viernes, 29 de enero de 2010

"Nine", sensualità italiana.

Guido y sus mujeres.

Rob Marshall apenas ha dirigido tres películas en su carrera, dos de ellas musicales, y en todos los casos ha seducido a la crítica estadounidense. En 2003 con "Chicago", su primera película, conquistó la ceremonia de los Oscar ganando nada más y nada menos que 6 estatuillas doradas, incluido el premio a la Mejor Película, galardón que no se llevaba un musical desde que "Oliver" de Carol Reed lo hiciera en 1968. En la década de los 60' —y décadas previas desde el Oscar a "La Melodía de Broadway" en 1929— los musicales como "Sonrisas y Lágrimas", "My Fair Lady" o "West Side Story" fueron grandes triunfadoras en esta importante ceremonia del cine norteamericano, pero desde entonces la sequía del género ha sido radical. Marshall logró con "Chicago" (también gracias a Baz Luhrmann y su "Moulin Rouge") una especie de revitalización de un género no muy prolífico pero que nunca pasa de moda, y tres años después se decidió por el drama romántico con la celebrada "Memorias de una Geisha", una de las películas junto a "Brokeback Mountain" y "Crash" que en 2006 logró más Oscars, tres. Ahora Rob Marshall vuelve al musical rodeado de un reparto de lujo con "Nine", una cinta ambientada en los 60' que adapta una obra de teatro que a su misma vez está inspirada en la película 'autobiográfica' de Federico Fellini "8½", una historia acerca de la crisis creativa de un genio que debe lidiar con la presión y las expectativas que penden sobre él.

Debo admitir mi debilidad por "Chicago", es mi musical favorito junto a "Moulin Rouge" y es que esa ambientación de los años 20', el gancho de los personajes, situaciones y canciones y esa atmósfera de corrupción, vanidad e hipocresía le dan un tono mágico a la cinta. Marshall, que además de dirigir también coreografía sus números musicales (y es que es también famoso por su trabajo en el teatro), intenta repetir éxito volviendo a su género en "Nine", esta vez avanzándose un poco en la época de ambientación hasta mediados de la década de los 60' y cambiando los EEUU por Italia y su estilo chic, y es que si algo le gusta a Marshall es que sus películas reflejen a nivel artístico épocas pasadas de la forma más idealizada y nostálgica posible. La estética de "Nine" es uno de sus grandes puntos fuertes, ese tono distinguido y desenfadado de la Italia de los 60' es precisamente lo que atrae de forma especial, pero lo malo es que "Nine", a pesar de ser una excelente película, no acaba de ser un musical prodigioso.

Es injusto pero también inevitable compararla con "Chicago", y es que el primer musical de Rob Marshall tenía todo lo que le acaba de faltar a "Nine" para pasar de ser un musical más que correcto a una película realmente cautivadora. "Nine" tiene buenos números musicales pero creo que peca de algunos defectos, como abusar demasiado del escenario de los arcos romanos (el supuesto stage de "Italia"), que aunque muy bien iluminado acaba saturando un poco, también ser demasiado esquemática con la relación entre personajes y canciones, ya que cada número musical se corresponde con la presentación de un personaje y se echa en falta un ritmo más fresco y una forma menos estricta de mostrar las canciones, por otro lado tampoco hay números conjuntos (siempre una/o canta y los demás callan), exceptuando el maravilloso arranque con todas las mujeres en "Overture Delle Donne", y es que a pesar de la gran calidad de las canciones (la mayoría de ellas adaptadas de la obra de teatro) le falta algo de pasión al conjunto para cautivar como lo hiciera "Chicago". También he echado muy en falta un número final de la espectacularidad y calidad de "Nowadays / Hot Honey Rag" o "I Move On" de "Chicago", por ejemplo; estos pequeños detalles son los que hacen que para mí "Nine" no sea aún mejor musical de lo que ya es. Porque cuidado, a pesar de estas quejas "Nine" es una gran película, con números musicales de gran calidad y espectacularidad como "Cinema Italiano" o "Be Italian", pero tiene pequeños defectos que dejan a la cinta sin pulir. Creo que el musical es un género que especialmente necesita que sus películas sigan una línea ascendente durante su metraje, se requiere que vayan creciendo exponencialmente sobre todo hacia el final para acabar por todo lo alto, y creo que "Nine" empieza bastante fuerte con dos temas muy consecutivos y buenos como son "Overture Delle Donne" y "Guido's Song" y luego se desinfla un poco a pesar de la calidad media de sus canciones. Y el final, como comento, me ha parecido algo anti climático.

Técnicamente la película es fabulosa, goza de una dirección artística maravillosa que solo peca de abusar del escenario comentado de los arcos romanos, tiene una fotografía extraordinaria sobre todo por el uso de la luz y la sombras y contraluces, así como el vestuario y la estética es una gozada, y es que acabas adorando al Cinema Italiano también a la fuerza. Además de la increíble puesta en escena y maravilloso sonido, elemento clavo en la cinta, es una de aquellas películas que hablan de cine (cine dentro de cine) y de la presión de la fama, lo que la convierte en una de aquellas piezas curiosas que se auto homenajean/parodian. La historia en sí no es nada del otro mundo, a pesar de intentarlo no acaba de profundizar demasiado en las cuestiones filosóficas que plantea, quizá es un pequeño hándicap que tiene y es un aspecto en el que "Chicago" triunfó, y es que en "Nine" la historia parece no avanzar de forma demasiado fluida hacia una conclusión final.

