miércoles, 17 de junio de 2009

"Los Mundos de Coraline", no existe el mundo ideal.

Fantasía elevada al máximo exponente; no te fíes de las apariencias.

De las diversas técnicas de animación para el cine hay algunas que son más "entrañables" por su misma concepción. Ligeramente desvirtuado el potente campo del cine de animación generado por ordenador por culpa del ingente volumen de productos de calidad dudosa es interesante centrarse en otras técnicas, como por ejemplo la animación tradicional (que paradójicamente ahora resulta ser algo prácticamente novedoso o cuanto menos sorprendente) o una menos prolífera pero tan o más preciosista si cabe: la del stop-motion. La técnica del stop-motion, es decir aquella que se basa en fotografiar cuadro por cuadro elementos estáticos para luego reproducirlos dando sensación de movimiento, tiene una particular e inigualable característica, algo que las demás técnicas no pueden igualar: lo que vemos en pantalla es literalmente lo que sucede en la realidad. No se filma sobre dos dimensiones, sino sobre tres; la animación de los personajes es realmente fruto de la "interpretación" manual de los habilidosos animadores. Y eso da una riqueza a las películas que las dotan del mencionado elemento "entrañable", "cercano". Ya sea con muñecos de plastilina como en la excelente "Wallace y Gromit: La Maldición de las Verduras" y sus otros cuatro cortos o con muñecos de silicona y látex como en "La Novia Cadáver" el resultado, bien realizado, puede ser épico, y aún hoy en día tras muchos años aplicándose esta costosa técnica sigue siendo tan sorprendente como el primer día, o más.

Rodar una película mediante la técnica del stop-motion no es fácil ni en tiempo ni en esfuerzo, es un proceso lento y pesado que requiere pensar a cámara lenta, necesita un cuidado especial y extremo, una visión prodigiosa, una paciencia titánica y un minucioso y preciso control del tiempo, la luz y el movimiento. Solo un experto en todas las materias puede dirigir un proyecto como este, alguien capaz de dotar de vida a unos muñecos con estructura metálica recubiertos de resina y látex y ser capaz de transmitir sensación de realidad. Y Henry Selick es un curtido especialista en esta quirúrgica tarea.

Basándose en una idea propia Tim Burton seleccionó en 1993 a Selick especialmente para dirigir la que considero una de las mayores obras maestras del cine animado y musical, "Pesadilla antes de Navidad", idea que el director (que por aquel entonces aún no había dirigido ningún largometraje) supo entender a la perfección. Aquella tétrica historia puso de manifiesto que animación e inocencia no tenían por qué ir siempre de la mano, y aunque generalmente se asocie "Pesadilla antes de Navidad" con Tim Burton aquel solo actuó como productor y creador de parte del guión, por lo que se puede atribuir a Henry Selick el mérito de dotar a la película de esa tenebrosa y acertada ambientación que se convirtió en un icono popular. La película marcó un hito en cuanto a calidad y la animación destacó por encima de muchos factores, y gracias al notable trabajo del director pudo realizar otro musical animado mediante stop-motion tan solo tres años después, "James y el Melocotón Gigante", que contaba la aventura de un niño que surcó los cielos en un melocotón agigantado acompañado de unos simpáticos insectos. Personalmente creo que el nivel bajó bastante, aunque seguía siendo una película muy entrañable y divertida que gozaba de una excepcional animación, pero sobre todo la ausencia de Danny Elfman y de la mano de Burton hicieron de esta una cinta menos memorable. Trece años después y tras casi cuatro años desde que empezará la fase de pre-producción llega la esperada última película animada de Selick, "Los Mundos de Coraline", una absoluta maravilla que fascinará a los mayores (y no tanto a los más pequeños) con un mundo de fantasía, sueños, pesadillas, color y sombras.

Coraline es una niña de 11 años que se ha mudado con sus padres a una nueva casa en el campo, una antigua mansión imbuida de un misterioso halo. Coraline es ignorada constantemente por sus padres, muy inmersos en su trabajo, y se distrae explorando su nueva casa, intentando evadirse de la aburrida realidad y soledad que sufre. Es en ese momento cuando descubre una pequeña puerta que le llevará a un mundo de fantasía donde la comida es mejor, sus padres más amables, sus amigos menos pesados y en definitiva un lugar mucho más agradable. ¿El único inconveniente? Si quiere quedarse tendrá que sacrificar algo... y es que quien algo quiere algo le cuesta. El mundo diseñado por el escritor de la novela original "Coraline", Neil Gaiman (también creador de otra novela adaptada al cine, "Stardust", que ha sido una de las sorpresas más gratas en el cine fantástico de los últimos años), está provisto de una constante dualidad, de un oscuro y tétrico trasfondo sobre una coraza colorida y aparentemente feliz que deja claro que no te puedes fiar de las apariencias, y es que como ya se puede prever la verdad es mucho menos atractiva que lo que realmente se le muestra a la niña protagonista. En este aspecto es imposible no acordarse de dos grandes historias llevadas al cine con temática similar: "Alicia en el País de las Maravillas" y "El Viaje de Chihiro", donde una niña debía luchar para volver a su hogar y encontrarse con sus padres, mostrando la forma que tienen los niños de enfrentarse a problemas adultos sin la protección de sus padres en un mundo desconocido, una especie de representación de la madurez (o así lo veo yo) donde de repente uno se da cuenta de que debe depender de sí mismo para tirar adelante, sacando lo mejor de uno en el intento.

