miércoles, 30 de septiembre de 2009

"Resacón en Las Vegas". Colega, ¿dónde está mi colega?

Otro embrollo épico en la Ciudad del Pecado.

La comedia más exitosa del año tiene como eje argumental un concepto mil veces llevado al cine, la trillada historia de una resaca/noche loca en Las Vegas, pero consigue hacer reír de forma sincera y honesta. Todd Phillips, director de comedias como "Escuela de Pringaos", "Starsky y Hutch", "Road Trip: Viaje de Pirados" y "Aquellas Juergas Universitarias", acaba de hacer cuajar su sello con esta "Resacón en Las Vegas" (cuya traducción literal del título original, "The Hangover", es tan sencilla como "La Resaca"), un estilo que parece beber directamente del cine de la factoría Apatow, es decir que tiene un estilo similar a las películas del productor, director y guionista Judd Apatow, autor o activo partícipe de la mayoría de comedias de éxito comercial y de crítica del último lustro, incluyendo "Un Lío Embarazoso", "Superfumados", "Virgen a los 40", "Funny People", "Supersalidos" y "El Reportero" (en cualquiera de las tres facetas). Este tipo de comedia se aleja del gag fácil y estúpido pero no olvida lo soez, estrambótico y cotidiano para hacer reír, mostrando un destape atípico hasta hace pocos años que responde a la necesidad de cambiar las fórmulas de un género que envejece y pasa de moda mucho más rápido que otros, ya que el humor es tan cambiante como la propia sociedad.

Desbaratar el límite entre lo surrealista y lo terrenal es una baza que juegan los autores de las comedias contemporáneas, una forma de mostrar situaciones en una envoltura real que se desarrollan de forma no tan tangible, donde los protagonistas no hacen más que sufrir desgracias y situaciones inimaginables y sorprendentes, poniéndolos en situaciones extremas para que broten los instintos animales que tienen, todo enfocado desde un punto de vista cómico y satírico que se empeña en torturar con situaciones imposibles a los angustiados protagonistas, que en los últimos años han sido representados por actores con rostros desconocidos que han dado un paso adelante en su carrera gracias a sorprendentes papeles exitosos como Jonah Hill en "Supersalidos", Seth Rogen con "Un Lío Embarazoso" o Steve Carrell con "Virgen a los 40".

Esta vez la sorpresa la ha dado el semi-desconocido Zach Galifianakis, actor con cantidad de series y papeles secundarios en cine a sus espaldas que definitivamente ha dado el salto con "Resacón en Las Vegas", y es que en esta película se convierte en el epicentro de las bromas y puntazos cómicos. 'El Barbas', como se le puede conocer, o Alan, el cuñado, es un personaje infantil, extravagante y desconectado de la realidad que resulta ser el más simpático del elenco de personajes y que desde ya se ha convertido en uno de los futuros actores cómicos a tener en cuenta. De los cuatro protagonistas es el que más destaca, pero creo que no sería justo olvidarse de otro grande, Stu, interpretado por Ed Helms, otro actor que al igual que Galifianakis tiene una amplia filmografía en televisión y cine pero siempre con papales secundarios, y en esta película destaca y mucho y solo es eclipsado por el papel de Alan. Helms se luce como el pringao de Stu y sobre todo en su vertiente 'desconocida' durante la fatídica noche, lo cual, todo sea dicho de paso, es de las cosas que me causaron más carcajadas. El reparto principal lo cierran Bradley Cooper como Phil, fiestero y decidido y quizá el mayor protagonista de la película. El actor, protagonista de la reciente "El Vagón de la Muerte", también tiene una buena filmografía en series y cine como secundario, y es que parece que el perfil de los actores del reparto principal es semejante, experiencia en todo tipo de series televisivas y como secundarios y terciarios en cine (quizá buscando abaratar costes de contratos, quien sabe). Quizá Justin Bartha, quien interpreta a Doug, el novio, el más responsable, es una pequeña excepción ya que su experiencia en TV no es tan amplia como la de los otros tres actores (que también la tiene, ojo) y solo se ha limitado a algunos papeles secundarios destacando el compañero de aventuras de Nicolas Cage en "La Búsqueda" y su secuela. Doug se pasa media película desaparecido y es el objetivo que mueve a los otros tres protagonistas, recordar la noche pasada y encontrarlo, así que prácticamente funciona como leitmotiv.

La película asegura diversión, había hablado con mucha gente antes de verla y parecía haber unanimidad en que la película proporcionaba unas buenas risas. Definitivamente "Resacón en Las Vegas" provoca varias carcajadas, bastantes risas y algunas sonrisas, por lo que no se le puede pedir más, y sus precisos 100 minutos de de duración están repletos de situaciones alocadas, ridículas y delirantes. He de reconocer, por eso, que el tramo central se me hizo algo más pesado que el inicio y el final, aunque el término concreto con el que definiría ese segmento sería irregular, ya que tiene bastantes momentos de pura gloria como lo de la casa de bodas, las aventuras de Alan en casa de Mike Tyson o el asunto con la mafia china y otros que se hacen algo más tediosos y bajan el nivel como el asunto con la policía y los tásers. Quizá lo que menos me ha gustado es que sobre todo en el tramo final se decidan por los convencionalismos, algo que durante el resto de metraje habían tenido el detalle de eludir, pero en el cuarto final es cuando dejan de arriesgarse y se encaminan en una senda más tópica, predecible y mucho menos gamberra que lo que debería haber sido. Eso sí, los créditos de cierre arreglan toda dulcificación en el final y son definitivamente uno de los mejores créditos que recuerdo haber visto (si no los mejores) donde acabé despidiendo la película a carcajada limpia por medio de un elemento tan sencillo como fotografías a modo de diapositivas que son la perfecta clausura a una comedia que debería haber sido fiel a ese estilo gamberro durante todo su metraje. Ni se os ocurra levantaros de la butaca cuando aparezcan los créditos, para mí son quizá lo mejor de la película.

Otro de los puntos interesantes de "Resacón en Las Vegas" es ese pequeño componente de "suspense" (entrecomillado) que nos despierta el saber qué ha pasado durante la famosa noche en Las Vegas... Salvando las distancias la sensación que nos provoca es parecida a la de "Memento" o "Vals con Bashir" donde vemos como se va formando una imagen del pasado a través de las distintas visitas que hacen los tres protagonistas a los personajes que se cruzaron en esa noche, y más lejanamente puede recordar a la diametralmente opuesta en cuanto a intención "Irreversible" por el hecho de ser testigos progresivamente de todos los hechos que han desencadenado el destrozo de los protagonistas al despertarse a la mañana siguiente. Debo reconocer que los estragos de la borrachera en la habitación del hotel es algo que no me impactó tanto como debería en un principio porque, cosas de la vida, recientemente había visto la surrealista "Miedo y Asco en Las Vegas" donde los personajes interpretados por Johnny Depp y Benicio Del Toro arman un follón épico por Las Vegas (y en un par de hoteles en concreto) que casi deja lo de Phil, Alan, Stu y Doug en un juego de niños. No es que eso haga que lo de "Resacón en Las Vegas" sea poca cosa, pero desde luego mermó la impresión de la cogorza y los estropicios causados por los protagonistas.

En la versión española debería destacarse el estupendo trabajo en el doblaje, bastante aceptable y muy poco enfocado hacia "versionar" y despojar del auténtico acento o tono a los personajes, algo que podría llegar a hacerlos ridículos o cambiar el tono de la cinta. No he visto la película en su versión original (supongo que de ser así entonces seguro que me hubiera parecido aún mejor comedia) pero desde luego no hay nada reprochable en el doblaje, y por lo que pude ver tampoco en la traducción, que creo que es bastante correcta. En cuanto a personajes secundarios deben destacarse a Jade, interpretada por Heather Graham, Mike Tyson en un estrafalario, divertido y a la vez lamentable cameo (el que no es actor, no es actor) y sobre todos los demás personajes secundarios el gran Mr. Chow interpretado por Ken Jeong («¡Bye bye hijoputaaaa!») en un amplio reparto lleno de figuras desconocidas o conocidas a medias.

