyu, y logra una gran interpretación también, cargando sobre sus hombros el peso de la película en la segunda mitad del film junto a Tae-woong, siendo un personaje que denota cierto desequilibrio aunque tampoco pueda decirse que es un loco. El actor es capaz de hacer que comprendamos las motivaciones del personaje y su sufrimiento diario, la lamentable situación que vive, y nos ayuda a ver venir lo que pasará. El trío de interpretaciones lo cierra Park Sol-mi, quien interpreta a la esposa de Oh, Kim Jeong-yeon, personaje de presunta poca importancia que como se ve venir luego tendrá más protagonismo hacia el final de la cinta. Su interpretación es discreta pero muy correcta, mostrando sobre todo su hastío con la vida que llega, no alcanza el buen nivel de los otros dos protagonistas pero no hay nada que se le pueda reprochar. Un par de actores me han resultado simpáticos en sus breves apariciones, el fotógrafo y su gloriosa escena que dura segundos, y el matón de las patadas con su curioso gesto, unos personajes gloriosos.

"Haendeupon" es un thriller más que interesante, algo previsible pero soberbio a nivel técnico de dirección, fotografía y montaje, que destaca por la sencillez de su premisa y lo bien construida que está, ya que sin llegar a ser perfecta ni mucho menos logra crear un guión que aparentemente no tiene fisuras o tiene muy pocas, y eso en un thriller, a pesar de que se dé por supuesto, es algo a agradecer en los tiempos que corren donde el género del thriller está muy prostituido. Contiene algunas escenas realmente buenas y curiosas, como la comentada de la pelea en el parque, y además existe esa inquietante sensación de "te podría pasar a ti" ya que no se recrea en demasiadas exageraciones —aunque ya al final la cosa se desmadra— a pesar de que no todos tenemos tanta dependencia del móvil como el protagonista. Igualmente, ¡no te dejes el móvil por ahí tirado! Puede ser peligroso... La película es un ejemplo del excelente cine que se hace en Corea del Sur, y aunque tampoco pueda considerarse una película imprescindible sin duda consigue cumplir su objetivo de entretener, mantener enganchado al espectador y crear suspense, lo cual siempre es bueno.

Mi puntuación: 7/10.

lunes, 22 de junio de 2009

"Furia de Titanes", la ira de los Dioses es incontenible.

El último gran clásico del cine de la mitología Griega.

El género conocido como péplum abarca un amplio espectro de películas que están relacionadas con algún tipo de mitología y que generalmente adaptan textos religiosos, mitológicos, legendarios, históricos y/o de aventuras. Dentro de este gran género pueden comprenderse todo tipo de subgéneros que incluyen las películas de romanos, del antiguo Egipto, bíblicas, etc. películas mayormente épicas que tratan temas de la antigüedad y donde es habitual encontrarnos con un héroe sobre el cual gira el argumento, aunque el término péplum se refiera mayormente a películas protagonizadas por héroes de la mitología Griega. Este género, cuya esencia fue padre de muchos otros incluido el western, tuvo su época de mayor auge sobre todo en las décadas de los 50 y 60 donde se realizaron decenas de filmes de todo tipo de presupuesto y en las cuales Hércules, Ursus y Maciste eran los protagonistas más recurrentes. Considerando en aquella época el péplum (o colosal) como el género de aventuras por excelencia las películas fueron pasando de moda gradualmente y se pasó de la sobresaturación del mercado en los 60 a casi el olvido durante las décadas posteriores; en los 70 y 80 eran raras las producciones de este tipo mientras que en los 90 fue un género absolutamente olvidado. En la década actual una producción de este tipo también es una pieza algo rara pero Hollywood ha apostado por algunas superproducciones con temática fundamentalmente épica que han logrado un gran éxito, sobre todo a partir de la obra de Ridley Scott "Gladiator" que dio pie a otras como "Alejandro Magno", "Troya" o incluso "300", aunque es posible que éstas se lo deban más a la trilogía de fantasía épica de "El Señor de los Anillos" que a otra cosa. En los 00 el péplum se ha recuperado ligeramente, siendo la década con más películas de este tipo en los últimos cuarenta años, pero si nos centramos solamente en películas que traten temáticas de la mitología Griega la última gran pieza de culto es "Furia de Titanes", si no tenemos en cuenta su remake (que se espera para el año que viene) ni "Troya" de Wolfgang Petersen.

Nos tenemos que remontar hasta 1981 para dar con la última perla del cine mitológico, aunque en aquella década se realizaran dos o tres películas más sobre todo centradas en el eterno Hércules. En "Furia de Titanes" se adapta el mito de Perseo; la película comienza con Zeus ordenando a Poseidón destruir la ciudad de Argos cuyo Rey Acrisio condena a su hija Dánae y su bebé Perseo a muerte arrojándolos al mar en un cofre en un arranque de celos al descubrir que Perseo es hijo del mismo Zeus. Perseo forma parte de ese grupo de hombres o semidioses que son considerados héroes en la mitología Griega, y como tal es una de aquellas piezas con las que los Dioses saciaban sus caprichos, invitándoles a desafiarles o a superar los retos que les proponían para diversión propia o por antojo. La tensión aumenta entre Zeus y Hera y Tetis, la primera por la infidelidad de Zeus y la segunda al ver que su hijo Calibos recibe peor trato que Perseo, por lo que Tetis acaba urdiendo una terrible venganza por puro despecho. Lo interesante de la película es en primer término ver cómo, al igual que en otras películas como en "Jasón y los Argonautas", los Dioses deciden y discuten sobre el destino de los hombres, dándonos una imagen fantástica muy cercana al concepto de Deidad que tenemos en realidad. Todo el halo de majestuosidad y encanto de las escenas del Monte del Olimpo son magníficas, le dan un tono nostálgico a la cinta, cuando un solo escenario borroso sugería terreno mágico y fantástico.

Perseo, interpretado con gracia por el entonces desconocido Harry Hamlin que posteriormente se convertiría en una estrella de televisión, tiene que llevar a cabo una gran epopeya para superar la prueba de los Dioses y ganarse el amor de Andrómeda, y en esta película vemos cómo se enfrenta al Kraken, vuela sobre Pegaso, derrota a Medusa, lucha contra escorpiones gigantes, el Cerbero y Calibos entre otras peripecias dignas de un auténtico héroe, una auténtica maravilla. El Perseo de este film es el héroe que personifica todos los ideales propios del bien, no da siquiera un ápice de debilidad como Ulises al atarse al mástil del barco para evitar la tentación de sucumbir a las sirenas, en este caso Perseo, con una extraña aureola ochentera y no demasiado varonil, es la pura bondad, el héroe perfecto: inteligente, físicamente un portento, generoso, hábil en combate, valiente... un perfecto héroe mitológico.

Entre todo el baile de personajes "Furia de Titanes" tiene un reparto realmente notable, comenzando por Laurence Olivier que interpreta a Zeus, en pocas ocasiones aparece pero su presencia es magnánima, Maggie Smith (Minerva McGonagall en las películas de Harry Potter) como Tetis, la Diosa vengativa y celosa, Ursula Andress (la más famosa de las Chicas Bond) es Afrodita, aunque su papel es prácticamente un "cameo" del mismo modo que lo son Jack Gwillim como Poseidón o Claire Bloom como Hera. La joven y bella Judi Bowker fue quien personificó a Andrómeda, la mujer por la que Perseo se lanza a la aventura, y su papel es tan discreto como vistoso. Si hay que destacar a algún actor en concreto este sería Burgess Meredith quien interpreta a Ammon, el poeta, que acompaña a Perseo en gran parte de su periplo y le ayuda con su sabiduría. También es curioso el papel de Neil McCarthy como Calibos cuando éste no está animado por la técnica del stop-motion, obra del maestro de los efectos visuales artesanos Ray Harryhausen.

Precisamente uno de los elementos más destacables del film y que hacen de éste una cinta memorable y obra de culto inmediata son los efectos visuales, realizados con maestría por el veterano Harryhausen quien tiene una exquisita filmografía como animador en películas de aventuras como "Sinbad y la Princesa", "Jasón y los Argonautas", "Los Viajes de Gulliver", etc. y cuyo gran estandarte siempre ha sido el uso de la técnica de animación stop-motion (cuyo último exponente se encontraría en "Los Mundos de Coraline") integrando imagen real con maquetas animadas que, siendo sinceros, se ven de forma algo cutre ahora en 2009, pero (seguramente) lo harían de forma maravillosa en 1981. Emulando la exquisita "King Kong" de 1933 tenemos todo tipo de monstruos atacando a nuestro héroe, por ejemplo el imponente buitre gigantesco, el majestuoso Pegaso, el temible Kraken —quizá una de las imágenes más recordadas del film— que nada tiene que ver con el de "Piratas del Caribe. El Cofre del Hombre Muerto", el malvado Calibos, el violento Cerbero bicéfalo, el simpático y juguetón búho metálico (el punto más eminentemente cómico de la cinta), los escorpiones gigantes y sobre todo la terrorífica Medusa, con toda seguridad el emblema de la película y por lo que más es recordada. De hecho yo tengo un recuerdo de la escena que protagoniza la Gorgona que debí ver cuando era pequeño, una escena que se me grabó a fuego y me aterrorizó por lo peligroso y monstruoso de la criatura. Esa secuencia y la final con el gigantesco Kraken, que recuerda mucho a nuestro amigo King Kong, son las más emblemáticas de la cinta, y son las que sin duda le dan el toque tan encantador a la cinta, la que la convierten en una obra ochentera a tener en cuenta, un clásico imperecedero que aunque con los años pierda seriedad también gana carácter, personalidad, y sobre todo nostalgia. El espectacular Harryhausen realizó en "Furia de Titanes" su último trabajo como creador de efectos visuales para una película, por lo que ésta es la última perla que sella su gran legado para el cine fantástico.

