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martes, 26 de enero de 2010

"Ellos"... están acechando.

¿Qué pasaría si de un día para otro tu vida desapareciese?

El hogar nos aporta confort y seguridad, nos proporciona protección y bienestar. Nuestra morada es un santuario donde los males que acechan el mundo exterior quedan olvidados o relegados a un segundo plano, un lugar donde descartar de la mente las atrocidades de la sociedad. ¿Pero qué pasa si de pronto ni tu propia casa es capaz de ser un lugar donde poder bajar la guardia? ¿Qué ocurre si tu domicilio se convierte en un infierno de la noche a la mañana? Como he comentado varias veces el cine es un arma perfecta para proyectar nuestras inquietudes, actitudes y miedos, es una herramienta especializada en sacar a relucir nuestros pensamientos más profundos; el cine de terror en concreto se sirve de nuestras mayores fobias para entretenernos haciéndonos pasar malos ratos, y cuanto más realista sea la historia y el contexto más conseguirá atemorizarnos. "Ellos" es una película que no solo aborda el concepto del hogar como lugar vulnerable, sino que juega la horrorosa baza del poder perderlo todo en tu vida en un solo instante, sin justificación aparente ni posibilidad de restitución. Y eso es realmente pavoroso.

En este artículo me referiré a "Ellos" como a la película francesa ("Ils") de 2006, dirigida y escrita por David Moreau y Xavier Palud, no a la norteamericana ("They") de 2002 dirigida por Robert Harmon que nada tiene que ver con ésta. Esta producción francesa (y rumana) está presuntamente basada en hechos reales, hechos que podrían o han podido inspirar muchos otros relatos como "Los Extraños" o "Funny Games" (1997), de la que parece beber ligeramente. Desde luego tiene muchos puntos en común con ésta última, como el escenario o algunos otros puntos que no conviene desvelar, y de hecho creo que "Ellos" está claro que ha servido de inspiración para varias películas a la vez que se ha inspirado en otras tantas de temática similar. Por ejemplo la extraordinaria cinta británica "Eden Lake" comparte muchos factores con "Ellos", o "À l'Intérieur", sin olvidarnos de la primera mitad de "Martyrs". Precisamente "Ellos" puede considerarse, junto a "Alta Tensión" y "Calvaire", una de las películas que dieron pie a la nueva ola de cine de terror galo que tanto impacto ha tenido en el género del cine de terror en esta década y de la que he hablado varias veces en este blog. Además, el inicio me ha recordado a películas como "Eden Lake", "Dead Snow" y "Evil Dead", películas que empiezan con una muestra de lo lejos de la civilización que está el lugar donde transcurre la acción, para hacer mella en lo aislado y solitario que es el emplazamiento en el que se verán atrapados los protagonistas.

Es curioso cómo a pesar de ser "Ellos" la película que originalmente introdujera un estilo o un tipo de cinta con ciertos elementos sea la que ahora me parezca menos original. No es justo que sea así, pero es que en verdad lo curioso es que ha sido después de ver películas como "Eden Lake" o "À l'Intérieur" cuando he visto "Ellos", y por eso mismo veo repetidos muchos elementos que se parecen demasiado. Eso no hace más que materializar la influencia que ha tenido la película de Moreau y Palud, una cinta de escaso presupuesto y reducido metraje (apenas 70 minutos), aunque puede evidenciarse que ambos realizadores provienen del mundo de los cortometrajes pues ese abreviado metraje da la sensación de haber sido estirado convenientemente para alcanzar el tiempo mínimo exigido para una película; no es que se haga larga, pero para lo corta que es tarda quizá bastante en arrancar (media hora, sin contar la tensa escena inicial), aunque luego transcurra con fluidez y sea capaz de crear una gran tensión.

El hipersencillo argumento transcurre generando un gigantesco suspense, no acaba de enseñar nada durante todo el metraje sino que se esfuerza en hacernos vivir el miedo y la tensión de los dos protagonistas, Clémentine y Lucas, una pareja francesa que vive en Rumanía y que de pronto se ve metida en un juego macabro del que presumiblemente no saldrán bien parados. A pesar de solo sugerir en vez de enseñar explícitamente consigue atrapar al espectador y hacerle partícipe del horror, esperando constantemente un ruido aquí y allá, temiendo ser sorprendido en la próxima esquina o sombra sin estar convenientemente preparado, todo gracias a una tensión sin fin que una vez empieza no da pausas. Precisamente para lograr crear una sensación de realismo más intensa parece evidente que los realizadores decidieron utilizar un tratamiento de la imagen semejante al de las cámaras digitales caseras, a pesar de que tiene un tono completamente cinematográfico, lo cual hace de "Ellos" una película terrorífica por el hecho de ser tan realista y por tener por eje argumental una situación tan creíble y factible.

