martes, 2 de junio de 2009

Tetralogía "Rambo", ¡esto es un infierno!

El icono bélico por antonomasia, el veterano de Vietnam por excelencia.

Es curioso cuando uno se para a analizar la filmografía compuesta por las cuatro películas de John Rambo y se da cuenta de la extraña evolución que ha sufrido el personaje a lo largo de estas. John James Rambo ha pasado a lo largo de su historia cinematográfica de ser un fugitivo y un incomprendido a ser un héroe nacional, la última esperanza blanca, para acabar siendo en última instancia sencillamente el defensor no ya de la patria sino del bien y la justicia, impartiéndola por sus propios métodos (esto es, plomo y fuego) pero teniendo siempre como cimientos su insaciable sed de sangre, su irremediable pasión por la guerra, la muerte y la desolación, por mucho que intente oponerse a su naturaleza asesina una y otra vez.

Las películas de Rambo no admiten medias tintas, o lo amas o lo odias, o lo entiendes o lo rechazas. Incluyendo la última película, realizada el año pasado, estas películas son la máxima expresión del cine de acción de los 80, sobre todo la segunda y la tercera partes, porque la primera casi se puede analizar independientemente de las otras tres debido al cambio de estilo que supone respecto a sus predecesoras, y la cuarta pese a haberse rodado a finales de esta década mantiene una filosofía muy próxima al cine de aquella época, de los sucios y duros 80. Rambo es hoy en día el icono de la guerra (todos conocemos la expresión "hacer el Rambo" que se usa mucho en el cine y cotidianamente), del perfecto soldado americano que lucha por su patria (aunque realmente no lo haga precisamente por su patria) y defiende al débil matando a comunistas y "amarillos" mientras la bandera americana ondea a la retaguardia; eso es lo que gusta ver a los aficionados del cine de acción de los 80 y 90, aquel cine honesto, simple, violento (aunque es curioso ver como esa supuesta híper-violencia se ha quedado desfasada con el tiempo respecto a la actual) y sobre todo visto como un entretenimiento inocente y vacío, satisfactoriamente vacío. A continuación repaso la saga entera, analizando los elementos que han convertido a cada una de sus películas en míticas y puntuándolas dentro de su género, por supuesto.

"Acorralado" (1982).

Un día cualquiera puedes meterte con el tipo equivocado...

La novela de David Morrell llamada "Primera Sangre" ("First Blood", título original de la película) inspiró varios guiones que no se vieron materializados hasta que un floreciente y famoso Sylvester Stallone, que ya formaba parte del star-system hollywoodiense gracias a las tres primeras películas de la saga "Rocky", se interesó en el proyecto. Stallone metió mano en el guión de William Sackheim y Michael Kozoll para hacer del personaje alguien más heroico (aunque en esta primera película de heroico no tenía nada) y bondadoso que el de la novela de Morrell, cambiando varios aspectos fundamentales como el mismo final (del que por cierto existe un final alternativo más semejante al de la novela donde Rambo moría). "Acorralado" es un drama disfrazado de película de acción; debido a la evolución del personaje es usual (y lógico) asociar las cuatro películas de la tetralogía a la acción más vehemente pero con la primera debe hacerse una excepción ya que en este caso la acción/violencia solo sirve de excusa para contar una historia, una dura historia, todo sea dicho de paso, que además es en cierto modo reivindicativa o exclamativa con respecto a un hecho que era relativamente reciente entonces, como era el rechazo popular a los jóvenes que combatieron en la Guerra de Vietnam, que de la noche a la mañana pasaron de ser héroes a villanos al cambiar el uniforme por su ciudadanía.