La película ha sido un bombazo en taquilla, es la quinta película más taquillera del año a nivel mundial con $453M mientras que en España está entre las 20 películas de mayor recaudación, todo un éxito teniendo en cuenta sus $35M de presupuesto. Me parece algo inusual que en España haya funcionado tan bien como en América consiguiendo más de $8M ya que otras películas de éxito en EEUU como "Superpoli de Centro Comercial" aquí no han tenido ni de lejos tanta repercusión. De hecho las cifras de "Resacón en Las Vegas" le han asegurado una secuela para los años próximos, algo que es bastante innecesario (estoy convencido de que deberían invertir dicho talento en otras nuevas comedias y no en continuaciones sinsentido) pero que seguramente logrará recaudar unas buena cifras de nuevo. Y no solo los números se han portado bien con la película, la crítica la ha alzado como una de las mejores comedias de los últimos años por lo que el éxito ha sido completo. Creo que son una taquilla y alabanzas merecidas porque es una película bastante simple pero sincera y honesta, no juega a ser una película estúpida y provoca risas con situaciones cotidianas salidas muy de madre. El secreto de la película es quizá que no es tan disparatada como podría parecer, los protagonistas son víctimas del azar y se meten en unos jaleos tremendos debido al desmadre de la tremenda cogorza pero al fin y al cabo no tiene componentes tan locos como otras comedias actuales más tontas, y eso que "Resacón en Las Vegas" no es que sea precisamente una comedia intelectual. No es una simple comedia para adolescentes vacía e insulsa, es una comedia para que disfrute un amplio espectro de público, y consigue lo complicado en estos casos que es hacer reír aún ampliando fronteras de edad. Es una comedia excelente cuyo únicos defectos podrían ser caer en la convencionalidad al final (sin contar con los supremos créditos de cierre) y ser algo irregular durante el tramo central. No es que "Resacón en Las Vegas" sea la comedia definitiva (como por ejemplo lo son para mí "South Park: Más Grande, Más Largo y Sin Cortes", "Hot Fuzz" ["Arma Fatal"] o "Shaun of the Dead" ["Zombies Party"], en las que no puedo parar de reír ni un minuto) pero desde luego asegura 100 minutos de la más sana distracción.

«Eh chicos, ¿sabéis cuándo volverá a pasar el cometa Haley?»

Mi puntuación: 5/10.

viernes, 25 de septiembre de 2009

"Náufragos", fascismo a la deriva.

Gente confinada, aislada y hambrienta... se masca la tragedia.

En 1944 Alfred Hitchcock ya formaba parte de la historia del cine; por aquellas alturas el Maestro del Suspense ya había realizado algunas de sus obras más célebres como "El Hombre que Sabía Demasiado", "Sabotaje (La Mujer Solitaria)" (y su propio remake americano "Sabotaje"), "Rebeca", "Treinta y Nueve Escalones" y "Sospecha", teniendo más de treinta películas a sus espaldas. Habiendo cuajado su etapa norteamericana con seis películas realizadas para Hollywood —a razón de una o dos películas por año— y tras el éxito de "La Sombra de una Duda" Hitchcock buscó una historia que convenciese a la Twenty Century Fox, y para ello decidió adaptar un relato del escritor John Steinbeck que narraba el martirio de un grupo de supervivientes perdidos en el océano fruto de un naufragio por el ataque de un submarino alemán, "Náufragos".

La séptima película de la etapa americana de Hitchcock gozaba de un planteamiento de una simplicidad extrema pero a la vez estaba provista de una gran dificultad para el director, que debía hacer de una película que transcurría en un solo escenario aislado algo entretenido y original. La historia de Steinbeck (que más tarde quiso que se le retirara de los créditos por algunas referencias racistas —principalmente en referencia al "derecho al voto" de Joe, supongo— y problemas con la adaptación de Hitchcock) mantiene un formato muy teatral, con un bote salvavidas en medio del océano a modo de escenario en el cual los nueve protagonistas deben interrelacionarse a la vez que reflejan inquietudes de la época, en plena Segunda Guerra Mundial. El guión de Jo Swerling, avezado guionista que se dice que colaboró en el guión de "Lo que el Viento se Llevó", necesitó que Ben Hecht, también colaborador en "Cleopatra", reescribiera el final, y aunque no es un argumento complejo sienta las bases de un recurrido y clásico tipo de historia en la que unos personajes variopintos, cada uno representando un aspecto de la humanidad/sociedad, son recluidos en una situación de peligro sin vistas a acabar en breve; gente encerrada y asustada que debe convivir, conspirar, mentir, amar... sacar a flote su auténtica personalidad y sus instintos animales y mostrar la verdadera cara del ser humano. Hay que añadir además un elemento detonante que en este caso, además de estar perdidos en medio del océano, es la llegada de un náufrago alemán cuya identidad e intenciones no tienen muy claras, posicionándose en actitudes extremas respecto a qué hacer con él. Muchas películas han partido posteriormente de un argumento parecido aunque no necesariamente con el océano como escenario, un ejemplo es "La Noche de los Muertos Vivientes" donde un variopinto grupo de personas luchan por salvar la amenaza de los zombies recluyéndose en una casa, o también valdría como ejemplo reciente "La Niebla" (2007) de Frank Darabont, donde una amplia masa pierde la cordura ante una amenaza externa desconocida; solo hay que sustituir la soledad del océano por la amenaza externa y el bote salvavidas por el supermercado para ver que en el fondo la historia es la misma.

"Náufragos", la quinta película que he visto del director tras "Psicosis", "La Soga", "La Ventana Indiscreta" y "Los Pájaros", se rodó en blanco y negro pese a que la idea inicial era rodarla en Technicolor, y su reparto iba a ser en principio enteramente masculino pero finalmente se incluyeron tres papeles femeninos, uno de ellos cabeza de cartel: Tallulah Bankhead. La actriz norteamericana, estrella a finales de los años 20 e inicios de los 30, llevaba más de diez años sin trabajar en Hollywood ya que centró sus esfuerzos en el teatro y de la mano de Hitchcock tuvo la oportunidad de volver al escenario cinematográfico (aunque luego pasaran de nuevo más de diez años sin aparecer en la gran pantalla) protagonizando la cinta en la piel de la cínica y adinerada periodista Constance 'Connie' Porter, sin duda el mejor papel de la película y el que muestra más matices, con una gran evolución durante los 96 minutos que dura. Bankhead ganó por este papel el premio de la crítica neoyorquina a la mejor actriz, y es desde luego la que más brilla en la película, mostrando al inicio su impasible actitud, prácticamente ajena al naufragio aunque gozando de una solidez extraordinaria, y finalmente su desesperación y humanización con su acercamiento a Kovac y el hecho de verse desprovista de todo lo que la alza como una intocable. El resto del plantel está formado por personajes variopintos, cada uno de ellos representa un valor de la sociedad, igual que en "El Señor de las Moscas"; John Kovac, interpretado también estupendamente —aunque algo sobreactuado en ocasiones— por John Hodiak, actor de corta experiencia y gran presencia, es el tipo duro, el "hombre anuncio" como le bautiza Connie, un tipo de clase obrera hecho a sí mismo y proveniente de los bajos fondos que lidera la cruzada contra el nazi y se empecina en capitanear el bote siguiendo como única máxima llevarle la contraria al alemán. Podría representar no solo el orgullo y la desconfianza sino también el desprecio por otras clases sociales, aunque en este caso por las que reprimen, evidentemente. Personalmente creo que uno de los dos actores que más destaca en la cinta es William Bendix como el bueno de Gus Smith (o Schidmt), el bailarín con el que "Náufragos" hace al espectador conectar y sentir lástima por él y su esposa, amantes del baile que desean volver a verse. No tienen desperdicio las escenas en las que bebe el coñac y en las que empieza a sufrir alucinaciones, todo un acierto de personaje que cae bien y que vemos como irremediablemente se lanza hacia el abismo de la locura. El otro actor que destacaría en el plantel masculino es Henry Hull, eterno actor secundario, que como Charles Rittenhouse representa la lógica, el raciocinio, la verdadera intención de aplicar ley y humanidad en el bote salvavidas, siempre con su puro en la boca y sus argumentos por delante; la voz de la razón.

A Willy lo interpreta el actor austriaco Walter Slezak, y también es uno de los actores que brilla en la cinta aunque de forma más discreta. Sobre él gira la principal trama acerca de las misteriosas intenciones del alemán, si realmente piensa salvarlos o es una traición, y es que durante la cinta tenemos la certeza de que aunque sea esta segunda intención la que tiene es la única esperanza que les queda a los ocho náufragos restantes para sobrevivir. A su misma vez Willy representaría la desconfianza y perversidad, aunque durante la cinta tenemos la duda si también refleja la ingenuidad y la bondad. De todos modos la película se estrenó en 1944 (tras muchos retrasos en el rodaje que inquietaron a la Fox) y aquella época no era la ideal para mostrar demasiadas dualidades con respecto a los nazis. Tampoco para poner en duda la funcionalidad de la democracia, y es que el mensaje no fue entendido por el público. La fe es personalizada en Joe, cuyo intérprete fue el primero en formar parte del casting, Canada Lee, que antes de "Náufragos" solo había realizado una película (y que luego no llegó a tener demasiado éxito tampoco). Joe también desprende bondad e ingenuidad y es el enlace con la fe y lo divino en la cinta, pero por ello mismo es despreciado en algún momento, por no aferrarse a lo terrenal cuando debe. Mary Anderson interpreta a la enfermera Miss MacKenzie, quien también representa ingenuidad y sobre todo bondad, no tanto como Joe, desde luego, pero también quiere mantenerse ajena a toda la violencia y conflictos generados en el bote. Su historia pasada también cobra importancia, algo de lo que no todos los personajes gozan en la cinta, y finalmente su historia se vuelve algo más tierna junto a la del también prudente Stanley, interpretado por Hume Cronyn, actor de corta experiencia, rostro llamativo y voz aguda que recibió una nominación al Oscar en el mismo 1944 por "La Séptima Cruz". Heather Angel cerraría el reparto como la Sta. Higley, cuyo breve papel protagoniza una de las escenas más espeluznantes de la cinta, cuando estando en shock sus brazos sujetan a un bebé ya imaginario.

