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sábado, 15 de mayo de 2010

"Anvil: El Sueño de una Banda de Rock", lo que pudo ser y nunca fue...

Una oda a la perseverancia.

Se estrenó en diversos festivales en 2008 sin hacer demasiado ruido y en 2009 dio el salto a las grandes pantallas de Reino Unido y EEUU, lo que le proporcionó publicidad y éxito, cosechando una ingente cantidad de importantes premios de la talla de los Independent Spirit Awards, además de muchas otros en asociaciones internacionales de críticos como los Austin Film Critics Association, Los Angeles Film Festival, San Francisco Film Critics Circle, Chicago Film Critics Association, Vancouver Film Critics Circle y un largo etcétera que completan hasta 16 premios, incluidas las buenas críticas y las alabanzas de la revista "Rolling Stone" que la calificó como la mejor película de Rock del año. El documental "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" ("Anvil! The Story of Anvil") puede parecer una película de ficción que emula a una banda imaginaria formada por unos personajes extravagantes, pero en realidad el gran encanto de este documental musical es que todo lo que vemos es auténtico (e increíble) como la vida misma. Anvil es una banda canadiense de heavy metal que en los años 80' compartió escenarios con algunas de las mayores bandas de Rock de la historia, como los Scorpions, Whitesnake, Bon Jovi, etc. sirviendo también en cierta forma de influencia a muchos de los grupos musicales posteriores como Metallica, Slayer o Anthrax. Todos estos grupos triunfaron y vendieron millones de discos... pero Anvil no.

La mala fortuna, la mala gestión y producción y un indeterminado número de factores aleatorios hicieron de Anvil una banda maldita que cayó en el olvido en vez de convertirse en una banda ilustre, pero ello no representó el fin de la banda ni el abandono de sus integrantes, que hoy, casi 30 años después, siguen intentando con toda su voluntad y perseverancia hacer honor a la promesa que hicieron cuando se conocieron: triunfar juntos como una banda de Rock. El punto de partida puede recordar a muchas cintas de ficción de grupos musicales, de hecho muchos la han comparado con "This Is Spinal Tap", la comedia musical dirigida por Rob Reiner en 1984, pero el gran atractivo de "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" es que lo que las cámaras captan tiene una dosis de humanidad y realidad realmente sobrecogedora.

'Lips' y Robb, las almas de Anvil, a sus 50 y tantos años siguen luchando por su sueño, y ambos son el núcleo de un documental que enamora por su brutal sencillez y humildad. No cuenta una gran historia épica sobre un grupo multiventas, no es una película de un grupo que cayó tras estar en lo más alto pues Anvil nunca logró dar el salto definitivo, tampoco se centra demasiado en el "lo que pudo ser", sino que profundiza en el alma de los componentes del grupo que abren sus corazones al realizador, Sacha Gervasi, uno de los mayores fans de la banda. Gervasi, uno de los guionistas de "La Terminal" y de la comedia "Con Mucho Estilo", se adentra en el día a día de 'Lips' y Robb en la que es su ópera prima, escrita, dirigida y producida por él mismo con gran solvencia y visión, construyendo una historia que va creciendo progresivamente y que sabe mantener el ritmo durante menos de 90 minutos de documental tras plantear el sino de la banda en los primeros minutos. Quizá su tramo más interesante es aquel en el que seguimos las andanzas de Anvil en su ruta europea con más infortunio que gloria, así como el más intenso es su giro final, despertando las pasiones y sentimientos más profundos del espectador que no puede evitar empatizar y encariñarse con los protagonistas del documental, gente de buen corazón e infinita ilusión y esperanza. La película abarca también a la familia de los componentes, la forma en que viven su vida, la relación con los suyos y en definitiva el documental podría definirse como una historia de pura perseverancia y amistad; sobre todo estas dos palabras, PERSEVERANCIA y AMISTAD.

