viernes, 18 de julio de 2008

"Afro Samurai", espadachines del Bronx en el Japón feudal.

Una miniserie animada americana que parece japonesa y que mezcla tantos géneros y estilos como entrañas y metal.

A lo largo del mes de enero del año pasado se emitió en EEUU "Afro Samurai", una miniserie de cinco episodios que contaba la historia de un samurái negro con el pelo a lo afro que buscaba venganza por la muerte de su padre. Un tema tan trillado y sencillo como la venganza ultra sangrienta no parece que pueda ser suficientemente interesante para una miniserie, pero el mimo con el que se realizaron todos los apartados de dicho proyecto le dota de una calidad extra que ha colocado la miniserie en boca de todos. Como apunte: cada episodio dura poco más de 25 minutos (como la mayoría de las series de anime) y también se ha lanzado en forma de película juntando los cinco episodios, con una duración total aproximada de dos horas.

Lo interesante de la serie es su estilo y mezcla de géneros e influencias. Es difícil darle una categoría ya que la acción transcurre en la época del Japón feudal con mucho de cine western que a su vez es sabido que tiene mucho de cine de samuráis, mezclándose en esta serie a la perfección: 50% de western 50% de samurái. Hay mucho de tecnología punta, móviles de última generación, armas sofisticadas y terminators (sí, he dicho terminators, habéis leído bien) a la vez que armas antiguas y tradicionales como espadas, ballestas y lanzas e incluso rifles antiguos y pistolas al más puro viejo oeste. Parece que los creadores de la serie quisieron volcar un barullo de ideas al proyecto sin ninguna intención de respetar lo establecido hasta la fecha, y en mi opinión la cosa les salió muy bien. No solo la tecnología y complementos destacan por su mezcla con lo tradicional, es curioso ver como los personajes se comportan como 'negratas' del Bronx pese a tener aspecto de monjes, samuráis nipones (y su respetuosa fama), hay efectos sobrenaturales, personajes carismáticos e incluso personajes ridículos y espectaculares. La mezcla de conceptos alcanza hasta el último detalle en la serie.

La historia como digo es tan fácil como típica, en plena época feudal en Japón los guerreros luchan por conseguir ser el Número 1 entre todos, y para ello deben conseguir la Cinta del Número 1. La condición para poder retar al Número 1 es portar la Cinta del Número 2 e ir a desafiarlo al monte donde espera a su contrincante, y el inconveniente de tener este 'privilegiado' puesto es que cualquiera puede retar al Número 2 para conseguir su cinta, lo que lleva al Número 2 a tener que estar continuamente luchando por defender su posición ante los ataques de las decenas de guerreros que quieren arrebatarle la cinta para obtener el derecho de enfrentarse al Número 1. Afro es un samurái cuyo padre, Rokutaro, fue portador de la Cinta Número 1 y que fue asesinado por Justice, un extravagante cowboy que aguarda la vuelta de Afro para enfrentarse a él y confirmar su supremacía. Siendo un niño Afro quedó huérfano y creció con la obsesión de llegar a conseguir la Cinta del Número 1 para vengar a su padre y convertirse en el mejor guerrero del mundo. Por supuesto no se lo pondrán fácil, pese a ser un maquinote de cuidado. Además durante la serie se concatenan trazos del pasado de los personajes de forma magistral, ayudan a formarnos una idea de la personalidad de éstos y complementan la historia central muy bien.

Una de las mayores virtudes de la serie es por supuesto su personaje principal, Afro, un samurái experto, lacónico (no dirá más de 3 o 4 frases en toda la miniserie), sobrio y sobre todo una máquina de matar precisa e imparable. Su habilidad con la katana es extrema y es capaz de enfrentarse a legiones de enemigos a la vez y masacrarlos a todos sin excepción. Lo que se suele decir un máquina de cuidado. Ese factor sumado al hecho de que porta la Cinta del Número 2 y todos le buscan, que un grupo de hermanos monjes van tras él, que todo el mundo le pisa los talones y que la animación y los combates de la serie están recreados con exquisitez hacen de los combates un espectáculo visual absolutamente impresionante. Además de Afro tenemos a su acompañante, el Ninja Ninja, su alter ego en todos los aspectos, locuaz (no calla ni un segundo en todas sus apariciones), malhablado, lujurioso, descarado y pesado, representa todo lo que no es Afro. Además tenemos variados personajes como el Maestro de la Espada, Otsuru, el impresionante Kuma (uno de mis personajes favoritos sin duda) y el ya comentado vaquero gótico Justice, además del Clan de Los Siete Vacíos, un grupo de seis monjes que disponen de una tecnología ultravanzada y que quieren conseguir la Cinta del Número 2 por cualquier medio.