"Ellos" es una de las pocas películas pertenecientes a esta corriente de terror francés que han tenido la suerte de haber sido estrenadas en España, junto a "Alta Tensión", quizá debido a que es una película mucho menos sangrienta y bestia que "Martyrs", "À l'Intérieur" o "Frontière(s)", las cuales no están siquiera dobladas (que yo sepa). En el film no hay lugar para escenas que se recreen en la violencia, aunque desde luego es un elemento importante en la trama, ya que fundamentalmente es una película que explota la tensión y el suspense más que la violencia en sí, como las películas comentadas. René-Marc Bini sabe darle buen uso a la música: a veces la utiliza para crear tensión, y otras veces desaparece para crear desasosiego. En silencio cualquier sonido se convierte en una alerta, y esos sonidos traidores que acompañan a la quietud son los que consiguen ponernos más nerviosos.

"Ellos" no es una película original ni especialmente novedosa, pero es capaz de crear una tensión acojonante. No aporta nada nuevo, pero su influencia en subsiguientes cintas de terror la hacen merecedora de figurar entre las obras más influyentes de terror de nuestro país vecino, una corriente que nos ha regalado y sigue regalando cintas de un horror brutal y visceral como hacía tiempo que no había. "Ellos" maneja muy bien su escaso presupuesto y logra una película sencilla, humilde y efectiva, que consigue cumplir su objetivo de tensar los nervios del espectador y hacer pasar un mal rato, a pesar de que después de esta se hayan hecho películas similares que han mejorado el resultado de la película francesa. Y ahora, antes de ir a dormir, cerrad bien la puerta, poned la cadena y guardad el bate de béisbol bajo la almohada...

Mi puntuación: 6/10.

lunes, 17 de agosto de 2009

"Eden Lake", pequeños bastardos despreciables...

Hasta los niños son capaces de desatar el peor de los infiernos.

No estamos a salvo. El cine de terror nos ha enseñado que no podemos fiarnos de tipos con máscaras, ni de desconocidos —por simpáticos que parezcan—, tampoco de padres de familia, ni de dementes, ni de muñecos, ni de las leyendas urbanas siquiera... y por no poder no podemos fiarnos ni de los niños. Los niños son el mayor símbolo de pureza que puede concebirse en la sociedad actual, y como tal lo vemos como un ser bondadoso en su misma concepción. Pero sabemos que el cine, y sobre todo el de terror, está especializado en ahondar en lo más profundo del alma humana para sacar a relucir los mayores miedos que nos atormentan, y uno de ellos es el hecho de encontrar el horror en lo que por definición debería estar desprovisto de él. De ahí que los niños sean uno de los elementos que siempre se han explotado en el cine de terror desde hace mucho tiempo, son el paradigma del miedo a la traición, a lo inesperado, y por lo tanto esa falta de control y preparación resulta literalmente terrorífica. Es muy lógico que ver a un payaso, una abuela o un niño en el marco de una película de terror nos produzca tanto pánico, porque son seres inofensivos por definición que nos cogen con la guardia baja, desprevenidos, confiados, y ahí todos somos vulnerables... esa es la palabra, la vulnerabilidad es lo que realmente nos aterra, el hecho de que cualquiera pueda dañarnos, acabar con nuestro modo de vida y todo lo que hemos conseguido a lo largo de ella.

Muchas películas han contado con un argumento en el que los niños representan el siniestro mal que acecha a los protagonistas, como "El Pueblo de los Malditos" (1960) y su remake americano dirigido por John Carpenter en 1995, la española "¿Quién Puede Matar a un Niño?" de Chicho Ibáñez Serrador, "Los Chicos del Maíz" o las recientes "The Children" y "Vinyan" entre muchas otras. La propuesta siempre plantea la cuestión de cómo afrontar una amenaza de esa índole teniendo en cuenta que son "solo niños" a los cuales no es moralmente correcto aplicarles el mismo trato/castigo que a un adulto, y como el mismo título de la obra de Ibáñez Serrador sugiere: ¿quién puede matar a un niño?, ¿quién es capaz de materializar el asesinato de un niño y/o poder vivir con ello?