Pero el plato fuerte de "Nine" no es otro que las interpretaciones, el espectacular reparto lleno de actores (actor, vaya) y actrices que forman el universo de Guido Contini, intérpretes forrados de Oscars (todos tienen uno en su haber excepto Day-Lewis, que tiene dos, y Hudson y Fergie, que no tienen ninguno) que bordan unos papeles maravillosos. Ese monstruo de la interpretación llamado Daniel Day-Lewis lleva a cabo otro de sus papeles en los que se sumerge y entrega por completo, esta vez en la piel del saturado cineasta Guido Contini, cantando, bailando y actuando con un curioso acento italiano (incluso aprendió el idioma para esta película) y una presencia única. Day-Lewis demuestra por qué es uno de los actores más prodigiosos de la historia del cine y da gusto verlo en pantalla en cada número musical y diálogo, derrochando talento en cada escena en la que tiene oportunidad. Codo a codo con el actor está Marion Cotillard, esta francesita que ganó el Oscar en 2008 por su caracterización de Édith Piaf en "La Vida en Rosa" (precisamente el mismo año que Daniel Day-Lewis lo ganó por "Pozos de Ambición") y que una vez más está extraordinaria, y es que esta mujer ya probó en una sola imagen al final de "Enemigos Públicos" que tiene un talento enorme, y en esta película se ratifica definitivamente en Hollywood de una vez por todas. Un caso parecido al de la francesa es el de Penélope Cruz, que una vez ha salido de su país no ha hecho más que crecer en popularidad en Hollywood. En "Nine" interpreta el papel de Carla, una chica sensual y no muy lista locamente enamorada de Guido cuya relación se basa en el más puro sexo. Tras ganar el Oscar por "Vicky Cristina Barcelona" la española vuelve con fuerza y destaca sobre todo en su número musical ("A Call from the Vatican") desprendiendo erotismo a raudales, en una interpretación magnífica que pone de manifiesto que Cruz no es solamente una cara bonita. Me ha gustado especialmente Judi Dench, la veterana británica exhibe una vez más su visceral capacidad interpretativa y se luce con un número curioso y un acento francés que parece natal (que gusto da escuchar Folies Bergére de su boca), comiéndose la pantalla por completo en la piel de la diseñadora de vestuario de Guido, la única que parece no tener reparos en mostrarle una sinceridad brutal. Nicole Kidman recuerda a su maravilloso papel en "Moulin Rouge" en una breve aparición en la que le da tiempo de cantar un precioso tema, igual que Fergie —la cantante de Black Eyed Peas— lo hace de forma más salvaje con quizá el mejor tema de la cinta, "Be Italian". Cierran el maravilloso reparto una excelente Kate Hudson a la que solo le da tiempo de aparecer en un extraordinario número musical ("Cinema Italiano", buenísimo) y poco más y la mítica Sophia Loren que a pesar de su poca participación también tiene un momento musical entrañable. Parece evidente el tono homenajeante de la aparición de la actriz ganadora del Oscar por "Dos Mujeres" (quizá demasiado), pero aún así está bastante bien.

"Nine" es un musical extraordinario, le falta la genialidad de "Chicago" pero es una película muy disfrutable, con muchos números musicales de calidad y aunque algo irregular en el fondo es sin duda una cinta que merece la pena ser vista. Rob Marshall tenía el listón muy alto y no lo ha superado, pero se ha regalado una película excelentemente realizada con un reparto de escándalo y números musicales magníficos. El reparto es el aspecto más virtuoso de una película en la que cada actriz secundaria tiene la oportunidad de lucirse (por poco tiempo, eso sí) y cuyos actores protagonistas, Marion Cotillard y Daniel Day-Lewis (sobre todo este último) están sencillamente sobrenaturales. Es una película bonita y curiosa, no profundiza en los temas que plantea pero hace pasar un rato la mar de entretenido por lo que el amante de los musicales podrá disfrutar de "Nine" y degustarla como debe. «So arrange it! That's all that I want!»

Mi puntuación: 7/10.

martes, 26 de enero de 2010

"Ellos"... están acechando.

¿Qué pasaría si de un día para otro tu vida desapareciese?

El hogar nos aporta confort y seguridad, nos proporciona protección y bienestar. Nuestra morada es un santuario donde los males que acechan el mundo exterior quedan olvidados o relegados a un segundo plano, un lugar donde descartar de la mente las atrocidades de la sociedad. ¿Pero qué pasa si de pronto ni tu propia casa es capaz de ser un lugar donde poder bajar la guardia? ¿Qué ocurre si tu domicilio se convierte en un infierno de la noche a la mañana? Como he comentado varias veces el cine es un arma perfecta para proyectar nuestras inquietudes, actitudes y miedos, es una herramienta especializada en sacar a relucir nuestros pensamientos más profundos; el cine de terror en concreto se sirve de nuestras mayores fobias para entretenernos haciéndonos pasar malos ratos, y cuanto más realista sea la historia y el contexto más conseguirá atemorizarnos. "Ellos" es una película que no solo aborda el concepto del hogar como lugar vulnerable, sino que juega la horrorosa baza del poder perderlo todo en tu vida en un solo instante, sin justificación aparente ni posibilidad de restitución. Y eso es realmente pavoroso.

En este artículo me referiré a "Ellos" como a la película francesa ("Ils") de 2006, dirigida y escrita por David Moreau y Xavier Palud, no a la norteamericana ("They") de 2002 dirigida por Robert Harmon que nada tiene que ver con ésta. Esta producción francesa (y rumana) está presuntamente basada en hechos reales, hechos que podrían o han podido inspirar muchos otros relatos como "Los Extraños" o "Funny Games" (1997), de la que parece beber ligeramente. Desde luego tiene muchos puntos en común con ésta última, como el escenario o algunos otros puntos que no conviene desvelar, y de hecho creo que "Ellos" está claro que ha servido de inspiración para varias películas a la vez que se ha inspirado en otras tantas de temática similar. Por ejemplo la extraordinaria cinta británica "Eden Lake" comparte muchos factores con "Ellos", o "À l'Intérieur", sin olvidarnos de la primera mitad de "Martyrs". Precisamente "Ellos" puede considerarse, junto a "Alta Tensión" y "Calvaire", una de las películas que dieron pie a la nueva ola de cine de terror galo que tanto impacto ha tenido en el género del cine de terror en esta década y de la que he hablado varias veces en este blog. Además, el inicio me ha recordado a películas como "Eden Lake", "Dead Snow" y "Evil Dead", películas que empiezan con una muestra de lo lejos de la civilización que está el lugar donde transcurre la acción, para hacer mella en lo aislado y solitario que es el emplazamiento en el que se verán atrapados los protagonistas.

Es curioso cómo a pesar de ser "Ellos" la película que originalmente introdujera un estilo o un tipo de cinta con ciertos elementos sea la que ahora me parezca menos original. No es justo que sea así, pero es que en verdad lo curioso es que ha sido después de ver películas como "Eden Lake" o "À l'Intérieur" cuando he visto "Ellos", y por eso mismo veo repetidos muchos elementos que se parecen demasiado. Eso no hace más que materializar la influencia que ha tenido la película de Moreau y Palud, una cinta de escaso presupuesto y reducido metraje (apenas 70 minutos), aunque puede evidenciarse que ambos realizadores provienen del mundo de los cortometrajes pues ese abreviado metraje da la sensación de haber sido estirado convenientemente para alcanzar el tiempo mínimo exigido para una película; no es que se haga larga, pero para lo corta que es tarda quizá bastante en arrancar (media hora, sin contar la tensa escena inicial), aunque luego transcurra con fluidez y sea capaz de crear una gran tensión.

