Mostrando entradas con la etiqueta Análisis de películas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Análisis de películas. Mostrar todas las entradas

martes, 8 de junio de 2010

"Halloween II" (2009), la Máscara Blanca salpicada de carmesí una vez más.

La brutalidad de Michael Myers... ira, caos y destrucción.

La saga "Halloween" es una de las más famosas sagas de cine de terror de la historia del cine, solo equiparable a la de "Pesadilla en Elm Street" y "Viernes 13". De estas tres sagas fue precisamente la de "Halloween" la que abrió la veda de las películas slasher —estableciendo un subgénero consistente en ver como un demente enmascarado masacraba un grupo de jóvenes sistemáticamente— con "La Noche de Halloween" (1978), la obra de John Carpenter que dio a luz uno de los psychokillers más famosos del panorama cinematográfico: Michael Myers. Este emblemático asesino de inexpresiva máscara blanca y cuchillo de cocina como arma favorita se ganó rápidamente los adeptos como lo harían unos años después Jason o Freddy; su carisma era brutal y su sed de sangre insaciable así que pronto llegaron las secuelas como toda saga de slasher que se precie. Soy un incondicional de la saga, todas tienen su qué, aunque el nivel sea realmente bajo en algunas entregas (la sexta entrega sería hasta denunciable), pero siempre es un placer ver a Myers desatar su ira incontenible.

A día de hoy la saga se compone de diez películas, aunque teniendo en cuenta que la tercera película, "Halloween III: El Día de la Bruja", nada tiene que ver con el gigantón de Haddonfield se podría considerar que son nueve las cintas con Mike Myers como protagonista. Además, tres son las líneas temporales que se han ido construyendo durante más de 30 años de saga, siendo la primera de ellas la que contempla desde la primera película hasta la sexta (sin contar la tercera), otra la que comprende "Halloween H20" y "Halloween: Resurrection" después de la segunda entrega ("¡Sanguinario!"), y una última que comenzó en 2007 por la mano de Rob Zombie ("La Casa de los 1000 Cadáveres", "Los Renegados del Diablo"), que volvió a arrancar la saga remakeando la entrega original de Carpenter, "Halloween: El Origen". Este nuevo origen de Myers fue una de las películas del subgénero slasher de más calidad que he podido ver en los últimos años, una reinvención de la original cuya original primera mitad supuso una genialidad, explorando el mundo creado en la película de 1978, y con una segunda mitad considerable propiamente como remake, desatando la brutalidad que muchas veces se ha demandado a este género.

"Viernes 13" (2009) hizo algo parecido recientemente, remakeando y homenajeando las tres primeras partes de la saga de Jason, y de nuevo Rob Zombie vuelve a la carga con "Halloween II" (2009) la secuela del remake del propio Zombie que a su vez es un remake de la secuela original... Complicado, pero fácil en realidad: "¡Sanguinario!" siguió en 1981 con la historia de "La Noche de Halloween" (1978) tal y como la dejaba esta, transcurriendo tan solo unas horas después de los sucesos de la primera película; ahora Zombie continúa con la historia de "Halloween: El Origen" tan solo unas horas después durante su primera media hora, remakeando "¡Sanguinario!", y luego durante el resto de película (a la inversa de lo que hacía "Halloween: El Origen") incluye el material original que la distingue de la cinta original en la que se basa.