La banda sonora es un gran acierto, proporciona un tono épico al film, que es justo lo que necesita. Laurence Rosenthal es capaz de proporcionar melodías grandilocuentes para los momentos en los que Perseo viaja o conoce nuevos lugares mientras que intercala a la perfección temas de gran tensión para las secuencias de suspense o combate, dando gran poderío sonoro a la cinta y siendo un apartado muy destacable, como también lo es el sonido en general de todas las criaturas sobre todo. El guión de Beverley Cross (guionista de "Jasón y los Argonautas" y "Sinbad y el Ojo del Tigre") está repleto de emoción y aventuras, sin dar tiempo al respiro en los 110 minutos de cinta muy bien repartidos por el director Desmond Davis, que durante su carrera realizó la mayoría de sus trabajos para televisión, y no deja de tener cierto aire a telefilm aunque de gran calidad.

Pese a ser la última de una larga extirpe la película funcionó bien en taquilla, en 1981 fue el undécimo estreno más taquillero, y eso que aquel fue el año de "Indiana Jones en Busca del Arca Perdida", "Superman II", "Carros de Fuego", "Sólo Para Sus Ojos", etc. y a nivel artístico es recordada con cariño, pero por razones desconocidas el género siguió sin levantar cabeza hasta esta década, que aunque lejos de la época dorada de los años 50 y 60 por lo menos ha reavivado un poco el interés del público en las historias épicas. Fruto de ese interés el año que viene se estrenará el remake de esta cinta, dirigido por Louis Leterrier ("El Increíble Hulk") y escrito por Lawrence Kasdan ("Indiana Jones en Busca del Arca Perdida", "Star Wars: El Imperio Contraataca") la película ha comenzado el rodaje e incluso Tenerife ha tenido la oportunidad de servir de escenario para algunas de las escenas del film tras muchos años sin recibir la visita de una superproducción de Hollywood. El film contará con un reparto estelar: Sam Worthington (Perseo), Liam Neeson (Zeus), Ralph Fiennes (Hades), Alexa Davalos (Andrómeda), Mads Mikkelsen (Draco), Gemma Arterton (Io), Jasón Flemyng (Rey Acrisio), Danny Huston (Poseidón), Izabella Miko (Atenea), Pete Postlethwaite, etc. caras más o menos conocidas donde destacaría un Sam Worthington en alza tras "Terminator Salvation" y un Liam Neeson en la piel del poderoso e implacable Zeus. No creo que iguale en carisma a la cinta original, pero seguramente será un espectáculo interesante de ver.

Sea como fuere, a pesar de los años "Furia de Titanes" sigue siendo clásico indiscutible que goza de un componente nostálgico muy grande pero que también tuvo en su día unos elementos que la hicieron memorable, unas interpretaciones muy correctas, una BSO potente y unos efectos visuales simpáticos y añorados, que sumados a lo ochentero de la cinta en su estilismo redondean el resultado. Una película mítica, nunca mejor dicho, para ver recordando lo simple que puede ser el cine y lo bonito si le echas imaginación, y sobre todo el buen rato que se puede pasar viendo una película de aventuras y fantasía como Zeus manda.

Mi puntuación: 8/10.

miércoles, 17 de junio de 2009

"Los Mundos de Coraline", no existe el mundo ideal.

Fantasía elevada al máximo exponente; no te fíes de las apariencias.

De las diversas técnicas de animación para el cine hay algunas que son más "entrañables" por su misma concepción. Ligeramente desvirtuado el potente campo del cine de animación generado por ordenador por culpa del ingente volumen de productos de calidad dudosa es interesante centrarse en otras técnicas, como por ejemplo la animación tradicional (que paradójicamente ahora resulta ser algo prácticamente novedoso o cuanto menos sorprendente) o una menos prolífera pero tan o más preciosista si cabe: la del stop-motion. La técnica del stop-motion, es decir aquella que se basa en fotografiar cuadro por cuadro elementos estáticos para luego reproducirlos dando sensación de movimiento, tiene una particular e inigualable característica, algo que las demás técnicas no pueden igualar: lo que vemos en pantalla es literalmente lo que sucede en la realidad. No se filma sobre dos dimensiones, sino sobre tres; la animación de los personajes es realmente fruto de la "interpretación" manual de los habilidosos animadores. Y eso da una riqueza a las películas que las dotan del mencionado elemento "entrañable", "cercano". Ya sea con muñecos de plastilina como en la excelente "Wallace y Gromit: La Maldición de las Verduras" y sus otros cuatro cortos o con muñecos de silicona y látex como en "La Novia Cadáver" el resultado, bien realizado, puede ser épico, y aún hoy en día tras muchos años aplicándose esta costosa técnica sigue siendo tan sorprendente como el primer día, o más.

Rodar una película mediante la técnica del stop-motion no es fácil ni en tiempo ni en esfuerzo, es un proceso lento y pesado que requiere pensar a cámara lenta, necesita un cuidado especial y extremo, una visión prodigiosa, una paciencia titánica y un minucioso y preciso control del tiempo, la luz y el movimiento. Solo un experto en todas las materias puede dirigir un proyecto como este, alguien capaz de dotar de vida a unos muñecos con estructura metálica recubiertos de resina y látex y ser capaz de transmitir sensación de realidad. Y Henry Selick es un curtido especialista en esta quirúrgica tarea.

Basándose en una idea propia Tim Burton seleccionó en 1993 a Selick especialmente para dirigir la que considero una de las mayores obras maestras del cine animado y musical, "Pesadilla antes de Navidad", idea que el director (que por aquel entonces aún no había dirigido ningún largometraje) supo entender a la perfección. Aquella tétrica historia puso de manifiesto que animación e inocencia no tenían por qué ir siempre de la mano, y aunque generalmente se asocie "Pesadilla antes de Navidad" con Tim Burton aquel solo actuó como productor y creador de parte del guión, por lo que se puede atribuir a Henry Selick el mérito de dotar a la película de esa tenebrosa y acertada ambientación que se convirtió en un icono popular. La película marcó un hito en cuanto a calidad y la animación destacó por encima de muchos factores, y gracias al notable trabajo del director pudo realizar otro musical animado mediante stop-motion tan solo tres años después, "James y el Melocotón Gigante", que contaba la aventura de un niño que surcó los cielos en un melocotón agigantado acompañado de unos simpáticos insectos. Personalmente creo que el nivel bajó bastante, aunque seguía siendo una película muy entrañable y divertida que gozaba de una excepcional animación, pero sobre todo la ausencia de Danny Elfman y de la mano de Burton hicieron de esta una cinta menos memorable. Trece años después y tras casi cuatro años desde que empezará la fase de pre-producción llega la esperada última película animada de Selick, "Los Mundos de Coraline", una absoluta maravilla que fascinará a los mayores (y no tanto a los más pequeños) con un mundo de fantasía, sueños, pesadillas, color y sombras.

Coraline es una niña de 11 años que se ha mudado con sus padres a una nueva casa en el campo, una antigua mansión imbuida de un misterioso halo. Coraline es ignorada constantemente por sus padres, muy inmersos en su trabajo, y se distrae explorando su nueva casa, intentando evadirse de la aburrida realidad y soledad que sufre. Es en ese momento cuando descubre una pequeña puerta que le llevará a un mundo de fantasía donde la comida es mejor, sus padres más amables, sus amigos menos pesados y en definitiva un lugar mucho más agradable. ¿El único inconveniente? Si quiere quedarse tendrá que sacrificar algo... y es que quien algo quiere algo le cuesta. El mundo diseñado por el escritor de la novela original "Coraline", Neil Gaiman (también creador de otra novela adaptada al cine, "Stardust", que ha sido una de las sorpresas más gratas en el cine fantástico de los últimos años), está provisto de una constante dualidad, de un oscuro y tétrico trasfondo sobre una coraza colorida y aparentemente feliz que deja claro que no te puedes fiar de las apariencias, y es que como ya se puede prever la verdad es mucho menos atractiva que lo que realmente se le muestra a la niña protagonista. En este aspecto es imposible no acordarse de dos grandes historias llevadas al cine con temática similar: "Alicia en el País de las Maravillas" y "El Viaje de Chihiro", donde una niña debía luchar para volver a su hogar y encontrarse con sus padres, mostrando la forma que tienen los niños de enfrentarse a problemas adultos sin la protección de sus padres en un mundo desconocido, una especie de representación de la madurez (o así lo veo yo) donde de repente uno se da cuenta de que debe depender de sí mismo para tirar adelante, sacando lo mejor de uno en el intento.