El hipersencillo argumento transcurre generando un gigantesco suspense, no acaba de enseñar nada durante todo el metraje sino que se esfuerza en hacernos vivir el miedo y la tensión de los dos protagonistas, Clémentine y Lucas, una pareja francesa que vive en Rumanía y que de pronto se ve metida en un juego macabro del que presumiblemente no saldrán bien parados. A pesar de solo sugerir en vez de enseñar explícitamente consigue atrapar al espectador y hacerle partícipe del horror, esperando constantemente un ruido aquí y allá, temiendo ser sorprendido en la próxima esquina o sombra sin estar convenientemente preparado, todo gracias a una tensión sin fin que una vez empieza no da pausas. Precisamente para lograr crear una sensación de realismo más intensa parece evidente que los realizadores decidieron utilizar un tratamiento de la imagen semejante al de las cámaras digitales caseras, a pesar de que tiene un tono completamente cinematográfico, lo cual hace de "Ellos" una película terrorífica por el hecho de ser tan realista y por tener por eje argumental una situación tan creíble y factible.

"Ellos" es una de las pocas películas pertenecientes a esta corriente de terror francés que han tenido la suerte de haber sido estrenadas en España, junto a "Alta Tensión", quizá debido a que es una película mucho menos sangrienta y bestia que "Martyrs", "À l'Intérieur" o "Frontière(s)", las cuales no están siquiera dobladas (que yo sepa). En el film no hay lugar para escenas que se recreen en la violencia, aunque desde luego es un elemento importante en la trama, ya que fundamentalmente es una película que explota la tensión y el suspense más que la violencia en sí, como las películas comentadas. René-Marc Bini sabe darle buen uso a la música: a veces la utiliza para crear tensión, y otras veces desaparece para crear desasosiego. En silencio cualquier sonido se convierte en una alerta, y esos sonidos traidores que acompañan a la quietud son los que consiguen ponernos más nerviosos.

"Ellos" no es una película original ni especialmente novedosa, pero es capaz de crear una tensión acojonante. No aporta nada nuevo, pero su influencia en subsiguientes cintas de terror la hacen merecedora de figurar entre las obras más influyentes de terror de nuestro país vecino, una corriente que nos ha regalado y sigue regalando cintas de un horror brutal y visceral como hacía tiempo que no había. "Ellos" maneja muy bien su escaso presupuesto y logra una película sencilla, humilde y efectiva, que consigue cumplir su objetivo de tensar los nervios del espectador y hacer pasar un mal rato, a pesar de que después de esta se hayan hecho películas similares que han mejorado el resultado de la película francesa. Y ahora, antes de ir a dormir, cerrad bien la puerta, poned la cadena y guardad el bate de béisbol bajo la almohada...

Mi puntuación: 6/10.

miércoles, 20 de enero de 2010

"Sherlock Holmes", elemental querido Ritchie.

Holmes como excusa para un sanísimo y divertidísimo entretenimiento.

Seguramente si Sir Arthur Conan Doyle levantara la cabeza le daría un síncope al saber lo que han hecho con su personaje, pero la verdad es que este Sherlock Holmes que han reconstruido Guy Ritchie y Robert Downey Jr. para la última película del afamado detective británico es de lo más apropiado para lograr elaborar una cinta altamente comercial, entretenida, divertida, emocionante y explosiva a la misma vez que mínimamente inteligente, lo suficiente como para poder considerar "Sherlock Holmes" un thriller con una historia y desarrollo dignos que contiene grandes dosis de acción, espectáculo y pirotecnia, todo aderezado con un sano sentido del humor y una puesta en escena tan atractiva que es imposible resistirse al cóctel. No cabía esperar menos de Guy Ritchie, director de "RocknRolla" (que el año pasado se estrenó por estas fechas), "Snatch: Cerdos y Diamantes" y "Lock and Stock" entre otras, y es que no podía concebirse una película convencional siendo Ritchie un cineasta que aporta tanto dinamismo a sus cintas.

Este Sherlock Holmes es una revolución, no solo una reinvención —concepto tan de moda en los tiempos cinematográficos actuales— sino un cambio radical en el universo de las historias de Holmes, por lo menos teniendo en cuenta el tono sobrio de (la mayoría de) las más de 200 películas que ha protagonizado el detective consultor londinense. Desconozco la verdadera dimensión del personaje pues hasta la fecha no había leído ningún relato ni visto ninguna película protagonizada por Sherlock Holmes pero lo que está claro es que en esta "Sherlock Holmes" se ha apostado por hacerlo un personaje más alejado de la concepción popular que se tiene de él, algo así como un detective lupa en mano que analiza cada pista sin involucrarse físicamente, y se ha convertido en un personaje mucho más accesible. El Holmes de esta película, así como el original, es un experto boxeador y espadachín, por lo que su faceta de acción no debe sorprender tanto como parece, y sus vicios y defectos tampoco deberían suponer un atrevimiento tan grave, ya que aún no se han visto sus peores imperfecciones. Por cierto, es curioso que dos personajes de ficción interpretados por Robert Downey Jr. como son Tony Stark ("Iron Man") y Sherlock Holmes no hayan mostrado en sus películas (aún) sus particulares adicciones que en muchos aspectos les caracterizan, al alcohol el primero y al opio el segundo.

En la particular restauración de este Sherlock Holmes se me antoja una curiosa paradoja, ya que le he visto varias semejanzas con un personaje que ha marcado estilo en TV en los últimos años, el Doctor Gregory House de la serie "House". Todo el mundo sabe que House está notoriamente basado en el personaje de Arthur Conan Doyle, ambos son perspicaces, sus facultades deductivas no tienen parangón, los dos son adictos a una droga, son irritantes y egocéntricos, de vez en cuando utilizan la música para inspirar sus razonamientos, los dos viven en una calle con el mismo nombre, no sienten el más mínimo interés por los pacientes/clientes más allá de lo que puedan aportarles a la resolución del caso/diagnóstico, tienen como amigo y compañero a un personaje no tan audaz como ellos pero fiel y complementario (Wilson y Watson), por no mencionar la evidente analogía entre iniciales de las dos parejas de personajes, entre muchas otras. Es curioso entonces que el nuevo Holmes de esta película se parezca a su vez, tanto físicamente (con esa barba de tres días y cabello despeinado) como en su forma de actuar (soberbio, altivo y desaliñado), al mismo House, así que queda patente la retroalimentación que han tenido ambos personajes, un caso que me recuerda a lo sucedido entre James Bond y Jason Bourne de las sagas de espionaje y acción homónimas, ya que Bourne recibió una clara influencia del 007 y éste a su vez adoptó su estilo en las últimas películas de la saga, fruto del éxito de la fórmula de las películas de Bourne. Dos casos exactamente iguales y que, personalmente, creo que han hecho mucho bien a todas las películas (y series) implicadas. A destacar, cómo no, Robert Downey Jr. (ganador del Globo de Oro por este papel) y su forma de llevar a cabo el papel de Holmes, una interpretación extraordinaria conduciendo el personaje a su terreno y cautivando al espectador en su constante presencia en pantalla, y es que no se puede decir que el actor no sea el total protagonista de la película. Jude Law no se queda atrás como Watson y le da una estupenda réplica; me atrevería a decir que la relación entre Watson y Holmes es quizá lo mejor de la cinta, entre los dos actores hay química. Todo el reparto está estupendo pero como siempre se debe destacar a Mark Strong como Lord Blackwood, y es que aunque su personaje no participe excesivamente en la cinta su presencia es más que suficiente para tenerle un gran respeto al villano de la función.

