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domingo, 4 de abril de 2010

"[•REC]", ¡grábalo todo, por tu puta madre!

Cómo encontrar el horror en un portal de la Rambla de Barcelona...

En el año 2007 en España no tuvimos excusa para seguir insistiendo con el tópico de que el cine patrio sigue basándose en la misma fórmula de siempre, que si dramas sociales, que si Guerra Civil... España se atrevió con el género del terror mostrando gran desparpajo y con gran éxito por partida doble: "El Orfanato" y "[REC]" supusieron no solo un símbolo de la valentía y buen hacer de nuestro cine sino un éxito a nivel global que le dio buena fama y prestigio. No es que en 2007 nos diéramos cuenta que en España sabemos hacer cine de terror, pero sí que dio la casualidad que dos productos como los citados lograron una gran repercusión nacional e internacional que nos pusieron en el mapa y por una vez parecíamos orgullosos de nuestro propio producto. "[REC]" partía de un concepto cuyo secreto e interés residía en dos únicos elementos: su extrema sencillez y eficiencia. Además el escenario no podía ser más curioso, todo transcurría en un portal común de la Rambla de Barcelona, con gente corriente como personajes y un trasfondo terrorífico como es el ataque de unos zombies/infectados/poseídos en un terreno conocido e inofensivo a priori. El tráiler nos dejó a todos con ganas de más, y la sorpresa fue mayúscula cuando nos dimos cuenta que la película era un producto patrio al 100%.

En Noviembre de 2007, poco tiempo después del 'boom' de "El Orfanato", llegaba otra propuesta terrorífica a las salas, y está claro que a la gente le gusta pasarlo mal porque la taquilla de ambas películas fue extraordinaria (sobre todo la de la película de J.A. Bayona, que logró unas cifras pocas veces logradas en España, casi $38M). En el caso de "[REC]" las cifras fueron muy buenas, más de $12M, teniendo en cuenta el corte del film y el presupuesto de €1'5M (que equivaldrían a unos $2'3M), además de la buena crítica que recibió y el beneplácito de un festival especializado como es el de Sitges donde logró nada más y nada menos que cuatro premios incluyendo Mejor Dirección, Mejor Actriz para Manuela Velasco, el Premio del Público y el Premio de la Crítica. Para redondear la jugada se acabó llevando dos Goya, uno al Mejor Montaje y otro a la Mejor Actriz Revelación (de nuevo para Velasco), algo que, repito, teniendo en cuenta el corte del film es un mérito bastante considerable (que se lleve premios en Sitges puede ser más corriente, pero en los Goya es toda una proeza).

El secreto de la película reside en su sencillez, como he dicho. El concepto no es original ni está llevado a cabo con frescura, pero en el panorama cinematográfico español una porción de valentía se saborea mucho más que en el extranjero por lo que "[REC]" fue recibida con los brazos abiertos. La película se basaba en un concepto trillado y utilizado otras veces en películas como "El Proyecto de la Bruja de Blair", "Holocausto Caníbal" y más recientemente "Monstruoso" y "El Diario de los Muertos", es decir, el uso del falso documental, una forma de emular una realidad imposible con la intención de que parezca real y creíble, partiendo de que el espectador debe creer que lo que está viendo ha sucedido realmente. La cosa empieza bien, la justificación es razonable (rodar un reportaje en el parque de bomberos para un canal local, algo bastante usual) y enseguida se nos mete en el ajo; la película es corta y no se anda con rodeos, de los 75 minutos que dura la gran parte de ellos se centran en explorar la sensación de confusión que sentiría un espectador como si se tratara de un personaje más, y de hecho el mismo cámara («¡Pablo, grábalo todo, por tu puta madre!») se convierte en nuestra propia visión, nuestro propio personaje. La idea no es original, como he comentado hay más películas que se fundamentan en proyectar un suceso como si se tratara de un documento verídico recuperado de la zona en la que ha sucedido una tragedia, pero no cuenta con incongruencias capitales como el despropósito de "Monstruoso" donde son capaces de seguir rodando hasta como se comen sus entrañas, como quien dice. En "[REC]" se ha prestado especial atención a la forma de justificar el uso de la cámara a cualquier precio, ya sea por seguir con el reportaje, preparar un documento con intención de denuncia o más práctico como es usar la cámara con finalidades propias de la supervivencia, para ser capaces de ver en la oscuridad, por ejemplo. En ese aspecto se ha logrado una credibilidad inédita y muy bien elaborada, un detalle que puede parecer nimio pero que es capital.