El arranque de "Halloween II" (2009) es brutal, de lejos lo mejor de la cinta, casi media hora de puro slasher salvaje que empieza con un pequeño flashback de la estancia de Mike en el instituto psiquiátrico en su infancia y nos comienza a introducir un concepto que se va repitiendo durante toda la cinta, el de la representación física de los impulsos asesinos de Michael Myers, el caballo blanco, siendo una cita en referencia a este la que abre la película: «Vinculado al instinto, la pureza y el impulso del cuerpo físico hacia desatar fuerzas emocionales y poderosas, como la ira, produciendo caos y destrucción». Tras esta introducción la acción se sitúa minutos después del tremendísimo desenlace de "Halloween: El Origen", donde Rob Zombie se puede lucir con algunas escenas realmente escatológicas que tienen que ver con los daños de Laurie y después directamente entra al trapo sin dilación, ofreciéndonos un festival de entrañas, mala leche y tensión como ya hizo en la anterior entrega. Pero lo malo es que una vez pasada esta primera parte la película comienza a descender y solo se sustenta en algunos momentos aislados en los que Mike hace de las suyas; podríamos decir que empieza muy bien pero tiene un tramo central algo aburridete, aunque eso sí, muy bien hecho. Luego tiene 3 episodios de masacre aislados, unos más flojos que otros (el del puticlub es muy bueno), hasta el final que comienza a falta de 20 minutos y que quizá sabe a poco, siendo este último tramo pasable sin más. Quizá lo peor del final es que es completamente anti climático, y desde luego no se puede ni comparar al final de la anterior cinta. Además, en cuanto a lo que pasa con Laurie, me ha recordado al final de una de las entregas de "Viernes 13" u otra de la propia saga "Halloween", no diré cuales, que a la postre nunca me convencieron.

Esta segunda película tiene el objeto de centrarse en la vida de algunas de las víctimas, Laurie principalmente, y cómo les ha afectado haber sido atacados por Michael Myers. Es por eso quizá que se convierte en un slasher algo atípico en su hora central, ya que explora la figura de Laurie Strode (gran cambio de registro de Scout Taylor-Compton) así como la del Sheriff Brackett (extraordinario Brad Dourif), su hija Annie (cuarta película de la saga para Danielle Harris, segunda interpretando a Annie Brackett) y cómo se las ha arreglado el Dr. Samuel Loomis para tirar adelante. El monstruo interpretativo de Malcolm McDowell es sin duda alguna el portento artístico de la película, geniales los momentos en los que cambia de humor con su agente o con su público, aunque el personaje de Loomis esté bastante desaprovechado en la película; quizá eso mismo haga que aún parezca más forzada la forma de enlazar su historia con la de Laurie. Loomis es, a la postre, el personaje que más veces ha acompañado a Myers durante toda la saga, mientras que para Laurie Strode ésta es la sexta participación.

Lamentablemente "Halloween II" (2009) no alcanza el nivelazo de "Halloween: El Origen", las secuencias surrealistas/oníricas se hacen pesadas y a Rob Zombie se le va un poco la mano a la hora de introducir muchas escenas de corte de videoclip, pero cuando se mete en el ajo se nota que sigue teniendo las maneras que dotaron a su anterior película de un gran poderío, un intenso tono salvaje y bruto que hubiera funcionado de nuevo a las mil maravillas de haber escogido esa vertiente. Parece que Zombie ha querido hacer "algo más" de la película, algo más allá de un slasher, y creo que no lo ha acabado de conseguir. Incluso ha rizado demasiado el rizo y el argumento se hace algo embrollado desde la perspectiva que nos sitúa. A pesar de ello el trabajo de Zombie con la cámara es muy bueno, y se funde perfectamente con la música de Tyler Bates ("Watchmen", "300"), que logra crear mucha tensión con una BSO moderna y llena de tonos animados y variados, muy acorde con el tipo de cinta.

A pesar del pequeño bajón la película convence en cuanto a dosis de gore y sangre, volvemos a tener al Mike Myers más salvaje y estéticamente impresionante de toda la saga, esta vez mostrando varios looks diferentes, cada cual más tenebroso y acongojante que el anterior. Su máscara destrozada, sus maneras feroces y su instinto insaciable lo convierten en un ser monstruoso, fiero, imparable y terrorífico, un niño jugando a matar sin rodeos. Tyler Mane convence como Michael Myers, aunque el niño que interpreta al pequeño Myers, Chase Wright Vanek, no es ni de lejos tan imponente como el que le dio vida en "Halloween: El Origen", Daeg Faerch. En cuanto a muertes hay algunas secuencias de mucha calidad, no falta sangre y gore, aunque por otro lado en esta ocasión las víctimas nos importan más bien poco; la creación de personajes es una seria cuenta pendiente de esta película. "Halloween II" (2009) es una película bastante aceptable del subgénero slasher, pero tiene el hándicap de ser demasiado irregular, ya que tiene un arranque brutal, un amplio tramo central que transcurre sin mucho interés y un final que remonta demasiado apresuradamente y no acaba de despegar del todo. Como curiosidad, los créditos finales son bastante llamativos pues salen todas las víctimas de Myers en la película anterior. Supone una pequeña decepción visto el nivel mostrado en "Halloween: El Origen", pero aún así no es una mala película de género, simplemente no continúa con la revelación que supuso la anterior.