Esta vez el Reino Unido demuestra que, al igual que Francia en los últimos años, también sabe ofrecer obras cinematográficas de terror con una calidad superior partiendo de una premisa básica y un desarrollo atrevido y fulminante; "Eden Lake" describe el infierno en que deriva para una pareja un fin de semana en un lago perdido en la Inglaterra profunda donde se proponen desconectar de la civilización y pasar un tiempo juntos, ya que en ese mismo lago una pandilla de gamberros adolescentes comenzará un cruel juego que hará peligrar seriamente a Steve y Jenny. Tan fácil como eso y tan poco original como eso, pero a la vez una lección magistral de como lo que en un principio puede parecer tópico a más no poder acaba siendo una muestra de calidad, esmero, valentía, entusiasmo y efectividad extraordinarias. Esta película es una manifestación de lo que el cine de terror europeo (fundamentalmente francés y británico) está materializando en los últimos años. ¿Cómo es que si las películas no innovan suponen un soplo de aire fresco? Porque ahora se está asistiendo a una época en la que se presta mucha atención a la factura y al acabado técnico; en décadas anteriores (sobre todo en los 80 y 90 por mucho que duela admitirlo) las películas de terror eran producciones de segunda fila destinadas a un público poco exigente —salvo excepciones— y el apartado artístico era deficiente o directamente brillaba por su ausencia. En la nueva ola de cine de terror europeo (también norteamericano pero especialmente europeo) se cuida mucho este aspecto demostrando que los nuevos cineastas tienen buen gusto, ganas y estilo, y entre otras cosas un estupendo sentido estético de la fotografía. Eso es lo que está haciendo cambiar la concepción de las películas de género que se realizan en nuestro continente y lo que está generando interés por las mismas.

El principal mérito de "Eden Lake" es la penetrante tensión que logra imprimir a los poco más de 80 minutos de cinta, que van creciendo exponencialmente durante todo el metraje y consigue captar la íntegra atención del espectador. Precisamente la mayor virtud de la película es quizá que, a pesar de que tarda un poco en arrancar, va de menos a más de forma notable. A la media hora justa comienza lo bueno y desde entonces hasta el final es un no parar, de 0 a 100km/h en menos de una hora, cada minuto que avanza la película consigue ganar más y más hasta el brillante final que me recordó vagamente a un tramo de "La Matanza de Texas", un final al que me dieron ganas de aplaudir por su mala baba. El inicio puede hacerse algo lento aunque es necesario para que empecemos a mascar la tragedia y nos familiaricemos con los protagonistas y el terreno que están pisando, el barrio de paletos al que han llegado lleno de niños malcriados y descarados, padres alcohólicos y agresivos y violencia arraigada en los hogares. Porque en ese aspecto hasta hay lugar para una pequeña crítica o examen de conciencia acerca de la educación de las futuras generaciones, pero sin querer adoctrinar ni satirizar nada en concreto, solo de pasada. El uso de la tensión por parte de James Watkins, que escribe y dirige la película, es directamente magistral, digno de figurar en los registros. El desconocido Watkins, que por primera vez dirige una película tras realizar algunos guiones (incluido el de la futura secuela de "The Descent"), demuestra que con un guión pensado al milímetro, privado de incongruencias serias y que dé sensación de realismo como el que desprende "Eden Lake" es capaz de mantener al espectador pegado a la butaca mordiéndose los labios. Porque un hecho fundamental en esta cinta es precisamente eso, la capacidad de "naturalidad" o "autenticidad" de lo que vemos, la sensación de "me podría pasar a mí" lograda gracias a un minucioso guión elaborado inteligentemente que refleja unos comportamientos más o menos lógicos, sobre todo por parte de las víctimas, y por lo tanto refleja un transcurrir de los hechos bastante creíble y por lo tanto el doble de terrorífico. Y eso es de un mérito colosal.