Es evidente que hay dos conceptos sobre los cuales gira el film: primero, el horror de la guerra, y segundo, el rechazo del pueblo hacia unos chavales que defendieron (o desde luego eso creían estar haciendo) su patria y la libertad para poder proporcionar un futuro a su nación, y que no solo no recibieron una gratitud equivalente a su sacrificio sino que fueron tratados como parias. Cuidado, no me estoy posicionando a un lado u otro, simplemente estoy enunciando lo que se puede observar en el film, el evidente cinismo de la cultura norteamericana con respecto a aquella guerra y la forma que tiene "Acorralado" de denunciar ese aspecto mediante el sufrimiento y frustración de John Rambo, un hombre transformado en una máquina de matar por su país que una vez finalizado el conflicto ya no tiene un lugar donde estar ni al que pertenecer; se dedica a vagabundear intentando encontrar un enlace con su antigua y añorada vida —buscando a sus antiguos compañeros, todos muertos—, en la cual era alguien importante, con poder e ilusión, con un objetivo que cumplir, con una meta que alcanzar, alguien admirado y cómodo con la vida que llevaba pese a los horrores vividos. El desarraigo, el rechazo, la desesperanza de Rambo se refleja en la cara del actor, una mirada inocente que encierra sufrimiento y tristeza y que por las circunstancias acaba desatando la ira y la locura de la guerra. «Les podría haber matado a todos, podría haberle matado a Usted. Usted es la ley en la ciudad pero aquí la ley soy yo. No insistan, márchense o se verán metidos en una guerra que no olvidarán. ¡Lárguense!», le dice Rambo al Sheriff, el detonador de la masacre.

Es irónico que sea en la Ciudad Esperanza donde tiene lugar la historia del film, un tranquilo pueblo montañés en el que no parece pasar nunca nada y donde el Sheriff Will Teasle (brillante Brian Dennehy) se muestra intolerante y fascista. A Rambo lo prejuzga y juzga sin darle la oportunidad de demostrar si será un problema o no para el pacífico pueblo (y de no ser de la intervención del Sheriff no lo hubiera sido, pero vaya si lo acaba siendo) y los traumas y fantasmas pasados de Rambo florecen de nuevo cuando sufre las vejaciones y maltrato de los policías locales, lo que acaba por desatar el calvario vivido por todos. Recuerdo haber visto esta película cuando era pequeño en alguna reposición por la televisión y aluciné, entonces me fascinó la idea de que un solo hombre fuese capaz no solo de escapar de otros tantos armados sino encima conseguir reducirlos y meterles el miedo en el cuerpo, y todo sin matar a (casi)nadie. La inclusión del personaje del Coronel Trautman (memorable Richard Crenna) resulta un perfecto elemento narrativo para dar mayor peso a la leyenda del soldado invencible, y además presenta a un personaje que durante dos películas más sería una bandera de la saga.

Las escenas de acción son contenidas (no hay grandes alardes), varias persecuciones en vehículo y a pie, un par de tiroteos y alguna escena de caza y todas son de una calidad notable, de gran sencillez y bastante realismo dentro de lo cabe (luego la saga derivó hacia un —estupendo— surrealismo y desproporción) aprovechando el terreno montañoso del bosque que es el marco perfecto para esta pintoresca historia. "Acorralado" es el ejemplo de película dramática con la acción como excusa, y no al contrario, con la cual se puede disfrutar además de la lectura simple (Rambo se carga todo lo que se le ponga delante) y de la lectura más profunda (Rambo es un pobre chico traumatizado con la guerra e inadaptado en su propio país), escarbando un poco en su superficie y encontrándonos con grandes diálogos con los que disfrutar entendiéndolos de las mismas dos maneras. El épico discurso final es de aquellos de los que uno no se olvida, que han pasado a formar parte de la historia del cine, un emotivo monólogo por parte de Rambo que deja clara la intención y conceptos del film, y que resulta el broche perfecto de la cinta. La brillante y aclamada composición musical de Jerry Goldsmith y la excepcional dirección de Ted Kotcheff respaldaron la calidad del film que personalmente considero el mejor de los cuatro, aunque se aleje del estilo del resto de la saga, siendo una de aquellas películas memorables que de vez en cuando merece la pena revisionar porque ha conseguido mantener el tipo con los años. Un clásico total.

Mi puntuación: 8/10.

"Acorralado. Parte II" (1985).

Se acabaron los dramas, ahora toca vivir la guerra.