Hitchcock es especialista en hacer parecer fácil lo difícil y hacer parecer difícil lo fácil. En "Náufragos" es capaz de hacer que una película difícil aparente ser algo fácil de rodar, y es que el mérito de rodar en un solo escenario y además minúsculo es tremendo. Con solo ocho personajes más uno es capaz de mantener un buen grado de tensión, hacer que el ritmo no decaiga y se vayan sucediendo inteligentemente los capítulos de la historia de supervivencia de los tripulantes del bote, donde la convivencia, las sospechas y la falta de provisiones y agua pronto hace mella en sus relaciones. El realizador rodó todas las escenas en un set y más tarde añadió transparencias del mar y el cielo, y acostumbrado a innovar con técnicas de rodaje consiguió que la fotografía del film se adaptase a la teórica hora real que transcurre en la historia. De hecho una de las tres nominaciones que la película recibió fue a la Mejor Fotografía (en Blanco y Negro), mientras que las otras dos fueron para el Mejor Guión y Mejor Dirección, la forma de premiar el esfuerzo de Hitchcock en la cinta. No se llevó ninguno de los premios a los que optaba ("Siguiendo mi Camino" y "Laura" le arrebataron los galardones), y su nominación a la Mejor Dirección fue la segunda de las cinco a las que el Maestro del Suspense optó durante toda su carrera, un premio que siempre se le negó y que demostró merecer en más de una ocasión. Premios aparte, Hitchcock hace un trabajo excepcional, en ningún momento la cámara abandona el interior del barco y en toda la cinta no hay ni una nota musical, exceptuando las que la flauta de Joe emiten o Willy cantan o las de los títulos de crédito iniciales, un ausencia de música a favor del sonido ambiental y el realismo que funciona perfectamente, logrando esa sensación de soledad, desamparo y abandono tan adecuada para la cinta. Otro de los méritos de Hitchcock es comprobar cómo se las ingenió para realizar su habitual cameo, algo harto difícil teniendo en cuenta que la acción transcurre en un bote salvavidas alejado de toda civilización, así que introdujo una escena en la que uno de los personajes lee un periódico en el que Hitchcock aparece en un anuncio de un producto adelgazante como el "Antes y Después".

Hitchcock demostró su maestría una vez más con esta cinta, y aunque su mensaje de unión entre los aliados no fue bien interpretado puede recibir lecturas más llanas que hacen disfrutar igualmente de la película. De hecho, fruto de la incomprensión Hitchcock se decidió a realizar dos cortometrajes propagandísticos de la IIGM en ese mismo año: "Bon Voyage" y "Aventure Malgache", y un año después se decidiría a seguir con otra de sus películas más recordadas, "Recuerda", y es que a Hitchcock aún le quedaban muchas obras con las que demostrar su infinito talento. "Náufragos" es una película sencilla, con partes sobrecogedoras y trágicas, un retrato del ser humano que puede recibir varias lecturas y que es capaz de generar tensión, odio y lástima a partes iguales, con una inconmensurable Tallulah Bankhead que se come la pantalla y un trabajo en la fotografía y el sentido del ritmo magníficos. "Náufragos" es una película con un mérito titánico, de formato teatral, grandes interpretaciones y situaciones tensas, todo realizado de forma discreta, y es que cuando el espectador encuentra sencillez en una cinta de Hitchcock... seguro que en realidad no la hay.

Mi puntuación: 7/10.

sábado, 19 de septiembre de 2009

"Distrito 9", encuentros en el tercer mundo.

Bienvenidos a la original propuesta de Sci-Fi llamada a convertirse en un clásico.

El primer contacto terráqueo con una forma de vida extraterrestre ha sido imaginado y reconstruido miles de veces en el cine con diversos resultados y enfoques, encuadrado en distintos géneros (normalmente en Sci-Fi de Serie B) y con puntos de vista de diferentes grados de optimismo/pesimismo. Desde los amistosos extraterrestres de "E.T." y "Encuentros en la Tercera Fase" de Spielberg hasta los violentos y ariscos monstruos de "Independence Day", "La Guerra de los Mundos" y "Señales", sin olvidarnos de los seres de aleccionantes intenciones de "Ultimátum a la Tierra" o "Abyss" o directamente de los encuadrados en contextos mucho más fantásticos como el de "2001: Una Odisea del Espacio" o realistas como "La Amenaza de Andrómeda". El problema que tienen todas y cada una de estas cintas (exceptuando quizá "La Amenaza de Andrómeda") es que no se acaban de mostrar sobre un contexto del todo "real" o por lo menos "palpable", es decir, que cuesta realmente imaginar que el primer contacto entre humanos y aliens vaya a ser tan bonito (o catastrófico) como se ha pintado en la mayoría de las cintas de Sci-Fi de la historia. Hay tópicos que se han repetido demasiadas veces; siempre nos hemos preguntado por qué los extraterrestres tenían que llegar a la Tierra irremediablemente a Nueva York o Washington, o porqué tendría que ser el presidente de los EEUU quien debiera establecer el contacto con ellos, o que siempre deberían atacar la Torre Eiffel, el Coliseo de Roma y la Gran Muralla China, o cómo es que el héroe encargado de la amenaza alienígena sería un marine o ex-policía con ganas de juerga... el caso es que "Distrito 9" se ha decidido a emular dicho primer contacto de la forma más realista y auténtica posible, suprimiendo todos y cada uno de los sobados tópicos que han poblado dichas cintas durante la historia del cine y creando no solo una película de Sci-Fi que supera a todo lo visto en el género en años sino también estableciendo una referencia en cuanto a modo de proponerse rodar una película de estas características.

"Distrito 9" es el soplo de aire fresco más agradable visto en el año, de hecho para mí es personalmente y desde ya la mayor y más grata sorpresa de 2009, una película realmente brillante que respetando al espectador le ofrece la oportunidad de ver una versión de 'aterrizaje' extraterrestre mucho más cruda y desprovista de luces de lo habitual, una visión nada sofisticada de lo que sería la llegada de una gigantesca nave alienígena (en los 80') a un terreno poco habitual en las películas norteamericanas de Sci-Fi, Sudáfrica, y donde los 'bichos' —como les llaman en la película los habitantes de Johannesburgo— son criaturas monstruosas y palurdas que acaban viviendo en un ghetto dispuesto por los hombres y cuyo comportamiento causa conflictos con la población sudafricana circundante. Es decir, que en vez de a seres inteligentes tomando contacto con nuestros líderes mundiales (o destruyéndolo todo) tenemos a una panda de unos pocos millones de bichos que se comportan como animales y que nadie quiere en su terreno, que son considerados poco menos que escoria y cuyo trato humano se acerca al de los judíos por parte de los nazis, por hallar un símil bastante próximo. Es decir, en "Distrito 9" (el nombre del ghetto donde viven hacinados los extraterrestres al más puro estilo "Ciudad de Dios") no somos los esclavos de una raza superior sino que somos nosotros los que subyugamos a dicha raza alienígena. No somos las víctimas, somos los verdugos.

Para ponernos en situación, la película narra en forma de falso documental —durante un buen tramo del principio y final, principalmente— la historia del Distrito 9 de Johannesburgo, donde en 1982 aterrizó una nave de dimensiones titánicas y en la que se encontró una forma de vida alienígena enferma, desnutrida y en muy malas condiciones, de aspecto monstruoso parecido al de los insectos. Lo que parece ser una tripulación inculta o de baja escala social extraterrestre es llevada al terreno bajo la nave y se les proporciona unas cabañas a modo de hogar en las que se tenía pensado que vivieran temporalmente hasta que la nave pudiera estar funcional o se supiera que se va a hacer con ellos, pero el asunto se alarga durante varias décadas y en 2010 se decide que la MNU, una empresa privada militar al cargo del Distrito 9, traslade a los bichos al nuevo Distrito 10 situado a varios kilómetros de Johannesburgo debido a las quejas de los habitantes de dicha ciudad. A grandes rasgos este es el argumento de la cinta y no querría profundizar más en detalles porque creo que lo interesante de esta maravillosa película es verla por uno mismo e ir descubriendo cómo evoluciona y se desarrolla la trama en uno de los dramas de Sci-Fi más interesantes de los últimos años, una película que está llena de dosis de acción (sobre todo en su tercio final) y de una crudeza dramática sorprendente, no solo por la dureza de las imágenes sino por la propia naturaleza de lo que vemos, descubrimos la crueldad humana y la metáfora queda más que clara desde el primer momento con frases como: «Podría aceptarlos si fueran de otro país, ¡pero no son ni de este planeta!».