Mi puntuación: 5/10.

sábado, 15 de mayo de 2010

"Anvil: El Sueño de una Banda de Rock", lo que pudo ser y nunca fue...

Una oda a la perseverancia.

Se estrenó en diversos festivales en 2008 sin hacer demasiado ruido y en 2009 dio el salto a las grandes pantallas de Reino Unido y EEUU, lo que le proporcionó publicidad y éxito, cosechando una ingente cantidad de importantes premios de la talla de los Independent Spirit Awards, además de muchas otros en asociaciones internacionales de críticos como los Austin Film Critics Association, Los Angeles Film Festival, San Francisco Film Critics Circle, Chicago Film Critics Association, Vancouver Film Critics Circle y un largo etcétera que completan hasta 16 premios, incluidas las buenas críticas y las alabanzas de la revista "Rolling Stone" que la calificó como la mejor película de Rock del año. El documental "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" ("Anvil! The Story of Anvil") puede parecer una película de ficción que emula a una banda imaginaria formada por unos personajes extravagantes, pero en realidad el gran encanto de este documental musical es que todo lo que vemos es auténtico (e increíble) como la vida misma. Anvil es una banda canadiense de heavy metal que en los años 80' compartió escenarios con algunas de las mayores bandas de Rock de la historia, como los Scorpions, Whitesnake, Bon Jovi, etc. sirviendo también en cierta forma de influencia a muchos de los grupos musicales posteriores como Metallica, Slayer o Anthrax. Todos estos grupos triunfaron y vendieron millones de discos... pero Anvil no.

La mala fortuna, la mala gestión y producción y un indeterminado número de factores aleatorios hicieron de Anvil una banda maldita que cayó en el olvido en vez de convertirse en una banda ilustre, pero ello no representó el fin de la banda ni el abandono de sus integrantes, que hoy, casi 30 años después, siguen intentando con toda su voluntad y perseverancia hacer honor a la promesa que hicieron cuando se conocieron: triunfar juntos como una banda de Rock. El punto de partida puede recordar a muchas cintas de ficción de grupos musicales, de hecho muchos la han comparado con "This Is Spinal Tap", la comedia musical dirigida por Rob Reiner en 1984, pero el gran atractivo de "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" es que lo que las cámaras captan tiene una dosis de humanidad y realidad realmente sobrecogedora.

'Lips' y Robb, las almas de Anvil, a sus 50 y tantos años siguen luchando por su sueño, y ambos son el núcleo de un documental que enamora por su brutal sencillez y humildad. No cuenta una gran historia épica sobre un grupo multiventas, no es una película de un grupo que cayó tras estar en lo más alto pues Anvil nunca logró dar el salto definitivo, tampoco se centra demasiado en el "lo que pudo ser", sino que profundiza en el alma de los componentes del grupo que abren sus corazones al realizador, Sacha Gervasi, uno de los mayores fans de la banda. Gervasi, uno de los guionistas de "La Terminal" y de la comedia "Con Mucho Estilo", se adentra en el día a día de 'Lips' y Robb en la que es su ópera prima, escrita, dirigida y producida por él mismo con gran solvencia y visión, construyendo una historia que va creciendo progresivamente y que sabe mantener el ritmo durante menos de 90 minutos de documental tras plantear el sino de la banda en los primeros minutos. Quizá su tramo más interesante es aquel en el que seguimos las andanzas de Anvil en su ruta europea con más infortunio que gloria, así como el más intenso es su giro final, despertando las pasiones y sentimientos más profundos del espectador que no puede evitar empatizar y encariñarse con los protagonistas del documental, gente de buen corazón e infinita ilusión y esperanza. La película abarca también a la familia de los componentes, la forma en que viven su vida, la relación con los suyos y en definitiva el documental podría definirse como una historia de pura perseverancia y amistad; sobre todo estas dos palabras, PERSEVERANCIA y AMISTAD.