Por primera vez en su filmografía Guy Ritchie no está implicado en el guión de una de sus películas, que ha sido escrito por Michael Robert Johnson, Anthony Peckham (guionista de la última cinta de Clint Eastwood, "Invictus") y Simon Kinberg, guionista habitual de películas de acción puramente hollywoodenses; tal y como pasaba en "RocknRolla" de nuevo se vuelve a respetar al espectador y se le toma como alguien quien puede seguir una trama compleja (que no difícil de entender) y atender a diálogos/monólogos extensos sin considerar que pueda aburrirse o perder el hilo, y es algo encomiable esa consideración en los blockbusters actuales. Además de una trama de lo más clásica, con personajes que no son lo que parecen, dobles intenciones, traiciones, hermandades secretas, personajes malvados y en la sombra, pistas y femmes fatales que recuerdan a los mejores relatos de misterio de la literatura de aventuras y suspense, también hay tiempo para las secuencias más desmadradas de acción, en las cuales Guy Ritchie se desenvuelve con una soltura única. A destacar los retazos de genialidad que desprenden algunas secuencias como el combate de boxeo o el arranque de la película, donde la cámara lenta y la excepcional música de Hans Zimmer son los aliados perfectos de Ritchie que deja al espectador boquiabierto. Las reconstrucciones de los hechos desde distintos puntos de vista es otro de los sellos de Ritchie y en esta ocasión vuelve a ser un recurso ideal para entender todo lo que sucede en pantalla y fuera de ella. Lástima que en ocasiones se le vaya la mano a la hora de mover la cámara y añadir más planos por segundo de los necesarios en las peleas cuerpo a cuerpo, pero igualmente el dinamismo que dota a las secuencias es único y hace que tengan una carga de suspense y agilidad mucho mayor.

"Sherlock Holmes" es entretenimiento puro y duro, un blockbuster de manual, divertido, espectacular y emocionante, y hay que tener en cuenta que le personaje del detective británico es solo una excusa para contextualizar la historia. Si eres fan incondicional del personaje quizá esta película pueda sentarte como una patada en la barriga, pero sí en cambio decides abrir la mente y aceptar la propuesta de Guy Ritchie tienes todas las papeletas para disfrutar de esta emocionante película que pone toda la carne en el asador a la hora de desplegar toda la pirotécnica y agudeza en su concepción, porque además de ser entretenida tiene el valor añadido de estar realmente bien hecha en todos los aspectos técnicos como la dirección artística y vestuario, trasladándote al Londres de finales del s.XIX de una forma extraordinaria. Merece la pena disfrutar de "Sherlock Holmes" siendo consciente de qué clase de película es, desvinculándola de todo lo hecho hasta ahora acerca del personaje.

Mi puntuación: 7/10.

viernes, 15 de enero de 2010

"La Cinta Blanca". Vida austera. Vida gris.

Delicatessen germana del siempre desconcertante Michael Haneke.

"La Cinta Blanca" viene pegando fuerte por los festivales de cine de toda Europa, la última película del teutón Michael Haneke se pasea por las carteleras con la distinción de ser la última ganadora de la Palma de Oro en el prestigioso Festival de Cannes, además de haberse llevado los galardones más importantes de los Premios del Cine Europeo (Mejor Película, Director y Guionista), arrasando con ellos como casi lo hizo el cineasta años antes con "Caché (Escondido)" o "La Pianista". Esta vez el director de "Funny Games" se atreve con un drama de época ambientado en el Imperio Alemán de 1913, una película reivindicativa y a reivindicar, una película singular, que se aleja de cualquier convencionalismo como ya es habitual en el director y que se decide a explorar una época de su país de origen en la que hay muchos aspectos a recalcar y repasar, hacer memoria y meditar. "La Cinta Blanca" es una película complicada de ver, algo larga, pero elaborada con esmero y un pulso de relojero, y sobre todo atrevida.

La calidad formal de "La Cinta Blanca" es enorme, quizá esa es su mayor baza. Probablemente los elementos que la han hecho más atractiva para los críticos han sido su exquisita fotografía en blanco y negro y su soberbia dirección, sin duda las mayores virtudes de una película costumbrista de ritmo pausado y poco habitual. De hecho Michael Haneke explota en esta película uno de sus sellos distintivos, que es lo valientemente que sostiene los planos; actualmente eso es una gesta en el cine occidental, abrumado por el montaje frenético y las tomas de fracciones de segundo (que pueden estar llevadas a cabo con soltura y diligencia como un Guy Ritchie o un Darren Aronofsky o con pesadumbre como un Darren Lynn Bousman). No es una cinta convencional en muchos aspectos. Haneke da muestras de su particular sentido del ritmo en una película de dos horas y cuarto de duración en las que varias historias tienen repartido el protagonismo, sin ningún tipo de trato equitativo ni mismo grado de profundidad. Curiosamente la cinta está narrada, en parte, por la voz en off de uno de los personajes de una de las cinco o seis historias, sin ser éste más protagonista que el resto. De hecho el pueblo teutón donde transcurren las historias podría ser el único protagonista principal, y la línea argumental principal es aquella que afecta a todos los personajes a la vez, es decir, a las familias del médico, el pastor, los campesinos, el profesor, el administrador, el Barón, etc. Saber quién y por qué está causando daños en el pueblo con extraños accidentes premeditados se convierte en el leitmotiv de "La Cinta Blanca", aunque las historias individuales de cada personaje y sus interrelaciones son la base de la película.

"La Cinta Blanca" es una película dura (sin ser nada parecido a "Funny Games", que conste), realista, con los niños como cimientos para una historia que transcurre en la Alemania Guillermina de principios de s.XX en la que la disciplina y el carácter prácticamente militar de la familia son el eje de la unidad familiar y social. Existe una relación fría entre padres e hijos y en general con el resto de gente, a pesar de ser un pueblo (o quizá precisamente debido a ello), y vemos las dificultades que tienen sus habitantes para interrelacionarse y superar algunas barreras sociales; puede intuirse quizá la semilla que provocó el nazismo, la fuerte discriminación y los exageradamente estrictos valores con los que los niños crecían. Prácticamente al final de la cinta se viven los hechos que llevaron a Alemania a la Primera Guerra Mundial (las repercusiones del asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria), aunque no es un tema que tenga verdadero protagonismo, y vemos cómo afecta a las diferentes familias y personajes los cambios sociales que la guerra impuso.