"Los Mundos de Coraline" propone un juego perverso; en primer lugar lo que vemos es un mundo de fantasía, no mucho más diferente del real pero fantástico al fin y al cabo, donde todo es maravilloso y al cual Coraline arde en deseos de volver cada noche atravesando la mágica puerta, pero progresivamente el juego se va tornando cada vez más retorcido y oscuro hasta que realmente cruza la línea y alcanza un nivel de tenebrosidad digno de pesadilla, y es ahí donde los más pequeños deberían saber que sus padres se han equivocado llevándolos al cine a ver esa película. Porque creo que es importante apuntar que si bien "Los Mundos de Coraline" no es que sea una película adulta mucho menos puede considerarse una película infantil a la que llevar tus hijos pequeños (no si quieres evitar traumatizarlos, claro). Lo que empieza casi como un cuento de hadas finalmente alcanza la categoría de pesadilla, y uno puede presenciar como los personajes acaban deformándose (psicológica y físicamente) hasta alcanzar apariencias monstruosas que producen múltiples sensaciones de angustia. Es por eso que se debe vigilar con quien ir a ver esta película; este es otro de aquellos claros casos donde se ha vendido mal la película con intención atraer a un mayor espectro de público (como "Watchmen", vendida como un "Spider-Man" cualquiera, o "Encantada", que juzgando el tráiler parecía una sátira de lo que acabó precisamente siendo), una argucia muy despreciable por parte de distribuidores/productores que sacrifican la opinión que les merezca la película a los espectadores a cambio de una entrada de cine asegurada. Para vender una película hay que ser honestos, y hacer modificaciones en los carteles (atención al detalle a la izquierda del cartel americano —a la derecha—, que se ha eliminado en el español —a la izquierda—) de la forma que lo han hecho no es precisamente una forma honrada de demostrar el corte del film.

Estrategias de venta a parte "Los Mundos de Coraline" supone un ejercicio de imaginación extraordinario, el director ha sabido crear un universo mágico de una calidad extraordinaria y una imaginativa prodigiosa que invita al espectador a dejarse llevar y regresar a la infancia, estado en el que será capaz de disfrutar más de las aventuras que vive Coraline, sentir el miedo a lo desconocido, el desasosiego de su soledad y la fascinación de ver cosas nunca vistas con anterioridad. El mundo de la película es rico en detalles y escenarios, como el divertido y curioso circo de ratones del Señor Bobinsky, el teatro de las Señoras Spink y Forcible o la interesantísima (y familiar) estética de Wybie, personaje que por cierto me ha hecho soñar con una futura adaptación del clásico de los videojuegos "Grim Fandango", una obra maestra que ojalá Burton y/o Selick decidiesen adaptar al cine mediante la técnica animada del stop-motion. Su estética (y queda demostrado en este film) es perfecta para estos dos monstruos del cine animado.

Una muestra del titánico esfuerzo invertido en la película son los casi 150 decorados repartidos en 50 platós, y los 28 muñecos diferentes que se usaron tan solo para recrear al personaje de Coraline, y es que tras más de tres años de trabajo intenso y un presupuesto de $60M Selick ha recibido una estupenda respuesta por parte de la crítica y el público a modo de retribución por su arriesgada apuesta, recaudando por el momento más de 100 millones en todo el mundo, unas cifras más que aceptables teniendo en cuenta el corte del film y la forma en la que se ha realizado. La estética del libro no siguió las pautas marcadas en las ilustraciones de la novela de Gaiman, sino que tomó un estilo clásico de los años 50-60 por parte del ilustrador Tadahiro Uesugi, y es que Gaiman dio libertad y depositó su plena confianza en Henry Selick ya que fue a él a quien envió la novela aún antes de ser publicada con la intención de que el realizador fuese quien llevase al cine una adaptación de su obra; habiendo visto los precedentes del director, Neil Gaiman confió en que sería capaz de trasladar el espíritu del libro a la pantalla de una forma única, aprovechando el exclusivo abanico de posibilidades que ofrece el mundo de la animación stop-motion, y es que no hay otra forma de imaginarse esta película que no sea como film animado. El mundo de fantasía que se desarrolla en "Los Mundos de Coraline" necesitaba un soporte de este tipo, donde la fantasía no tuviera límites, y gracias a la sublime animación del film es capaz de resultar tan creíble que uno se olvida de que puede estar viendo muñecos en pantalla. El género animado no conoce límites.