"Los Mundos de Coraline" propone un juego perverso; en primer lugar lo que vemos es un mundo de fantasía, no mucho más diferente del real pero fantástico al fin y al cabo, donde todo es maravilloso y al cual Coraline arde en deseos de volver cada noche atravesando la mágica puerta, pero progresivamente el juego se va tornando cada vez más retorcido y oscuro hasta que realmente cruza la línea y alcanza un nivel de tenebrosidad digno de pesadilla, y es ahí donde los más pequeños deberían saber que sus padres se han equivocado llevándolos al cine a ver esa película. Porque creo que es importante apuntar que si bien "Los Mundos de Coraline" no es que sea una película adulta mucho menos puede considerarse una película infantil a la que llevar tus hijos pequeños (no si quieres evitar traumatizarlos, claro). Lo que empieza casi como un cuento de hadas finalmente alcanza la categoría de pesadilla, y uno puede presenciar como los personajes acaban deformándose (psicológica y físicamente) hasta alcanzar apariencias monstruosas que producen múltiples sensaciones de angustia. Es por eso que se debe vigilar con quien ir a ver esta película; este es otro de aquellos claros casos donde se ha vendido mal la película con intención atraer a un mayor espectro de público (como "Watchmen", vendida como un "Spider-Man" cualquiera, o "Encantada", que juzgando el tráiler parecía una sátira de lo que acabó precisamente siendo), una argucia muy despreciable por parte de distribuidores/productores que sacrifican la opinión que les merezca la película a los espectadores a cambio de una entrada de cine asegurada. Para vender una película hay que ser honestos, y hacer modificaciones en los carteles (atención al detalle a la izquierda del cartel americano —a la derecha—, que se ha eliminado en el español —a la izquierda—) de la forma que lo han hecho no es precisamente una forma honrada de demostrar el corte del film.

Estrategias de venta a parte "Los Mundos de Coraline" supone un ejercicio de imaginación extraordinario, el director ha sabido crear un universo mágico de una calidad extraordinaria y una imaginativa prodigiosa que invita al espectador a dejarse llevar y regresar a la infancia, estado en el que será capaz de disfrutar más de las aventuras que vive Coraline, sentir el miedo a lo desconocido, el desasosiego de su soledad y la fascinación de ver cosas nunca vistas con anterioridad. El mundo de la película es rico en detalles y escenarios, como el divertido y curioso circo de ratones del Señor Bobinsky, el teatro de las Señoras Spink y Forcible o la interesantísima (y familiar) estética de Wybie, personaje que por cierto me ha hecho soñar con una futura adaptación del clásico de los videojuegos "Grim Fandango", una obra maestra que ojalá Burton y/o Selick decidiesen adaptar al cine mediante la técnica animada del stop-motion. Su estética (y queda demostrado en este film) es perfecta para estos dos monstruos del cine animado.

Una muestra del titánico esfuerzo invertido en la película son los casi 150 decorados repartidos en 50 platós, y los 28 muñecos diferentes que se usaron tan solo para recrear al personaje de Coraline, y es que tras más de tres años de trabajo intenso y un presupuesto de $60M Selick ha recibido una estupenda respuesta por parte de la crítica y el público a modo de retribución por su arriesgada apuesta, recaudando por el momento más de 100 millones en todo el mundo, unas cifras más que aceptables teniendo en cuenta el corte del film y la forma en la que se ha realizado. La estética del libro no siguió las pautas marcadas en las ilustraciones de la novela de Gaiman, sino que tomó un estilo clásico de los años 50-60 por parte del ilustrador Tadahiro Uesugi, y es que Gaiman dio libertad y depositó su plena confianza en Henry Selick ya que fue a él a quien envió la novela aún antes de ser publicada con la intención de que el realizador fuese quien llevase al cine una adaptación de su obra; habiendo visto los precedentes del director, Neil Gaiman confió en que sería capaz de trasladar el espíritu del libro a la pantalla de una forma única, aprovechando el exclusivo abanico de posibilidades que ofrece el mundo de la animación stop-motion, y es que no hay otra forma de imaginarse esta película que no sea como film animado. El mundo de fantasía que se desarrolla en "Los Mundos de Coraline" necesitaba un soporte de este tipo, donde la fantasía no tuviera límites, y gracias a la sublime animación del film es capaz de resultar tan creíble que uno se olvida de que puede estar viendo muñecos en pantalla. El género animado no conoce límites.

Y es que Selick se ha superado ampliamente desde su último largometraje animado "James y el Melocotón Gigante", en la cual mezcló bastante imagen real y animada, ya que es capaz de igualar la que para mí era hasta el momento la máxima expresión del cine stop-motion, "La Novia Cadáver", añadiendo color al grisáceo aspecto de la película de Burton (con la cual no tuvo nada que ver) y realizando una serie de efectos realmente increíbles, de una calidad artística supernatural. El hecho de que uno pueda olvidarse que está viendo una película animada por maquetas es un logro monumental, tan solo en algunos momentos me pareció que sufría de una cierta ralentización en los movimientos (o esa sensación me dio a mí) pero obviando eso la fluidez en los movimientos es sublime (maravillosa coreografía de los ratones en el circo o las acrobacias del Sr. Bobinsky), y los escenarios son directamente una delicia que merece la pena disfrutar en el cine, porque invita a degustar cada fotograma pacientemente.

Como curiosidad cabe destacar que "Los Mundos de Coraline" es la primera película animada mediante la técnica del stop-motion concebida y fotografiada para ser proyectada en 3D (yo no la vi en tal formato, como dije en "Monstruos contra Alienígenas" no puedo ir gastándome 10€ cada dos por tres en el cine), y sí que se nota que por momentos está rodada con tal idea, como por ejemplo en la soberbia escena de créditos inicial, donde vemos una tétrica y genial escena en la que presenciamos cómo es fabricada la muñeca de Coraline, unos créditos que me parecieron sencillamente maravillosos. No se repara en detalles durante todo el metraje tanto en animación como en inventiva, y cada personaje, aunque planos la mayoría de ellos, aporta su dosis de fantasía al relato, ya sea en el mundo real o de ficción de Coraline; las Sras. Spink y Forcible y sus perros son tan entrañables como lamentables, y hasta añaden su porción macabra con el tema de los perros disecados, igualmente el Sr. Bobinsky tiene un par de cortas y brillantes apariciones (la del mundo real me encanta) y sin duda la escena del jardín es una de las más bonitas de toda la cinta, una preciosa y fascinante serie de imágenes. De hecho queda más que claro que si algo destila la película es imaginación a raudales, y sin duda ese es su mayor triunfo. En ese aspecto la película es una joya.

El problema que tiene la película es que no es nada sorprendente a nivel argumental, su poderío visual es más que evidente pero su historia está bastante trillada y no ofrece nada nuevo al panorama. "Pesadilla antes de Navidad" supuso una novedad en cuanto a concepción, estilo y argumento y "James y el Melocotón Gigante" un poco menos de todo pero por lo menos era algo relativamente original, en este caso el guión se vuelve previsible conforme avanza desde bien temprano, y no se desvía de la línea que parece va a seguir durante todo su metraje. Además en "Los Mundos de Coraline" Henry Selick ha abandonado el género musical que prevaleció en sus otras das cintas animadas, por lo que el registro se ve ligeramente alterado. Pese a no ser un musical la película goza de una Banda Sonora Original muy notable obra del francés Bruno Coulais, compositor con una dilatada experiencia pero desconocido para el público no francés, una partitura llena de temas intercalados tensos y suaves con un tema principal muy presente, con carácter y duradero, que resulta ser el colchón perfecto para la imaginería de Selick. Respecto al apartado sonoro también me gustaría destacar el doblaje; no he escuchado la película ni en su versión original (con Dakota Fanning poniendo voz a Coraline) ni en castellano ya que la versión que pude ver en el cine era la catalana, y como siempre el doblaje es de la máxima categoría como nos tienen acostumbrados los actores de doblaje de por aquí, un trabajo excelente.

En resumen, "Los Mundos de Coraline" es una excelente película que derrocha imaginación en abundancia y recoge el testigo de las películas clásicas de nuestra infancia aunque no sea precisamente una película agradable de ver para los más pequeños ya que puede resultar incluso terrorífica, sin estar dedicada específicamente a un público adulto es de corte lúgubre y combina estupendamente oscuridad y colorido con un sentido del ritmo y del montaje prodigioso; el film hace un recorrido de lo alegre a lo siniestro en 100 minutos. Selick deja patente su talento y genialidad y realiza su tercera maravilla animada por stop-motion, elevando al máximo exponente la fantasía para ofrecernos un mundo perfecto que no es tal, volviendo a materializar la magia del cine hecha a mano, y aunque la película esté carente de originalidad en su argumento es un film que merece la pena ver en el cine. Y habrá que darse prisa, yo fui entre semana al cine y solo habían tres personas sin contarme a mí por lo que es posible que sea una cinta que no vaya a aguantar demasiado en cartelera, y es una lástima porque visualmente es una delicia. Quizá el hecho de que haya sido rodada en 3D le dará más tirón (de hecho en España ha tenido buenos números en su estreno), así que os animo a ver esta pequeña y agradable película acerca del valor y la confianza y sobre todo de las apariencias, donde paradójicamente no siempre las personas más atentas son las que te prestan más atención. No es una película perfecta, pero es sencillamente entrañable. Recordad: no existe un mundo ideal, así que nos fiéis de quien tenga botones por ojos.

Mi puntuación: 7/10.

martes, 9 de junio de 2009

"Terminator Salvation". Si estás leyendo esto, eres la resistencia.

Cambio de rumbo para la saga, un nuevo comienzo. Irregular pero muy entretenida cuarta entrega de nuestro apocalipsis preferido.