Haneke es un director que ofrece realismo en contraposición a los intencionados excesos del cine en general. En "La Cinta Blanca" opta por dar un crudo retrato del pueblo alemán en el que transcurre la película, con ese tono costumbrista antes mencionado, una exquisita fotografía en blanco y negro obra de Christian Berger, habitual de Haneke, que recuerda a la majestuosidad de "La Lista de Schindler", una forma de rodar sustentada en planos fijos con una ausencia total de zooms aunque con algunos travelling curiosos, y una carencia absoluta de banda sonora; la película solamente se acompaña de notas sonoras las pocas veces que éstas salen de los instrumentos que aparecen en la misma escena de forma ambiental y los cuales son tocados por los propios personajes del film. Esta falta íntegra de música le da un tono muy crudo a la película, muy directo, restándole a la película ornamentos formales y acercando las historias que narra de una forma sorprendentemente natural. Es curioso que una película pueda prescindir hoy en día de una BSO de esta forma, y "La Cinta Blanca" destaca por salir airosa del experimento. De todos modos no es algo nuevo para Michael Haneke, acostumbrado a privarse de la música en películas como "Funny Games".

En esta película sustentada en los niños tienen lugar escenas que le dan un valor añadido y le proporcionan un interés especial, detalles que pueden parecer insignificantes o pequeños, como cuando el doctor hace el amor con su ayudante de forma rápida y tosca para luego ponerse a comer, la corta e interesante conversación entre los hijos del médico acerca de la muerte o la "negociación" entre el profesor y el padre de la mujer a quien pretende, pequeñas escenas rodadas con inteligencia y un gran sentido del gusto (a veces abusando de lo crudo, pero sin intentar ser complaciente). Sobrecogedora la discusión entre los Barones o sobre todo el despecho del Doctor con su ayudante, y es que el trabajo interpretativo de "La Cinta Blanca" es un punto excepcional de la misma. Quizá al actor que más destacaría sería el germano Burghart Klaussner interpretando al Pastor, gozando de algunos momentos de puro lucimiento. Christian Friedel (como el profesor), Leonie Benesch (extraordinaria como la tímida Eva), Rainer Bock (el médico), Susanne Lothar (la partera), Ulrich Tukur (como Barón) y Ursina Lardi (Baronesa) destacarían con fuerza, así como unos estupendos y creíbles Leonard Proxauf (Martin) y Maria-Victoria Dragus (Klara) entre el plantel de niños. Curioso es, además, que pocos sean los personajes en la película que sean llamados por su nombre, con la excepción de los niños. Por cierto, imprescindible verla en versión original (está rodada en alemán), ya que además por lo que he visto del tráiler en español no parece ser una de aquellas películas en las que ha puesto mucho empeño (lo siento, no puedo escuchar al doblador habitual de Peter Griffin de "Padre de Familia" en España y tomármelo en serio).

Quizá "La Cinta Blanca" sea una película un pelín demasiado "indie" para llevarse un Oscar, o poco convencional, pero no se puede decir que no sería una perfecta ganadora del premio pues la calidad de la cinta es indiscutible, porque a pesar de ser una película más bien con un tono de novela social mantiene una línea argumental que mantiene en vilo al espectador, y su ritmo y montaje es suficientemente inteligente como para tener al espectador entretenido durante los casi 140 minutos de duración. No hay que engañarse, "La Cinta Blanca" no es una película fácilmente digerible para todos los públicos, puede hacerse incluso un pelín duro su visionado si no se va mentalizado, ya que es una película ausente de ritmos acelerados e historias inmediatas; más bien su guión va transcurriendo sin prisa ni pausa, desvelándose aisladamente su línea argumental general en pequeñas píldoras pero manteniendo las historias independientes como el eje de cada tramo de película.

La ambientación es otro aspecto extraordinario en "La Cinta Blanca", y es que el nivel de detalle en la dirección artística en todos los ámbitos es excepcional. Las construcciones y edificios parecen sacadas de una fotografía de época, los trajes y vestimentas son una delicia, y en general el toque añejo y clásico está presente durante toda la cinta, que da la sensación de haber sido rodada hace un siglo por la calidad de sus escenarios. Michael Haneke ha logrado una película de una calidad técnica sensacional, de fotografía sublime, montaje sobresaliente y dirección admirable, que ha triunfado merecidamente en toda clase de festivales pero que no sé yo si ese éxito se trasladará a las salas comerciales, y es que ya se sabe que el éxito popular y el de la crítica no tienen por qué (o más bien, no suelen) coincidir. Sus méritos son indiscutibles, técnicamente es una delicia pero quizá la vaguedad de la trama principal, su extenso metraje y su corte costumbrista puedan echar para atrás al público; es una buena película, realizada con cariño y estilo, y en la que quizá muchos puedan encontrar una pequeña joya. O aburrirse, quien sabe.

Mi puntuación: 8/10.

martes, 12 de enero de 2010

Las mejores películas de 2009, según Videa bien...

El año pasado no lo hice, pero este año me decido a recopilar las que considero que han sido las mejores películas del pasado 2009 junto a los TOP-10 de otros blogs de cine que suelo visitar. Sin más dilación (clicando en la imagen podréis ir a las reseñas en Videa Bien...):

    1: "Avatar"

    El derroche de imaginería de James Cameron nos dejó boquiabiertos. Una historia bonita, un mundo asombroso, unos efectos especiales punteros y, lo más importante, la plena facultad de enamorar al espectador.
    2: "Moon"

    Ciencia Ficción de tono clásico, con un Sam Rockwell sublime en una historia profunda, desgarradora y emotiva en un entorno aséptico. Maravillosa como pocas.
    3: "Watchmen"

    Zack Snyder hizo lo imposible y logra una de las mejores adaptaciones de cómic de la historia. Una película de superhéroes en declive en una sociedad decadente, de un realismo desgarrador.

    4: "Up"

    Enternecedora y emotiva historia acerca de la ilusión, de las ganas de vivir. Preciosa, emocionante y divertida, un cóctel de emociones.
    5: "Distrito 9"

    La gran sorpresa del año. Ciencia Ficción cruda, rompedora y muy atrevida. Refleja una madurez insólita teniendo en cuenta la inexperiencia del equipo, y unos efectos especiales supremos.
    6: "Ponyo en el Acantilado"

    Hayao Miyazaki a pleno rendimiento en esta historia de corte más infantil que algunas de sus útimas obras, preciosa hasta extasiarse, tierna como pocas. El dibujo del maestro nipón es una completa delicatessen.
    7: "Slumdog Millionaire"

    Una historia llena de emociones, invoca al buen rollo y presenta una composición técnica sumamente hermosa. Una aventura cruda, embriagadora, descarnada y bonita.
    8: "Gran Torino"

    Clint Eastwood, Clint Eastwood y Clint Eastwood. El mítico cineasta logra ampliar el perfil de uno de sus clásicos personajes malhumorados y cascarrabias con una cinta de increíble simplicidad y gran intensidad.
    9: "El Curioso Caso de Benjamin Button"

    Fantasía y dramatismo se dan la mano para llenar al espectador de sensaciones, en esta historia a la inversa en la que Brad Pitt brilla intensamente. Una aventura épica.
    10: "El Luchador"

    Penetrante drama rodado con una inteligencia y clase superiores. Tremendamente sobrecogedora, desprende patetismo a raudales. Mickey Rourke sublime.