Al principio de la cinta creo que uno no puede hacerse a la idea de lo cabrones que pueden llegar a ser los adolescentes que protagonizan el macabro juego, y más siendo solo críos; parece increíble que puedan joderle a uno de forma tan exagerada y que se les vaya el asunto de las manos de esa forma, pero aún así la cinta te invita a sumergirte de pleno y a sufrir como una víctima más, sobre todo gracias a un personaje clave: Brett. El jefe de la pandilla es el único que es propiamente un psicópata, el resto se mueve por morbo, por seguir la broma y fundamentalmente por miedo a las represalias de Brett, lo cual le convierte en uno de los cabrones malnacidos más despreciables del panorama cinematográfico reciente. Chapó a Jack O'Connell ("This is England", "Skins"), el joven actor que lo interpreta y que consigue provocar realmente miedo, pasar de ser simplemente un gamberro descarado a una bestia movida por la ira. El otro descubrimiento interpretativo es el de Kelly Reilly ("Mrs. Henderson Presenta", "Las Muñecas Rusas"), la actriz protagonista que actúa como perfecta 'scream queen'/'final girl' y que realiza una de las mejores interpretaciones femeninas protagonistas que he visto en mucho tiempo en una cinta de terror. Reilly se mete de pleno en la piel de la asustada y traumatizada Jenny y representa una estupenda superviviente, eje argumental de una cinta de esta clase, y se come la pantalla desde el primer momento; su interpretación realmente me ha convencido mucho. El tercer miembro del excelente trío protagonista es Michael Fassbender ("300", "Hunger") quien interpreta a Steve, el fornido novio que no puede dejarse humillar por una panda de gamberros aunque sin dejar de aparentar esa sensación de normalidad; para nada es un héroe ni lo intenta, simplemente es un tío normal que no quiere verse pisoteado por unos críos delante de su novia y no puede permitir que sobrepasen ciertos límites. Realmente la interpretación de Fassbender me ha parecido brutal sobre todo en las partes finales, y no diré más para no destripar la cinta. Como curiosidad también aparece en esta cinta el estupendo Thomas Turgoose, protagonista de "This is England" en la cual también aparecía Jack O'Connell. El resto de reparto, sobre todo el de los chavales, está sobresaliente, destacando quizá a Harry, creo que interpretado por James Burrows y Shaun Dooley como Jon, el padre de Brett en una corta aparición.

El tono sangriento es uno de los puntos fuertes de la cinta, tiene un excelente nivel de gore, mostrado de forma contenida y ejecutado con inteligencia pero sin recrearse demasiado en las escenas truculentas. Resulta tremendamente repulsiva, consigue con creces su propósito y es ciertamente sobrecogedora, sin escatimar en ningún momento en barbaridades; y para no spoilear solo diré que no se cortan a la hora de mostrar atrocidades con niños implicados que en otros casos seguro que censurarían o reprobarían. Está claro que este estilo está claramente inspirado en la nueva corriente francesa de cine de terror que ya he comentado alguna vez, un estilo sin complejos basado en el buen hacer de los cineastas y en el descaro y arrojo que demuestran con su visión de la violencia no reprimida, explotada y en beneficio del espectáculo. Ciertamente el trabajo de James Watkins tras las cámaras es loable, el ritmo con que dota a "Eden Lake" es el idóneo para una película en constante crecimiento, progresiva, intensa y sin complejos: sabe lo que es y sabe lo que debe ofrecer, y eso es a lo que se limita, sin pretensiones ni falsas promesas. El inteligente uso de la música de David Julyan ("The Descent", "El Truco Final") es el elemento definitivo para crear la atmósfera que consigue tensar los nervios del más avezado aficionado al género. Si vas bien mentalizado puedes disfrutar enormemente con la sencilla propuesta de Watkins, y darte cuenta que "Eden Lake" es de lo mejor en cuanto a cine de terror que se ha estrenado en los últimos meses. Una grata sorpresa, desde luego.

Extrañamente, pese a lo impactante que es esta cinta (la polémica y el impacto son algunos de los más poderosos elementos de marketing), se convierte en otra más a engrosar la lista de películas de la nueva ola del terror que no verán su estreno en cines en España, no por su mala calidad sino por su violencia incontenida que les dote de una restricción para mayores de 18 años. Se hace paradójico que lo que más pida y busque la gente sea lo que menos se ofrezca. Curioso es que alguna película del corte de "À l'Intérieur", "Martyrs", "Frontière(s)" o "Alta Tensión" no vea su estreno en cines (exceptuando esta última) cuando la polémica que crea un estreno de este tipo acaba convirtiéndose en una vía de promoción muy poderosa. En el Reino Unido se estrenó en Septiembre del año pasado, y en España solo la pudimos ver en el último Festival Internacional de Cine Fantàstic de Sitges donde ganó el Premio Especial del Jurado (en este caso, al contrario que con "Surveillance", estoy conforme).

