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sábado, 19 de diciembre de 2009

"El Bueno, el Malo y el Raro", eastern colosal.

De occidente a oriente y tiro porque me toca; el spaghetti-western da paso al sukiyaki-western.

En 2007 el excéntrico cineasta nipón Takashi Miike estrenó "Sukiyaki Western Django", una película que con su mismo nombre ya dejaba claras sus intenciones; con esta cinta quiso homenajear el mítico spaghetti western de 1966 realizado por Sergio Corbucci, "Django", que a su misma vez bebía estilísticamente de la japonesa "Yojimbo" ("Mercenario") de Akira Kurosawa, un jidaigeki (drama épico) que tuvo su adaptación occidental en "Por un Puñado de Dólares", la primera en la Trilogía del Dólar de Sergio Leone; mientras, "Los Siete Magníficos" hacía las veces de adaptación yankee de "Los Siete Samuráis", etc. Es así como oriente y occidente se han estado intercambiando cromos continuamente en el género del western, principalmente en el spaghetti western, un término acuñado por el auge del género de las películas del oeste en Italia sobre todo durante los años 60', que después metamorfoseó en el llamado sukiyaki western (permutando platos nacionales a modo de alegoría) que sería el equivalente a las estridencias itálicas en países orientales como Japón o Corea del Sur. Esta retroalimentación ha dado muy buenos resultados en ambos bandos, y como digo en estos últimos años el género ha tenido una revaloración con cintas como la de Miike o "El Bueno, el Malo y el Raro" ("Joheunnom Nabbeunnom Isanghannom" / "The Good, the Bad, the Weird"), película surcoreana de 2008 que podría considerarse un eastern (al fin y al cabo estamos en el Este en esta cinta y en el resto de sukiyaki western) en toda regla, y además, un peliculón de aventuras totalmente épico.

Este género nutrido de exageraciones, ambientes sórdidos y personajes muy estereotipados es un territorio perfecto para el cine surcoreano, especialista en acentuar al máximo la expresividad de los actores y caricaturizar los personajes, además de intensificar la espectacularidad y humor de las situaciones. A pesar del título no es un remake coreano de la película de Sergio Leone "El Bueno, el Feo y el Malo" (aunque se inspira evidentemente en este), teniendo en común la búsqueda múltiple de un tesoro por parte de tres antagonistas y conteniendo planos y secuencias manifiestamente inspiradas en la trilogía de Leone, incluidas "Por un Puñado de Dólares" y "La Muerte Tenía un Precio" (como la secuencia del sombrero cosido a balazos). "El Bueno, el Malo y el Raro" tiene todas las virtudes de "El Bueno, el Feo y el Malo", solo que es más moderna y tiene un tono más humorístico, logrando un entretenimiento como pocas veces se ha visto en mucho tiempo; sin duda es una de las películas más amenas, divertidas y espectaculares realizadas en años.

"El Bueno, el Malo y el Raro" son más de dos horas de pura diversión, secreción de adrenalina y risas; con Manchuria como escenario desértico los tres protagonistas se movilizan hacia un mismo objetivo con distintas motivaciones; el Bueno, Park Do-won, quien tiene intención de destruir el botín para evitar que el Ejército Imperial Japonés se lo lleve, además de querer capturar al bandido Park Chang-yi, el Malo, el cual solo busca vengarse de Yoon Tae-goo, el Raro, un ladrón de poca monta que está interesado exclusivamente por el tesoro. Los tres actores están supremos en sus papeles; Jung Woo-sung es el Bueno, un cazarecompensas letal, impasible, solitario, duro y valiente, armado con su rifle Winchester y ansioso por hincarle el diente a Chang-yi. Jung Woo-sung ha dado el campanazo con este papel y se ha alzado como un actor a tener en cuenta, aunque tenga casi dos decenas de cintas a sus espaldas. Lee Byung-hun da vida al Malo, un villano a la altura que resulta totalmente despreciable, siendo no solo un psicópata realmente letal sino también un desalmado hijo de perra sin escrúpulos. Lee Byung-hun, que ya trabajó con el director en la más que notable historia de gangsters "A Bittersweet Life" ("Dalkomhan Insaeng") —que recomiendo fervientemente— y también ha aparecido recientemente en "GI Joe", lleva a cabo una interpretación caricaturizada, con una estética muy manga, peinado incluido, una silueta negra armada con una Colt y siempre serio y atormentado; su papel es realmente extraordinario. Pero la palma se la lleva el actor de moda en Corea del Sur y por el que siento profunda devoción, Song Kang-ho, como el Raro, un personaje excéntrico y alocado armado con dos Luger y que viste un curioso atuendo que es un caramelo para cualquier intérprete y que solo un actor de la talla de Song Kang-ho podría llevar a cabo exitosamente. El actor, que se está forjando una filmografía espectacular con peliculones como "The Host", "Thirst", "Crónica de un Asesino en Serie", "Sympathy for Lady Vengeance" y "JSA: Joint Security Area", se ha hecho un hueco en el panorama interpretativo coreano y ha aprendido a cambiar de registro con una facilidad pasmosa. Él interpreta al personaje con más presencia y carisma en la cinta (aunque el carisma en este film es elevadísimo), y se come la pantalla cada vez que aparece, mezclando humor, habilidad y suerte por partes iguales. El Raro es un personaje que siempre consigue salir ileso de las situaciones más imposibles ayudado por una dosis sobrenatural de suerte, una gran habilidad y muy pocos miramientos. El resto del reparto está excelente de principio a fin, un casting eminentemente masculino lleno de tipos duros, asesinos y gente de mala alcurnia.