Por supuesto la banda sonora del documental es a base de heavy metal, tirando sobre todo de temas propios de Anvil, aunque el documental cuenta con su propia musicalización original compuesta por David Norland; no es necesario que te guste el metal para ver este documental y gozarlo, aunque si eres un aficionado al género seguro que lo disfrutas aún más. "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" no entiende de público, ya que al fin y al cabo la historia que cuenta es tan humana y universal que llega a toda clase de espectadores. He tenido la suerte de haber podido verla en pantalla grande y en VOSE en el 10º Festival Internacional de Cinema de Tarragona (más conocido como REC, un festival dedicado a óperas primas entre otras cosas) y la verdad es que fue un triunfo absoluto.

El documental sirve también para hacer justicia, para reiterar que Anvil aún sigue vivo y con ganas de alcanzar su sueño y al mismo tiempo reivindicar la importancia de la banda; de hecho el grupo está viviendo una segunda juventud debido al impacto del documental y sea como fuere ha logrado reavivar la llama de la esperanza si es que alguna vez 'Lips' y Robb la han dado por extinguida de veras. Podemos ver testimonios de figuras importantes del heavy, trash, rock, etc. hablando de la banda como una de sus influencias, gente como Lars Ulrich (Metalica), Slash (Guns N' Roses) o Lemmy (Motörhead), aunque al mismo tiempo es descorazonador ver como los miembros de la banda se dan cuenta de lo enterrados en el olvido que están, no solo por el público sino por algunos de sus compañeros de profesión. "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" es una cinta muy divertida, un documental emocionante y sorprendente con una gran capacidad de cautivar gracias a la esencia humana que emana, a la pureza de sus protagonistas, al profundo repaso que da a las motivaciones, contexto y aspiraciones de la banda, y al fin y al cabo "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" habla de la vida, de cómo afrontar tus desafíos y metas y del espíritu para encauzar tus anhelos y ambiciones de la forma más honesta posible.

Una amistad forjada a base de años y sufrimiento sirve de excusa para mostrarnos una de las historias —de ficción o no— más intensas que se han podido ver en pantalla grande, una película documental que debería considerarse de obligado visionado pues aunque no sea ninguna obra maestra es toda una oda a la perseverancia y la amistad como se han visto pocas. Lo que pudo ser y no fue, el destino y la mala fortuna, son elementos en los que el documental te hace reparar e invita a la reflexión, te obliga a plantearte si realmente solo los mejores llegan al podio o solo los más afortunados. En cualquier caso siempre queda el camino recorrido, el esfuerzo invertido, el amor y la pasión empleados, y en definitiva el legado que dejan 'Lips' y Robb es mayor que sus doce o trece álbumes, su legado es un concepto que no envejece ni relega al olvido y jamás muere: la mayor de las recompensas y el mejor de los tributos es tener a alguien con quien compartir tus pasiones, tus penas, tus glorias. Nadie necesita la aprobación de nadie, lo importante es perseverar y tenerse el uno al otro. ¡Que viva Anvil, coño!

Mi puntuación: 8/10.

lunes, 1 de febrero de 2010

"En Tierra Hostil", ¡BOOOOM!

Nervios tensos como el acero en un extraordinario drama bélico.

El cine bélico es un género delicado. Las películas que se desarrollan contextualizadas en conflictos bélicos reales suelen meter el dedo en la llaga y recrear guerras recientes puede resultar algo difícil de encajar para el público (sobre todo el norteamericano, metido en todos los fregaos). Es por eso que normalmente suele haber un espacio de tiempo prudencial para que comiencen a aparecer películas cuyo eje argumental sea una guerra contemporánea; ahí quedan "Apocalypse Now", "Platoon", "La Chaqueta Metálica" o "El Cazador" entre otras muchas surgidas en la década posterior al fin de la Guerra de Vietnam, mientras películas como "Tres Reyes" o "Jarhead: El Infierno Espera" indagaron en la Guerra del Golfo Pérsico y sus consecuencias. Cada vez cuesta menos esfuerzos referirse a guerras actuales, sobre todo por lo largas que se están haciendo; de la presente Guerra de Irak (o Invasión de Irak), que comenzó en 2003 y aún sigue vigente, no han tardado en aparecer todo tipo de cintas, igual que de la Guerra de Afganistán (desde 2001 también vigente), la mayoría de ellas muy críticas como "Redacted" de Brian de Palma o "Leones por Corderos" de Robert Redford, otras basadas vagamente en este conflicto aprovechando el escenario y más enfocadas al espectáculo como "La Sombra del Reino" o "Red de Mentiras", e incluso ha habido miniseries como "Generation Kill" centradas en una disputa que parece que dará mucho que hablar mientras dure y una vez haya terminado. "En Tierra Hostil" ("The Hurt Locker") no se decanta por una visión explícitamente crítica ni mucho menos grandilocuente de la Guerra de Irak, pero muestra los peligros y presión psicológica a los que está sometido un grupo de zapadores de élite cuya misión consiste en jugarse la vida diariamente desactivando bombas y neutralizando artefactos explosivos en terreno iraquí.