Tres años después del éxito de "Acorralado", que cosechó unos resultados de taquilla extraordinarios en comparación con su reducido presupuesto, llegó la secuela que se desligaba por completo del argumento establecido en la novela de David Morrell y que tomaba otro camino completamente diferente a ésta. Adiós al drama, hola a la acción ochentera. Rambo entraba en el campo de la acción descabellada convirtiéndose en una de las películas que definiría el género en los 80', adoptando un arriesgado giro con respecto a su sucesora en una clase de película que poco tiene que ver con aquella. El guión de "Acorralado. Parte II" corrió a cargo de Sylvester Stallone y James Cameron (sí, el mismo Cameron de "Titanic", "Aliens" y "Terminator", aunque por aquel entonces solo había realizado el guión de ésta última) aunque por lo visto fue el actor el que dio un cambio importante a la historia que tenía intención de hacer Cameron. El enfoque de Stallone fue claro, realizar un film de acción donde Rambo resucitase a sus fantasmas y de paso se cargara a todos los comunistas que pudiese. George P. Cosmatos, quien realizaría un año después la perla "Cobra, el Brazo Fuerte de la Ley" protagonizada por el mismo Stallone, fue quien dirigió esta segunda película que es una declaración de intenciones desde que empieza con una gran explosión; seguro que Michael Bay tomó buena nota de lo visto en este film.

"Acorralado. Parte II" define el abecé de las películas de acción de sudor y cerveza de los ochenta: comienza con una misión compleja que por supuesto aún se complica más, un hombre contra un ejército, sigue con secuencias de acción frenéticas de persecuciones, infiltraciones y tiroteos y acaba con una gran masacre que culmina con el héroe ensangrentado caminando hacia el horizonte. La diferencia con otras películas, y esto es algo que define a la saga entera, es que aquí no hay lugar para el romance. Pese a eso esta segunda película es la única en la cual hay un ligero acercamiento entre Rambo y una mujer, aunque finalmente no se consuma nada ni llegue más lejos del intercambio de un collar. En esta película se materializan escenas tan míticas como la clásica en la que Rambo prepara su material, armamento y ropa, que se ha convertido en un icono del cine de acción y un tópico estándar. También es la única cinta que incluye un pequeño giro de guión, que busca algo un poco "enrevesado" (por lo menos más que el resto de películas de la saga) con lo que aumentar la tensión, aunque lo realmente importante es ver al veterano del Vietnam matando vietnamitas y rusos como si fuesen moscas. El argumento de esta película se centra en la misión que se le asigna a Rambo a cambio de su libertad, que consiste en ir a Vietnam a comprobar si aún existen prisioneros de guerra norteamericanos para organizar un rescate, pero una vez allí descubrirá que solo ha sido un peón utilizado para favorecer los intereses poco honrosos del teniente Murdock, que enseguida entenderá que haber traicionado a Rambo es el peor error que haya podido cometer.

Ahora Rambo tiene tres enemigos que combatir, los vietnamitas, los rusos que les apoyan y los americanos que no les importa una mierda la vida humana. Repite Richard Crenna como el Coronel Samuel Trautman, el único en quien puede confiar Rambo, y se añaden dos estupendas figuras como son la del Teniente Coronel Steven Berkoff, el ruso al mando del campamento de prisioneros, y Charles Napier como Marshall Murdock, ambos en estupendos papeles de cerdos sin escrúpulos. Julia Nickson-Soul (que interpreta a Co Bao) tiene el honor, quizá junto a Julie Benz en la cuarta película, de ser la única chica que tuvo un ligero y discreto acercamiento al veterano de Vietnam, aunque esto no es más que un conato de romanticismo frustrado. Y es que no en vano se puede comprobar en una tabla que circula por internet con las estadísticas de la tetralogía donde el número de escenas de sexo es nulo en todas ellas. En cambio el número de muertos es exponencial... como debe de ser. Y es que ser una chica-Rambo no es lo mismo que ser una chica-Bond, desde luego.