El modo de rodar la película requiere no solo un buen planteamiento y justificación de los hechos sino contar con unas situaciones y personajes que respondan a los cánones de la propia realidad. Es por eso que para mí el auténtico mérito de "[REC]" no es otro que mostrarnos unos personajes y un contexto tan puramente cañí y AUTÉNTICO que se hace imprescindible su visionado, una forma de identificar claramente lo que es nuestro cine respecto al extranjero. De hecho estoy seguro de que si la película hubiese estado rodada en EEUU no habría tenido la mitad de impacto en nuestras tierras... Y ahora que lo digo debe destacarse que los ojeadores de Hollywood posaron rápidamente sus miradas en esta cinta para realizar su propio remake "Quarantine", una película que por supuesto no he visto (ni ganas, no me apetece ver lo mismo con otro nombre) pero que parece ser una copia bastante exacta solo que con actores norteamericanos. La verdad es que el encanto de esta película es ser genuinamente española; el hecho de sacar una pistola y disparar supone algo realmente impactante para un policía español, mientras que en EEUU seguro que no tienen ninguna dificultad... de por sí el cine norteamericano que estamos acostumbrados a ver tiene un halo de heroísmo contra el que ya estamos vacunados, es por eso de que el hecho de ver a un policía o bombero español en una situación de peligro tan extremo se nos hace tan interesante, porque a la hora de la verdad se convierten en otras víctimas más, tan poco acostumbrados que estamos a verles en una situación para la que realmente no pueden estar preparados.

Los personajes conforman un fiel reflejo de una serie de tópicos y de la sociedad que no hacen más que convencernos que la película es un producto honesto y hecho con cabeza, con intención de resultar todo lo verídico posible. La pareja de abuelos me parece sencillamente brutal, auténtica al 100%, la familia de chinos y sus problemas con los vecinos otro tanto, el homosexual maduro que vive solo lo hemos visto cantidad de veces en "Callejeros" y sucedáneos (programas que la misma "[REC]" pretende emular), al igual que todos hemos tenido una vecina loca o pesada. Todos los personajes, incluidos los policías y los bomberos, son un fiel reflejo de la más sincera realidad, lo que hace de la película una maravilla absoluta en términos de recreación.

Tampoco digo que "[REC]" sea la octava maravilla del cine de terror patrio, tiene sus fallos y no aporta nada realmente nuevo, pero hay que reconocer que con unos elementos simples y honestos funciona a la perfección. Su falta de artificios (evidentemente carece de banda sonora y el montaje de la película se nos hace tan natural que ni nos percatamos del complejo trabajo que hay tras él) no se echa de menos y de hecho se requiere para que funcione como está pensado que lo haga. El trabajo de maquillaje es superlativo, tanto los zombies como los heridos están realizados con un gran talento, por no mencionar la sorpresa que aparece al final de la película, el culmen del buen maquillaje. También la atmósfera creada está realizada con una gran visión, y las interpretaciones (que curiosamente fueron algo criticadas) son de lo más natural, justo lo que se solicita, y en concreto la interpretación de Manuela Velasco, la gran sorpresa de aquel año, es de lo más acertada. Sí que en momentos se le ve sobreactuada, sí que se pone histérica en muchos momentos y resulta muy repelente, pero es precisamente lo que una película que pretende reflejar la realidad necesita, mostrar actitudes extremas y sobreactuadas porque es así como nos comportamos en la realidad ante el peligro... o no reaccionamos o lo hacemos exageradamente. En este caso el estar constantemente gritando y exclamando se hace muy complicado para un intérprete y es muy difícil que una actuación de este tipo no caiga en el ridículo (cualquiera que vea series españolas sabrá de lo que hablo, todas ellas llenas de sub-actores y sub-actrices, algo vergonzoso) por lo que sinceramente encuentro que el trabajo de la semi-desconocida —o mejor dicho, desapercibida— Manuela Velasco se hace más meritorio. Sobre todo hay que prestar atención al final, donde está directamente suprema.