«Volveré». Esta frase se ha ido repitiendo a lo largo de todas las películas (y serie) de la franquicia que enfrenta humanos y máquinas en un eterno conflicto, y vaya si ha vuelto cada vez, no ha faltado a su promesa en ninguna ocasión. El impacto que causó "Terminator" en 1984 fue tremendo y no solo supuso una innovación sin precedentes en cuanto a efectos especiales (obra del genio Stan Winston) sino que lanzó la figura del director y guionista James Cameron, que con una película sencilla de Serie B y mucha calidad logró figurar en los libros de la historia cinematográfica. Años después de ir renovando el género de la Sci-Fi Cameron se centró en realizar una secuela de su glorioso film, y en 1991 llegó la igualmente impactante "Terminator II: El Juicio Final", que no solo rompió con el tópico acerca de las segundas partes (ya sabéis, que nunca fueron buenas) sino que logró volver a sorprender y a superarse en el ámbito técnico de los efectos especiales, sobre todo por parte de una de sus mejores creaciones, el T-1000 y su metal líquido. Además de suponer una segunda revolución en el mundo del cine de acción y Sci-Fi la película y la saga se convirtieron en un icono popular, hito que solo consiguen las obras realmente memorables. «Volveré», «Ven conmigo si quieres vivir», «Sayonara baby» («Hasta la vista, baby» en versión original), «No problemo»... todas estas frases aún forman parte hoy en día de la cultura pop, y es que el personaje del Terminator caló muy hondo.

Si de la primera película a la segunda pasaron siete años, de la segunda a la inesperada tercera pasaron doce, y esta vez no fue Cameron quien se responsabilizó del proyecto sino un desconocido Jonathan Mostow que con "Terminator III: La Rebelión de las Máquinas" no convenció a la gran mayoría de los fans que durante tantos años habían esperado la vuelta de Arnold Schwarzenegger. Personalmente, y esto siempre lo diré, no entiendo la decepción que hubo acerca de esta tercera película, yo la vi en el cine y la disfruté mucho, contiene todos y cada uno de los elementos que caracterizaron a una película de Terminator y no está exenta de momentos realmente cumbres, como la persecución con la grúa o el combate entre los Terminators (aunque puedo aceptar que a Schwarzenegger ya comenzaran a pesarle los años). Por lo visto los productores se percataron de la escasa aceptación del público ante esta (en mi opinión, digna) tercera parte, y aunque la taquilla acompañó (no superó a "Terminator 2" pero obtuvo unos resultados nada desdeñables) se decidió no seguir por esa línea. Sin contar con la anecdótica y deplorable serie que se ha emitido durante estos dos últimos años, "Terminator: Las Crónicas de Sarah Connor", la cual ha acabado cancelada como era de esperar (menos mal, porque tela...), no ha sido hasta este 2009 cuando una cuarta película ha visto la luz, una cinta que tiene la intención de volver a comenzar con una nueva saga como por ejemplo hizo Christopher Nolan con el personaje de Batman en "Batman Begins", saga con la que casualmente comparte uno de los componentes que hizo que los fans pusiéramos nuestras esperanzas en "Terminator Salvation", Christian Bale.

"Terminator Salvation" rompe casi totalmente con el esquema que caracterizó a las otras tres películas de la saga, es decir ya no se centra en salvar a algún miembro de la familia Connor de un imparable Terminator proveniente del futuro que tiene como objetivo prevenir el éxito de la resistencia humana de raíz, sino que ahora se sitúa en el futuro apocalíptico que narraban Kyle Reese y los T-800, el futuro donde una incansable y menguada humanidad está en guerra con las máquinas después de la hecatombe nuclear que provocó Skynet, aquella que al final de "Terminator 3" pudimos ver por fin tras tantos años en vilo. El pequeño gamberro de John Connor que vimos en "Terminator 2" y el trastornado y hastiado John Connor de "Terminator 3" (el inútil John Connor de "Las Crónicas de Sarah Connor" no lo voy a contar) se ha convertido por fin en el auténtico y poderoso John Connor, aquel que todos esperábamos ver algún día, el líder de la resistencia humana, la esperanza de nuestra raza, el legendario JOHN CONNOR. Y lo pongo en mayúsculas porque el Connor que vemos aquí por fin se perfila como un líder, un hombre con iniciativa, con habilidad y capacidad para ser el paladín que llevará a la humanidad a la victoria definitiva contra las máquinas; tras tanto tiempo es ahora cuando podemos creernos por fin el verdadero mito que Kyle Reese adoraba, John Connor invita a confiar en él y a tenerlo en cuenta como un auténtico héroe y no un proyecto de superhombre. Gran parte del éxito de esta película desde antes de su estreno es, por supuesto, gracias a Christian Bale, un actor que sabe escoger cuidadosamente sus proyectos y en cuyo talento nunca he dejado de confiar. Bale se ha forjado una carrera de éxitos desde que protagonizara "El Imperio del Sol" de Steven Spielberg y que se ha ratificado en esta última década encadenando éxitos o bien de taquilla o bien artísticos o bien ambos simultáneamente, como en "American Psycho", "Equilibrium", "El Maquinista", "Batman Begins" y "El Caballero Oscuro", "Rescue Dawn", "El Truco Final (El Prestigio)", "El Tren de las 3:10", "I'm Not There" y varias más; un actor que no deja de trabajar ni de sorprender con sus grandísimas interpretaciones y que tiene un espíritu de inmersión en su papel tremendo. Aquí su John Connor es una de las dos almas de la película (la otra es quizá la que tiene mayor protagonismo, Marcus Wright), es el completo núcleo alrededor del cual gira el argumento de la cinta ya que paralelamente las historias de Kyle Reese y Marcus Wright tienen que ver directamente con su vida o muerte.

El John Connor de "Terminator Salvation" es un soldado experto, su vida es la guerra y conoce todos los aspectos acerca de los Terminators, el terreno donde se mueve, y sobre todo la importancia de sobrevivir y permanecer juntos. Ayudado por las narraciones de su madre John intenta reproducir el futuro del que le habló, pero en 2018, el año en el que transcurre el film, aún no es el líder de la resistencia del que hablaba Kyle Reese, aunque al final de la película asistimos a tan magno momento en la historia de la saga. Connor tiene una capacidad innata para infundir respeto y esperanza entre la resistencia, y es que su palabra vale más que las órdenes de sus generales, es como si estuvieran completamente convencidos que está destinado a ser alguien realmente importante, y por eso le siguen en todo lo que diga. Hábil, experto combatiente, inteligente y sobre todo intrépido, este definitivo John Connor se convierte en un nuevo héroe de acción al que adorar, este es quizá el mayor y mejor descubrimiento de "Terminator Salvation". Pero no solo de John Connor vive el film, es más, si tuviésemos que nombrar a un y solo un protagonista de la cinta ese seria Marcus Wright, el personaje interpretado por el descubrimiento del año Sam Worthington. Y digo descubrimiento por que Worthington "ha salido de la nada", igual que el año pasado lo hizo Shia LaBeouf con "Transformers", "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal", actores que pese a no ser novatos han tenido un año de gloria ya que Worthington está participando actualmente en "Avatar", el próximo y esperadísimo proyecto de James Cameron (tras 12 años desde su última película "Titanic"), y el remake de "Furia de Titanes", que se está rodando actualmente en España. Worthington, quien me recuerda tremendamente a Andrew Tiernan (Ephialtes en "300" y también con participación en "Survivors") físicamente, está estupendo en esta película como Marcus, un personaje salido de la nada que abre la cinta y cuyo misterio podemos deducir fácilmente pero no saberlo a ciencia cierta hasta el final de la cinta. Y ahora cuidado los que no hayáis visto la película por su destripo más de la cuenta. Wright representa en esta cinta al Terminator "bueno" que salva a los buenos, es la máquina que está con los humanos con la diferencia de que este es un proyecto único que no habíamos visto hasta la fecha en la saga, un cyborg mitad humano mitad máquina, con órganos internos incluidos. Ni el mismo Wright es consciente de su propia condición hasta que no lo comprueba con sus propios ojos; esta dualidad y dolor los refleja muy bien el actor, que recibe un mayor protagonismo que John Connor durante toda la cinta y cuyo objetivo queda claro al final cuando la Dra. Serena Kogan confiesa haberle programado para infiltrarse y atraer a Connor hasta la base de Skynet. Personalmente ese momento en el que la Dra. Serena (Helena Bonham Carter) le cuenta todo el plan a Wright me parece de lo más ridículo de la cinta, al más puro estilo del típico villano de cómic que cuenta su plan antes de realizarlo para demostrar su inteligencia, cuando realmente consigue lo contrario. Además, no hacía falta explicar todo lo sucedido de una forma tan explícita, en ese aspecto me recordó a la correctísima "Silent Hill" que pecó también de un final demasiado "para tontos", donde lo explicaban todo paso por paso por si te habías perdido, dando por entendido que el espectador no tiene la suficiente capacidad para enterarse de lo visto por sí mismo.

Además de Sam Worthington (que en español ha tenido un doblaje algo "extraño") y Christian Bale hay otro actor que hace un breve pero correctísimo papel, Anton Yelchin, que tiene la responsabilidad de ser nada más y nada menos que Kyle Reese, el que sería en este caso el miembro al que proteger ya que Skynet lo tiene como objetivo para evitar que vuelva al pasado y fecunde a Sarah Connor en 1984. El joven pero no inexperto Yelchin muestra retazos de la valentía y arrojo de Reese en varias ocasiones, protagonizando dos escenas de acción muy dignas, quizá de lo mejor de la cinta, que es el primer contacto con Marcus y luego la huida en el camión-grúa, realmente espectaculares. El resto del reparto está más bien desaprovechado, comenzando por Bryce Dallas Howard que interpreta a Kate Connor (interpretada por Claire Danes en "Terminator 3") pero cuyo protagonismo se reduce a la nada más absoluta, contrastando con la importancia del personaje en la anterior película, una actriz con supuesta categoría que solamente da la cara en un par de ocasiones sin la mínima trascendencia. También Barnes, interpretado por Common, parece que tendrá un supuesto protagonismo pero finalmente su rol lo podrían haber realizado otros personajes cualesquiera ya que el suyo acaba por no aportar nada importante a la cinta. Quizá para futuras entregas —ya que se ha pensado en relanzar una nueva trilogía a partir de esta cuarta película— se tiene pensado potenciar el protagonismo de estos personajes, pero en esta película sus aportaciones son más bien nulas. Otro que tiene un papel importante pero de poca participación es Michael Ironside (que ya colaborara en una rebelión en "V") como uno de los líderes de la resistencia humana, los cuales viven en un submarino (cosa muy inteligente) y que tiene una forma de pensar opuesta a la de Connor. Como siempre Ironside se come la pantalla en cada aparición que tiene, por breve que ésta sea.