Esta segunda película representa un tipo de cine que ya no se hace... excepto por el mismo Stallone, claro. En 1985 no se aplicaba el estilo (genial, pero de distinta forma) de las películas de acción actuales de Jason Bourne o del nuevo James Bond, aquello consistía en matar y matar sin dejar de gastar balas y sin reparar en explosiones, donde John Rambo representaba la invulnerabilidad y el orgullo americano que por muchos disparos que se le dieran nunca acababa seriamente herido (o si lo acababa se recuperaba en un momento). Las secuencias de acción de aquella época no eran menos espectaculares que las de la actualidad —eso sí, muy diferentes— donde todo explotaba, ya fuera una barca o una casa de paja, y donde los enemigos caían sin el menor destello de compasión ni duda y que al morir recibían un sonoro aplauso y exclamación; los vietnamitas y rusos eran malos, muy malos, había que acabar con ellos y para eso estaba el héroe nacional: John Rambo había pasado de ser un fugitivo incomprendido a un héroe nacional, y todo por la obra y gracia de Sylvester Stallone que definitivamente se convirtió en un héroe del cine de acción al mismo tiempo que lo hacía su colega Schwarzenegger. Por cierto, esta fue la única película que recibió una nominación al Oscar, por el montaje de sonido, además de ser la más taquillera con una gran diferencia.

Mi puntuación: 7/10.

"Rambo III" (1988).

La guerra nunca cesará.

Tras la sorprendente —por el cambio de estilo— segunda parte llegó en 1988 "Rambo III" que fue la que durante 20 años cerró la trilogía de Rambo. Según el Libro Guinness de los Récords fue la película más violenta jamás rodada, con el mayor número de víctimas de la historia del cine (cosa que la cuarta película superó sin problemas), lo cual fue parodiado debidamente en la mítica "Hot Shots 2" (incluso con la aparición del mismo Richard Crenna). En esta película vemos como John Rambo se aparta de los problemas ganándose la vida en Tailandia en luchas clandestinas y viviendo una vida espiritual, hasta que el Cornel Trautman le viene a asignar la enésima misión que él rechaza. La misión consistía —ojo a las ironías de la vida, teniendo en cuenta la guerra que en la actualidad ha librado EEUU— en dar apoyo a las tropas rebeldes en Afganistán mediante suministro de armas para repeler las fuerzas soviéticas que trataban de invadir el país. Ante la negativa de Rambo es el propio Trautman quien acaba ejecutando la misión y tras fallar es capturado y torturado por un Coronel ruso inquebrantable. Es entonces cuando Rambo se ve con el deber moral de ayudar a su antiguo mentor y rescatarlo del inhóspito terreno afgano en el que el Coronel Zaysen tiene desplegado su campamento.

Rambo meets "Lawrence de Arabia"; la saga del veterano de Vietnam deja los terrenos selváticos y boscosos de las anteriores películas y se pasa a los secos desiertos del país oriental, siendo esta la película que más tarda en arrancar pero que una vez lo hace desata una estupenda y disfrutable masacre. Cambia el escenario, pero no lo hace Rambo, que debe volver a convertirse en Guerra y nos vuelve a deleitar con el mismo patrón que en la anterior cinta; infiltración en campamentos, emboscadas en la penumbra, tiroteos de máxima exageración, flechas con punta explosiva... en definitiva, un solo hombre contra un ejército una vez más, una gozada de nuevo. Se puede notificar que hay en esta película un ligero componente de humor que no se ha visto en ninguna de las otras películas de la saga, resulta algo tópico y es algo que muchas películas de los 80' tienen, y es quizá algo que no me cuadra para nada en esta saga pero igualmente es perdonable. Se estrenaba tras la cámara el director de fotografía y asistente de dirección Peter MacDonald y lo hacía de forma solvente, y es que lo de menos en estas películas es la calidad artística de la dirección (aunque se pide un mínimo, claro).