La película de los directores Jaume Balagueró y Paco Plaza ha merecido la repercusión que ha tenido, su trabajo ha sido una maravilla y más teniendo en cuenta que sus películas hasta el momento no habían tenido mucha fama ("Romasanta, la Caza de la Bestia", "Darkness", "Frágiles", "Los sin Nombre", "El Segundo Nombre", etc.), incluso se han encontrado de la noche a la mañana con un remake americano y la posibilidad de hacer una secuela que ha sido muy esperada. Aún no la he visto, aunque recientemente he podido volver a disfrutar de esta "[REC]" en televisión (hacía años que no veía una película en TV) y el final me sigue pareciendo de las escenas más terroríficas que he visto en mi vida (aunque nada como la primera vez cuando vi la película de noche en el ordenador), un final que alza el nivel película un peldaño y le pone la guinda final al pastel. Sin haber visto "[REC]2" estoy convencido que hubiese sido ideal dejar la película en una sola entrega y dejar abierto el misterio de los zombies, lo encontrado en el ático y toda la parafernalia militar, pero el negocio es el negocio, además de que la gente también pedía explicaciones a lo sucedido (cosa que tampoco puedo entender, ¿dónde ha quedado el factor "inexplicable"?). En definitiva, "[REC]" es una película cojonuda de zombies, una película que ha tenido un merecido éxito y que asienta sus bases en una sencillez máxima, un realismo acojonante y una facilidad por provocar tensión y miedo admirable, por lo que la película merece figurar entre las más destacables de los últimos años en cuanto a terror hispánico.

Mi puntuación: 6/10.

jueves, 3 de diciembre de 2009

"Celda 211", se hace lo que se puede... y más.

Estupenda sorpresa Made in Spain. Parece que no estaba todo dicho en el género carcelario...

«¡Anda, si no parece española!» Me hacía gracia empezar con esta curiosa frase porque se ha convertido en una especie de "sello de calidad" del público para las películas realizadas en nuestro país, una especie de distintivo que indica que la película merece la pena y rompe un poco con los —supuestos— tópicos atribuidos al cine realizado en España, como si el no parecer española le otorgara calidad. No lo digo yo, me estoy refiriendo a la opinión general; cuando una película "no parece española" de pronto atrae el interés del público en general. Lo curioso de esta frase es que algunas de las películas catalogadas con dicha calificación sí que parecen realmente españolas, lo que pasa es que tratan temas que se alejan de los clásicos argumentos o géneros tocados históricamente por nuestro cine, como los dramas familiares o de pareja, comedias ligeras, relatos costumbristas o historias de la Guerra Civil. En el caso de "Celda 211" se decide por un género no muy tratado en el cine español pero sí muy popular en el norteamericano, el del cine carcelario, que ha dado maravillas como "Cadena Perpetua", "Fuga de Alcatraz", "La Leyenda del Indomable", "La Milla Verde" o "La Gran Evasión", sin contar con la reciente y estupenda serie "Prison Break" cuando aún tenía un rumbo fijado en su primera temporada y se centraba en las vicisitudes de la prisión de Fox River. Y hay que reconocer que la jugada ha salido redonda, pues "Celda 211" se erige como la sorpresa española del año.

El planteamiento de la película es muy simple: Juan visita la cárcel en la que ingresará como funcionario de prisiones al día siguiente con la intención de conocer el lugar y ver cómo funciona. Mientras está allí estalla un motín orquestado por Malamadre, un peligroso asesino psicópata encerrado en el sector del FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento), donde está recluso "lo mejor de cada casa", y Juan tiene la mala suerte de quedarse encerrado en el interior de la cárcel accidentalmente, sin posibilidad de escapar. Una vez descubierto se verá obligado a hacerse pasar por un nuevo recluso para evitar las represalias de los presos, teniendo que lidiar con Malamadre y sus secuaces, criminales sin nada que perder que solo pretenden hacerse oír. No ser descubierto se convertirá en la prioridad principal de Juan para intentar sobrevivir, mientras en el exterior harán lo posible por sacarlo manteniendo el secreto.