Se quedan fuera por los pelos obras imprescindibles de este año como "Revolutionary Road", "Mi Nombre es Harvey Milk", "Valkiria", "El Desafío: Frost contra Nixon", "Vals con Bashir", "Déjame Entrar", "Malditos Bastardos" y "Celda 211". La blogoesfera se ha puesto manos a la obra con sus listas particulares, y entre todas me gustaría destacar las siguientes:

  • En The Quatermass Xperiment el Dr. Quatermass considera algunas de las películas estrenadas en el tardío 2008 para su lista, que combina producciones comerciales con independientes sin complejos, en una lista que encabeza la sueca "Déjame Entrar":

    1. "Déjame Entrar"
    2. "Gran Torino"
    3. "El luchador"
    4. "Max & Mary"
    5. "Malditos Bastardos"
    6. "Synecdoche, New York"
    7. "The Fall: El Sueño de Alexandria"
    8. "Moon"
    9. "Lejos de la Tierra Quemada"
    10. "Watchmen"
  • Samuel Paz de Totally Unrated se decanta mucho más por el cine de género, escogiendo "Malditos Bastardos" la mejor película de 2009:

    1. "Malditos Bastardos"
    2. "Truco o Trato"
    3. "Watchmen"
    4. "Eden Lake"
    5. "Distrito 9"
    6. "Bienvenidos a Zombieland"
    7. "Arrástrame al Infierno"
    8. "Star Trek" (2009)
    9. "Déjame Entrar"
    10. "Avatar"
  • Darkerr de El Diario de Darkerr es más original y escoge lo mejor del 2009 separando las películas en dos categorías según su género. "Martyrs" y "Avatar" encabezan los respectivos TOP-7 de terror y fantasía:

    • TERROR:
    1. "Martyrs"
    2. "Bienvenidos a Zombieland"
    3. "The Children"
    4. "Arrástrame al Infierno"
    5. "Truco o Trato"
    6. "La Huérfana"
    7. "Cold Prey 2"

    • FANTASÍA:
    1. "Avatar"
    2. "Watchmen"
    3. "Distrito 9"
    4. "Gamer"
    5. "Star Trek" (2009)
    6. "Death Race"
    7. "Señales del Futuro"
  • En Almas Oscuras han sido cuatro —tantos como redactores— los pequeños TOP-5 del mejor cine de terror de 2009, con "Martyrs", "Triangle", "The Children" y "Paranormal Activity" como triunfadoras:

    • Alicia/Missterror:
    1. "Martyrs"
    2. "Halloween II" (2009)
    3. "Triangle"
    4. "Repo! The Genetic Opera"
    5. "Mum & Dad"

    • Bob Rock:
    1. "Triangle"
    2. "Black Devil Doll"
    3. "Parasomnia"
    4. "Distrito 9"
    5. "Truco o Trato"

    • Manu:
    1. "Paranormal Activity"
    2. "Truco o Trato"
    3. "La Última Casa a la Izquierda"
    4. "Arrástrame al Infierno"
    5. "Dread"

    • Joan Lafulla:
    1. "The Children"
    2. "Dead Snow"
    3. "Truco o Trato"
    4. "Martyrs"
    5. "Arrástrame al Infierno"
  • En Amanecer Zombie de Neo se ha impuesto la democracia para escoger las cinco mejores películas de zombies del año, con una aplastante victoria de "Bienvenidos a Zombieland":

    1. "Bienvenidos a Zombieland"
    2. "Doghouse"
    3. "Dead Snow"
    4. "[REC] 2" y "Mutants"
  • La elección de Espilberg en El Blog de Reven ha sido complicada, curiosamente su lista está llena de películas que están en la mía o han estado a punto de estar; finalmente ha dado como vencedora a "Up":

    1. "Up"
    2. "Déjame Entrar"
    3. "Revolutionary Road"
    4. "El Curioso Caso de Benjamin Button"
    5. "Los Mundos de Coraline"
    6. "Celda 211"
    7. "Mi Nombre es Harvey Milk"
    8. "Avatar"
    9. "El Desafío: Frost contra Nixon"
    10. "Distrito 9"
  • Sin orden aparente Angel "Verbal" Kint de
    El Mundo de Angel ha destacado las mejores cintas del año a base de imagenes que hablan por sí mismas:

    • "Donde Viven los Monstruos"
    • "Celda 211"
    • "El Secreto de Sus Ojos"
    • "Moon"
    • "Malditos Bastardos"
    • "Star Trek" (2009)
    • "Déjame Entrar"
    • "A Ciegas"
    • "Watchmen"
    • "Gran Torino"
    • "El Luchador"
    • "El Curioso Caso de Benjamin Button"
    • "El Desafío: Frost contra Nixon"
    • "La Duda"
  • Para acabar tenemos una lista en marcha que tampoco ha podido ser ordenada aún, a la espera de los votos de los lectores; hablo de Cinoscar & Rarities cuyo administrador Xavier Vidal ha escogido las siguientes 10 películas como lo mejor que nos ha dado este 2009:

    • "Antichrist"
    • "Donde Viven los Monstruos"
    • "El vuelo del Globo Rojo"
    • "La Duda"
    • "Los Abrazos Rotos"
    • "Malditos Bastardos"
    • "Ponyo en el Acantilado"
    • "Revolutionary Road"
    • "The Reader (El Lector)"
    • "Un cuento de Navidad"

Un año de buen cine y, como siempre, de pluralidad de opiniones.

sábado, 9 de enero de 2010

"Commando", no sin mi hija, bastardos.

El primer error, secuestrar a su hija. El segundo, exigirle algo a cambio.