Por supuesto la banda sonora del documental es a base de heavy metal, tirando sobre todo de temas propios de Anvil, aunque el documental cuenta con su propia musicalización original compuesta por David Norland; no es necesario que te guste el metal para ver este documental y gozarlo, aunque si eres un aficionado al género seguro que lo disfrutas aún más. "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" no entiende de público, ya que al fin y al cabo la historia que cuenta es tan humana y universal que llega a toda clase de espectadores. He tenido la suerte de haber podido verla en pantalla grande y en VOSE en el 10º Festival Internacional de Cinema de Tarragona (más conocido como REC, un festival dedicado a óperas primas entre otras cosas) y la verdad es que fue un triunfo absoluto.

El documental sirve también para hacer justicia, para reiterar que Anvil aún sigue vivo y con ganas de alcanzar su sueño y al mismo tiempo reivindicar la importancia de la banda; de hecho el grupo está viviendo una segunda juventud debido al impacto del documental y sea como fuere ha logrado reavivar la llama de la esperanza si es que alguna vez 'Lips' y Robb la han dado por extinguida de veras. Podemos ver testimonios de figuras importantes del heavy, trash, rock, etc. hablando de la banda como una de sus influencias, gente como Lars Ulrich (Metalica), Slash (Guns N' Roses) o Lemmy (Motörhead), aunque al mismo tiempo es descorazonador ver como los miembros de la banda se dan cuenta de lo enterrados en el olvido que están, no solo por el público sino por algunos de sus compañeros de profesión. "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" es una cinta muy divertida, un documental emocionante y sorprendente con una gran capacidad de cautivar gracias a la esencia humana que emana, a la pureza de sus protagonistas, al profundo repaso que da a las motivaciones, contexto y aspiraciones de la banda, y al fin y al cabo "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" habla de la vida, de cómo afrontar tus desafíos y metas y del espíritu para encauzar tus anhelos y ambiciones de la forma más honesta posible.

Una amistad forjada a base de años y sufrimiento sirve de excusa para mostrarnos una de las historias —de ficción o no— más intensas que se han podido ver en pantalla grande, una película documental que debería considerarse de obligado visionado pues aunque no sea ninguna obra maestra es toda una oda a la perseverancia y la amistad como se han visto pocas. Lo que pudo ser y no fue, el destino y la mala fortuna, son elementos en los que el documental te hace reparar e invita a la reflexión, te obliga a plantearte si realmente solo los mejores llegan al podio o solo los más afortunados. En cualquier caso siempre queda el camino recorrido, el esfuerzo invertido, el amor y la pasión empleados, y en definitiva el legado que dejan 'Lips' y Robb es mayor que sus doce o trece álbumes, su legado es un concepto que no envejece ni relega al olvido y jamás muere: la mayor de las recompensas y el mejor de los tributos es tener a alguien con quien compartir tus pasiones, tus penas, tus glorias. Nadie necesita la aprobación de nadie, lo importante es perseverar y tenerse el uno al otro. ¡Que viva Anvil, coño!

Mi puntuación: 8/10.

martes, 27 de abril de 2010

"Gomorra", se acabó el glamour.

Cruda y REAL visión de la auténtica Cosa Nostra en un drama humano de corte semi-documental.