Sylvester Stallone volvió a firmar el guión, esta vez junto a Sheldon Lettich, en el cual Rambo colaboraba codo con codo con los afganos, liderados por Masoud (estupendo Spiros Focás) y cuyo objetivo común de derrocar a los soviéticos resulta en los tiempos que corren una visión tan cínica como irónica. Rambo vuelve a desatar la guerra y esta vez sí cabe es más exagerada, el libro Guinness no exagera pues la que se lía en el poblado muhaydin y en el campamento soviético es digno de figurar en los registros: 78 enemigos exterminados por Rambo y un total de prácticamente 130 víctimas de ambos bandos en total. Crema fina, oigan. A destacar la escena de la cueva en la que Rambo acaba selectivamente con un grupo de élite soviético armado tan solo con su famoso arco y sus flechas explosivas, una escena clásica de las películas, y el posterior enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el típico gigantón guardaespaldas del villano de turno, que tan de moda se puso en la saga Bond desde "Desde Rusia con Amor" y luego explotó, entre otras, en la saga de "Indiana Jones". Stallone, que en esta tercera película gozó de uno de los físicos más imponentes, definidos y voluptuosos que ha lucido en su carrera, también se lució en la mítica escena inicial que se convirtió en una escena clásica de la saga, donde lucha cuerpo a cuerpo en un corral tailandés en el que se realizan apuestas y combates salvajes, y donde Rambo se parte la cara con una mula en una escena de lucha que hasta el momento era algo inédito en la saga.

Jerry Goldsmith firmaría la BSO por tercera y última vez, pues cuando se estrenó la cuarta película el compositor norteamericano ya había fallecido pocos años antes. La composición musical de "Rambo III" fue de las más extensas (reciclando también material de las otras dos entregas), pero finalmente gran parte de esa partitura no se incluyó en el metraje final, cosa que fue subsanada años más tarde en reediciones posteriores. En definitiva "Rambo III" fue una evolución lógica de "Acorralado. Parte II", siguiendo la misma senda de ésta y aumentándolo todo un grado para ser tanto o más espectacular y proporcionar a los espectadores una nueva entrega del héroe americano. El enemigo del comunismo (ahora parece un tema desfasado pero entonces la Guerra Fría era algo que los norteamericanos seguían viviendo) se alzó como héroe definitivo del cine de acción, y todas las películas contemporáneas copiaban ya sin pudor el estilo y carácter de sus películas, sin contar ya las películas de serie-Z que encontraron una mina en las últimas entregas de Rambo. La tercera película tiene más "de todo" que la segunda, aún así no me parece tan divertida como aquella pero lo que sí que consigue es entretener y divertir, que es el objetivo evidente de estas películas en concreto, y es por eso que pese a bajar un poco el nivel sigue siendo una película a revisionar de vez en cuando, por su toque gamberro y por su cantidad de escenas épicas y exageradas que tiene.

Mi puntuación: 7/10.

"John Rambo" (2008).

La mayor (y mejor) carnicería que nadie podía imaginarse.

Salvaje. Es la primera palabra que a uno le viene a la mente. Salvajismo, brutalidad, barbaridad, atrocidad... todos son sinónimos de "John Rambo". Veinte años después de la última película Stallone sorprendió a todos con el anuncio de la cuarta entrega de la ya abandonada (y añorada, por supuesto) saga del veterano de Vietnam. Primero hubo incredulidad, luego sonaron risas, pero tras el estreno de la más que notable y digna "Rocky Balboa" y la materialización del talento tras la cámara y la buena forma de Sly lo que hubo fue una mezcla entre reserva e ilusión. Todos teníamos en mente al fibroso Stallone de "Rambo III" y no nos podíamos imaginar como un tipo de 60 años podría volver a encarnar a este diablo de la guerra, pero el potro italiano dejó claro que lo suyo es el cine y que la pasión y respeto que siente por el género que le dio tantos triunfos sigue siendo tan grande como antaño. "John Rambo" dejó claras muchas cosas, primero que el talento tras la cámara de Stallone es evidente, en "Rocky Balboa" hizo un trabajo excepcional (en serio, fue un trabajo que me enamoró) y aunque en esta cuarta entrega de Rambo no alcanzase el maravilloso nivel de aquella la verdad es que es una realización impecable la que lleva a cabo (es la primera de Rambo que dirige). Queda patente que Stallone no es un actor descerebrado, es también guionista, director y productor de muchas de las películas en las que ha participado, ha sido guionista de todas las entregas de Rocky y las de Rambo (esta cuarta la co-escribió con Art Monterastelli) y encima sabe ofrecer a la gente lo que busca. La segunda cosa que se materializó fue el buen estado de forma del actor, que pese a no lucir pectorales en esta entrega sí que tiene una gran agilidad y fuerza impropias de alguien de su edad; si alguien nos hubiera dicho hace 20 años que un actor y personaje de 60 hubiese protagonizado una película de acción como esta no le hubiéramos creído. El tercer factor a destacar es el estupendo sabor de boca que Stallone sabe dejar con sus películas; son humildes y sencillas, pero tremendamente efectivas.