El guión de "Terminator Salvation" es un acierto en cuanto a planteamiento, el hecho de romper con los cánones vistos hasta el momento es una opción inteligente, de hecho tras ver los flashbacks del oscuro futuro de la tierra en las primeras películas de la saga el público demandaba una entrega en la que se explotase ese inframundo oscuro, lleno de runas y con rayos y naves cruzando el cielo (bonito detalle también ver como en 2018 aún no habían esos rayos de los que hacía gala el futuro de anteriores películas que transcurrían en 2029). También el guión de John D. Brancato y Michael Ferris tiene buenas intenciones en cuanto a estar concebida como una película de acción desenfrenada, como lo fueron sobre todo la segunda y tercera partes, y no faltan las escenas trepidantes, pero donde realmente falla es en detalles concretos que echan por la borda mucho del trabajo hecho en el resto de cinta. La película no está exenta de todo tipo de errores como el forzado final de Wright con respecto a su origen y misión, o el hecho de que Connor se lance al mar en plena tormenta para que le rescaten en un submarino, o que entrar a Skynet sea tan difícil en un momento y tan fácil al siguiente, o que en un campo lleno de minas anti-Terminators al principio tengan que ir con pies de plomo (nunca mejor dicho) y luego ya no les importe nada, o como el hecho de que a Connor le donen un corazón y casualmente sea compatible, y muchas otras incongruencias de las que es imposible no percatarse y obviar, aunque por el bien de la cinta deba hacerse. Quizá le busque los tres pies al gato, pero son detalles que no se me pasaron por alto. Para contrarrestar esos fallos la cinta está llena de detalles y guiños, como el Terminator imitando voces para atraer y engañar al enemigo, la forma en la que John se hizo la cicatriz en la cara que luego luciría en la introducción de "Terminator 2" (un momento absolutamente espectacular en esta cuarta película), Kyle y su «Ven conmigo si quieres vivir», el Terminator sin piernas atacando a Connor como le pasó a Sarah en la primera película o el truco de la cuerda y la escopeta que en la primera cinta Kyle Reese utilizaría. Este tipo de detalles le hacen a uno esbozar una sonrisa y darse cuenta de lo integrada que tiene la saga en la mente.

Pero sin duda si la película tiene un fallo descomunal ese es el montaje. El montaje de Conrad Buff IV, que ha trabajado mucho con James Cameron y otros directores de renombre, es una auténtica chapuza con todas las letras, no es digno de pertenecer a una película que pueda denominarse seria. Estamos hablando de momentos en los que de repente debes encogerte de hombros y preguntarte que es lo que está pasando, de un momento a otro cambia la acción de lugar o de situación sin previo aviso, sin corte que lo notifique y ponga en alerta al espectador. Hay dos ocasiones en concreto que son de escándalo, cuando Marcus y Blair llegan a una especie de granja/cobertizo del cual, de un corte a otro, aparecen tres tipos con malas intenciones para con Blair (¿de dónde cojones salen esos tres tipos?) y luego el ridículo y sonrojante momento en el que Marcus pasa de estar malherido y mugriento a recién reconstruido y cambiado de ropa por obra y gracia de Serena en la centralita de Skynet, sin más aviso ni razón. Momentos que te hacen plantearte seriamente si es que el proyector ha perdido alguna bobina de cinta y se ha saltado 10 minutos. Esas escenas de la nada minan completamente el resultado de la cinta, soy consciente de que el montaje atropellado y caótico seguramente tendrá su origen en las imposiciones de la productora y en el forzoso recorte de la duración, pero yo como espectador tengo que ajustarme a lo que me han proyectado, y me parece una chapuza con todas las letras. ¡Por lo menos faltan 10 minutos de película para que algunas cosas tengan sentido! Otro aspecto que no me ha convencido del todo, aunque no a cotas tan desastrosas, es el de la Banda Sonora Original de Danny Elfman. Siendo de Elfman uno espera una composición musical de alta calidad, como no, que destaque y tenga protagonismo, pero en esta película pasa muy desapercibida incluso llegando a tener momentos desafortunados, y no le saca ningún partido a la mítica melodía de la saga, de la cual solo podemos oír fragmentos al inicio y final de la cinta (momento de carne de gallina, por cierto).

El trabajo del director McG, que solo ha dirigido las dos películas de "Los Ángeles de Charlie" (así que buenos precedentes no tenía precisamente), es algo irregular, por momentos goza de una calidad tremenda destacando por encima de todas el excelente arranque de la cinta con los ataques a la base de las antenas y especialmente al brutal plano secuencia del helicóptero pilotado por Connor, una toma genial que me ha sorprendido muchísimo y ha puesto el listón muy alto para el resto de la cinta, aunque no se haya repetido ninguna toma más de semejante calidad. McG es capaz de intercalar ese tipo de maravillosa secuencia con otras donde el pulso le temblaba y la acción se tornaba caótica, sobre todo en las peleas del final contra el T-800, aunque las persecuciones están grabadas con una buena disposición. La dirección de McG es como la película, irregular, pero de media hace un trabajo aceptable.

Si hay algo a destacar positivamente eso es el sonido; normalmente es un apartado en el que no suelo fijarme especialmente si este no es básicamente un componente clave (en "El Caballero Oscuro" o las películas de Bourne es un aspecto que destaca muchísimo) pero en "Terminator Salvation" el sonido es algo completamente espectacular, especialmente apto para disfrutar en una sala de cine acondicionada perfectamente para la ocasión. Los efectos sonoros que se pueden percibir en el campo de batalla son una maravilla, estruendosos pero sin llegar a molestar, y los sonidos de las armas y los Terminators son asombrosos. Otro aspecto notable es el de la fotografía, obra de Shane Hurlbut, y que al parecer fue un aspecto al que prestaron especial atención, ya que se aplicó una triple cantidad de plata para dar un color mucho más saturado que en la mayoría de fotos no se puede apreciar pero que visto en directo es un tono perfecto para la cinta, sobre todo para dar sobriedad al tono metálico de los Terminators y demás abalorios metálicos. La fotografía es el complemento perfecto al estupendo trabajo en el diseño de producción, pues el universo representado en el film es una hermosura en términos apocalípticos. Toda la ambientación es una maravilla, aunque no se parezca tanto al espectáculo oscuro visto en "Terminator" y "Terminator 2" la verdad es que es mucho más refinado y depurado de la forma que lo han mostrado en esta cuarta película; casualmente mientras veía la película me venía a la mente la novela de "La Carretera" de Cormac McCarthy, y por lo visto el mismo McG confesó haberse inspirado en dicha novela para la ambientación post-apocalíptica del film. Han logrado un tono perfecto, el ambiente expresa tristeza, soledad y perdición, pero sin parecer constantemente un bombardeo nocturno.

La cinta ha vuelto a estar desprovista del humor que se incluyó en "Terminator 2" y luego en "Terminator 3", dando por entendido que este nuevo comienzo no necesita el componente de comedia para tirar adelante, y ese aspecto me parece un acierto. En cambio tampoco tiene el suspense de otras entregas, donde la caza del Terminator de turno siempre resultaba de una excitación máxima. Este aspecto se echa ligeramente de menos, pero a cambio tenemos las clásicas escenas de acción que caracterizan a la saga, con persecuciones trepidantes, incluyendo esta vez motos-terminators (que sinceramente me han parecido una ida de olla total) o extraños combates con esa especie de anguilas mecánicas (otra idea loca). Lo que sí que debe agradecerse es el uso de maquetas y robots en vez de implantar los efectos por ordenador (CGI) de primeras, lo cual le da un tono mucho más cercano y realista, por muy bien que estén hechos los efectos por ordenador hoy en día aún no son capaces de engañar a nuestro subconsciente (también se ha usado el CGI, pero no tanto como se suele utilizar hoy en día). También es todo un acierto el diseño de los Terminators, sin duda es lo que más se echaba a faltar y donde han tenido mucho tino, los T-600 son realmente espectaculares (estéticamente me parecen lo más acertado del film) y la secuencia en la cual tienen el primer encuentro con Wright en Hollywood es una gozada. También debe destacarse, como no, uno de los momentos cumbres de la película: la aparición (digital) del grandísimo Arnold Schwarzenegger como el T-800, el último modelo de Terminator preparado para infiltrarse. Pese a notarse el renderizado está muy lograda la integración de la cara en el cyborg y su escena es una de las que más se deberían aplaudir en la cinta. Merecidamente el T-800 es quien acaba teniendo el espectacular enfrentamiento con Connor y Marcus, recordándonos el pavor que debíamos tenerle al Terminator en un final que recuerda a las otras dos películas que abrieron la saga, enfrentándose al cyborg en un entorno industrial sin nada que hacer contra él.