Y es que Selick se ha superado ampliamente desde su último largometraje animado "James y el Melocotón Gigante", en la cual mezcló bastante imagen real y animada, ya que es capaz de igualar la que para mí era hasta el momento la máxima expresión del cine stop-motion, "La Novia Cadáver", añadiendo color al grisáceo aspecto de la película de Burton (con la cual no tuvo nada que ver) y realizando una serie de efectos realmente increíbles, de una calidad artística supernatural. El hecho de que uno pueda olvidarse que está viendo una película animada por maquetas es un logro monumental, tan solo en algunos momentos me pareció que sufría de una cierta ralentización en los movimientos (o esa sensación me dio a mí) pero obviando eso la fluidez en los movimientos es sublime (maravillosa coreografía de los ratones en el circo o las acrobacias del Sr. Bobinsky), y los escenarios son directamente una delicia que merece la pena disfrutar en el cine, porque invita a degustar cada fotograma pacientemente.

Como curiosidad cabe destacar que "Los Mundos de Coraline" es la primera película animada mediante la técnica del stop-motion concebida y fotografiada para ser proyectada en 3D (yo no la vi en tal formato, como dije en "Monstruos contra Alienígenas" no puedo ir gastándome 10€ cada dos por tres en el cine), y sí que se nota que por momentos está rodada con tal idea, como por ejemplo en la soberbia escena de créditos inicial, donde vemos una tétrica y genial escena en la que presenciamos cómo es fabricada la muñeca de Coraline, unos créditos que me parecieron sencillamente maravillosos. No se repara en detalles durante todo el metraje tanto en animación como en inventiva, y cada personaje, aunque planos la mayoría de ellos, aporta su dosis de fantasía al relato, ya sea en el mundo real o de ficción de Coraline; las Sras. Spink y Forcible y sus perros son tan entrañables como lamentables, y hasta añaden su porción macabra con el tema de los perros disecados, igualmente el Sr. Bobinsky tiene un par de cortas y brillantes apariciones (la del mundo real me encanta) y sin duda la escena del jardín es una de las más bonitas de toda la cinta, una preciosa y fascinante serie de imágenes. De hecho queda más que claro que si algo destila la película es imaginación a raudales, y sin duda ese es su mayor triunfo. En ese aspecto la película es una joya.

El problema que tiene la película es que no es nada sorprendente a nivel argumental, su poderío visual es más que evidente pero su historia está bastante trillada y no ofrece nada nuevo al panorama. "Pesadilla antes de Navidad" supuso una novedad en cuanto a concepción, estilo y argumento y "James y el Melocotón Gigante" un poco menos de todo pero por lo menos era algo relativamente original, en este caso el guión se vuelve previsible conforme avanza desde bien temprano, y no se desvía de la línea que parece va a seguir durante todo su metraje. Además en "Los Mundos de Coraline" Henry Selick ha abandonado el género musical que prevaleció en sus otras das cintas animadas, por lo que el registro se ve ligeramente alterado. Pese a no ser un musical la película goza de una Banda Sonora Original muy notable obra del francés Bruno Coulais, compositor con una dilatada experiencia pero desconocido para el público no francés, una partitura llena de temas intercalados tensos y suaves con un tema principal muy presente, con carácter y duradero, que resulta ser el colchón perfecto para la imaginería de Selick. Respecto al apartado sonoro también me gustaría destacar el doblaje; no he escuchado la película ni en su versión original (con Dakota Fanning poniendo voz a Coraline) ni en castellano ya que la versión que pude ver en el cine era la catalana, y como siempre el doblaje es de la máxima categoría como nos tienen acostumbrados los actores de doblaje de por aquí, un trabajo excelente.

En resumen, "Los Mundos de Coraline" es una excelente película que derrocha imaginación en abundancia y recoge el testigo de las películas clásicas de nuestra infancia aunque no sea precisamente una película agradable de ver para los más pequeños ya que puede resultar incluso terrorífica, sin estar dedicada específicamente a un público adulto es de corte lúgubre y combina estupendamente oscuridad y colorido con un sentido del ritmo y del montaje prodigioso; el film hace un recorrido de lo alegre a lo siniestro en 100 minutos. Selick deja patente su talento y genialidad y realiza su tercera maravilla animada por stop-motion, elevando al máximo exponente la fantasía para ofrecernos un mundo perfecto que no es tal, volviendo a materializar la magia del cine hecha a mano, y aunque la película esté carente de originalidad en su argumento es un film que merece la pena ver en el cine. Y habrá que darse prisa, yo fui entre semana al cine y solo habían tres personas sin contarme a mí por lo que es posible que sea una cinta que no vaya a aguantar demasiado en cartelera, y es una lástima porque visualmente es una delicia. Quizá el hecho de que haya sido rodada en 3D le dará más tirón (de hecho en España ha tenido buenos números en su estreno), así que os animo a ver esta pequeña y agradable película acerca del valor y la confianza y sobre todo de las apariencias, donde paradójicamente no siempre las personas más atentas son las que te prestan más atención. No es una película perfecta, pero es sencillamente entrañable. Recordad: no existe un mundo ideal, así que nos fiéis de quien tenga botones por ojos.