"En Tierra Hostil" es una visión cruda, realista y nada poética de la guerra que se está disputando en Oriente Medio; Kathryn Bigelow se decide por una visión poco dramática, casi posicionándose como un espectador al pie del cañón que acompaña a los desactivadores de bombas, cuyo trabajo consiste en eso y solamente en eso. En cierto modo la película tiene un aire a lo "La Sombra del Reino", excelente película de Peter Berg donde un grupo del FBI investiga un atentado terrorista en el suelo americano de Arabia Saudí, solo que en el caso de "En Tierra Hostil la película está desprovista de ese halo de acción y thriller, aunque contenga sus dosis de suspense (¡altísimas!) y su escasa y excelentemente rodada acción. De hecho la BSO es prácticamente anecdótica, ambiental, presente en pocas ocasiones para acentuar el tono realista de la cinta.

En la película nos topamos con francotiradores que fallan, bombas que explotan y matan a inocentes, complejo de superioridad del ejército estadounidense con el pueblo iraquí, incluso se puede ver de soslayo una crítica a las maneras del ejército que se toma la justicia por su mano aprovechando el contexto de la guerra (en la breve, carismática y excelente aparición de David Morse como el Coronel Reed). El realismo impera. En algún aspecto me recordó a la crudeza de la segunda mitad de "La Chaqueta Metálica", y es que la cinta no se recrea en aspectos vistosos o teatrales, de hecho siquiera tiene una línea argumental principal, solamente se deja llevar a lo largo de los días en que la tropa de zapadores desactiva una bomba tras otra. Eso sí, la cuota de tensión que tiene es enorme y durante las dos horas de duración estamos con los nervios tensos como el acero ante cada nuevo reto explosivo que se le plantea a los protagonistas, una tensión que se masca y se sufre, desde el minuto uno.

En "En Tierra Hostil" los personajes parecen personas reales y no personajes propiamente, no están excesivamente estereotipados; quizá el único es el protagonista, el Sargento Will James, un desactivador de bombas, líder del grupo, demasiado temerario e insolente a la vez que experto y confiado. A Will lo interpreta espléndidamente Jeremy Renner ("28 Semanas Después", "El Asesinato de Jesse James por el Cobarde Robert Ford"), prácticamente se adueña de la película y es el personaje principal a pesar de no estar excesivamente construido. Sabemos de su actitud en el campo de batalla pero no sus motivaciones, quizá al final de la cinta de forma subliminal queda claro el porqué de su forma de actuar, y su curioso perfil es el que hace más interesante la película. El resto de personajes corresponden a algunos clásicos del género, como el joven soldado traumatizado, Eldridge, un extraordinario Brian Geraghty que refleja una de las facciones más problemáticas de la guerra, también el hombre sin nada que perder ni ganar, Sanborn, interpretado por Anthony Mackie que lleva a cabo un estupendo trabajo. Es sorprendente el extraordinario reparto de estrellas en papeles secundarios y fugaces: Guy Pearce, Ralph Fiennes, David Morse, Evangeline Lilly (Kate en "Perdidos"), Christian Camargo (brillante en "Dexter", aquí como el clásico psicólogo sentado tras una mesa en un despacho); es extraño que actores de tanto prestigio hagan papeles tan efímeros con tanta naturalidad y humildad. El cine en general debería parecerse más en este aspecto a "En Tierra Hostil", sin abusar de ciertos actores constantemente, dando prioridad a los personajes y no a los actores, sin llegar al extremo del Dogma 95.