Uno de los libros más polémicos y populares (y valientes) de los últimos dos años fue "Gomorra" de Roberto Saviano, un periodista que decidió escribir una novela periodística-autobiográfica que analizaba los efectos devastadores de la camorra —la mafia italiana en Nápoles— en la sociedad no solo en su país sino a nivel internacional. Tras la publicación de este libro en el que Saviano exponía a algunas conocidas familias de la camorra poco tardaron en llegarle las amenazas de muerte que finalmente obligaron al escritor a exiliarse de Italia, y evidentemente debido a la repercusión de la novela y su gran éxito de ventas se decidió adaptar la historia al cine como tantas veces se ha hecho en una producción nacional italiana que intenta reflejar con fidelidad el relato de Saviano. Lo que más sorprende de "Gomorra" preliminarmente es el formato escogido para representar esta historia de gangsters, ya que amoldándose al carácter realista de la propuesta literaria la película se decanta por un tono cercano al documental aunque sea solo en su forma de situarse como observador de unas historias libres de artificios, no en el planteamiento ni formato como tal.

Desde luego no es la mejor película de gangsters que se ha rodado como se ha dicho en los círculos críticos, pero sí que es la menos estilizada y más cruda; en algunos momentos me vino a la memoria "Ciudad de Dios", esa obra de arte de Fernando Meirelles rodada de forma ruda y descarnada con las favelas de Brasil como protagonistas. "Gomorra" es algo más fría en su planteamiento aunque igualmente su estilo se asemeja a la película brasileña, transcurre en los suburbios de Nápoles, rodeados de pobreza y podridos por el crimen mientras se trapichea con miles de euros y droga, con unos habitantes que se preocupan más por hacerse las cejas, la manicura y broncearse que por vivir dignamente, sumidos en un universo regido por la ley del más fuerte y el poder de las familias criminales de la camorra, que lo abarcan todo. La mafia que se palpa en la película es callejera, sin sofisticación ninguna, pura brutalidad callejera REAL, así con mayúsculas, desprovista de la elegancia de los gangsters de traje y corbata vistos en películas norteamericanas de la mafia italiana en EEUU; aquí no visten de Armani, aquí los mafiosos, que más que eso son pandilleros pasados de rosca y sin escrúpulos, van con chanclas y camisetas deportivas y para ellos la vida vale menos que un fajo de euros. Siquiera la policía puede hacer nada porque no se atreven ni a meterse en los suburbios. La película tiene un tono muy documental, no sigue los cánones del cine como ficción e intenta que el espectador se adentre en la pobreza del barrio donde transcurren las historias, tan solo parece que una cámara se cuele grabando los hechos más cotidianos de la zona pobre de Nápoles.

Hasta los actores hacen un trabajo tan extraordinario que ni parecen actores; de hecho hay algunos para los que su participación en "Gomorra" supone su primer contacto con el cine, algunos de los mismos protagonistas. La película se centra en narrar cinco historias independientes que no se cruzan (bueno, técnicamente hay dos de ellas que se cruzan ligeramente hacia el final de la cinta) y que intentan enfocar cada uno de los diferentes aspectos de la influencia de la camorra en la sociedad, de la forma que ha moldeado a la gente y su entorno. En primer lugar tenemos la historia de Marco y Ciro, una pareja de adolescentes que se creen Tony Montana y que piensan que pueden someter a todas las mafias locales en un loco sueño incentivado por el entorno criminal en el que viven, convencidos que pueden vagar libremente por su ciudad cometiendo toda clase de delitos impunemente. Marco y Ciro, dos pobres cabezas huecas con pretensiones fantasiosas y muy peligrosas, representan ese círculo vicioso que supone alimentar a los niños con violencia, criarse entre asesinatos, robos, pelas y miedo... Quizá es una de las historias más interesantes y con más gancho en la película, y gran parte del mérito de ello es el extraordinario trabajo de los dos actores que interpretan a los chavales, Marco Macor (Marco) y Ciro Petrone (Ciro), cuyos personajes curiosamente tienen el mismo nombre que ellos. Para ambos es el primer papel que tienen en cine (bueno Ciro Petrone participó años atrás en otro film), pero su falta de experiencia no hace más que ensalzar su estupendo trabajo interpretando a ese par de delincuentes descerebrados y desquiciados que se han convertido prácticamente en el emblema de la película, quizá gracias a sus físicos imponentes y curiosos y su colosal inmersión en el papel. Por otro lado está la historia de Totò, un crío cuyas aspiraciones se limitan a formar parte de la camorra y que se ve obligado a hacer cosas que él nunca habría hecho por su cuenta, corrompiendo el alma de un niño que en principio parece tener buenos principios y sanas aficiones, pero que enseguida se ve absorbido por la maldad reinante. Especialmente tremenda me parece la escena donde se despide de su antiguo amigo —que cambia de bando— para convertirlo, tras tantos años, en un enemigo a muerte. El joven Salvatore Abruzzese es otro de los actores noveles en "Gomorra" y es quien se pone en la piel de Totò de forma también extraordinaria, siendo capaz de transmitir candidez y bondad en una sociedad podrida que acaba arrastrando al personaje hacia las malas influencias.