La película no tiene ningún misterio a priori, el argumento es tan sencillo como parece, pero desde el inicio "Celda 211" tiene dos factores a favor: en primer lugar no tarda nada en arrancar, de las casi dos horas que dura en menos de 10/15 minutos ya tenemos al protagonista metido en el fregao, y por otro lado el guión se desarrolla con soltura, inteligencia y sin ser previsible, algo que a estas alturas puede parecer increíble. El guión de Jorge Guerricaechevarría y Daniel Monzón está perfectamente hilado, adaptando la novela de Francisco Pérez Gandul, consiguiendo un thriller tenso, muy tenso, y con gran variedad de situaciones y peligros, sufriendo con el protagonista y observando atónitos cómo se les va de las manos la situación a los funcionarios de prisión. El desarrollo de la trama es lo que hace de esta una película interesante, absorbente, capaz de atraer la atención del espectador y atraparlo durante 110 minutos que se pasan volando, y que tienen una evolución extraordinaria. No solo el inteligente guión es un factor que hace que "Celda 211" guste (porque está gustando, y mucho) sino el toque cañí español que tiene. Acostumbrados a ver fugas y motines de cárceles americanas y el tipo de personajes que las pueblan el escenario de la prisión de "Celda 211" es un soplo de aire fresco a nuestro cine; personajes como Malamadre o el resto de figuras que se pasean por la película son tangibles, retorcidamente malvados, pero reales al fin y al cabo, y fácilmente identificables con algún que otro delincuente que hayamos podido ver en nuestra vida. Además incluso hay lugar para mostrar a etarras, un concepto que fuera de nuestro país difícilmente se pueda dar, y tienen una importancia clave en la historia del film.

"Celda 211" es una película que se apoya en la tensión de sus situaciones, pero también es una película donde los actores tienen una importancia clave. Todos están magníficos, pero hay un actor que sobresale por encima de todos con diferencia, Luis Tosar como Malamadre, el peligroso preso líder de la insurrección. Tosar, que ya ha interpretado a algunos chicos malos durante su carrera, derrocha talento en la piel de este ronco delincuente, un asesino sin nada que perder, de mirada intensa y gran carisma, haciéndose el dueño absoluto de la cinta y emblema de la misma. Estoy seguro de que si no fuese por Tosar y su Malamadre "Celda 211" no tendría ni la mitad de éxito que ha tenido. Malamadre impacta por ser un tipo realmente duro, que aguanta la mirada con firmeza y tiene una gran presencia, un personaje que cautiva a las masas y que hace crecer más la figura de un actor a reivindicar.

El resto del reparto cumple con holgura, lleno de caras conocidas como Fernando Soto y Luis Zahera (atención al curioso papel de éste), ambos de la serie española "Sin Tetas no Hay Paraíso", Vicente Romero, el imponente Carlos Bardem y el siempre destacable Antonio Resines, en un papel con bastante protagonismo y que le viene como un guante. Resines es uno de los actores secundarios que más presencia tiene en la película y una vez más demuestra que tiene un gran talento en papeles serios, interpretando a Utrilla, un funcionario con la mano larga que no es del agrado de nadie pero al que siempre se recurre para solucionar la papeleta. El mayor de los hermanos Bardem, Carlos, también sorprende como el colombiano Apache, con un acento y vocabulario muy bien estudiados, mientras Vicente Romero impone con su Tachuela, la mano derecha de Malamadre y el único que parece ser capaz de levantarle la voz, a pesar del respeto que le demuestra. Finalmente el protagonista es Alberto Ammann, que por primera vez actúa en una película, y hay que reconocer que hace un buen trabajo aunque en momentos puntuales se le note la inexperiencia a la hora de mostrar intensidad o ira. Perdonando esos pequeños instantes el trabajo de Ammann como Juan Oliver es excelente, es capaz de encarnar a una persona normal y corriente que sabe reaccionar con audacia ante la situación extrema en la que se ve implicado y evolucionar de forma evidente a lo largo de todo el metraje. El trabajo interpretativo de la película es extraordinario. El detalle: atención a los cameos de Pedro Piqueras e Hilario Pino (presentadores del noticiero de Tele5) haciendo de ellos mismos.