"Terminator Salvation" es una estupenda película de acción y Sci-Fi, no sigue para nada la línea de las tres anteriores películas y se decanta por resetear la saga, lo cual es bueno si siguen por este camino, pero antes de volver a rodar otro film deberían plantearse el tomarse las cosas con calma y no volver a repetir errores tan garrafales como el inconsistente montaje, las incongruencias y lo predecible del guión y la atropellada banda sonora, que atribuyo simplemente a las prisas e imposiciones de la producción. Si consiguen depurar esos aspectos y mantener la excelente calidad de la grisácea fotografía, el fabuloso nivel del sonido y las grandes interpretaciones pueden mejorar mucho la siguiente película de la saga, lo cual es algo muy positivo ya que tienen la posibilidad de depurar dichos aspectos que darían como resultado una película muy superior. También el hecho de que la película tuviera algo más de violencia y no estuviera clasificada solo para mayores de 13 años daría un tono más serio a la producción, que al fin y al cabo es lo que buscan. Si no fuera por la espectacularidad de las secuencias de acción, que son uno de los mayores ejes de la película, porque realmente el apartado técnico me ha convencido y porque me ha encantado la fabulosa aparición del nuevo y definitivo John Connor, le daría menos puntuación a la película, sobre todo por el elemento que más me ha mosqueado, el montaje, pero como finalmente ha logrado distraerme y en algunas ocasiones muy puntuales fascinarme le daré un siete muy justito que la avala como una película que merece ser vista, porque aunque sea irregular puede ser bastante disfrutable si la ves con amigos. Lo malo quizá sea que no será una película excesivamente memorable, pero para eso ya estarán las siguientes entregas, eso seguro.

Mi puntuación: 7/10.

martes, 2 de junio de 2009

Tetralogía "Rambo", ¡esto es un infierno!

El icono bélico por antonomasia, el veterano de Vietnam por excelencia.

Es curioso cuando uno se para a analizar la filmografía compuesta por las cuatro películas de John Rambo y se da cuenta de la extraña evolución que ha sufrido el personaje a lo largo de estas. John James Rambo ha pasado a lo largo de su historia cinematográfica de ser un fugitivo y un incomprendido a ser un héroe nacional, la última esperanza blanca, para acabar siendo en última instancia sencillamente el defensor no ya de la patria sino del bien y la justicia, impartiéndola por sus propios métodos (esto es, plomo y fuego) pero teniendo siempre como cimientos su insaciable sed de sangre, su irremediable pasión por la guerra, la muerte y la desolación, por mucho que intente oponerse a su naturaleza asesina una y otra vez.

Las películas de Rambo no admiten medias tintas, o lo amas o lo odias, o lo entiendes o lo rechazas. Incluyendo la última película, realizada el año pasado, estas películas son la máxima expresión del cine de acción de los 80, sobre todo la segunda y la tercera partes, porque la primera casi se puede analizar independientemente de las otras tres debido al cambio de estilo que supone respecto a sus predecesoras, y la cuarta pese a haberse rodado a finales de esta década mantiene una filosofía muy próxima al cine de aquella época, de los sucios y duros 80. Rambo es hoy en día el icono de la guerra (todos conocemos la expresión "hacer el Rambo" que se usa mucho en el cine y cotidianamente), del perfecto soldado americano que lucha por su patria (aunque realmente no lo haga precisamente por su patria) y defiende al débil matando a comunistas y "amarillos" mientras la bandera americana ondea a la retaguardia; eso es lo que gusta ver a los aficionados del cine de acción de los 80 y 90, aquel cine honesto, simple, violento (aunque es curioso ver como esa supuesta híper-violencia se ha quedado desfasada con el tiempo respecto a la actual) y sobre todo visto como un entretenimiento inocente y vacío, satisfactoriamente vacío. A continuación repaso la saga entera, analizando los elementos que han convertido a cada una de sus películas en míticas y puntuándolas dentro de su género, por supuesto.

"Acorralado" (1982).

Un día cualquiera puedes meterte con el tipo equivocado...

La novela de David Morrell llamada "Primera Sangre" ("First Blood", título original de la película) inspiró varios guiones que no se vieron materializados hasta que un floreciente y famoso Sylvester Stallone, que ya formaba parte del star-system hollywoodiense gracias a las tres primeras películas de la saga "Rocky", se interesó en el proyecto. Stallone metió mano en el guión de William Sackheim y Michael Kozoll para hacer del personaje alguien más heroico (aunque en esta primera película de heroico no tenía nada) y bondadoso que el de la novela de Morrell, cambiando varios aspectos fundamentales como el mismo final (del que por cierto existe un final alternativo más semejante al de la novela donde Rambo moría). "Acorralado" es un drama disfrazado de película de acción; debido a la evolución del personaje es usual (y lógico) asociar las cuatro películas de la tetralogía a la acción más vehemente pero con la primera debe hacerse una excepción ya que en este caso la acción/violencia solo sirve de excusa para contar una historia, una dura historia, todo sea dicho de paso, que además es en cierto modo reivindicativa o exclamativa con respecto a un hecho que era relativamente reciente entonces, como era el rechazo popular a los jóvenes que combatieron en la Guerra de Vietnam, que de la noche a la mañana pasaron de ser héroes a villanos al cambiar el uniforme por su ciudadanía.

Es evidente que hay dos conceptos sobre los cuales gira el film: primero, el horror de la guerra, y segundo, el rechazo del pueblo hacia unos chavales que defendieron (o desde luego eso creían estar haciendo) su patria y la libertad para poder proporcionar un futuro a su nación, y que no solo no recibieron una gratitud equivalente a su sacrificio sino que fueron tratados como parias. Cuidado, no me estoy posicionando a un lado u otro, simplemente estoy enunciando lo que se puede observar en el film, el evidente cinismo de la cultura norteamericana con respecto a aquella guerra y la forma que tiene "Acorralado" de denunciar ese aspecto mediante el sufrimiento y frustración de John Rambo, un hombre transformado en una máquina de matar por su país que una vez finalizado el conflicto ya no tiene un lugar donde estar ni al que pertenecer; se dedica a vagabundear intentando encontrar un enlace con su antigua y añorada vida —buscando a sus antiguos compañeros, todos muertos—, en la cual era alguien importante, con poder e ilusión, con un objetivo que cumplir, con una meta que alcanzar, alguien admirado y cómodo con la vida que llevaba pese a los horrores vividos. El desarraigo, el rechazo, la desesperanza de Rambo se refleja en la cara del actor, una mirada inocente que encierra sufrimiento y tristeza y que por las circunstancias acaba desatando la ira y la locura de la guerra. «Les podría haber matado a todos, podría haberle matado a Usted. Usted es la ley en la ciudad pero aquí la ley soy yo. No insistan, márchense o se verán metidos en una guerra que no olvidarán. ¡Lárguense!», le dice Rambo al Sheriff, el detonador de la masacre.

Es irónico que sea en la Ciudad Esperanza donde tiene lugar la historia del film, un tranquilo pueblo montañés en el que no parece pasar nunca nada y donde el Sheriff Will Teasle (brillante Brian Dennehy) se muestra intolerante y fascista. A Rambo lo prejuzga y juzga sin darle la oportunidad de demostrar si será un problema o no para el pacífico pueblo (y de no ser de la intervención del Sheriff no lo hubiera sido, pero vaya si lo acaba siendo) y los traumas y fantasmas pasados de Rambo florecen de nuevo cuando sufre las vejaciones y maltrato de los policías locales, lo que acaba por desatar el calvario vivido por todos. Recuerdo haber visto esta película cuando era pequeño en alguna reposición por la televisión y aluciné, entonces me fascinó la idea de que un solo hombre fuese capaz no solo de escapar de otros tantos armados sino encima conseguir reducirlos y meterles el miedo en el cuerpo, y todo sin matar a (casi)nadie. La inclusión del personaje del Coronel Trautman (memorable Richard Crenna) resulta un perfecto elemento narrativo para dar mayor peso a la leyenda del soldado invencible, y además presenta a un personaje que durante dos películas más sería una bandera de la saga.

Las escenas de acción son contenidas (no hay grandes alardes), varias persecuciones en vehículo y a pie, un par de tiroteos y alguna escena de caza y todas son de una calidad notable, de gran sencillez y bastante realismo dentro de lo cabe (luego la saga derivó hacia un —estupendo— surrealismo y desproporción) aprovechando el terreno montañoso del bosque que es el marco perfecto para esta pintoresca historia. "Acorralado" es el ejemplo de película dramática con la acción como excusa, y no al contrario, con la cual se puede disfrutar además de la lectura simple (Rambo se carga todo lo que se le ponga delante) y de la lectura más profunda (Rambo es un pobre chico traumatizado con la guerra e inadaptado en su propio país), escarbando un poco en su superficie y encontrándonos con grandes diálogos con los que disfrutar entendiéndolos de las mismas dos maneras. El épico discurso final es de aquellos de los que uno no se olvida, que han pasado a formar parte de la historia del cine, un emotivo monólogo por parte de Rambo que deja clara la intención y conceptos del film, y que resulta el broche perfecto de la cinta. La brillante y aclamada composición musical de Jerry Goldsmith y la excepcional dirección de Ted Kotcheff respaldaron la calidad del film que personalmente considero el mejor de los cuatro, aunque se aleje del estilo del resto de la saga, siendo una de aquellas películas memorables que de vez en cuando merece la pena revisionar porque ha conseguido mantener el tipo con los años. Un clásico total.

Mi puntuación: 8/10.

"Acorralado. Parte II" (1985).

Se acabaron los dramas, ahora toca vivir la guerra.