"John Rambo" es una película de acción con cierto espíritu añejo de los 80/90, y eso siempre viene bien. Es muy importante destacar que es una película sin pretensiones que ofrece mucho más de lo que se espera de ella, y es básico entenderla como tal. Como diría cierto espartano: «This is Rambo, y aquí todo vale. Si "Rambo III" aumentó la tasa de muertes y acción con respecto a su predecesora aquí lo que hace "John Rambo" es romper todos los registros y bodycounts habidos hasta la fecha, logrando una cifra nunca vista hasta el momento como es un total de casi 240 muertes, 80 de las cuales son obra solo del ajado John Rambo. La película es corta, su duración ronda los 90 minutos pero realmente, sin contar créditos, es una hora y cuarto de metraje, y ese cuarto de hora final es lo más grande visto en el cine de acción en toda la historia. En serio, siendo sinceros la película es algo floja durante todo su metraje con la excepción de algunos episodios aislados como los ataques birmanos que le encogerían el estómago a un verdugo, el lanzamiento de arco de Rambo en una escena y la maravillosa infiltración en el campamento birmano, pero no es hasta el final cuando la película se destapa y se convierte en uno de los momentos más espectaculares que he vivido en una sala de cine en toda mi vida. Uno no sabe muy bien qué tipo de film está viendo al principio, se le ve un toque de hijoputez supina pero no atina uno a clasificar qué tipo de cine de acción es... hasta que comienza la GRAN MASACRE. A partir de La Explosión —así con mayúsculas— que todos sabréis si habéis visto el film se desata la mayor de las carnicerías vistas, un holocausto birmano digno de figurar entre las mejores secuencias de acción de la historia donde la bestialidad hace el acto de presencia definitivo. Una escena que nos obligó a tensar los músculos a los asistentes de aquella sesión, una secuencia que no pararemos de rememorar.

Antes de eso el catálogo de barbaridades por parte de los (bastardos sin alma) birmanos es imponente: niños disparados a bocajarro, aplastados, ensartados con bayonetas y tirados al fuego en vida, piernas, cabezas y brazos cercenados, cuerpos partidos en dos, mutilados, descuartizados y quemados, gargantas arrancadas, cabezas desintegradas y trituradas, gente exterminada sin vacile, cayendo como moscas... todo en "John Rambo" tiene cabida, y es que como dijo Stallone en una de las entrevistas de promoción la guerra no es "pum pum, te doy un tiro y estás muerto", sino que en la guerra se ven las peores atrocidades que uno pueda soñar, y eso es lo que quiso mostrar el actor norteamericano. La película es básicamente sudor y sangre, más lo segundo que lo primero, sin lugar para el humor y demostrando una gran valentía por parte de Stallone a la hora de mostrarnos la violencia; a ver qué película de lo que llevamos de s.XXI es capaz de enseñarnos unas barbaridades tan grandes y explícitas como "John Rambo"... ninguna. Es de ley destacar este factor como una de las mejores cualidades del film. Un punto sobre la i, una declaración de intenciones, un canto a la más profunda violencia descarnada, y en el fondo inocente, del cine como entretenimiento, de la exageración y de la espectacularidad. El argumento de esta cuarta película coloca al protagonista en una posición semejante a la de la tercera película. John vive apartado de todo en Tailandia, allí tiene una vida austera, ganándose la vida cazando serpientes y sirviendo de barquero. Un grupo de misioneros que defienden la causa del pueblo birmano le pide a Rambo que les lleve hasta el país vecino para realizar tareas humanitarias y tras ceder a regañadientes se entera más tarde de que el grupo ha sido capturado por una guerrilla del ejército birmano tras arrasar el poblado en el que los dejó. Rambo, hastiado del mundo y su naturaleza violenta, decide volver para ayudar al grupo, acompañado de un grupo de mercenarios que no tienen idea de con quién se han asociado, y pronto descubrirán que el simple barquero es mucho más que eso...