En definitiva, "Eden Lake" es una estupenda película de género, una producción inglesa que ha decidido adoptar el modus operandi de la última legión de cintas francesas que se decantan por la brutalidad en pro de un espectáculo transgresor y enormemente disfrutable, pero sin tener esa crueldad extrema de las antes mencionadas y dotándola de una tensión sin límite, una actriz protagonista muy cómoda en su papel, un grupo de gamberros hijosdeputa con muy mala fe y una dirección extraordinaria, aprovechando al máximo las posibilidades del boscoso escenario en el que transcurre la acción y sacándole partido al perfectamente construido guión, cimentado sobre una idea básica y sólida y pensado con bastante precisión, algo importante hoy en día en la época de las incongruencias y el todo-vale. Una obra que merece la pena ver y que el aficionado al género sabrá degustar, sobre todo si se mentaliza que la película no pretende ofrecer nada nuevo si no distraer y acongojar. Y vaya si lo consigue.

Mi puntuación: 8/10.

lunes, 16 de marzo de 2009

"Martyrs", une souffrance extrême.

Más salvajismo francés en otra película de terror brutal. El dolor como fin en sí mismo.

En los albores de este blog hablé de "À l'Intérieur", una cinta de terror gala que seguía la tónica marcada por Alexandre Aja en su estupenda "Alta Tensión", es decir violencia extrema, brutal y gratuita recuperando el giallo italiano y ese agradable tono europeo que resulta tan fresco respecto al ya gastado estadounidense. Francia ha ido demostrando con diversos proyectos y realizadores jóvenes, apasionados y prometedores que esto del cine de terror se les da de perlas, y más si es del tipo sangriento y estremecedor que requiere de un espectador mentalizado y preparado para ver todo tipo de casquería, entrañas y litros de sangre surgiendo a borbotones de la pantalla, una carnicería dispuesta para que el aficionado al cine fantástico disfrute y se horrorice a la vez que sacude sus instintos más salvajes. Aquella "À l'Intérieur" era todo lo que un estómago fuerte podía pedir, violencia directa y sadismo mayúsculo que hasta costaba soportar, y el año pasado surgió otro film más de un corte similar que se basaba en las mismas premisas y que pretendía impactar explotando precisamente el factor del salvajismo exagerado, "Martyrs", la segunda película de Pascal Laugier tras "El Internado" que ha resultado otro tremendo e impactante éxito, una excelente película de terror más que sumarle a Francia.

En el último Festival de Cine Fantástico de Sitges estuvo entre las nominadas a mejor película y fue una de las más aplaudidas y también de las más polémicas. De hecho parte de su campaña de marketing se basó en colocar una ambulancia a la salida por si alguien se encontrase mal viendo el film, algo completamente absurdo y evidentemente una provocación pero que dio resultado ya que todo el mundo se hizo eco del suceso. La película ha sido comparada con "À l'Intérieur" por lo evidente, e incluso se presumía de que ésta a su lado era como ver un episodio de "Teo se va al zoo", todo fruto de la exageración y la nombrada campaña publicitaria; personalmente no creo que el film de Alexandre Bustillo y Julien Maury sea menos salvaje que "Martyrs", sinceramente son del mismo nivel pero si una de las dos es algo más explícita y angustiosa esa es "À l'Intérieur". Igualmente no se queda corta con el desfile de entrañas, litros y litros de sangre, brutales asesinatos, crueldad infinita y muchísima mala leche, el regusto que le queda a uno tras ver "Martyrs" es de puro desasosiego, mal cuerpo y un sentimiento de pura repugnancia, todo perfecto para una película de terror de estas características.

La historia es difícil de resumir sin dar detalles clave sobre la trama así que me limitaré a dar una breve sinopsis sobre lo que vemos al empezar, aunque luego la película evolucione de forma completamente distinta; todo comienza cuando una feliz familia ve interrumpido bruscamente su desayuno un domingo cualquiera, una chica parece tener motivos de peso para fastidiar la paz de su hogar y pronto vemos como su visita desemboca en una masacre cuyos motivos son dudosos y espeluznantes. El secreto del film es el hecho de que va desvelando las fases de su historia progresivamente manteniendo una tremenda tensión dominada a la perfección por el realizador y haciendo que el espectador se enganche al film y necesite respuestas ante los tremendos hechos que va descubriendo progresivamente. La película evoluciona constantemente desde su primer minuto pero es aproximadamente cuando se cumple la hora (es decir a los 2/3 de film) que tiene un importante punto de inflexión y donde personalmente creo que sufre un pequeño bajón debido a la repetitividad de las secuencias durante unos 20 minutos, aunque estén del todo justificados y sean necesarios para llegar al espectacular final, un inesperado semi-giro que te deja ese sabor de boca que he comentado y ayuda a subir un peldaño al film en su categoría y trascendencia, un final realmente glorioso, original, sencillo y efectivo.