Tres años después del éxito de "Acorralado", que cosechó unos resultados de taquilla extraordinarios en comparación con su reducido presupuesto, llegó la secuela que se desligaba por completo del argumento establecido en la novela de David Morrell y que tomaba otro camino completamente diferente a ésta. Adiós al drama, hola a la acción ochentera. Rambo entraba en el campo de la acción descabellada convirtiéndose en una de las películas que definiría el género en los 80', adoptando un arriesgado giro con respecto a su sucesora en una clase de película que poco tiene que ver con aquella. El guión de "Acorralado. Parte II" corrió a cargo de Sylvester Stallone y James Cameron (sí, el mismo Cameron de "Titanic", "Aliens" y "Terminator", aunque por aquel entonces solo había realizado el guión de ésta última) aunque por lo visto fue el actor el que dio un cambio importante a la historia que tenía intención de hacer Cameron. El enfoque de Stallone fue claro, realizar un film de acción donde Rambo resucitase a sus fantasmas y de paso se cargara a todos los comunistas que pudiese. George P. Cosmatos, quien realizaría un año después la perla "Cobra, el Brazo Fuerte de la Ley" protagonizada por el mismo Stallone, fue quien dirigió esta segunda película que es una declaración de intenciones desde que empieza con una gran explosión; seguro que Michael Bay tomó buena nota de lo visto en este film.

"Acorralado. Parte II" define el abecé de las películas de acción de sudor y cerveza de los ochenta: comienza con una misión compleja que por supuesto aún se complica más, un hombre contra un ejército, sigue con secuencias de acción frenéticas de persecuciones, infiltraciones y tiroteos y acaba con una gran masacre que culmina con el héroe ensangrentado caminando hacia el horizonte. La diferencia con otras películas, y esto es algo que define a la saga entera, es que aquí no hay lugar para el romance. Pese a eso esta segunda película es la única en la cual hay un ligero acercamiento entre Rambo y una mujer, aunque finalmente no se consuma nada ni llegue más lejos del intercambio de un collar. En esta película se materializan escenas tan míticas como la clásica en la que Rambo prepara su material, armamento y ropa, que se ha convertido en un icono del cine de acción y un tópico estándar. También es la única cinta que incluye un pequeño giro de guión, que busca algo un poco "enrevesado" (por lo menos más que el resto de películas de la saga) con lo que aumentar la tensión, aunque lo realmente importante es ver al veterano del Vietnam matando vietnamitas y rusos como si fuesen moscas. El argumento de esta película se centra en la misión que se le asigna a Rambo a cambio de su libertad, que consiste en ir a Vietnam a comprobar si aún existen prisioneros de guerra norteamericanos para organizar un rescate, pero una vez allí descubrirá que solo ha sido un peón utilizado para favorecer los intereses poco honrosos del teniente Murdock, que enseguida entenderá que haber traicionado a Rambo es el peor error que haya podido cometer.

Ahora Rambo tiene tres enemigos que combatir, los vietnamitas, los rusos que les apoyan y los americanos que no les importa una mierda la vida humana. Repite Richard Crenna como el Coronel Samuel Trautman, el único en quien puede confiar Rambo, y se añaden dos estupendas figuras como son la del Teniente Coronel Steven Berkoff, el ruso al mando del campamento de prisioneros, y Charles Napier como Marshall Murdock, ambos en estupendos papeles de cerdos sin escrúpulos. Julia Nickson-Soul (que interpreta a Co Bao) tiene el honor, quizá junto a Julie Benz en la cuarta película, de ser la única chica que tuvo un ligero y discreto acercamiento al veterano de Vietnam, aunque esto no es más que un conato de romanticismo frustrado. Y es que no en vano se puede comprobar en una tabla que circula por internet con las estadísticas de la tetralogía donde el número de escenas de sexo es nulo en todas ellas. En cambio el número de muertos es exponencial... como debe de ser. Y es que ser una chica-Rambo no es lo mismo que ser una chica-Bond, desde luego.

Esta segunda película representa un tipo de cine que ya no se hace... excepto por el mismo Stallone, claro. En 1985 no se aplicaba el estilo (genial, pero de distinta forma) de las películas de acción actuales de Jason Bourne o del nuevo James Bond, aquello consistía en matar y matar sin dejar de gastar balas y sin reparar en explosiones, donde John Rambo representaba la invulnerabilidad y el orgullo americano que por muchos disparos que se le dieran nunca acababa seriamente herido (o si lo acababa se recuperaba en un momento). Las secuencias de acción de aquella época no eran menos espectaculares que las de la actualidad —eso sí, muy diferentes— donde todo explotaba, ya fuera una barca o una casa de paja, y donde los enemigos caían sin el menor destello de compasión ni duda y que al morir recibían un sonoro aplauso y exclamación; los vietnamitas y rusos eran malos, muy malos, había que acabar con ellos y para eso estaba el héroe nacional: John Rambo había pasado de ser un fugitivo incomprendido a un héroe nacional, y todo por la obra y gracia de Sylvester Stallone que definitivamente se convirtió en un héroe del cine de acción al mismo tiempo que lo hacía su colega Schwarzenegger. Por cierto, esta fue la única película que recibió una nominación al Oscar, por el montaje de sonido, además de ser la más taquillera con una gran diferencia.

Mi puntuación: 7/10.

"Rambo III" (1988).

La guerra nunca cesará.

Tras la sorprendente —por el cambio de estilo— segunda parte llegó en 1988 "Rambo III" que fue la que durante 20 años cerró la trilogía de Rambo. Según el Libro Guinness de los Récords fue la película más violenta jamás rodada, con el mayor número de víctimas de la historia del cine (cosa que la cuarta película superó sin problemas), lo cual fue parodiado debidamente en la mítica "Hot Shots 2" (incluso con la aparición del mismo Richard Crenna). En esta película vemos como John Rambo se aparta de los problemas ganándose la vida en Tailandia en luchas clandestinas y viviendo una vida espiritual, hasta que el Cornel Trautman le viene a asignar la enésima misión que él rechaza. La misión consistía —ojo a las ironías de la vida, teniendo en cuenta la guerra que en la actualidad ha librado EEUU— en dar apoyo a las tropas rebeldes en Afganistán mediante suministro de armas para repeler las fuerzas soviéticas que trataban de invadir el país. Ante la negativa de Rambo es el propio Trautman quien acaba ejecutando la misión y tras fallar es capturado y torturado por un Coronel ruso inquebrantable. Es entonces cuando Rambo se ve con el deber moral de ayudar a su antiguo mentor y rescatarlo del inhóspito terreno afgano en el que el Coronel Zaysen tiene desplegado su campamento.

Rambo meets "Lawrence de Arabia"; la saga del veterano de Vietnam deja los terrenos selváticos y boscosos de las anteriores películas y se pasa a los secos desiertos del país oriental, siendo esta la película que más tarda en arrancar pero que una vez lo hace desata una estupenda y disfrutable masacre. Cambia el escenario, pero no lo hace Rambo, que debe volver a convertirse en Guerra y nos vuelve a deleitar con el mismo patrón que en la anterior cinta; infiltración en campamentos, emboscadas en la penumbra, tiroteos de máxima exageración, flechas con punta explosiva... en definitiva, un solo hombre contra un ejército una vez más, una gozada de nuevo. Se puede notificar que hay en esta película un ligero componente de humor que no se ha visto en ninguna de las otras películas de la saga, resulta algo tópico y es algo que muchas películas de los 80' tienen, y es quizá algo que no me cuadra para nada en esta saga pero igualmente es perdonable. Se estrenaba tras la cámara el director de fotografía y asistente de dirección Peter MacDonald y lo hacía de forma solvente, y es que lo de menos en estas películas es la calidad artística de la dirección (aunque se pide un mínimo, claro).

Sylvester Stallone volvió a firmar el guión, esta vez junto a Sheldon Lettich, en el cual Rambo colaboraba codo con codo con los afganos, liderados por Masoud (estupendo Spiros Focás) y cuyo objetivo común de derrocar a los soviéticos resulta en los tiempos que corren una visión tan cínica como irónica. Rambo vuelve a desatar la guerra y esta vez sí cabe es más exagerada, el libro Guinness no exagera pues la que se lía en el poblado muhaydin y en el campamento soviético es digno de figurar en los registros: 78 enemigos exterminados por Rambo y un total de prácticamente 130 víctimas de ambos bandos en total. Crema fina, oigan. A destacar la escena de la cueva en la que Rambo acaba selectivamente con un grupo de élite soviético armado tan solo con su famoso arco y sus flechas explosivas, una escena clásica de las películas, y el posterior enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el típico gigantón guardaespaldas del villano de turno, que tan de moda se puso en la saga Bond desde "Desde Rusia con Amor" y luego explotó, entre otras, en la saga de "Indiana Jones". Stallone, que en esta tercera película gozó de uno de los físicos más imponentes, definidos y voluptuosos que ha lucido en su carrera, también se lució en la mítica escena inicial que se convirtió en una escena clásica de la saga, donde lucha cuerpo a cuerpo en un corral tailandés en el que se realizan apuestas y combates salvajes, y donde Rambo se parte la cara con una mula en una escena de lucha que hasta el momento era algo inédito en la saga.