Tras saltar a la fama gracias a "Conan, el Bárbaro" (y su secuela) y la primera película de "Terminator" Arnold Schwarzenegger se labró en cuestión de un par de años una reputación de tipo duro, de bestia parda, un actor de acción que apuntaba a convertirse en una estrella. En 1985, tan solo un año después de interpretar al lacónico cyborg asesino, el actor se implicó en dos proyectos: "El Guerrero Rojo" y "Commando", dando muestras del espíritu trabajador del gigante austriaco, que durante casi dos décadas realizó de una a dos películas al año, combinando en ocasiones su faceta de héroe de acción con la de actor cómico, a veces simultáneamente. En el caso de "Commando" fue una de las primeras películas en las que encarnó a un peligroso y entrenado militar o soldado, que más tarde seguiría explotando en "Depredador", "Ejecutor" o "Perseguido", un tipo duro al que más vale no molestar. En "Commando" Schwarzenegger interpreta a John Matrix, un comando de operaciones especiales retirado de la vida militar que vive aislado en la montaña junto a su hija. Un día recibe la visita de su antiguo superior, quién le pone en aviso ya que alguien ha estado matando a ex-miembros de su equipo; todo forma parte del plan orquestado por un dictador sudamericano que pretende usar a Matrix para matar al actual presidente del país de Valverde. Para extorsionar a John deciden secuestrar a su hija, y ahí es cuando cometen un error fatal, el error más grande de su vida.

Schwarzenegger hace de Schwarzenegger en "Commando", como siempre ha hecho durante su carrera. Es un tipo duro, más duro que el mármol, peligroso, letal y con muy malas pulgas. El cine ochentero y noventero de sudor y cerveza está construido sobre personajes como éste, y John Matrix es el abecé de esta clase de roles, un hombre hábil y preparado para acabar con un ejército él solo, y que aún así es amenazado y atacado por gente que no sabe que está firmando su sentencia de muerte. John Matrix no es tan chulo como otros héroes del género, véanse John McClane de "Junga de Cristal" o Marion Cobretti de "Cobra, el Brazo Fuerte de la Ley", pero no tiene reservas a la hora de matar o dejar para la posteridad frases lapidarias («Yo desayuno boinas verdes, ¡y ahora tengo hambre!»). Schwarzenegger se luce físicamente (en aquellos años estaba al 100% de su capacidad) e interpretativamente, sacando lo mejor de sí mismo —que, seamos sinceros, nunca ha sido precisamente su capacidad expresiva— logrando un personaje 100% ochentero, con todos los buenos clichés que han hecho y hacen grande al género y aportando puro carisma.

"Commando" es otra de aquellas películas cuya sinopsis, cartel y reparto no engañan. Todo lo que necesitas saber está en el cartel, el argumento es una pura excusa para que Matrix desate su venganza contra un grupo de guerrilleros cuyo porvenir es bastante oscuro. Aquí, igual que en casi todas las películas de este género, lo que importa no es la historia en sí sino ver como el protagonista se desenvuelve en un entorno peligroso, lleno de tipos duros donde el mismo protagonista es el más duro de todos ellos; un ejemplo muy gráfico es ver cómo acaba con algunos de los sicarios que le ponen en jaque al inicio de la cinta, al enano de las gafas rojas o al negro del sombrero de paja... momentos como ese valen su precio en oro. Mención especial a la escena que implica al tipo que entra a su casa y quiere "negociar" con Matrix («— Si quiere recuperar a su hija tendrá que cooperar, ¿no? — No.»)

Dirige Mark L. Lester, director, guionista y productor que orientó su carrera hacia las películas de acción y que tuvo en "Commando" su mayor éxito comercial recaudando $57M en todo el mundo, una cifra más que aceptable para una película de este corte. En "Commando" sabe combinar muy bien las escenas de acción, manteniendo un buen ritmo que no cesa en los escasos 90 minutos de metraje. Persecuciones, tiroteos, peleas, y sobre todo un cuarto de hora final de puro vicio donde el contador de bajas enemigas asciende hasta las nubes. Una vez que Matrix se calza el uniforme de comando la cinta se torna una carnicería digna de disfrutar con una buena dosis de palomitas y Coca-cola. En este aspecto la película cumple al 100%, tiene instantes de mala leche aunque a veces veas morir al mismo doble dos veces o haya fallos con los especialistas enormes (alguien le tenía que haber dicho al director en el montaje final que muchas de las veces que un doble hacía una secuencia peligrosa se veía perfectamente que la cara no era la de Schwarzenegger, por no contar los trampolines que se ven cuando saltan por los aires o los maniquís impasibles ante una explosión gigantesca). Tonterías a parte las secuencias de acción le dan el ritmo perfecto a la película, que no le falta de nada en este aspecto. Como curiosidades: la chica-florero que acompaña a Matrix en esta cinta es Rae Dawn Chong, quien interpretó a la miembro de la tribu Ivaka en "En Busca del Fuego", y uno de los villanos de la función es Bill Duke, más conocido como 'el negro de Depredador' con quien compartiría plantel Schwarzenegger un par de años más tarde.

"Commando" no es que sea de las cintas más buenas de sudor y cerveza ochentera/noventera, pero tiene todos esos agradables tópicos que tanto se agradecen en estas películas: frases lapidarias, muertos por doquier, ejércitos cayendo ante la habilidad de un solo hombre, mala leche, musiquilla ochentera a base de James Horner, protagonista con carisma, un Schwarzenegger incomensurable y secuencias para lucimiento de éste, etc. Es de esas películas que desde que le das al play sabes que vas a disfrutarlas con el interruptor crítico apagado y seguro que disfrutarás cada gamberrada al máximo. Lo bueno de "Commando" es que a pesar de sus fallos es un entretenimiento puro y sano, es un clásico de la época, una cinta que es consciente de sí misma y no se toma en serio, y es que en aquella época se hizo cine de acción con el corazón. Así que una vez más: ¡Que vivan los sucios y duros 80!

«— ¿Dejaste algo para nosotros?
— Cadáveres.»

Mi puntuación: 6/10.

lunes, 4 de enero de 2010

"The House of the Devil", ¡vuelta a los setenta/ochenta!

Propuesta retro de agradable regusto añejo pero lamentablemente decepcionante.

¿He viajado al pasado con un DeLorean? ¿O es que realmente estoy viendo una película de 2009 que parece haberse realizado hace 25 años? El realizador Ti West ("Trigger Man", "The Roost", "The Wicked") se decide a retrotraernos al cine de terror pretérito con "The House of the Devil", un completo homenaje al cine de género de los años 70' y 80' que intenta recuperar el estilo de las cintas que aterrorizaron y siguen aterrorizando al público y que marcaron una época, obviando todo trazo cómico. Desde buen comienzo "The House of the Devil" trata de transportarnos temporalmente a la década de los 80' (la historia tiene lugar en dicha década), aunque el estilo de la cinta también bebe mucho del cine de los 70'. Posiblemente no sea más que una forma de representar lo influenciado que estaba el cine de terror ochentero por el precedente, pero es complicado definir con exactitud en qué década podría encuadrarse el homenaje de la película. De todos modos lo que está claro es que la película es capaz de hacernos viajar al pasado de una forma extraordinaria pues una vez que le das al Play la película te transporta 20 o 25 años atrás en todos los aspectos.