Como digo, la animación a cargo del estudio GONZO es del más alto nivel, algo realmente sorprendente de ver y quizá es su mejor baza junto a la espectacularidad de los combates, cuya duración media es más bien corta debido al alto nivel de los contrincantes. Pese a la corta duración de los combates éstos son intensos y espectaculares, repletos de detalles y muy bien pensados para hacerlos lo más distraídos y épicos, y es que nos pasamos toda la miniserie deseando que Afro empuñe su katana a cada escena para poder gozar con las sangrientas escenas de cercenamientos y muerte de las que está repleta. Porque otra cosa que tiene es el nivel de gore, lo que la diferencia quizá de otros productos más light que a priori puedan parecer semejantes, y es que su violento estilo es más próximo a "Ninja Scroll" o "El Puño de la Estrella del Norte" (salvando las distancias por supuesto) que a "Bleach" (dónde va a parar) siendo algo más del estilo Seinen que del Shonen. Los chorretones exagerados de sangre y miembros mutilados inundan la pantalla en todo momento, e incluso hay algún momento de sexo, así que la serie tiene un público claramente determinado. El dibujo de la serie es en su mayoría de tonos grisáceos y sepias, dominando la oscuridad para los escenarios y jugando con la fluidez de los movimientos en todo momento, escogiendo siempre la mejor "cámara" o posición para mostrar la acción y acertando siempre en la forma de "rodar" los combates. La miniserie se merece un gran aplauso en este aspecto.

Otro aspecto destacable de la serie es la banda sonora que corre a cargo de RZA, el grupo de rap norteamericano del rapero Wu-Tang Clan, que se inspira en gran parte en las películas de artes marciales de los años 70' y teniendo una destacable participación en la sonorización de films como "Kill Bill" de Quentin Tarantino. El hip hop aplicado a la serie le viene como anillo al dedo para integrar más aún el personaje de Afro en los escenarios nipones, dándole una base donde apoyarse y para que el espectador pueda identificarlo mejor. No solo la BSO corre a cargo de una banda famosa, otro de los encantos de la serie es su doblaje original, con Samuel L. Jackson a la cabeza del proyecto poniendo voz a Afro y al Ninja Ninja y coproduciendo la cinta, e incluso Ron Perlman le pone voz a Justice. Resulta curioso ver un episodio de una serie animada como si fuera un anime de Japón y escuchar a los personajes hablar inglés en vez de japonés, para alguien que está acostumbrado a ver series y películas asiáticas (sobre todo animadas) en su idioma original subconscientemente le cuesta enlazar las voces con la animación, como si fuera algo que no corresponde, pero no hay que olvidar que la serie es una coproducción estadounidense y japonesa aunque tenga (casi) todas las características para ser tan solo lo segundo.

El resultado de una serie cuyo coste por episodio es de un millón de dólares tiene que ser como mínimo bueno, y en este caso "Afro Samurai" tiene todos los elementos para triunfar. Una miniserie trepidante, épica incluso en algunos tramos y tremendamente espectacular, que es lo que se busca en estos casos. Se dice que para este año se prepara una segunda temporada donde Afro se desata del todo, pero por el momento no hay nada en el horizonte. Ojalá Afro vuelva con la misma fuerza a deleitarnos con el desmiembre de medio Japón feudal y con esa mezcla de géneros, tópicos y estilos que tan bien a funcionado en este caso. Una miniserie corta, de fácil digestión y muy recomendable.

Mi puntuación: 7/10.

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