Hay un clarísimo y para nada forzado trasfondo de crítica en la película, desde luego esta vez no somos los humanos los que quedamos en buen lugar, somos los villanos de la función descaradamente pero de una forma que parece (angustiosamente) muy natural. Para empezar esta es una novedad importante, ya que por una vez no somos la raza bienintencionada que es víctima de la superioridad de los aliens, ni siquiera es que haya una porción de humanos con malas intenciones, en este caso todo el mundo quiere que los extraterrestres se vayan fuera, y tan solo un pequeño grupo de pro-derechos alienígenas se manifiesta a favor de ellos, pero intencionadamente son tratados como alborotadores y extremistas, una especie de Green Peace. Primera novedad al canto, segunda, los extraterrestres que vemos en la película no son para nada seres superiores a nosotros, por lo menos en inteligencia o medios, ya que aunque disponen de poderosas armas no las utilizan y viven en la más profunda pobreza, de hecho parece que los habitantes de la nave, con excepción de uno o dos, son más bien paletos alienígenas o de una clase social inferior, quizá miembros de la tripulación dedicados a trabajos de menor cualificación. La misión de la nave tampoco se conoce ya que no hay datos acerca de ello en el falso documental, pero es posible que la nave fuera víctima de un ataque, se fuera a la deriva o simplemente se perdiera y murieran con ella los altos rangos de la tripulación, con lo que lo único que queda son los miembros más estúpidos, aunque tampoco me saco de la cabeza que dicha nave pudiese tener como misión deportar, desterrar o exiliar a indeseables de un planeta desconocido que por error o fortuna acabó en La Tierra. Todo suposiciones, claro. La cuestión es que de una vez por todas nos alejamos de los tópicos acerca de los alienígenas, que por cierto tienen un diseño absolutamente espectacular, una especie de artrópodos con tentáculos de aspecto amenazante y comportamiento bastante animal, que hablan un idioma propio con el que se entienden con los humanos (claro, son 20 años compartiendo tierras) y exceptuando al grandísimo Christopher Johnson el resto no parece demostrar mucha inteligencia, además de evidenciar una fuerte pasión por la comida para gatos que se convierte en una fuerte adicción que se utiliza en su contra para mantenerlos controlados y poder negociar con ellos, una clarísima y explícita metáfora/crítica del "opio para el pueblo", o la forma de mantener al vulgo bajo su dominio a base de "drogas".

Esta co-producción norteamericana y neozelandesa, apadrinada nada más y nada menos que por Peter Jackson (que vista tuviste, macho), rompe con un tópico tras otro, es por eso que resulta tan fresca y excepcional. El siguiente componente con el que se desprende del lastre de lo manido es el personaje protagonista, que desde su aparición en pantalla no podemos identificarlo como el típico héroe protagonista debido a sus pocas similitudes con otros como Will Smith en "Independence Day" o Tom Cruise en "La Guerra de los Mundos", un personaje cuyo aspecto le identificaría normalmente como un actor secundario utilizado como recurso cómico cuyo nombre ya es una declaración de poca convencionalidad, Wikus Van De Merwe, y con quien difícilmente conectamos dado su claro estatus de "pringao", además del hecho de comenzar en el bando de "los malos". Él es el eje argumental de la película, que podríamos decir que se divide en dos partes, la primera rodada prácticamente en su totalidad en forma de falso documental y la segunda en la que seguimos las andanzas de Wikus para solucionar su "pequeño problemilla". Wikus se muestra en esa primera mitad como un tirano, casi una especie de Amon Goeth de "La Lista de Schindler" (salvando las distancias) involuntario y simpático que no da ningún valor a la vida de los bichos más allá del legal (el momento "palomitas" es tremendísimo y la forma en la que está rodado, desprovisto de dramatización, es lo que la hace realmente sobrecogedora), y que se empeña en mostrarse tranquilo y despreocupado con la dura misión que se le asigna. Este personaje es difícilmente comparable a cualquier otro que hayamos podido ver en la historia del cine como protagonista, un personaje que es mezquino, tanto como el resto de los humanos en el film, y sin carisma ninguno, peor ahí reside su encanto ya que un personaje tan inaccesible y cercano a la vez como ese acaba convirtiéndose en la estrella de la función sin demostrar nada especial, simplemente dejándose llevar por los hechos se mete al espectador en el bolsillo sin quererlo. Hasta el actor, Sharlto Copley, es un completo desconocido que nunca antes había realizado ninguna película, lo cual se debe reconocer que ayuda mucho a integrar el personaje en la historia, prevaleciendo el personaje sobre el actor, algo que no pasa en los casos anteriormente mencionados de Smith o Cruise, lo cual afecta subconscientemente a la percepción de la película. Estamos ante una nueva clase de personaje, el protagonista que no tiene todo el protagonismo ni el carisma necesario pero que se aferra a la vida e intenta aguantar el aluvión como puede, resultando ser un protagonista honesto y no impuesto.

Momentos de crueldad supina son mostrados en el film, lo que acaba otorgándole la categoría de dramón de cuidado, y consigue algo que difícilmente suele tener éxito, que sintamos empatía y verdadera lástima por seres extraterrestres que no solo son absolutamente ajenos a nosotros sino que están generados íntegramente por ordenador (al momento alien-diana o al de la ejecución a sangre fría en frente de una chabola me remito). La crueldad vista en el Distrito 9 es extrema por momentos, sobre todo cuando el ejército se involucra, momento en el que recuerda expresamente a un campo de concentración nazi donde la vida de los bichos vale menos que nada. Esto sumado a la poco convencional historia del protagonista, cuya historia de amor se aleja de todos los tópicos también, es otro de los elementos en los que "Distrito 9" sobresale. Dicha historia de amor de Wikus con su esposa está lejos de ser la tópica motivación del héroe, que aunque se mueve por amor e instinto de supervivencia se acaba dando cuenta de que nadie le apoya realmente, está solo, y sin querer dar más detalles me parece algo de una gran valentía, aunque luego en el final se vea un atisbo de luz. Momento final, por cierto, que es precioso por su sencillez y su dramatismo... esa flor metálica, maravilloso.

Mención aparte merecen los efectos especiales, sinceramente creo que los CGI mostrados en "Distrito 9" son los mejores que he visto nunca en toda mi vida, así de sencillo. Este año hemos tenido maravillas en este área de la talla de "Terminator Salvation", "Harry Potter y el Misterio del Príncipe", "Déjame Entrar", "El Curioso Caso de Benjamin Button", "Watchmen" o "Transformers: La Venganza de los Caídos", pero creo que los amigos de Weta Workshop, responsables de los efectos especiales de maravillas del séptimo arte como la trilogía de "El Señor de los Anillos", se han superado a sí mismos y han realizado uno de los mayores espectáculos visuales de la historia cinematográfica, con secuencias de acción a plena luz del día (nada de esconder posibles defectos con sombras) y un diseño de los extraterrestres de pura locura, sin contar con los espectaculares efectos de las devastadoras armas alienígenas, la nave gigante, el robot de combate (protagonista de secuencias realmente épicas) y la suprema escena final, etc. Todo sublime en el aspecto gráfico. Peter Jackson además ha apadrinado la cinta y al director, Neill Blomkamp, un desconocido director con tres cortos en su haber y especialista en efectos visuales de series de TV como "Stargate SG-1", "Dark Angel", "Smalville", etc., y cuyo su primer largometraje es este "Distrito 9", una ópera prima en la que ha demostrado tener un talento especial y madera de director, dirigiendo las secuencias de falso documental con tanto pulso como las de acción, todo con una falsa cámara al hombro que da una sensación de dinamismo y subjetividad tremenda, aderezado con un gusto estético y una nitidez que hacen de Blomkamp un nombre a tener en cuenta en el futuro. Además de ser su primer largometraje como director también supone su primer guión para cine, un guión escrito junto a Terri Tatchell cuya experiencia en el terreno también es nula pues con la excepción de Jackson en la producción la mayoría del equipo es novel en la realización de películas (incluso los actores).

El guión, a medio camino del documental —durante la primera mitad— y de film de acción, survival y ciencia ficción —y más tarde acción—, está pensado de forma que podamos empatizar con los personajes y la historia y tomar los hechos como reales, contextualizando algo tan fantástico como la llegada de una raza alienígena a la tierra de una forma natural para poder creérnoslo y meternos de lleno en la historia. Este mérito es extraordinario, y gracias a la capacidad de enganchar al espectador la película consigue no aburrir ni un solo minuto de las menos de dos horas que dura, y aunque el ritmo sube y baja varias veces el nivel consigue ser siempre altísimo, gracias a un montaje planeado inteligentemente y diseñado por Julian Clarke. La fotografía es otro elemento digno de mención, Trent Opaloch (que nunca había sido director de fotografía de un largo) se encarga de dar a la película mucho dinamismo y darle un color saturado como es habitual en el cine moderno, y los movimientos de cámara están ejecutados muy consecuentemente según el estilo que predomine en cada escena, ya sea el falso documental, la simple narración o el frenesí contenido y nítido de las secuencias de acción, que por una vez no se limitan a escenas donde no se ve nada y la cámara se vuelve loca, por fin. La discreta BSO de Clinton Shorter, cuya experiencia se limita a discretos telefilmes, es solvente y adaptada al terreno, con muchos recursos algo tópicos pero de un gran carácter que acaba integrando perfectamente la composición a la narración. Finalmente debe prestarse atención a la dirección artística en este "futuro" alternativo y cercano de 2010 con algunos pocos avances como los vehículos o las armaduras y armamento del grupo militar, así como el ambiente mugriento que se respira en el ghetto, pequeños detalles que no hacen más que engrandecer la película.