No faltan las secuencias espeluznantes durante el film, que es una constante salvajada comenzando por el impactante inicio que da un puñetazo al espectador en toda la boca y le avisa de que lo que verá a continuación tiene poco de convencional. El sadismo de los protagonistas da lugar a escenas que harán encogerse al espectador en su butaca y apretar los puños, no faltan navajazos, tiros, palizas, cantidades ingentes de sangre y más brutalidades que obligan a apartar la mirada en más de una ocasión, y que reflejan el excelentísimo trabajo de maquillaje y efectos visuales que son muy de agradecer dada la tendencia del cine de terror actual (y del cine en general) de tirar de efectos especiales realizados por computador en vez de los tradicionales que resultan mucho más realistas y efectivos en pantalla. El maquillaje de algunas víctimas y los cortes, heridas y demás bestialidades hacen del film una joya en este aspecto, y dejan a películas como "Saw" o "Hostel" al nivel de una broma simpática en comparación a la ferocidad y crueldad de "Martyrs". Igual que hice con "À l'Intérieur" no aconsejo a nadie ver este film recién cenado, por si las moscas.

Las interpretaciones principales son una maravilla, por lo visto la cantera de jóvenes chicas francesas es de gran calidad; la protagonista principal podría ser Anna, interpretada por la novel Morjana Alaoui que tan solo había realizado un film antes que este, y se comporta como una perfecta víctima, alejada del prototipo de mujer luchadora de las clásicas slasher movies y convertida en una víctima sufridora y resistente que no hace más que asimilar lo sucedido a cada minuto de metraje que avanza. Su magnífica interpretación viene acompañada de la de Mylène Jampanoï en el papel de la desequilibrada y traumatizada Lucie, una actriz algo más experimentada que se mete en la piel de la demente amiga de Anna que sufre las consecuencias de un secuestro cuando era una cría que la marcó de por vida y que le mantiene obsesionada por errores del pasado; también realiza un gran papel bastante sobrecogedor en algunas escenas y conformando a un personaje bastante complejo, aunque lo que le sucede a su personaje es algo predecible desde el primer momento. Una cosa curiosa es la evolución de los escenarios del film, que en principio son ordinarios pero más adelante toman un aspecto sórdido y tétrico que acaba de meter al espectador en el film. El calvario de la chica al final es tremendo, la narración dota a dicho último segmento de una crudeza muy intensa y la forma de desvelar las respuestas a las preguntas que surgen en el visionado del film acaba de sobrecoger y demoler el ánimo del espectador, que en los minutos finales por fin puede entender todas las motivaciones de los personajes durante la película antes de enmudecer por el majestuoso final.

"Martyrs" es la viva muestra que con poco dinero, menos de 3 millones de euros de presupuesto, mucho cariño por el género, ansia de renovación y ningunas ganas de censurarse pueden hacerse cosas maravillosas en el cine de terror, un género poco exigente pero cuyas obras excepcionales son fácilmente identificables. Difícilmente veamos en España su estreno en cartelera, algo que me resulta muy absurdo aunque comprensible ya que no todo el mundo está dispuesto ni preparado para soportar tanta brutalidad, pero en todo caso sería un indicativo de buen hacer por parte de las distribuidoras (respetando sobre todo el sentido del título "Mártires", una palabra importantísima en el film), aunque de momento tendremos que aguantar con la versión original en francés. Este film francés creo que forma parte de ese grupo de obras extraordinarias que en Europa están tomando las riendas de la nueva corriente del cine de terror, como la comentada "À l'Intérieur", "Alta Tensión", "Frontière(s)" (que aún tengo pendiente) y otras producciones francesas que se concentran en causar malestar y repugnancia en el espectador con excelentes resultados. Creo que ya se está preparando el remake americano, como no, pero dudo mucho que tenga la frescura de esta película de Pascal Laugier que ha vuelto a conseguir, como lo hicieran y hacen otros directores de su quinta, dirigir y escribir una película que no tiene nada de novedoso pero que gracias a su estilo y ganas se ha convertido en un polémico éxito y una revitalización del género. Quizá es lo que necesite ahora el cine de terror: polémica.

Mi puntuación: 8/10.