Creo que de todos los aspectos positivos de la película hay uno que quizá destaque más que el resto, que es la extraordinaria labor tras la cámara de Kathryn Bigelow, la directora de películas como "Días Extraños" y "Le Llaman Bodhi". Bigelow lleva a cabo una suprema dirección, apoyándose en la visón de cámara al hombro, zooms rápidos y primerísimos planos, una dirección muy moderna y dinámica, con ausencia prácticamente total de planos fijos y uso en ocasiones de la visión en primera persona. El manejo de la cámara, la variedad de recursos (la primera explosión es una gozada a nivel visual), el manejo del ritmo y sobre todo la capacidad de crear una enorme tensión constante son algunos de los méritos de Kathryn Bigelow en la película, así como la naturalidad y realismo de los sucesos y la acción dosificada y excelentemente rodada. Es curioso, además, que no veamos prácticamente nada desde el punto de vista del enemigo, de los iraquíes (como en las dos películas de Clint Eastwood acerca de la batalla de Iwo Jima, "Banderas de Nuestros Padres" y "Cartas desde Iwo Jima"), todo lo que hacemos es seguir las misiones del grupo de EOD (Explosive Ordnance Disposal - Desactivación de Artillería Explosiva) y el paso de los días, con algunas pinceladas acerca de la personalidad del trío protagonista y el cómo les afecta la guerra.

La película es muy neutral, no toma partido explícito salvo en ocasiones contadas ni hace demasiados balances filosóficos. Psiquiátricos sí, pues ahonda en las motivaciones de los soldados norteamericanos en la guerra y en concreto las del grupo de zapadores que se juegan la vida a diario con uno de los métodos más peligrosos y usados en Irak como son los atentados bomba. Esa visión más o menos objetiva, esa grandísima calidad técnica con unos efectos visuales y sonoros magníficos, la exquisita fotografía y las estupendas interpretaciones, además de la soberbia dirección de Bigelow, han hecho de "En Tierra Hostil" una de las películas más aclamadas por la crítica en 2009/2010, siendo la mejor película y dirección del año según muchas asociaciones de críticos de toda Norteamérica, lo que la sitúa como una importante candidata a ganar el Oscar y el Globo de Oro y la favorita de los círculos especializados junto a "Up in the Air" de Jason Reitman. "En Tierra Hostil" es una película magnífica, de una calidad cinematográfica suprema y de un contenido emotivo correcto, que tiene en el tratamiento de la tensión y su dirección sus mayores virtudes y cuenta con un reparto de altura. Es una película plenamente disfrutable, una joyita que merece la pena degustar.

Mi puntuación: 8/10.

viernes, 29 de enero de 2010

"Nine", sensualità italiana.

Guido y sus mujeres.

Rob Marshall apenas ha dirigido tres películas en su carrera, dos de ellas musicales, y en todos los casos ha seducido a la crítica estadounidense. En 2003 con "Chicago", su primera película, conquistó la ceremonia de los Oscar ganando nada más y nada menos que 6 estatuillas doradas, incluido el premio a la Mejor Película, galardón que no se llevaba un musical desde que "Oliver" de Carol Reed lo hiciera en 1968. En la década de los 60' —y décadas previas desde el Oscar a "La Melodía de Broadway" en 1929— los musicales como "Sonrisas y Lágrimas", "My Fair Lady" o "West Side Story" fueron grandes triunfadoras en esta importante ceremonia del cine norteamericano, pero desde entonces la sequía del género ha sido radical. Marshall logró con "Chicago" (también gracias a Baz Luhrmann y su "Moulin Rouge") una especie de revitalización de un género no muy prolífico pero que nunca pasa de moda, y tres años después se decidió por el drama romántico con la celebrada "Memorias de una Geisha", una de las películas junto a "Brokeback Mountain" y "Crash" que en 2006 logró más Oscars, tres. Ahora Rob Marshall vuelve al musical rodeado de un reparto de lujo con "Nine", una cinta ambientada en los 60' que adapta una obra de teatro que a su misma vez está inspirada en la película 'autobiográfica' de Federico Fellini "8½", una historia acerca de la crisis creativa de un genio que debe lidiar con la presión y las expectativas que penden sobre él.