En definitiva, "Distrito 9" es sin duda la sorpresa más grata del 2009, una película de Sci-Fi que se alza como una de las más importantes del género en la década, un film fresco, original, que introduce algunos elementos nuevos y que se libra de todos y cada uno de los tópicos existentes en las películas con el contacto humano-alienígena como eje argumental. Se acabaron los héroes carismáticos, valientes y guapos, los aterrizajes en Washington, los extraterrestres inteligentes, sofisticados y pacificadores/destructores, las historias de amor que son el motor de la película, la bondad humana frente a la superioridad alienígena... todos esos tópicos son machacados por la película y puestos al día, escondiendo además una atrevida y cristalina crítica hacia la xenofobia en lo que podría ser una mezcla entre "Ciudad de Dios", "Encuentros en la Tercera Fase" y "Black Hawk Derribado", con algo de "La Lista de Schindler", "El Planeta de los Simios" (a la inversa) y "La Mosca". La crítica y el público ha respondido con unanimidad a la humildad de la película, y la grandísima y estupenda campaña publicitaria (justificada, por fin) ha ayudado a lanzar a primera línea a un proyecto hecho con amor y talento por gente con poca experiencia y mucha capacidad y ganas, consiguiendo con un presupuesto "reducido" ($30M que comparado a otras superproducciones es algo nimio) una taquilla muy razonable ($123M a estas alturas) que posiblemente, quién sabe, ayude a plantearse a los estudios una secuela. Yo estaría encantado, pero analizando "Distrito 9" como película individual debe reconocerse su genialidad y sorprendente frescura, una película llamada a convertirse en un futuro clásico que por méritos propios merece ser una película imprescindible del 2009. No os la podéis perder.

Mi puntuación: 10/10.

lunes, 14 de septiembre de 2009

"Dead Snow", rojo sobre blanco.

Nazis zombies en la nieve... ¿quién necesita más?

Hay veces que la premisa inicial de una película basta y sobra para captar la atención del espectador en una fracción de segundo, tan solo con la simple mención del argumento. Del mismo modo que se suele decir que si una película gira en torno al holocausto es muy probable que haya nominación al Oscar al canto, también hay otra regla no escrita que dice que si metes a zombies y nazis en una misma película ya tendrás a tres cuartos del público aficionado al género en el bolsillo. Es así de simple, el hecho de incluir nazis en una cinta de Serie B o terror ya atrae irremediablemente el interés del público de forma exponencial, con una atractivo único; ahí queda aquella "Iron Sky" que tiene pendiente su estreno en un futuro no muy próximo (2011 en principio) cuya sinopsis es tan sencilla como esta: «En 1945 los nazis fueron a la Luna... En 2018 están volviendo». Solo con este tipo de argumentos uno se ve en la obligación de ver qué tipo de película se ha perpetrado, y precisamente ese ha sido el gancho que tan bien ha funcionado a una de las películas de terror/comedia más comentadas del año, "Dead Snow" ("Død Snø").

Como he comentado varias veces, en Europa estamos tomando el mando en cuanto a películas de terror y Serie B, o como mínimo hemos cogido carrerilla y estamos plantando cara seriamente a los norteamericanos. Concretamente en Escandinavia están demostrando que tienen ganas y talento para hacer cosas interesantes, como por ejemplo Suecia con una de las mejores películas de terror de la década, "Déjame Entrar", y ahora el turno es para Noruega que tomando nota de su vecina se apropia otra vez de la nieve como escenario para recrear una singular y extravagante historia que se decanta más hacia el género de la comedia zombie (la llamada 'zomedy' o 'zomedia') que para el terror visceral de la del vampiro.

"Dead Snow" no engaña, su planteamiento es honesto y su desarrollo igualmente predecible y disfrutable, tomando referencias de comedias de terror recientes como "Desmembrados" ("Severance"), "Ovejas Asesinas", "Slither" o por supuesto la siempre omnipresente "Zombies Party" ("Shaun of the Dead") la cual siempre es inevitablemente nombrada en este tipo de reseñas (no en vano es una de las mejores comedias de terror de la historia); aunque los orígenes de este género o cruce de géneros se remonten mucho tiempo atrás fue realmente en los 80' cuando tuvo su auge con obras representativas como "El Regreso de los Muertos Vivientes" o "Evil Dead", y aunque en los 90' se siguieron haciendo muchas películas ha sido en esta década de los 00' cuando el género está volviendo a tener un protagonismo total en el panorama fantástico. "Dead Snow" se suma a la corriente de películas como las citadas para ofrecer una comedia bajo un contexto de terror (siempre podría considerarse al revés, claro) con un —relativamente— reducido presupuesto y además de incluir los zombies como elemento central añade el factor nazi como guinda al pastel para que la obra alcance inmediatamente el estatus de visualización imprescindible. La película empieza como han empezado otras mil y una historias semejantes, y es consciente de ello pues mediante un personaje clave, Erlend, el fanático del cine de terror, nos muestra que ese inicio —y en general toda la cinta— no es más que un homenaje/copia de lo visto a lo largo de años y años de cine de terror.

Quizá lo peor y a la vez mejor que tiene es que desde que empieza hasta que acaba no deja de ser típica y tópica a más no poder, y aunque no amaga dicha condición —posiblemente por su carácter homenajeante— al final acaba resultando algo insulsa por eso mismo. Contiene todos y cada uno de los tópicos establecidos a lo largo de la historia cinematográfica, como la escena surrealista que acaba siendo un sueño, enemigos saliendo del lateral de la pantalla para hacer de las suyas, sustos a base de subidón de música (Dios, como odio esos efectos, y en esta cinta hay cuatro o cinco de ellos), el clásico personaje maduro que les avisa de un peligro/leyenda del lugar, paradigma de lo tópico y típico pero necesario para contar la historia de la cinta, el grupito de adolescentes que se separa para morir poco después y muchos más, aunque a su favor tiene el hecho de que el tramo final la cinta deja de ser una emulación de "La Noche de los Muertos Vivientes" (una de las cintas más claramente homenajeadas) para ser una barbaridad de sangre y vísceras donde las víctimas deciden salir a defenderse contra la demoníaca amenaza. También se pueden distinguir muchos homenajes, sobre todo a cintas y sagas como "Evil Dead", no solo por la explícita mención sino por escenas concretas como la de la motosierra, la forma de comenzar o la cabaña en el bosque. Es por eso que "Dead Snow" está a medio camino del homenaje y la copia mal ejecutada, porque aunque la intención sea claramente la primera al final lo que resulta es que no aporta nada nuevo al género ni lo homenajea tanto.

El plato fuerte de la película es sin duda lo que más atrae de ella: los zombies nazis (o nazis zombies, ¿que sería más correcto?). El maquillaje de los zombies es quizá su mejor baza, está muy logrado no solo en los zombies sino en la cantidad de escenas gore y barbaridades que vemos a lo largo de la cinta (a destacar la escena del intestino colgante o la muerte en la cabaña en el asedio de los zombies). Eso sí, los zombies de esta película son difícilmente clasificables ya que presentan una serie de "novedades" respecto al clásico zombie que son bastante chocantes, como la capacidad de utilizar armas como bayonetas, escalar árboles, tener unos ojos la mar de normales (ni rojos, ni blancos) y sobre todo dos aspectos fundamentales: la motivación de su instinto asesino, que no es por hambre sino por ira y codicia, y la inteligencia, ya que no son bestias estúpidas movidas por impulsos asesinos. Además, por enésima vez y ya tónica en esta década, se deciden por los zombies rápidos y ágiles, una amenaza mucho más acorde con los tiempos que corren y definitivamente un peligro mucho mayor para nuestros protagonistas, dotando de más agilidad a la cinta. Está claro que la inclusión de zombies en una película también te asegura un número de fieles que verán la película por muy extravagante que sea el argumento, y es por eso quizá que "Dead Snow", estrenada en su país de origen en Enero de 2009, ha tenido bastante éxito en los círculos aficionados al género, aunque personalmente creo que finalmente la cinta no ha acabado siendo tan grata como era esperado y los zombies hallados en ella no corresponden mucho al patrón clásico. Los sentimientos despertados por esta cinta me son algo contradictorios: ha sido menos de lo que pintaba, pero por otro lado estaba claro que no podía dar más de sí, ya que teniendo en cuenta lo que es no engaña ni ofrece otra cosa distinta.