El mérito de la película es lograr no solo una ambientación absolutamente perfecta sino que también triunfa evocando los recursos cinematográficos de los años 80' como la utilización de película de 16mm, una sonorización tosca, una música puramente ochentera, unos créditos iniciales de alma setentera (tipografía incluida) y una planificación de las secuencias muy clásica. A nivel de formato la retrospectiva es soberbia. A nivel de ambientación, como digo, el mérito no es menor; el peinado de los protagonistas, la vestimenta, los electrodomésticos, decoración y muebles y otros pequeños detalles (glorioso ese Walkman prehistórico) hacen que la película parezca estar rodada durante los 80', incluso las calles parecen sacadas de una cinta de terror de esa época. Su estética retro es perfecta, pero el director sabe darle pequeñas pinceladas que hacen de "The House of the Devil" una película moderna, como la utilización de algunos zooms, encuadres o montaje (Ti West también es el montador habitual de sus películas), lo que en cierto modo le hace a uno consciente subliminalmente que lo que está viendo es actual, cosa que también tiene su mérito.

Pero el interés de "The House of the Devil", lamentablemente, acaba ahí. Una vez vista la película a uno le queda la sensación de que el realizador ha desaprovechado terriblemente un formato que con facilidad podría haber embelesado a los aficionados al género, pero que finalmente solo deja un amargo sabor de boca. El problema de la película es sencillo: aburre porque tiene una falta de ritmo absolutamente alarmante. La cinta dura apenas una hora y media, y no es hasta pasada la hora de metraje cuando empezamos a dilucidar qué pasa en la dichosa casa del diablo. Una vez introducido el tema no es hasta el minuto 75' aproximadamente cuando se desata la acción, ¡la cual solo dura 10 escasos minutos! La desilusión es tremenda; la película se pasa cinco sextas partes de su metraje preparando el terreno para un supuesto festival de sangre final, pero una vez llega se lo ventila en un abrir y cerrar de ojos, lo cual resulta una decepción mayúscula. No negaré que ese final es bastante notable, no está exento de una mala baba considerable (algo que también la aleja de la poca dureza del cine de los 80') y no se anda con chiquitas, pero sabe a tan poco que uno no puede sino tener la sensación de haber estado perdiendo el tiempo. Y es una verdadera lástima, porque las poquísimas veces que la película se decide a entrar al trapo no repara en burradas ni sangre.

Durante todo el excesivo metraje dedicado a crear tensión y gestar el desastre solo nos encontramos con UNA escena aislada que corresponda a una película de terror. El resto es suspense, pero un suspense que no acaba de cuajar pues no nos ofrece ningún adelanto ni aliciente lo suficientemente poderoso como para despertar nuestro interés. El gran defecto de Ti West para esta película es que se centra en todo tipo de detalles nimios como ver beber agua a la protagonista, caminar (y caminar, y caminar), lavarse la cara, comerse una pizza o todo tipo de secuencias intrascendentes alargadas hasta la saciedad, que se podrían aceptar durante un corto segmento de tiempo pero no continuamente ni prolongadamente, en vez de prestar atención a lo que interesa de verdad, que es la trama principal. En ese aspecto, tristemente, la película parece más bien obra de un director amateur que no tiene definido su estilo aún que una película con un objetivo bien definido. El resultado es que el ritmo de la película acaba siendo realmente soporífero y desesperante, pues se convierte en un preludio demasiado dilatado para tan raudo desenlace.

En cuanto a la trama ésta es bien sencilla: Samantha es una chica normal y corriente que necesita dinero para pagar su nuevo alquiler; en un panel de información de la universidad da con un anuncio que solicita los servicios de una niñera, así que se decide a llamar para conseguir el trabajo. Tras varios intentos logra el empleo y se dirige a la casa de la familia Ulman, situada a las afueras de la ciudad, un lugar inquietante en el que Samantha tendrá que pasar una noche "a solas", un hogar desconocido y enorme con un halo tenebroso importante. Lo más decisivo es que esa noche es la del eclipse lunar... Esta podría ser perfectamente la sinopsis, aunque a decir verdad para llegar a este punto pasan 45 minutos. ¡45 minutos! Este es un ejemplo de lo que adolece el ritmo de la cinta. Hubiese sido magnífico que no se hubieran estirado tanto las nimiedades comentadas y se hubiera prestado más atención a la parte final, pero irremediablemente da la sensación de estar bastante desaprovechada, ya que el tono añejo (auténticamente añejo) que tiene es realmente cojonudo.

Jocelin Donahue, la preciosa actriz protagonista, cumple en todos los aspectos. La sufrida Samantha es capaz de hacer más llevadero el ralentizado metraje y sabe sacarse partido sobre todo en el segmento final, aunque su interpretación es muy uniforme y no da lugar a queja alguna de su estupendo trabajo. El resto del reparto está muy bien, destacando al enorme (literalmente enorme) e inquietante Tom Noonan (Mr. Ulman), aunque la película es un monólogo de Jocelin Donahue que no da lugar a réplicas. El concepto de quedarse solo en una casa tan turbadora aunque corriente al fin y al cabo es bueno, y consigue crear inquietud con elementos básicos pero se peca de repetitividad y trivialidad en la mayoría de escenas.

El principal aliciente de "The House of the Devil" es comprobar la retrospección que lleva a cabo, un elaborado viaje al pasado en toda regla, pero como película es bastante irregular, tiene muchos altibajos. La estética es sumamente interesante, la forma de llevar a cabo una traslación temporal tan "real" es increíble pues no solo está ambientada en los 80’ con gran acierto sino que todos los componentes están cuidados al milímetro. A nivel técnico el film es una maravilla, el trabajo de diseño de producción, dirección artística, vestuario, maquillaje, etc. puede pasar desapercibido, pero el mérito es extraordinario. La música está escogida sabiamente por Jeff Grace, la forma de dirigirla y la fotografía de Eliot Rockett es todo un acierto. Pero por otro lado se percibe que es una película sin un objetivo claro y que avanza sin ningún tipo de prisa ni fin, dando vueltas sobre sí misma, explicando una historia de forma demasiado intrascendente hasta el esperado segmento final, lo que acaba por hacer perder el interés y desesperar al más paciente de los espectadores. Reconozco que tiene un par o tres de escenas bastante buenas, incluidos los 10 minutos finales, y goza de una mala leche considerable, pero la acción está demasiado dosificada y acaba haciéndose insuficiente para levantar la película. El problema de "The House of the Devil" es que no pasa nada. Y es una verdadera lástima, una ocasión tristemente desaprovechada.

Mi puntuación: 4/10.