Debo admitir mi debilidad por "Chicago", es mi musical favorito junto a "Moulin Rouge" y es que esa ambientación de los años 20', el gancho de los personajes, situaciones y canciones y esa atmósfera de corrupción, vanidad e hipocresía le dan un tono mágico a la cinta. Marshall, que además de dirigir también coreografía sus números musicales (y es que es también famoso por su trabajo en el teatro), intenta repetir éxito volviendo a su género en "Nine", esta vez avanzándose un poco en la época de ambientación hasta mediados de la década de los 60' y cambiando los EEUU por Italia y su estilo chic, y es que si algo le gusta a Marshall es que sus películas reflejen a nivel artístico épocas pasadas de la forma más idealizada y nostálgica posible. La estética de "Nine" es uno de sus grandes puntos fuertes, ese tono distinguido y desenfadado de la Italia de los 60' es precisamente lo que atrae de forma especial, pero lo malo es que "Nine", a pesar de ser una excelente película, no acaba de ser un musical prodigioso.

Es injusto pero también inevitable compararla con "Chicago", y es que el primer musical de Rob Marshall tenía todo lo que le acaba de faltar a "Nine" para pasar de ser un musical más que correcto a una película realmente cautivadora. "Nine" tiene buenos números musicales pero creo que peca de algunos defectos, como abusar demasiado del escenario de los arcos romanos (el supuesto stage de "Italia"), que aunque muy bien iluminado acaba saturando un poco, también ser demasiado esquemática con la relación entre personajes y canciones, ya que cada número musical se corresponde con la presentación de un personaje y se echa en falta un ritmo más fresco y una forma menos estricta de mostrar las canciones, por otro lado tampoco hay números conjuntos (siempre una/o canta y los demás callan), exceptuando el maravilloso arranque con todas las mujeres en "Overture Delle Donne", y es que a pesar de la gran calidad de las canciones (la mayoría de ellas adaptadas de la obra de teatro) le falta algo de pasión al conjunto para cautivar como lo hiciera "Chicago". También he echado muy en falta un número final de la espectacularidad y calidad de "Nowadays / Hot Honey Rag" o "I Move On" de "Chicago", por ejemplo; estos pequeños detalles son los que hacen que para mí "Nine" no sea aún mejor musical de lo que ya es. Porque cuidado, a pesar de estas quejas "Nine" es una gran película, con números musicales de gran calidad y espectacularidad como "Cinema Italiano" o "Be Italian", pero tiene pequeños defectos que dejan a la cinta sin pulir. Creo que el musical es un género que especialmente necesita que sus películas sigan una línea ascendente durante su metraje, se requiere que vayan creciendo exponencialmente sobre todo hacia el final para acabar por todo lo alto, y creo que "Nine" empieza bastante fuerte con dos temas muy consecutivos y buenos como son "Overture Delle Donne" y "Guido's Song" y luego se desinfla un poco a pesar de la calidad media de sus canciones. Y el final, como comento, me ha parecido algo anti climático.

Técnicamente la película es fabulosa, goza de una dirección artística maravillosa que solo peca de abusar del escenario comentado de los arcos romanos, tiene una fotografía extraordinaria sobre todo por el uso de la luz y la sombras y contraluces, así como el vestuario y la estética es una gozada, y es que acabas adorando al Cinema Italiano también a la fuerza. Además de la increíble puesta en escena y maravilloso sonido, elemento clavo en la cinta, es una de aquellas películas que hablan de cine (cine dentro de cine) y de la presión de la fama, lo que la convierte en una de aquellas piezas curiosas que se auto homenajean/parodian. La historia en sí no es nada del otro mundo, a pesar de intentarlo no acaba de profundizar demasiado en las cuestiones filosóficas que plantea, quizá es un pequeño hándicap que tiene y es un aspecto en el que "Chicago" triunfó, y es que en "Nine" la historia parece no avanzar de forma demasiado fluida hacia una conclusión final.