"Dead Snow" peca fundamentalmente de tardar bastante en arrancar, casi media película hasta que comienza a desatarse el infierno zombie, y aunque la película es corta ese tramo se hace algo pesado, donde los personajes (sin ser tan odiosos como suelen serlo, a "Viernes 13" (2009) me remito) no enganchan lo suficiente como para distraernos durante ese tiempo, es más, no sabía el nombre de prácticamente ninguno de los protagonistas ni me interesaba siquiera que viviesen o muriesen. Una cosa a su favor tiene con respecto a los personajes es que no se sabe a ciencia cierta quién es el protagonista, algo hábilmente ideado para acabar simpatizando con todos lo mismo y que se ha utilizado algunas veces como en "Hostel", ya que van centrando el protagonismo alternativamente lo cual causa alguna confusión y sorpresa en la respectiva muerte. Como curiosidad, no me digáis que el actor que interpreta a Martin (Vegar Hoel) no es clavadito a Joaquín Reyes de "Muchachada Nui"/"La hora Chanante". El único personaje con algún carisma es el de Erlend, el citado aficionado al cine que resulta ser una especie de nexo entre el espectador y el grupo de protagonistas. En contraposición a lo poco carismático de los personajes está lo potente del aspecto de los zombies nazis, que sin llegar a tener ninguna personalidad formada son de un aspecto terrorífico y un alto carisma, destacando al Coronel Herzog, y aunque la cinta se desvíe hacia vías cómicas los zombies no entran en ese juego en ningún momento.

Tommy Wirkola, el director y co-guionista de la cinta junto a Stig Frode Henriksen, dirige su segunda película con pulso, y aunque no deja de notarse el escaso presupuesto de la cinta (no así en el más que digno maquillaje donde seguramente habrán puesto la mayoría de empeño) tiene algunos aspectos bastante correctos como la iluminación en los deslumbrantes escenarios nevados o sobre todo la dirección de la escena cercana al final, sin duda lo mejor de toda la película y lo que la hace realmente disfrutable por momentos en los que se desata completamente. La secuencia donde Martin y Roy se arman hasta los dientes y deciden entrar en la locura de la guerra es una de la secuencias más divertidas y espectaculares del año, suprema, un festivalazo final muy digno, aunque no acaba de justificar la película entera. La película se reserva además algunas secuencias muy logradas como la del tipo cosiéndose su propio cuello, la auto-amputación con la motosierra (que te queda la duda de si era necesaria o no y luego da lugar a una conversación divertidísima acerca de la posibilidad volverse zombie-nazi teniendo descendencia judía). A niveles técnicos la película es correcta sin más, con una música bastante presente con canciones noruegas que dan ritmo a la cinta, unos escenarios sencillos y un guión desprovisto de sorpresas o novedades.

"Dead Snow" es una película muy honesta, no es original pero sí humilde y sincera con sus intenciones desde el planteamiento por lo que no se le puede achacar que se convierta en un producto simple. Lo que sí es verdad es que pese a su sinceridad no se pueden sacar muchas lecturas interesantes u originales de la propuesta y solo queda divertirse con lo que se ve en pantalla sin pararse a meditar mucho sobre ello. Tarda en arrancar y se solicita algo más de acción en el tramo inicial, pero luego se compensa mostrando un divertidísimo tramo final que a la postre es lo más destacable. Desde luego ver a zombies nazis en la nieve es algo sumamente atractivo y la película se regala una sesión de gore, Serie B y risas muy agradecida, por lo que definitivamente entretiene y merece la pena darle una oportunidad, aunque sabiendo, eso sí, que no dará mucho más de sí que lo que plantea en un inicio. No aporta nada al género pero, ¡qué coño!, no hace falta.

Mi puntuación: 5/10.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

"Cuando el Destino nos Alcance", ¿Cuál es el secreto de Soylent Green?

Clásico de Sci-Fi que presenta otra distopía ulterior; la desesperanza de nuestro porvenir.

El concepto de utopía siempre ha sido objeto de relatos de Ciencia Ficción de toda clase, un mundo perfecto donde el ser humano alcanza la plenitud en todos los ámbitos y donde normalmente por algún motivo u otro el concepto acaba siendo fastidiado ("Equilibrium", "Fahrenheit 451"), pero más interesantes que esas utopías siempre han sido las distopías, es decir, el término opuesto, aquel lugar en el que todo ha sufrido un empeoramiento y la decadencia es la tónica de la humanidad, que desciende en picado hacia su condena absoluta en todos los ámbitos fruto de su naturaleza destructiva ("Akira", "Doomsday"). En los relatos utópicos normalmente se acaba descubriendo una falta de libertad, a la que está asociada dicha supuesta felicidad, que sirve de paso de elemento crítico y metafórico de la sociedad contemporánea; en cambio en los relatos distópicos la crítica no es tan subliminal, de forma mucho más obvia se señala el destino que nos ha reservado nuestro comportamiento a lo largo de miles de años de historia, algo nada optimista y cargado de desesperanza, de ahí que la distopía también reciba el nombre de utopía satírica. Precisamente una de las películas de Si-Fi más famosas de los años 70' es "Cuando el Destino nos Alcance", cuyo título en español es toda una declaración de intenciones.

"Cuando el Destino nos Alcance", basada en la novela "¡Hagan Sitio! ¡Hagan Sitio!" de Harry Harrison, es junto a "El Planeta de los Simios" y "El Último Hombre Vivo" una de las tres cintas que definieron el género de la Sci-Fi a finales de los 60 y principios de los 70 y que tuvieron como factor común al actor protagonista, Charlton Heston. El mítico intérprete, que fue tan famoso por su faceta de actor en superproducciones épicas como "Ben-Hur" o "Los Diez Mandamientos" como lo fue por otras obras más modestas como "Cuando Ruge la Marabunta" o "Terremoto", supo adaptarse y seguir siendo un actor de referencia a pesar de los años, haciendo evolucionar los personajes que escogía desde los héroes galanes iniciales hasta los tipos duros y experimentados que fue interpretando más tarde. En "Cuando el Destino nos Alcance" Heston se decide por un personaje de esta última clase, un ajado, tremendamente ambiguo y corrupto policía en una Nueva York apocalíptica en el año 2022, víctima de la superpoblación y la carencia de alimentos y agua, así como de la delincuencia y el terror generalizado. Heston interpreta a Thorn, detective de un cuerpo de policía que ha evolucionado para ser capaz de afrontar la delincuencia y los múltiples asesinatos y crímenes diarios, convirtiéndose en un grupo con libertades casi ilimitadas, temido por el pueblo y corrupto hasta la médula. En la ruinosa y superpoblada ciudad de Nueva York los muertos son lanzados al vertedero como un desecho más, la gente acude a edificios preparados especialmente para realizar agradables eutanasias, los edificios reservados para los ricos incluyen un "mobiliario" que no son sino jóvenes señoritas que hacen las veces de prostitutas para amenizar la estancia del huésped, y la comida escasea hasta tal punto de encontrar un manjar en un tomate o una hoja de lechuga (la escena en la que Thorn y Sol degustan semejantes exquisiteces en la "comilona" es absolutamente genial) y la población se alimenta principalmente de pastillas sintéticas elaboradas a base de algas y otros elementos vegetales concentrados, las llamadas Soylent Green, Yellow o Red (lo que da título a la película en su idioma original).

Thorn es un canalla despreciable, cansado y sin escrúpulos pero al fin y al cabo tiene principios, es humano, y a pesar de robar todo lo que puede en las casas que visita —en vez de investigar el caso que le haya llevado a dicha casa— siente la necesidad de imponer la justicia requerida, teniendo la necesidad de saber qué se esconde tras uno de sus últimos casos, el que parece ser un hecho conectado a una conspiración que no alcanza a entender. Cabe comentar que uno de los elementos que ha hecho de "Cuando el Destino nos Alcance" un clásico es su inesperado, impactante, sorprendente y sobresaliente giro final, y aunque yo no lo he podido disfrutar como tal (a estas alturas por una cosa o por otra servidor ya se había enterado de la "sorpresa" final dese hace mucho tiempo) igualmente resulta una conclusión magnífica y siniestra que remata una excelente cinta apocalíptica, a pesar de lo anticlimático de su escena final y lo abierto de la misma. La película me ha parecido una obra extraordinaria, reconozco su categoría de clásica del cine, pero hay que admitir que, igual que "El Último Hombre Vivo", es una película que no soportaría un análisis exhaustivo, además de haber envejecido muy mal. Igualmente a su favor ambas películas cuentan con dos grandes atractivos: su preciado y nostálgico tono de Serie-B y el carisma que desprende Charlton Heston, dueño y Señor de la cinta por muchos elementos que se vayan añadiendo. Porque Thorn, además de gozar de un look muy fardón (recordemos, estamos en 1973 y la película ambientada en 2022) con su gorra, chaqueta marrón y pañuelo al cuello, es un personaje que se come la pantalla y él solo aguanta todo el peso de la cinta, a pesar de que el romance añadido con Shirl (Leigh Taylor-Young) es totalmente forzado y descafeinado, y es quizá uno de los pocos "peros" que se le puede dar a la película. Otro personaje que aguanta el envite del rol de Heston es Sol Roth, interpretado estupendamente por Edward G. Robinson ("Los Diez Mandamientos", "El Rey del Juego") en su último papel antes de fallecer de cáncer pocos días después de finalizar el rodaje, que representa el recuerdo de una humanidad olvidada cuando la comida sabía a comida o las calles estaban limpias y tranquilas. Sol protagoniza además una de las escena más importantes e impactantes de la película hacia el final de la misma, tratando un tema bastante atrevido para la época como es la eutanasia, una escena muy recordada de la cinta.