La tercera historia podría ser la de Pasquale, un sastre que trabaja para la mafia realizando vestidos para vender en el mercado negro (se supone, aunque por el final no queda claro) y que vive presionado por su mánager, que le saca todo el jugo que puede. En ese trabajo Pasquale se siente desaprovechado pero aún así debe hacerlo para ganarse el pan, pero es entonces cuando ve la oportunidad de sacarse un sobresueldo vendiendo sus secretos a la competencia china, algo que evidentemente le mete en problemas. La suya es una historia que aparentemente está tratada con menos profundidad pero que tiene mucha miga, ya que con sus estancias con los chinos Pasquale se da cuenta de lo que es capaz de hacer, de lo apreciado que puede llegar a sentirse. Esas escenas en las que los trabajadores chinos no dejan de alabarle y elogiarle son de una calidad emocional extraordinaria. El mafioso y especulador Franco y su 'secuaz' o ayudante Roberto componen otra de las historias que tiene que ver con el daño que provoca la camorra en el medio ambiente y la salud de las personas, tratando ilegalmente los residuos incumpliendo todas las normas de saneamiento y asilamiento que requieren los residuos con los que trabajan, negando ayudas a quien lo necesita y causando un mal descomunal en la sociedad. La clase política y empresarial se ve involucrada de soslayo en esta historia cuya conclusión me pareció directamente genial, la escena final en concreto creo que vale oro, y derrocha talento por parte de los actores. Carmine Paternoster, otro novato, es quien interpreta al callado y tranquilo Roberto con mucha seriedad, mientras otro experto actorazo le da la réplica, Toni Servillo como Franco, un actor con una larga carrera pero poco prolífera que recientemente dio vida al polémico político italiano Giulio Andreotti en la alabada "Il Divo".

La quinta y última historia independiente es la de Don Ciro, un hombre que trabaja para la mafia repartiendo el dinero entre las familias de su bando y cuya misión se limita a ser el "cartero" de una mafia local. Este segmento explora con especial atención, más evidentemente que el de Pasquale, el sastre, el hecho de vivir con miedo y estar involucrado en una guerra en la que no hay ninguna verdadera motivación, ni fundamento, ni finalidad. Don Ciro vive aterrorizado y no le queda otra salida que exponerse en las calles a un probable asesinato, teniendo que llegar al extremo de estar siempre huyendo y llevar chaleco antibalas. Gianfelice Imparato, quizá el actor con la más amplia filmografía como actor en el reparto, interpreta con una naturalidad brutal al atemorizado cartero, que solo quiere desprenderse del cargo y presión al que está sometido, y en su rostro se puede palpar el pavor e inquietud que domina la vida del personaje. En definitiva me parece muy interesante sobre todo el análisis de la juventud que se realiza en la película desde varias perspectivas, todas enfocadas al crimen: Totò por un lado, que quiere ser respetado y su sueño es formar parte de la mafia, representando las aspiraciones que tienen o pueden tener los críos en los suburbios; Marco y Ciro por otro, que en ese universo de violencia se han desbocado y piensan que pueden formar su propio imperio de terror impunemente; y finalmente Roberto, cuyo padre encuentra un orgullo que trabaje con Don Franco, pero que finalmente entra en razón, se da cuenta de que lo que hace no está bien y quiere salir. Uno quiere entrar, el otro salir, y los otros dos hacer por su propio camino. Indirectamente también la historia del sastre, Pasquale, tiene que ver con la infancia, ya que según lo que deducimos a él lo reclutaron cuando era pequeño y lo camelaron para usar su talento en favor de la mafia, utilizándolo y exprimiéndolo con la excusa de haberlo sacado de la calle. Prácticamente todas las historias denuncian ese daño hecho a la juventud en sus distintas fases, y ya se sabe lo que dicen, los niños son el futuro de nuestra sociedad...