Daniel Monzón ("El Corazón del Guerrero", "El Robo más Grande Jamás Contado", "La Caja Kovak") hace en su cuarta película un buen trabajo tras la cámara, aunque debo reconocer que cuando vi el tráiler de la película en el cine me pareció que podría ser un producto muy cutre dado el poco refinamiento en la fotografía. Es extraño, pero dicho tráiler me echó para atrás por completo, siendo un fiel reflejo de lo que hallaremos en "Celda 211" que no es precisamente cutre; en el caso de esta película el boca a boca ha jugado un papel importante que la ha convertido en uno de los éxitos del cine español del año, habiendo recaudado ya 4,25 millones de euros en su tercera semana (con un presupuesto de 3,5 millones de €) y personalmente fueron las opiniones leídas y comentadas las que me llevaron al cine a verla, cosa que me alegro tremendamente de haber hecho pues disfruté como un enano en la sala. La película goza de una gran tensión, una música, obra de Roque Baños ("Los Crímenes de Oxford", "Alatriste"), que acompaña perfectamente toda la acción y unas interpretaciones que se convierten en el plato fuerte de la cinta, especialmente la de un soberbio Luis Tosar, amén de un guión perfectamente hilado que consigue no caer en la repetición de tópicos del género (o por lo menos no da esa sensación), que se desarrolla en un entorno muy creíble y poco estilizado y se esfuerza por ser algo diferente y atrevido, escapándose de los convencionalismos no solo ya del género sino del cine en general de y cierto tipo de historias y clichés. No es que sea un filme renovador, pero es que se hace muy ameno y en ningún momento da la sensación de haber visto eso antes. Estamos en un período del cine español bastante optimista, con películas que deciden romper con el tópico popular de que el cine español solo se nutre de tópicos (toma redundancia); es por eso que debemos celebrar que nuestro cine no solo esté triunfando en nuestra taquilla sino que hagamos filmes que hagan elevar la opinión que tenemos de nuestras películas, como está pasando en los últimos años con "Ágora", "[REC]", "El Orfanato", "El Laberinto del Fauno" o esta "Celda 211", películas que han triunfado a todos los efectos y por una vez nos han hecho estar orgullosos de un producto cinematográfico nacional. Merece la pena ver "Celda 211" para evidenciar el cambio que está sufriendo el cine patrio, y sobre todo para pasar un rato estupendo con su visionado, pues se convierte desde ya en uno de los entretenimientos más sorprendentes de este 2009. "Celda 211" es un peliculón, se puede decir sin miedo.

Mi puntuación: 8/10.

martes, 20 de octubre de 2009

"Ágora", paganos, cristianos y judíos conviviendo... un polvorín.

Impecable puesta en escena para la mayor superproducción española de la historia.

Probablemente Alejandro Amenábar sea uno de los cineastas más célebres de nuestro cine, y desde hace varios años está siendo descubierto fuera de nuestras fronteras, especialmente en EEUU, donde se ha convertido en uno de los portavoces de nuestro cine, pisándole los talones a Pedro Almodóvar, creándose una fama a base de películas sólidas y dispares que abarcan un amplio abanico de géneros. Su primer largometraje fue "Tesis" en 1996, una formidable sorpresa que lo puso en el punto de mira de todo el país, un año más tarde volvió con "Abre los Ojos", una tremenda cinta de Sci-Fi/Fantasía que rebosaba originalidad y talento que incluso tuvo su remake americano protagonizado por Tom Cruise ("Vanilla Sky"), en 2001 rodó su primera película rodada íntegramente en inglés, "Los Otros", con una estupenda Nicole Kidman en una obra de terror y suspense que se ha convertido en referencia y que definitivamente hizo de Amenábar una figura internacional; una cinta opresiva y siniestra que se colmó de premios y hasta recibió una nominación a los Globos de Oro por la interpretación de Kidman. En 2004 llegó quizá su obra más galardonada, "Mar Adentro" (la única que aún no he visto), rodada de nuevo en español y con la cual Amenábar acabó formando parte del reducido círculo de directores españoles que han ganado un Oscar, esta vez a la Mejor Película Extranjera, una película en la que Javier Bardem destacó muchísimo y Belén Rueda dio la sorpresa, y que llegó a hacerse con 14 Premios Goya. Cinco años después (la mayor pausa que ha hecho entre películas) Amenábar vuelve a escribir y dirigir la que es su quinta película, "Ágora", de nuevo en inglés y contando con el mayor presupuesto del cine español en toda su historia, 50 millones de euros, para narrar la vida de Hipatia de Alejandría, filósofa, astrónoma y matemática egipcia, y el contexto de su historia, en pleno choque de culturas y religiones en el crisol de la Alejandría del Siglo V.