"Cuando el Destino nos Alcance" puede definirse como Sci-Fi de Serie-B de calidad, a pesar de adolecer de algunos recursos bastante míseros y secuencias cutres es bastante buena al fin y al cabo, y es que el realizador Richard Fleischer se especializó en el género, contando en su filmografía con algunas cintas míticas como "20.000 Leguas de Viaje Submarino", "Viaje Alucinante" (la cinta que inspiró la novelización de Isaac Asimov), la indescriptible "Conan, el Destructor" y "El Guerrero Rojo" entre otras, así que el director no era novel en películas de esta clase. Hay secuencias auténticamente memorables como la disolución de la revuelta en el último tercio de película, donde unas excavadoras recopilan gente hambrienta como si de basura se tratase, también la destacable escena final en la depuradora de desechos, y finalmente la citada secuencia de la agradable eutanasia, motivos repetidos y homenajeados en cantidad de series y otras cintas. El guión de Stanley R. Greenberg se basó en la novela de 1966 "¡Hagan Sitio! ¡Hagan Sitio!" que narraba la profunda pobreza en la que estaba sumida la sociedad y lo decadente de la misma a principios del s.XXI debido a la alteración del medio ambiente por obra del hombre, y para la película se cambiaron varios conceptos significativos, incluyendo además trazos manifiestamente pertenecientes a la corriente del sexploitation y blaxploitation que a principios de los 70' reinaba en las salas. Resulta curioso además ver cómo se mostraba el lejano futuro (casi 50 años vista) en el que Shirl juega a un videojuego supuestamente puntero (una versión primitiva del Galaga), la gente vivía en casas destartaladas y los ricos en edificios con puertas automáticas e impecable blancura en el mobiliario.

Sorprende el discreto uso de la música, prácticamente ausente durante todo el metraje excepto momentos puntuales, destacando sobre todo la escena protagonizada por Sol al final de la cinta, una banda sonora adaptada de música clásica, y los metálicos y electrónicos sonidos utilizados en la fase final de la película que se mezclan con el estruendo de la maquinaria de la fábrica, fusionándose en una sola melodía. También es curiosa la introducción de la película, un mosaico de imágenes alternativas que materializan, intercalando imágenes reales antes de un relato ficticio, que el futuro distópico mostrado en "Cuando el Destino nos Alcance" puede no ser tan lejano, ni improbable, ni irreal. A nivel técnico la película tiene algunas carencias pero dado su corte y la época son bastante aceptables, teniendo además una dirección artística y decorados bastante aceptables y sobre todo un look muy interesante y curioso, gente vestida con harapos, durmiendo en escaleras amontonados como conejos esperando el próximo suministro de Soylent.

Llevamos muchos años dedicando novelas y películas al desgaste que el ser humano está infligiendo no solo en la naturaleza sino en sí mismo pero seguimos sin hacer caso. Muchos son los estilos adoptados, el grado de fantasía o el tipo de género, ya sean cintas más "realistas" como "Hijos de los Hombres" o más fantasiosas como "1997: Escape de Nueva York", desde futuros tan desmoralizadores y funestos como "Doce Monos" hasta tan extraños e inciertos como "THX 1138" o "1984", pero la cuestión es que la raza humana lleva mucho tiempo prediciendo una decadencia auto infligida a pesar de que no parece que pongamos mucho de nuestra parte para evitarla. Es un tema muy recurrido, la lista de cintas distópicas y utópicas es interminable y aún así seguimos disfrutándolas como obras de ficción, ingenuos quizá de su valor como obras de denuncia o de aviso, y aunque nos resulta curioso ver lo convincentes que pueden llegar a ser seguimos evitando empatizar con ellas. "Cuando el Destino nos Alcance" se sustenta en un interesante planteamiento, una sociedad en plena decadencia que ha tocado techo en cuanto a desesperación y mezquindad en un futuro ausente de sofisticaciones, a lo "Videodrome", teniendo como hilo argumental el McGuffin de la investigación del asesinato del detective Thorn, un estupendo Charlton Heston que no hace sino sumarle enteros a la película y hacerla suya, y sin duda como elemento final que otorga interés a la película tenemos ese tono cutre y humilde que da como resultado una cinta con un gran encanto y sinceridad. Moral reducida a cenizas, crueldad al servicio de la población, y desencanto con el modelo actual de sociedad (35 años después el mensaje sigue vigente), bienvenidos a "Cuando el Destino nos Alcance", bienvenidos al futuro.

Mi puntuación: 7/10.

jueves, 3 de septiembre de 2009

"Abyss", azul profundo.

«Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.»

Las profundidades del mundo submarino, esto es, de la Tierra, son uno de los grandes misterios que la humanidad aún tiene por explorar. Hablamos de colonizar nuevos planetas y descubrir galaxias pero aún no conocemos ni de lejos las enigmáticas fosas marinas de nuestro hogar. Ese frío, oscuro, inmenso, inexplorado y peligroso mundo de las zonas abisales y hadales encierra misterios y formas de vida que en las más célebres mentes de la literatura y el cine han servido de inspiración para relatos llenos de misterio, intriga y reflexión, materializando el interés que despierta y lo ignorado que es el profundo mundo submarino. Una de las víctimas del encanto del universo abisal y marino en general es el visionario James Cameron, un realizador que en su escasa y completa filmografía ha demostrado siempre una especial simbiosis con el líquido elemento y un creciente interés por explorar sus posibilidades. Obviando su primera película, "Piraña II: Los Vampiros del Mar" (la cual no he visto), el primer, completo y auténtico contacto con el agua del realizador fue "Abyss", un atrevido, revolucionario y fastuoso proyecto al que siguieron (tras las cintas de acción "Terminator 2: El Juicio Final" y "Mentiras Arriesgadas") más películas pasadas por agua como "Titanic" y varios documentales marinos: "Una Expedición de James Cameron: Bismark", "Misterios del Titanic" y "Misterios Del Océano". El interés de Cameron por el mar empezó tiempo atrás en su niñez, pero en esta película fue cuando supo que era posible cualquier cosa que se propusiera y que podía servirse de toda la tecnología y avances de la humanidad para dar un merecido tributo a su pasión acuática y saciar su inagotable curiosidad.

James Cameron ama el cine, es algo que se palpa en sus cintas, y con "Abyss" quiso revolucionar el mundo submarino en el cine como "2001: Una Odisea del Espacio" hiciera con el mundo espacial. Y vaya si lo hizo. Sinceramente, creo que "Abyss" significa que el cine no conoce límites, y el director es precisamente la bandera de ese concepto, el de derribar muros e ir más allá. Cameron no es solo un director, guionista y productor visionario, es un avanzado a su tiempo, un pionero, un genio. Quizá no todas sus películas hayan recibido el beneplácito total de la crítica y/o el público, pero sus filmes han hecho historia, han marcado puntos de inflexión a nivel narrativo y sobre todo a nivel tecnológico y han impulsado la industria cinematográfica en momentos clave con "Terminator 2: El Juicio Final", "Titanic", "Aliens" y en este caso "Abyss".

El cuarto largometraje de Cameron se gestó en base a una idea desarrollada por el realizador durante el instituto, unos cimientos de guión que tomaron forma tras el rodaje de "Aliens" y evolucionaron en una aventura submarina a miles de metros bajo la superficie con un equipo de extracción de petróleo como protagonistas, una misión militar y una serie de peligros que enfrentarían al hombre contra sus peores temores: lo desconocido y él mismo. La sinopsis de "Abyss" es suculenta: un submarino nuclear norteamericano sufre un accidente por causas desconocidas y queda anclado en una fosa abisal del Océano Atlántico; para tratar de encontrar supervivientes, recuperar información clasificada y los misiles nucleares que porta el submarino el ejército envía un grupo de extracción petrolífero cercano a la zona del naufragio al rescate, junto a un grupo de SEALs que supervisan la operación y Lindsey Brigman, la diseñadora de la plataforma submarina y ex-mujer del capitán de dicha nave, Virgil 'Bud' Brigman. Una vez en el fondo marino la cosa se complicará cuando no solo una tormenta dificulte la comunicación con la superficie sino que el Teniente Coffey sufra de paranoia y pierda la razón debido a los efectos de la respiración de gases comprimidos, desatando el caos entre la tripulación.