Creo que la película es extraordinaria en su sencillez, naturalidad y formato, pero hay que reconocer que se hace muy larga, debido quizá a la parsimonia o el poco estilo cinematográfico que tiene, que no se centra solo en los hechos importantes y fundamentales sino que va mostrándonos cada escena cotidiana de cada una de las cinco historias para hacernos testigos de la espontaneidad que respira una ciudad sumida en el caos, el miedo, la desesperanza, la muerte... Quizá las dos horas y cuarto de duración pasan factura a la película y el lastre de la monotonía le acaba pesando, pero no se puede obviar la frescura, el talento en el ámbito interpretativo y formal y la valentía de la propuesta. Porque "Gomorra" es sobre todo un proyecto valiente, valiente en varios aspectos, en su formato y en su contenido y mensaje reivindicativo; al fin y al cabo es una denuncia social como muestran los textos antes de los créditos finales.

Técnicamente la película goza de una dirección extraordinaria. Matteo Garrone se luce tras apuntar maneras en su país con la dirección de varios cortos en la pasada década y varios films después, y pasados cuatro años de su último largometraje ha apostado por una obra tan polémica (y hasta peligrosa) para demostrar su valía, cosa que consigue. Escenas como la del inicio, un comienzo impactante, frío y con un uso del color muy curioso, muestran las ganas y maneras del director, que durante el metraje realiza una serie de travelling realmente bien planeados y una persecución en moto al final que muestra muchas tablas por su sencillez. Es un proyecto de dirección curioso y en el que resulta difícil imprimir el sello propio, pero es innegable el estilo que derrocha el director italiano que recibió una nominación al BAFTA por esta misma película en la categoría de Mejor Película de Habla no Inglesa, además de ser propiamente laureado con diversos premios de la crítica especializada por su gran labor tras la cámara. Merece la pena destacar también una BSO llena de temas nacionales italianos de pop y pachangueo que es otra muestra de la sencillez y naturalidad con la que querían dotar a la película y que con ese toque sonoro acaban de conseguir.

"Gomorra" ha sido alzada por la crítica ocupando las listas de las mejores películas de 2008 y teniendo mucha presencia en festivales y ceremonias de toda clase, incluso en los Globos de Oro (siendo derrotada por ese peliculón de "Vals con Bashir"), y el que no estuviera en la categoría de Mejor Película de Habla no Inglesa en los últimos Oscar fue una verdadera sorpresa. De todos los premios y nominaciones que se ha llevado la película cabría destacar los cinco galardones que se llevó en los European Film Awards, los siete que consiguió en los premios de la Academia del Cine Italiano y el Gran Premio del Festival de Cannes para Matteo Garrone. "Gomorra" es un experimento atrevido, se aleja de los clásicos cánones narrativos de las películas de gangsters (sobre todo italianos) y no se deja caer en dulcificaciones o mitificaciones. Es una propuesta muy valiente, aunque quizá su ritmo la acaba haciendo una película algo pesada y difícil de digerir, aunque es innegable el éxito que logra a la hora de mostrar la naturalidad y poco carisma que desprende la auténtica y vulgar mafia napoliatana, sus entresijos y miserias. Cinco puntos de vista de una de las peores lacras de la sociedad italiana (y mundial) como es la camorra, todo desde un punto de vista tan real, frío e intenso que duele en el alma.

Mi puntuación: 7/10.