El cine de Amenábar atrae al público español, la sala de cine llena hasta los topes así lo confirma como también lo hace la espectacular recaudación en su estreno; actualmente es el mejor estreno en España del 2009 superando a "Ángeles y Demonios" y a exitosas obras nacionales de años anteriores como "El Orfanato" (2007) o "Alatriste" (2006). La promoción de "Ágora" ha sido por todo lo alto y no merece menos pues para impulsar nuestro cine se necesitan de este tipo de obras cinematográficas que no solo atraigan el interés del público sino que evidencien la intención de cambiar de estilo, de adaptarse a las demandas del público y de ratificar que en España somos capaces de salirnos de la tónica habitual. Como no quiero que esto se convierta en un discurso acerca del interés del público español respecto de nuestro cine me centraré en "Ágora" como obra cinematográfica; Amenábar se lanza al peplum con valentía y sobre todo con mucha seriedad. El cineasta no se ha vendido y su impecable estilo sigue patente, así como el tono de la película destila un profundo respeto por la historia y la figura de Hipatia sin ceder ante los artificios propios de este género en los últimos años. "Troya" y "300" son muy espectaculares y divertidas, pero ha hecho mucho "daño" al cine histórico y épico en general, ya que el público parece haberse mentalizado que una "película con romanos" debe mostrar una serie de dramatismo desmesurado y ser más una caricatura de la historia que un fiel reflejo (u honesto intento) de ella; atrás quedan obras como "Ben-Hur", "Espartaco" o "La Caída del Imperio Romano" cuya espectacularidad no estaba del todo reñida con el hecho de mantener su tono sobrio.

"Ágora" puede parecer pecar en un principio de ser una película algo "fría", que transmite poco, pero realmente su tono histórico le permite recrear el periodo en el que transcurre la película de una forma convincente e intachable, sacrificando momentos excesivamente llamativos o pasionales en pro de una realidad contenida pero no por ello poco espectacular. Me explico, "Ágora" recupera el estilo sobrio de las películas de la edad antigua que se centraban en explicar la vida de un personaje y con ella el contexto cultural de dicha época; en cierto modo "Ágora" me recordó a la excepcional "La Pasión de Cristo" —aunque sin las idas de olla de aquella— una película que, al igual que esta, prestaba especial atención a los detalles históricos sin dejar de lado la pasión, el sentimiento y la intensidad del relato, pero irremediablemente los efectos de éstos se ven sometidos a la fidelidad y veracidad de la historia y la frialdad que ello conlleva (aunque en el caso de la cinta de Mel Gibson estemos hablando de un personaje ficticio). No es que "Ágora" sea una película que desprenda frialdad —así, tal cual— sino que por exceso de otras parece que sea de esa manera, una película menos pasional de lo que cabría esperar.

Una de las cosas que más sorprende de la película es lo poco española que parece. Quiero decir, la película es española, o así está considerada, pero los actores, gran parte del equipo técnico y los escenarios son claramente extranjeros, en concreto de un corte de cine norteamericano, y la misma dirección de Amenábar tiene un tono muy yankee, aunque no por ello significa que haya cambiado de estilo ya que en "Los Otros" demostró que se le da muy bien adaptarse a ese tipo de cine. A pesar de haber estado rodada en Malta la película ni siquiera transpira un tono europeo, y es curiosa la forma en que se ha rodado la cinta desprendiéndose de todo ese halo nacional típico de nuestras películas; no es algo malo, es simplemente llamativo. El reparto de "Ágora" es extraordinario, y no solo el reparto sino también los extras, algo que puede parecer algo nimio o un factor secundario pero que realmente es clave para introducirse en la película (al final de "El Perfume" me remito, donde lamentablemente los extras no estaban del todo a la altura), ya que a la hora de la verdad los extras, o ciudadanos de Alejandría, son los que te ayudan a olvidarte que estás viendo una película de la edad antigua y te facilitan la inmersión en la cinta.