El inteligente guión, pensado al milímetro, dispone una serie de situaciones extremas que hacen las delicias de cualquier aficionado no solo a la Ciencia Ficción sino a los dramas, las películas de acción y el thriller, en una película que emociona, no solo por la grandísima tensión y excitación generada sino porque es capaz de conmover y sorprender, dejando incluso lugar para la reflexión. Antes de nada debo avisar que la versión que he visto yo no es la que se estrenó en cines en 1989, de poco más de dos horas y diez minutos de duración, sino la edición extendida de 160 minutos editada por el mismo Cameron en 1993, dotada de un significado completamente distinto y mucho más profundo. En la fecha de estreno una película de más de 120 minutos suponía un riesgo enorme cara a la recaudación ya que reducía el número de proyecciones diarias, por lo que su metraje tuvo que ser reducido eliminando partes capitales de la subtrama final, sobre todo. Y ahora atención porque correrán los spoilers, así que cuidado los que no hayáis visto "Abyss" que desvelaré conceptos de la trama. En la versión extendida queda muy claro que la raza alienígena que vive en las profundidades del abismo controla el medio acuático a la perfección y lanza una amenaza sobre la Tierra; al más puro estilo "Ultimátum a la Tierra" los INT (Inteligencia No Terrestre) exigen a la humanidad que madure, que deje de jugar con la energía nuclear si no quieren ser eliminados sin compasión por ellos, lanzando tsunamis gigantescos sobre las ciudades costeras que podrían borrarlas del mapa y deteniéndolas en el último momento para que el mensaje quede claro. En ese momento Bud pregunta por qué se han retirado las olas, y los INT muestran entonces su gratitud con él por haberles salvado de la bomba atómica lanzada por Coffey. En la versión estrenada en cines todo este mensaje es obviado y tan solo se muestra la bondad de Bud como el motivo para haberle salvado en las profundidades marinas, no como razón por haber salvado a la humanidad entera. Como se puede comprobar, la historia cambia y mucho.

En todo el tramo final la cinta recuerda a varias otras de Sci-Fi como "2001: Una Odisea del Espacio", e igual que el Dr. Dave Bowman, último superviviente, tomaba un surrealista contacto con una forma de vida alienígena es Bud quien experimenta en "Abyss" un contacto con seres de otro mundo (se supone, claro). También me vino a la mente "Misión a Marte", de 2000, donde también al final de la cinta se daba un esperado encuentro cósmico. Buscando más similitudes con otras películas y obras literarias me viene a la mente "Esfera" del gran Michael Crichton, publicada en 1987 (dos años antes que "Abyss", y que once años más tarde tendría su versión cinematográfica), en el hecho de encontrar un mundo peligroso y con influencia extraterrestre en la absoluta profundidad del océano, que me recordó por momentos a la película de Cameron. También otra obra audiovisual, el magnífico videojuego "The Dig", tiene algunos trazos de "Abyss", sobre todo en la BSO, una de las mejores composiciones de Alan Silvestri ("Depredador", "Forrest Gump") y de las más reconocibles, una música constantemente ascendente, perfecta para crear tensión y de una importancia crucial, sobre todo en el tramo final con sus coros celestiales; realmente llegó a ponerme la carne de gallina en muchos instantes, algo que yo aprecio mucho.

Es evidente que la película tuvo influencias varias pero también —y sobre todo— que influenció a su vez en otras muchas, y es que a parte de la temática sideral la película marcó un hito en cuanto a rodaje bajo el agua; rodada casi íntegramente en un antiguo tanque gigantesco que iba a servir como reactor nuclear la filmación se realizó bajo un agua oscurecida gracias a lonas y bolitas de plástico sobre la superficie que impedían el paso de la luz, y en la cual los actores realmente estaban buceando de verdad. Lo que vemos en la película es en gran parte real. La fotografía tuvo que ser ideada bajo el agua, la cual añade un grado extra de dificultad a la hora de rodar, y Cameron y Mikael Salomon lidiaron con ello concediendo a la película un tono azulado (típico en el realizador) que tenía la evidente justificación en el motivo marino de la cinta, e iluminando el fondo subacuático con las luces naturales de las escafandras y sumergibles de la cinta. Es decir, iluminación natural. Fruto del gran trabajo en la fotografía la cinta recibió una nominación al Oscar en este apartado, también en la de Mejor Sonido (fue primera película en tener diálogos hablados bajo el agua), Mejor Dirección Artística y Mejores Efectos Especiales, llevándose finalmente de forma merecida este último por unos revolucionarios y supremos efectos visuales obra de ILM (Industrial Light & Magic, los "padres" de Pixar), cuyo Seudópodo virtual fue el primer personaje del cine creado íntegramente por CGI tridimensional. Imaginad en 1989 el impacto de dicha secuencia. Más tarde ese efecto sería utilizado y perfeccionado para el mítico T-1000 de "Terminator 2", aunque el Seudópodo seguirá ahí haciendo historia.

No solo de efectos especiales vive "Abyss" —que también, porque 20 años después siguen siendo supremos y perfectos, y eso es de un mérito colosal— sino que la película funciona también como perfecto drama romántico. Ed Harris, con un creciente prestigio en aquel entonces, y Mary Elizabeth Mastrantonio, que saltó a la fama como hermana de Tony Montana en "El Precio del Poder" y se reafirmó en "El Color del Dinero" —y que no volvió a repetir éxito tras "Abyss" exceptuando "Robin Hood, Príncipe de los Ladrones"—, protagonizan una complicada y bonita historia de amor que va progresando poco a poco durante la trama, y ambos realizan unas interpretaciones extraordinarias con momentos cumbre como la de la reanimación de Lindsey o la de la "conversación" entre ella y Bud cuando éste desciende por el abismo con el traje especial. Por cierto, esta escena podría utilizarse como material docente para ilustrar como un director con talento es capaz de crear tensión a partir de una escena que a priori podría hacerse aburrida y monótona —sobre todo en un medio tan lento como el agua—, logrando todo lo contrario, una secuencia tensa, preciosa e intrigante. El descenso de Bud es una de las mejores escenas de la película, una prueba material del talento indiscutible de James Cameron, director de los pies a la cabeza por quien mi admiración sube cada vez más, y es que un realizador capaz de lidiar con un proyecto como "Abyss" acaba convirtiéndose en alguien capaz de todo, un todoterreno. Otra prueba del talento del director es la forma en la que está rodada una de las escenas de acción de la cinta, la del golpe de la grúa y posterior inundación y arrastre, una maravilla de principio a fin donde la perfecta planificación y coreografía de la secuencia pone los nervios tensos y el corazón acelerado.

No solo Harris y Mastrantonio están soberbios en la cinta, un habitual de Cameron también se come la pantalla, Michael Biehn. El encargado de dar vida al alterado Teniente Hiram Coffey es un clásico de la filmografía del director (como Bill Paxton), siendo el mismísimo Kyle Reese en "Terminator" y Hicks en "Aliens", y en "Abyss" realiza una grandiosa metamorfosis como el previsible villano y venidera fuente de problemas para la tripulación marina; un papel intenso y disfrutado por el actor que se ve cómodo en la piel del despreciable Teniente, una interpretación excepcional. El resto del reparto no se queda atrás, caras más o menos conocidas pero todas satisfactorias y creíbles.

La última de las cuatro películas que Cameron dirigió en los 80' —su década más activa, desde luego— supuso un espectáculo extraordinario y una gran influencia para futuras cintas; a pesar de sus críticas mixtas y la interesante —a medias— recaudación ($90M, una de las veinte películas más taquilleras de 1989, a años luz de Indiana Jones, Batman y Marty McFly) la película no levantó excesivo alboroto en su año, pero gracias al montaje del director en 1993 y el paso de los años la cinta ha ido ganándose el título de obra de culto, obteniendo adeptos y creciendo su popularidad y afecto por una de los proyectos más ambiciosos, revolucionarios y complicados de Cameron, una cinta suprema llena de detalles (¡lo del fluorocarbono para respirar bajo el agua fue utilizado de verdad con éxito en la rata!) y personajes bien formados y con carácter, gozando de un tempo extraordinario y adecuado. Quizá le falta algo más de sutileza en el final, que es demasiado obvio, pero igualmente es brillante desde que empieza planteando el misterio hasta que acaba generando la reflexión, pasando por la cantidad de momentos épicos para el recuerdo que va dejando la cinta, escenas de acción, de máxima tensión y bellísimos momentos que dejan espacio para la ternura y el amor, ya que según el propio director la película es fundamentalmente una historia de amor, un drama humano en un contexto fantástico. Este director es un mito andante, revolucionario del formato que ahora apuesta por cambiar de nuevo la forma de ver cine con "Avatar", su nuevo proyecto que ha gestado durante muchos años. Con que sea la mitad de bueno que "Abyss" me daré con un canto en los dientes, porque es sin duda una de las obras más interesantes de Sci-Fi de los últimos veinte años, una maravillosa obra de culto.

Mi puntuación: 10/10.