Existen muchas semejanzas con la segunda película, por el escenario de selva tropical, por el tipo de villanos (aunque no aparezcan soviéticos), por la misión de rescate (una vez más), aunque finalmente se desarrolle de una forma bien distinta, sobre todo en su tramo final. Respecto a los personajes no se profundiza demasiado en ninguno, quizá algo en Rambo explorando su naturaleza y motivación en varias ocasiones, pero al final simplemente se le despierta el demonio de su interior y hace lo que mejor sabe, y menudo disfrute cuando se abre la caja de pandora. Se incluyen varios personajes como excusa para motivar la actitud de Rambo (como Sarah, interpretada por Julie Benz), o algún que otro mercenario con cierta importancia en la trama principal (Matthew Marsden como School Boy), pero lo realmente importante es ver cómo se mueve el pesado Rambo, como imparte justicia con sus propias manos, como sigue corriendo y saltando como en el primer día, como se puede leer la pasión de la guerra en sus ojos. Como he comentado en la anterior película no se pudo contar con Jerry Goldsmith debido a su muerte, igual que se tuvo que prescindir del Coronel Trautman (y Richard Crenna, que no sobrevivió el cáncer), y para sustituir al compositor fue Brian Tyler ("La Conspiración del Pánico", "Constantine") quien realizó una BSO excepcional que aprovecha algunos de los temas de Goldsmith y resulta ser una partitura perfecta para avivar los momentos de crudeza máxima y frenesí del film. "John Rambo" es una película que debe verse, por su valentía, su falta de pretensiones, su humildad y honestidad respecto al espectador y que merece sobre todo una especial atención a los últimos 15 minutos comentados, una barbaridad y maravilla absoluta que engrandece la cinta hasta el límite, a pesar de que durante los 60 minutos anteriores fuera más discreta.

«Sabes lo que eres, lo que llevas dentro. Llevas la guerra en la sangre. No luches contra eso. No mataste por tu país, mataste por ti. Dios nunca dejará que olvides eso. Cuando te empujan, matar es tan fácil como respirar.»

Mi puntuación: 8/10.

Rambo es Guerra, y a nosotros nos gusta Rambo porque es la exageración de la realidad, una caricatura de la crueldad de la guerra que hace que la aceptemos algo mejor. Vista como entretenimiento, esta tetralogía tiene todo lo que se puede pedir para una tarde de cine con colegas, palomitas y Coca-Cola. Esperaos que no hagan la quinta parte, que si no me equivoco el bueno de Stallone ya está preparando, aunque antes tendremos que ver "The Expendables", también escrita y dirigida por esta leyenda viva del cine de acción que se ha empeñado en seguir deleitándonos con lo que en su día nos hizo felices y que con el paso del tiempo sigue ganando en nostalgia. Suerte que este Tiranosaurio del cine de acción sabe lo que nos gusta. Ave, Stallone.

7 comentarios:

Major Reisman dijo...

Buenas

Devolviendo la visita. Te felicito por el blog (que he incluido en mi lista de blogs de cine). Sobre "Rambo", a mi me falta comentar la cuarta entrega, pero debo decir que de ella lo que más me gustó es al final cuando nos muestra a través del personaje del misionero que cualquiera puede matar a un semejante si se encuentra en una situacación desesperada.

Un saludo

Santi dijo...