Jerry Goldsmith firmaría la BSO por tercera y última vez, pues cuando se estrenó la cuarta película el compositor norteamericano ya había fallecido pocos años antes. La composición musical de "Rambo III" fue de las más extensas (reciclando también material de las otras dos entregas), pero finalmente gran parte de esa partitura no se incluyó en el metraje final, cosa que fue subsanada años más tarde en reediciones posteriores. En definitiva "Rambo III" fue una evolución lógica de "Acorralado. Parte II", siguiendo la misma senda de ésta y aumentándolo todo un grado para ser tanto o más espectacular y proporcionar a los espectadores una nueva entrega del héroe americano. El enemigo del comunismo (ahora parece un tema desfasado pero entonces la Guerra Fría era algo que los norteamericanos seguían viviendo) se alzó como héroe definitivo del cine de acción, y todas las películas contemporáneas copiaban ya sin pudor el estilo y carácter de sus películas, sin contar ya las películas de serie-Z que encontraron una mina en las últimas entregas de Rambo. La tercera película tiene más "de todo" que la segunda, aún así no me parece tan divertida como aquella pero lo que sí que consigue es entretener y divertir, que es el objetivo evidente de estas películas en concreto, y es por eso que pese a bajar un poco el nivel sigue siendo una película a revisionar de vez en cuando, por su toque gamberro y por su cantidad de escenas épicas y exageradas que tiene.

Mi puntuación: 7/10.

"John Rambo" (2008).

La mayor (y mejor) carnicería que nadie podía imaginarse.

Salvaje. Es la primera palabra que a uno le viene a la mente. Salvajismo, brutalidad, barbaridad, atrocidad... todos son sinónimos de "John Rambo". Veinte años después de la última película Stallone sorprendió a todos con el anuncio de la cuarta entrega de la ya abandonada (y añorada, por supuesto) saga del veterano de Vietnam. Primero hubo incredulidad, luego sonaron risas, pero tras el estreno de la más que notable y digna "Rocky Balboa" y la materialización del talento tras la cámara y la buena forma de Sly lo que hubo fue una mezcla entre reserva e ilusión. Todos teníamos en mente al fibroso Stallone de "Rambo III" y no nos podíamos imaginar como un tipo de 60 años podría volver a encarnar a este diablo de la guerra, pero el potro italiano dejó claro que lo suyo es el cine y que la pasión y respeto que siente por el género que le dio tantos triunfos sigue siendo tan grande como antaño. "John Rambo" dejó claras muchas cosas, primero que el talento tras la cámara de Stallone es evidente, en "Rocky Balboa" hizo un trabajo excepcional (en serio, fue un trabajo que me enamoró) y aunque en esta cuarta entrega de Rambo no alcanzase el maravilloso nivel de aquella la verdad es que es una realización impecable la que lleva a cabo (es la primera de Rambo que dirige). Queda patente que Stallone no es un actor descerebrado, es también guionista, director y productor de muchas de las películas en las que ha participado, ha sido guionista de todas las entregas de Rocky y las de Rambo (esta cuarta la co-escribió con Art Monterastelli) y encima sabe ofrecer a la gente lo que busca. La segunda cosa que se materializó fue el buen estado de forma del actor, que pese a no lucir pectorales en esta entrega sí que tiene una gran agilidad y fuerza impropias de alguien de su edad; si alguien nos hubiera dicho hace 20 años que un actor y personaje de 60 hubiese protagonizado una película de acción como esta no le hubiéramos creído. El tercer factor a destacar es el estupendo sabor de boca que Stallone sabe dejar con sus películas; son humildes y sencillas, pero tremendamente efectivas.

"John Rambo" es una película de acción con cierto espíritu añejo de los 80/90, y eso siempre viene bien. Es muy importante destacar que es una película sin pretensiones que ofrece mucho más de lo que se espera de ella, y es básico entenderla como tal. Como diría cierto espartano: «This is Rambo, y aquí todo vale. Si "Rambo III" aumentó la tasa de muertes y acción con respecto a su predecesora aquí lo que hace "John Rambo" es romper todos los registros y bodycounts habidos hasta la fecha, logrando una cifra nunca vista hasta el momento como es un total de casi 240 muertes, 80 de las cuales son obra solo del ajado John Rambo. La película es corta, su duración ronda los 90 minutos pero realmente, sin contar créditos, es una hora y cuarto de metraje, y ese cuarto de hora final es lo más grande visto en el cine de acción en toda la historia. En serio, siendo sinceros la película es algo floja durante todo su metraje con la excepción de algunos episodios aislados como los ataques birmanos que le encogerían el estómago a un verdugo, el lanzamiento de arco de Rambo en una escena y la maravillosa infiltración en el campamento birmano, pero no es hasta el final cuando la película se destapa y se convierte en uno de los momentos más espectaculares que he vivido en una sala de cine en toda mi vida. Uno no sabe muy bien qué tipo de film está viendo al principio, se le ve un toque de hijoputez supina pero no atina uno a clasificar qué tipo de cine de acción es... hasta que comienza la GRAN MASACRE. A partir de La Explosión —así con mayúsculas— que todos sabréis si habéis visto el film se desata la mayor de las carnicerías vistas, un holocausto birmano digno de figurar entre las mejores secuencias de acción de la historia donde la bestialidad hace el acto de presencia definitivo. Una escena que nos obligó a tensar los músculos a los asistentes de aquella sesión, una secuencia que no pararemos de rememorar.

Antes de eso el catálogo de barbaridades por parte de los (bastardos sin alma) birmanos es imponente: niños disparados a bocajarro, aplastados, ensartados con bayonetas y tirados al fuego en vida, piernas, cabezas y brazos cercenados, cuerpos partidos en dos, mutilados, descuartizados y quemados, gargantas arrancadas, cabezas desintegradas y trituradas, gente exterminada sin vacile, cayendo como moscas... todo en "John Rambo" tiene cabida, y es que como dijo Stallone en una de las entrevistas de promoción la guerra no es "pum pum, te doy un tiro y estás muerto", sino que en la guerra se ven las peores atrocidades que uno pueda soñar, y eso es lo que quiso mostrar el actor norteamericano. La película es básicamente sudor y sangre, más lo segundo que lo primero, sin lugar para el humor y demostrando una gran valentía por parte de Stallone a la hora de mostrarnos la violencia; a ver qué película de lo que llevamos de s.XXI es capaz de enseñarnos unas barbaridades tan grandes y explícitas como "John Rambo"... ninguna. Es de ley destacar este factor como una de las mejores cualidades del film. Un punto sobre la i, una declaración de intenciones, un canto a la más profunda violencia descarnada, y en el fondo inocente, del cine como entretenimiento, de la exageración y de la espectacularidad. El argumento de esta cuarta película coloca al protagonista en una posición semejante a la de la tercera película. John vive apartado de todo en Tailandia, allí tiene una vida austera, ganándose la vida cazando serpientes y sirviendo de barquero. Un grupo de misioneros que defienden la causa del pueblo birmano le pide a Rambo que les lleve hasta el país vecino para realizar tareas humanitarias y tras ceder a regañadientes se entera más tarde de que el grupo ha sido capturado por una guerrilla del ejército birmano tras arrasar el poblado en el que los dejó. Rambo, hastiado del mundo y su naturaleza violenta, decide volver para ayudar al grupo, acompañado de un grupo de mercenarios que no tienen idea de con quién se han asociado, y pronto descubrirán que el simple barquero es mucho más que eso...

Existen muchas semejanzas con la segunda película, por el escenario de selva tropical, por el tipo de villanos (aunque no aparezcan soviéticos), por la misión de rescate (una vez más), aunque finalmente se desarrolle de una forma bien distinta, sobre todo en su tramo final. Respecto a los personajes no se profundiza demasiado en ninguno, quizá algo en Rambo explorando su naturaleza y motivación en varias ocasiones, pero al final simplemente se le despierta el demonio de su interior y hace lo que mejor sabe, y menudo disfrute cuando se abre la caja de pandora. Se incluyen varios personajes como excusa para motivar la actitud de Rambo (como Sarah, interpretada por Julie Benz), o algún que otro mercenario con cierta importancia en la trama principal (Matthew Marsden como School Boy), pero lo realmente importante es ver cómo se mueve el pesado Rambo, como imparte justicia con sus propias manos, como sigue corriendo y saltando como en el primer día, como se puede leer la pasión de la guerra en sus ojos. Como he comentado en la anterior película no se pudo contar con Jerry Goldsmith debido a su muerte, igual que se tuvo que prescindir del Coronel Trautman (y Richard Crenna, que no sobrevivió el cáncer), y para sustituir al compositor fue Brian Tyler ("La Conspiración del Pánico", "Constantine") quien realizó una BSO excepcional que aprovecha algunos de los temas de Goldsmith y resulta ser una partitura perfecta para avivar los momentos de crudeza máxima y frenesí del film. "John Rambo" es una película que debe verse, por su valentía, su falta de pretensiones, su humildad y honestidad respecto al espectador y que merece sobre todo una especial atención a los últimos 15 minutos comentados, una barbaridad y maravilla absoluta que engrandece la cinta hasta el límite, a pesar de que durante los 60 minutos anteriores fuera más discreta.

«Sabes lo que eres, lo que llevas dentro. Llevas la guerra en la sangre. No luches contra eso. No mataste por tu país, mataste por ti. Dios nunca dejará que olvides eso. Cuando te empujan, matar es tan fácil como respirar.»

Mi puntuación: 8/10.

Rambo es Guerra, y a nosotros nos gusta Rambo porque es la exageración de la realidad, una caricatura de la crueldad de la guerra que hace que la aceptemos algo mejor. Vista como entretenimiento, esta tetralogía tiene todo lo que se puede pedir para una tarde de cine con colegas, palomitas y Coca-Cola. Esperaos que no hagan la quinta parte, que si no me equivoco el bueno de Stallone ya está preparando, aunque antes tendremos que ver "The Expendables", también escrita y dirigida por esta leyenda viva del cine de acción que se ha empeñado en seguir deleitándonos con lo que en su día nos hizo felices y que con el paso del tiempo sigue ganando en nostalgia. Suerte que este Tiranosaurio del cine de acción sabe lo que nos gusta. Ave, Stallone.