Mi puntuación: 7/10.

7 comentarios:

ajowin dijo...

Pedazo de resumén colega. Me alegra mil que la disfrutaras, a mí también me gustó bastante :)

Un saludo con botones.

Santi dijo...

Muchas gracias ajowin, la disfruté bastante sí Señor, es una película que te invita a dejarte llevar.

Ya le tenía el ojo (botón) encima desde que salió la noticia, pero tu opinión en el foro me acabó de decidir ya que temía que Selick bajara el listón como ya lo hizo con "James y el Melocotón Gigante" respecto a "Pesadilla antes de Navidad". Igualmente la del melocotón volador también me gustó, pero no es lo mismo que la de Halloween. "Els Mons de Coraline"/"Los Mundos de Coraline"/"Coraline" me parece mejor que "James y el Melocotón Gigante" pero peor que "Pesadilla antes de Navidad", así que estaría en un punto medio de su filmografía, y teniendo en cuenta la calidad del director es una buena cosa.

Un saludo amigo, ¡me alegra que disfrutaras la película también! Gracias por el comentario ;) .

Almas Oscuras dijo...

Muchísimas gracias. Es justo lo que necesitaba. Desde que mi hija de 6 años la vio anunciada no para de suplicarme que la lleve al cine a verla. Pero tenía mis serias dudas al respecto, sobre todo teniendo en cuenta que la historia es de Gaiman, al que admiro desde que descubrí The Sandman. Ahora ya sé a lo que atenerme. Mis dudas han sido refrendadas por tu comentario: está claro que no es una película para mi hija (a no ser que a un servidor le apetezca levantarse a las 2 de la madrugada porque mi niña grita que tiene miedo).
Toca esperar y disfrutar de la película cuando mi hija sea algo mayor.

Genial reseña Santi

saludos

Santi dijo...

Bien hecho Joan, eres un tipo sabio. No es que la película sea como ver "Martyrs", desde luego, pero al final es un espectáculo crudo para un infante: niños muertos, ojos arrancados, perros tétricamente disecados, madres que se convierten en algo así como arañas monstruosas, etc. Cosillas que para una niña de 6 años puede suponer una tortura XD . ¡Y no te digo para ese padre que tenga que trasnochar!

Gracias por la visita Joan, ¡un saludo!

Espilberg dijo...

A mí tambien me gusto, pero he de decir que nos volvemos a diferenciar xD
A mí me encató, de hecho lo pasé genial en el cine, como no lo he pasado en mucho tiempo. Solo por eso se ha convertido para mí en una película excelente. Y, esto a gusto personal, esa sencillez de la que hablas es para mí su gran baza, pues no es una película que necesite más para conseguir a misma calidad.

Me alegro de que a ti también te gustase. Al cine fuimos un grupo de amigos y todos nos lo pasamos en grande. :D

Santi dijo...

Nos diferenciamos pero estamos de acuerdo en que "Coraline" es una gran película Espilberg, lo que pasa es que yo a Selick le tengo puesto el listón muy alto con "Pesadilla antes de Navidad", masterpiece absoluta.

Este film tiene una habilidad muy preciada y fantástica que es que te transporta a un estado de la infancia ya que, como digo, sin ser un film para niños tampoco es que sea para adultos, así que te "ves obligado" a retrotraerte un poco para meterte de lleno. Y cuando lo haces es un disfrute total, además de ser algo a agradecer.

Alegrémonos pues porque esta película nos haya fascinado, aunque a diferentes niveles ;) .

¡Un saludo!

Anónimo dijo...

yo le doy un 10 porue es una pelicula que entretiene me gustaria un monton que creasen los mundos de coraline 2...
yo os daria una propuesta si creasen otra pelicula:
que el mundo de la puerta aun existiera y que se den cuenta de que existiera aun los padres verdaderos de coraline

Publicar un comentario

Selecciona el tipo de perfil para comentar. Si tienes cuenta de blogger selecciona la opción 'Cuenta de Google' e introduce tu nick y contraseña después de publicar el comentario. Si no tienes ninguna cuenta elige la opción 'Nombre/URL' en caso de que quieras dejar constáncia de la autoría de tu mensaje.