El mérito no es solo del bien escogido casting de extras (luego iré al casting principal) sino también del elaborado trabajo de vestuario y maquillaje que personifica la suciedad y a la vez elegancia del pueblo de la ciudad, así como la diferencia de clases y culturas. Es interesante destacar el buen hacer de los directores artísticos y responsables de los aspectos de ambientación que han logrado que podamos distinguir con facilidad el grupo o cultura al que pertenece cada persona que vemos por pantalla, ya sean judíos, cristianos, parabolanos (¡menudos!), paganos o esclavos. En general el trabajo de ambientación es de lo más exquisito del año; Alejandría es una ciudad con personalidad y carisma, un crisol de culturas y religiones donde la influencia de éstas queda patente, sobre todo la pagana, con sus estatuas y su arquitectura presentes en toda la ciudad. No solo se hace agradable sino que resulta ciertamente espectacular la forma de ambientar la ciudad, en este aspecto y sin dudarlo la película es de diez, una maravilla visual que se ve complementada por el excepcional trabajo de Amenábar tras la cámara, una realización que goza de una serie de planos, secuencias y travelling brutales, destacando los planos espaciales y sobre todo aquel que hace un zoom hasta la misma ágora de Alejandría, una secuencia aparentemente sencilla y absolutamente fascinante. En general el cineasta lleva a cabo una dirección delicada con zooms suaves en espacios cerrados y grandes travelling y planos cenitales en los espacios abiertos de la ciudad, aprovechando las posibilidades que le da el escenario y luciéndose al fin y al cabo en un trabajo que personalmente considero de lo más destacado del año; Amenábar ha vuelto a demostrar por qué es un realizador tan preciado en nuestra tierra.

El reparto principal es quizá el mayor reclamo que tendrá la cinta en su estreno en el extranjero. La ganadora del Oscar por "El Jardinero Fiel", Rachel Weisz (aunque yo se lo habría dado más bien por "La Fuente de la Vida"), se luce en la piel de Hipatia, la pensadora, matemática y amante de la astronomía que influye enormemente en la sociedad del Siglo V y que revolucionó muchas de las áreas en las que estuvo involucrada. Esta Hipatia es una mujer madura, bella, extremadamente inteligente y avanzada a su tiempo en muchos años, con una total indiferencia por la religión y un profundo amor por la ciencia y la filosofía, además de ser una valiente mujer (y atención: mujer) en una época difícil para cualquier librepensador. Hipatia es una referencia para sus alumnos e incluso para su venerado padre, un excepcional Michael Lonsdale interpretando al ya ajado Theon. Weisz realiza una interpretación extraordinaria y no solo destaca su belleza sino su enorme talento, una viva muestra de que esta actriz tiene muchas facultades y la cual me sigue dando la sensación que aún tiene mucho que decir. Quizá uno de los actores que más destaca es Max Minghella interpretando a uno de los personajes más interesantes de la película, Davo, el esclavo de Hipatia devoto de la misma, inteligente, atrapado en su cuerpo de esclavo, apasionado y con ganas de expresarse. Este esclavo bien podría haber protagonizado una película él solo, y el joven Minghella hace una exhibición en un papel que le ofrece un amplio abanico de sentimientos con los que lucirse. Quizá el actor que más logra destacar por eso es el líder de los parabolanos, o por lo menos el que se alza como la voz cantante de éstos, Amonio, interpretado por Ashraf Barhom (papelón en "La Sombra del Reino") de una forma pletórica, convenientemente sobreactuado y radical, y quizá la más viva expresión no solo del cristianismo sino de la radicalidad de las religiones, que al fin y al cabo es uno de los elementos principales (sino el que más) que destaca en la película. Entre el amplio reparto principal destacan finalmente con un extraordinario trabajo el guatemalteco Oscar Isaac como el eminente Orestes, y en un papel más solemne Sami Samir como el implacable Cirilio, un personaje realmente escalofriante desde que aparece en pantalla por primera vez.

Por primera vez en su filmografía Amenábar no compone la BSO de su película, siendo esta vez el ganador del Oscar por "Expiación" Dario Marianelli quien pone la música en esta cinta. La BSO del italiano peca de ser algo típica, muy adecuada pero demasiado habitual para este tipo de cintas donde no dejamos de tener la sensación de haber escuchado ese mismo acompañamiento sonoro en muchas otras cintas similares. Además está lejos del brillante trabajo que hizo en "Expiación" (merecidísimo galardón), pero no sería justo tildar de mediocre siquiera la BSO de "Ágora", ya que tiene un nivel excelente e incluso al final alcanza cotas que logran emocionar acompañando muy bien la intensidad de las escenas. La fotografía del español Xavi Giménez ("Transsiberian", "Los Sin Nombre") es otro de los factores excepcionales de "Ágora", con unos tonos claros y luminosos algo saturados y cobrizos, aprovechando la luz natural de los escenarios que les da un tono muy histórico o realista; en interiores la cosa mejora e incluso hay escenas a la luz de las estrellas que gozan de una iluminación algo artificiosa pero espectral a su vez.