Pero el plato fuerte de "Nine" no es otro que las interpretaciones, el espectacular reparto lleno de actores (actor, vaya) y actrices que forman el universo de Guido Contini, intérpretes forrados de Oscars (todos tienen uno en su haber excepto Day-Lewis, que tiene dos, y Hudson y Fergie, que no tienen ninguno) que bordan unos papeles maravillosos. Ese monstruo de la interpretación llamado Daniel Day-Lewis lleva a cabo otro de sus papeles en los que se sumerge y entrega por completo, esta vez en la piel del saturado cineasta Guido Contini, cantando, bailando y actuando con un curioso acento italiano (incluso aprendió el idioma para esta película) y una presencia única. Day-Lewis demuestra por qué es uno de los actores más prodigiosos de la historia del cine y da gusto verlo en pantalla en cada número musical y diálogo, derrochando talento en cada escena en la que tiene oportunidad. Codo a codo con el actor está Marion Cotillard, esta francesita que ganó el Oscar en 2008 por su caracterización de Édith Piaf en "La Vida en Rosa" (precisamente el mismo año que Daniel Day-Lewis lo ganó por "Pozos de Ambición") y que una vez más está extraordinaria, y es que esta mujer ya probó en una sola imagen al final de "Enemigos Públicos" que tiene un talento enorme, y en esta película se ratifica definitivamente en Hollywood de una vez por todas. Un caso parecido al de la francesa es el de Penélope Cruz, que una vez ha salido de su país no ha hecho más que crecer en popularidad en Hollywood. En "Nine" interpreta el papel de Carla, una chica sensual y no muy lista locamente enamorada de Guido cuya relación se basa en el más puro sexo. Tras ganar el Oscar por "Vicky Cristina Barcelona" la española vuelve con fuerza y destaca sobre todo en su número musical ("A Call from the Vatican") desprendiendo erotismo a raudales, en una interpretación magnífica que pone de manifiesto que Cruz no es solamente una cara bonita. Me ha gustado especialmente Judi Dench, la veterana británica exhibe una vez más su visceral capacidad interpretativa y se luce con un número curioso y un acento francés que parece natal (que gusto da escuchar Folies Bergére de su boca), comiéndose la pantalla por completo en la piel de la diseñadora de vestuario de Guido, la única que parece no tener reparos en mostrarle una sinceridad brutal. Nicole Kidman recuerda a su maravilloso papel en "Moulin Rouge" en una breve aparición en la que le da tiempo de cantar un precioso tema, igual que Fergie —la cantante de Black Eyed Peas— lo hace de forma más salvaje con quizá el mejor tema de la cinta, "Be Italian". Cierran el maravilloso reparto una excelente Kate Hudson a la que solo le da tiempo de aparecer en un extraordinario número musical ("Cinema Italiano", buenísimo) y poco más y la mítica Sophia Loren que a pesar de su poca participación también tiene un momento musical entrañable. Parece evidente el tono homenajeante de la aparición de la actriz ganadora del Oscar por "Dos Mujeres" (quizá demasiado), pero aún así está bastante bien.

"Nine" es un musical extraordinario, le falta la genialidad de "Chicago" pero es una película muy disfrutable, con muchos números musicales de calidad y aunque algo irregular en el fondo es sin duda una cinta que merece la pena ser vista. Rob Marshall tenía el listón muy alto y no lo ha superado, pero se ha regalado una película excelentemente realizada con un reparto de escándalo y números musicales magníficos. El reparto es el aspecto más virtuoso de una película en la que cada actriz secundaria tiene la oportunidad de lucirse (por poco tiempo, eso sí) y cuyos actores protagonistas, Marion Cotillard y Daniel Day-Lewis (sobre todo este último) están sencillamente sobrenaturales. Es una película bonita y curiosa, no profundiza en los temas que plantea pero hace pasar un rato la mar de entretenido por lo que el amante de los musicales podrá disfrutar de "Nine" y degustarla como debe. «So arrange it! That's all that I want!»

Mi puntuación: 7/10.