Es una lástima que por ser coreana no vaya a ver estreno en España (y muchos países occidentales), porque si la gente no tuviera prejuicios con el cine oriental (y/o con los subtítulos) podría disfrutar de una de las mejores películas de aventuras de los últimos años. "El Bueno, el Malo y el Raro" tiene muchas virtudes, pero hay un par que destacan poderosamente sobre gran parte del panorama cinematográfico actual: unos efectos especiales de vicio y una dirección majestuosa. Precisamente por estos apartados la película ganó dos premios en Sitges'08. Kim Ji-woon ("A Bittersweet Life", "Dos Hermanas") realiza un trabajo tras la cámara digno de estudio, una realización fresca, moderna, original y con un sentido de la espectacularidad privilegiado. Podría decir ahora mismo sin miedo que es una de las mejores direcciones que he visto nunca, el director demuestra talento y perspectiva y sabe dar a la película un estilo personal, dinámico y maravilloso, con movimientos de cámara que dan una gran agilidad y que a veces son casi imperceptibles, como sacudir la pantalla cuando hay un disparo, zooms y travelling realizados de una forma que no consigo explicarme (ríete tú de los planos-secuencia de "Hijos de los Hombres"), como el tiroteo en el mercado o la sobresaliente secuencia inicial del tren, sin olvidarse de recursos clásicos como cambios de escena a lo Kurosawa o planos exagerados copiados de Leone. Dado el trabajo en este film Kim Ji-woon ha demostrado ser uno de los directores más en forma del panorama mundial. Los efectos especiales son otro de los puntos en los que "El Bueno, el Malo y el Raro" rompe moldes, unos efectos que no abusan prácticamente nada del CGI (y si está presente yo ni me he enterado) con efectos tradicionales, explosiones, extras a tutiplén, caballos, coches explotando, tiroteos brutales, barrios saltando por los aires y todo tipo de piruetas en unas coreografías de tiroteos que son de lo mejor visto en mucho tiempo, exageraciones alejadas del estilo sobrio de Michael Mann que son doblemente divertidas por lo surrealista en ocasiones y seco en otras. Nunca había visto algo que pareciese tan real y bien coreografiado.

La música es otro elemento a tener en cuenta, consciente de lo importante de ésta en un western Dalparan y Jang Yeong-gyu (los dos compositores habituales del realizador) le dan bastante protagonismo y mezclan occidente y oriente en una BSO extraordinaria llena de trompetas, silbidos, palmas y tambores que no se olvida de su origen oriental que está presente subliminalmente, una BSO espectacular que se adapta a la perfección al tono de cada escena y colabora intensamente en la dinámica de la película. Especial atención a la versión del tema "Don't let me be misunderstood" (que pudimos escuchar en el inicio del combate entre la Novia y O-Ren en "Kill Bill: Vol.1") y a la escena que transcurre al son de ésta, una de las persecuciones más brutales y espectaculares que se han podido ver nunca en el cine de acción y aventuras. De lo mejor visto en años. La estética, muy manga y muy del viejo oeste, es otro factor importante. No deja de ser un western pero en la película la influencia oriental se palpa sobre todo en los personajes, como los bárbaros manchúes; es un western con algún tinte moderno ya que transcurre a principios del s.XX, y casi como en la miniserie "Afro Samurai" gusta de combinar elementos que contrastan como caballos y motos con sidecar o cuchillos, hachas y martillos con armas automáticas sofisticadas. El lejano oeste (este) queda reflejado de una forma peculiar y sumamente interesante, logrando un universo propio muy convincente y completo.

A pesar de ser una película para un público variado (ha estado calificada para mayores de 15-16 años en la mayoría de países en los que se ha estrenado) no se corta un pelo; sin ser ni mucho menos gore ni recrearse en lo sangriento no escatima en muertes secas ni innecesarias, en ese aspecto es muy atrevida y no se contiene con lo que serían ridículas restricciones. Tanto el Malo como el Raro son de gatillo fácil y matan por doquier (sobre todo el Malo, que dispara y mata hasta a los heridos), pero es que ni siquiera el Bueno se lo piensa dos veces antes de matar. De hecho todos los personajes que pasan por esta película desconocen el significado de la palabra misericordia, y vuelve a haber tiempo para un argumento recurrente en la filmografía asiática como es la invasión del Ejército Imperial Japonés de China.

"El Bueno, el Malo y el Raro" es un eastern colosal, una película de aventuras, una comedia, una película de acción que tiene todos los elementos para hacer pasar un rato estupendo riendo y alucinando con una historia intensa, divertidísima y emocionante. Los tres protagonistas están inmensos y el trabajo tras la cámara es apabullante, además de lograr unos efectos visuales y sonoros sublimes, de primera clase. Esta película hablada en coreano, japonés y mandarín fue estrenada en su país de origen a mediados de 2008, y países como Japón y Taiwán y Reino Unido, Alemania, Francia y otros vecinos europeos han hecho lo mismo durante este 2009, aunque en España seguramente jamás la veamos a pesar de ser una cinta de aventuras imprescindible. Dado el retorno de las cintas con el salvaje oeste como escenario ("El Asesinato de Jesse James por el Cobarde Robert Ford", "El Tren de las 3:10", "Appaloosa", etc.) es incomprensible que no se apueste por "El Bueno, el Malo y el Raro", ya que tiene todo lo que debe tener una película: calidad, diversión, además de la facultad de calar hondo en el espectador. Suerte que el cine oriental sigue estando a nuestro alcance por otros medios, porque sería imperdonable perderse esta maravilla surcoreana impregnada de buen hacer y talento.

Mi puntuación: 10/10.