Buenas Major Reisman, un placer verle por aquí, muchas gracias por las felicitaciones y ahora mismo incluiré su "Blog dedicado al Cine Bélico e Histórico" entre mis favoritos, un gran descubrimiento el que he hecho hoy encontrándolo ;) .

Respecto al final de "John Rambo" es cierto, hasta el misionero interpretado por Paul Sculze se descubre poseído por la pasión de la guerra, aquella que rechaza pero de la que acaba haciéndose partícipe de la forma más visceral, matando con sus propias manos. Todo en los últimos 15 minutos de "John Rambo" es glorioso, no tienen desperdicio. Desde luego sin ese cuarto de hora final la película habría quedado en mucho menos.

Un saludo, y gracias por el comentario. Intentaré convertirme en un asiduo de su "Blog dedicado al Cine Bélico e Histórico". ¡Saludos!

yotuel dijo...

No voy a decir nada que no sepas ya tronco.
qué grandes películas nos brindaron los sucios y duros 80.
Por cierto Mayor Reisman, pedazo de blog. Claro que tener a Lee Marvin como cabeza de cartel es garantía de éxito.

Almas Oscuras dijo...

Quizás la único valoración que no comparto al 100% es la de Rambo III, que me pareció mucho peor que Rambo y la más flojita de la saga. Acorralado y John Rambo me parecen geniales.
Felicidades por este especial.

saludos

Maribel dijo...

Hola Santi,

las he visto todas y las que más me gustan son Acorralado y John Rambo ( la 1 y la 2 ), la primera me gusta la historia ... y la segunda es una gran película de acción ... anda que no las he visto veces ... también les doy un 8/10, pero a las otras dos no, la 3 y 4 parte me parecen malas, malas, sobretodo la última que me decepcionó.
Como nombras en tu crítica ahora se llevan más las películas como bourne o el nuevo james bond, ¿puedes hacer una crítica de la trilogía de bourne?, creo que es de lo mejorcito del cine de acción.

Un petonàs,

Maribel.

ajowin dijo...

¡Pedazo de resumén sobre Rambo colega! Felicidades por el blog, que aunque parezca que no, voy mirando de vez en cuando xD

Un saludo.

Santi dijo...

yotuel, sabía que este tema te iba a interesar :D . Menuda época aquella... Pues no leo el hoy en un blog una cita en la que Tarantino dice que los 80 fue la peor época del cine de acción... Madre mía, ¡ni puta idea oiga!

Joan, sin duda "Rambo III" es la más floja pero mientras la estaba viendo supe cogerle el punto, ¡es la más gamberra de todas con diferencia! La única que incorpora algo de humor, la más "rambística", entendiendo el término como entrar a un sitio plagado de enemigos armado con un cuchillo y un arco a pecho descubierto, zumbándose enemigos como insectos. Es floja, pero también es gloriosa en muchos detalles :D . Muchas gracias por las felicitaciones, me honra sumamente viniendo de ti ;) .

¡Hola Maribel!, ¿qué tal? ¿Así que te decepcionó la última? Que lástima, yo la disfrute bastante con los colegas en el cine, era una cita imprescindible, aunque confieso que hasta el comentado final la cosa no adquirió un carácter destacable de verdad. Notábamos el olor a sangre en el ambiente, y eso nos despertó la bestia que llevamos dentro y nos ayudó a disfrutar como locos. Sí que es verdad que analizada friamente es floja, ¡pero qué coño, ver a Sly liando la de Dios con 60 tacos no tiene precio! Y me apunto la idea del especial Bourne, no se me había ocurrido y es genial, a ver si antes acabo la segunda entrega de las de James Bond. Un petó, maca.

¡ajowin, compañero, tú sí que sabes darme alegrías, que ilusión verte por aquí! Me alegro que te haya gustado el resumen, desde luego es una saga que lo merece, menuda gamberrada continua. Y la primera, que es una joya de película se mire por donde se mire. Un placer y un honor que visites Videa bien... de vez en cuando, esta es tu casa, un saludo compañero.

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