El guión del propio Alejandro Amenábar, co-escrito con Mateo Gil (colaborador habitual del cineasta), profundiza en detalles que giran en torno a Hipatia, sus sentimientos, su pasión por la ciencia y la humanidad, su prodigiosa mente que iba más allá de donde los demás llegaban, que estaba obcecada en desentrañar los misterios del universo y su creación, pero también hace una jugada inteligente trazando historias secundarias, tratadas como tales, que complementan perspicazmente la historia principal y hacen el relato más ameno. La de Davo, así como la de Orestes, son historias que profundizan en aspectos más terrenales que los de Hipatia y su obstinación con la astrología, es decir que tratan temas como la libertad, el poder, la pasión, la ambición, el odio, la incomprensión, el amor... un abanico que cualquier película épica debería ofrecer para triunfar, aunque en este caso no se llevan el mayor protagonismo por lo que la historia principal acaba girando fundamentalmente sobre la intolerancia y el fanatismo religioso, que es quizá el mensaje más claro de "Ágora". Turbas de cristianos acorralando a paganos y quemando a judíos, venganzas, ataques públicos, linchamientos y posturas irracionales, además de ceguera proporcionada por el tumulto y la fe extrema, así como el uso de la religión por parte de los que ambicionan el poder a modo de elemento subyugador, donde aquel que se oponía a los "razonamientos" oportunos (genialmente mostrados en conversaciones como la del parabolense rebatiendo porqué la Tierra es plana) era tachado de enemigo del pueblo, brujo, hereje y cosas similares, elementos que hemos seguido viendo durante la historia de la humanidad hasta el día de hoy. Una película que deja claro que las religiones han llevado a la humanidad a las peores guerras, y donde no solo la religión cristiana queda en mal lugar (porque esto debe quedar claro, la película hace hincapié en la radicalidad inherente de TODAS las religiones), sino que deja claro que todo razonamiento basado en "seres todopoderosos que nos gobiernan" siempre va acompañado de intolerancia, sectarismo y fanatismo.

"Ágora" es una buena película, quizá no tan definitiva como podía preverse, aunque bien es cierto que el tráiler ya vaticinaba algo semejante a lo que finalmente hemos podido ver. A su favor tiene una ambientación y dirección artística brutal y una dirección magistral por parte de Alejandro Amenábar, en contra que es algo fría y le falta cierta alma, además de no acabar de salirse de los tópicos del género. Hay una cierta sensación de "esto ya lo he visto antes", aunque de todos modos se agradece que no tirara hacia derroteros más vacíos y artificiosos como los de las películas comentadas cuya espectacularidad prima por encima de la fidelidad histórica del relato o las ganas de transmitir un mensaje. Ojo, que no digo que "Troya", "300" y sucedáneos estén mal (de hecho esta última me parece una de las mejores películas de los últimos años), pero de vez en cuando es necesaria una película que enfoque desde un punto de vista más serio un periodo tan sumamente interesante como es la historia antigua desde la perspectiva del género del peplum. Es una categoría de cine que debería ser representada por películas realizadas con escrupulosidad y respeto, y en este caso "Ágora" cumple el requisito, así que estemos de enhorabuena porque el cine español se atreva con superproducciones de este tipo y lo haga tan bien. Quizá a la próxima oportunidad el cine patrio logre acabar de convencer del todo a los más reacios, y cree la película de historia antigua definitiva. De momento la cosa está bastante bien encaminada.

Mi puntuación: 7/10.

Aprovecho para hacer una recomendación literaria que seguro interesará a mucha gente, pues recientemente ha salido a la venta el libro "Hipatia de Alejandría" de Guillermo Díaz que trata de esclarecer la verdad sobre una de las figuras más influyentes de su tiempo y su contexto histórico. No os lo podéis perder.