domingo, 28 de diciembre de 2008

"Australia", un romance épico en tierras lejanas.

«Yo canto para que tú vienes.»

Baz Luhrmann es un realizador que se hace de rogar; en su dilatada (en tiempo) carrera como director de cine, que empezó en 1992 con "El Amor está en el Aire", ha filmado tan solo cuatro películas en 16 años, pero cada una de ellas ha tenido una gran recepción e impacto. En 1996 estrenó "Romeo y Julieta, de William Shakespeare", que recibió una nominación al Oscar por su dirección artística, y en 2001 llegó su gran éxito y uno de mis musicales favorito (por no decir mi favorito a secas) "Moulin Rouge!", ganador de 2 Oscars por el mejor vestuario y mejor dirección artística, además de varias nominaciones importantes que incluyeron la de mejor actriz para Nicole Kidman y mejor película, hasta llegar a 6 nominaciones que quedaron sin premio. Los Globos de Oro también se rindieron ante el imponente musical de Luhrmann otorgándole 3 Globos de Oro de las principales categorías, y en general la crítica y el público se pusieron de acuerdo para premiar y alabar una de las obras más brillantes y exitosas de principio de década. Siete años después de su última película y tras largas penurias y un proyecto fallido llega la esperada vuelta del director con "Australia", una historia épica de amor y guerra y sobre todo una historia de superación.

Se ha puesto toda la carne en el asador con este proyecto, la superproducción más ambiciosa del director australiano ha contado con un importante presupuesto de 130 millones de dólares y un extendido metraje de 2 horas y 45 minutos, lo que a priori puede echar para atrás a algunos espectadores. Las dificultades de Luhrmann no fueron pocas al tratar de hallar su nuevo proyecto: tras realizar "Moulin Rouge!" intentó hacer un biopic de Alejandro Magno, pero Oliver Stone se le adelantó, y una vez que fijó como su próximo proyecto "Australia" Rusell Crowe, que iba a ser el coprotagonista junto a Nicole Kidman, se marchó antes de comenzar el rodaje. Tras pensar en Heath Ledger para su papel (que rechazó para hacer de Joker en "El Caballero Oscuro") fue Hugh Jackman quien acabó poniéndose en la piel de Drover, el pastor australiano, y a comienzos de rodaje Nicole Kidman se quedó embarazada por lo que el realizador no se pudo relajar para poder acabarlo a tiempo. Tras tantos esfuerzos consiguió sacar a flote una película donde de nuevo vuelve a explorar la naturaleza romántica del ser humano, de forma más épica que nunca en su filmografía, que no es poca cosa, y sirviéndose de un escenario exótico y lejano como su Australia natal.

La historia transcurre en 1939, cuando Lady Sarah Ashley decide viajar desde su acomodada mansión de Inglaterra hacia la lejana tierra de Australia, donde su marido tiene una granja y en la cual sospecha que le es infiel con las nativas. Cuando llega allí conoce a un amigo de su marido, Drover, un pastor bravucón y descortés que debe llevarla hasta Faraway Downs, la granja de su marido, en la cual descubre que ha sido asesinado. Tras el crimen hay una conspiración por parte del poderoso King Carney, el amo de la gran mayoría de tierras del norte de Australia excepto de Faraway Downs, y competencia directa a la hora de surtir de ganado al ejército, que está necesitada de carne vacuna para alimentar a sus tropas ya que se prepara para la inminente guerra. Sarah se empeñará en sacar adelante el negocio y sueño de su marido para hacerle justicia y no dejar que Carney y su pérfido y ambicioso yerno se salgan con la suya. El argumento no es nada nuevo ni del otro mundo, pero evidentemente a lo largo de los 165 minutos de duración la historia evoluciona y deriva en otros asuntos, hasta llegar al clímax final que rememora los bombardeos de las tropas japonesas, recién aliadas al eje y tras el reciente ataque a Pearl Harbor, sobre el norte de Australia en Darwin, y el consecuente drama de Sarah, Drover y el pequeño mestizo que acogen, Nullah. Realmente el auténtico protagonista de "Australia" parece ser el pequeño café con leche, ya que su voz en off es la que guía al espectador durante toda la cinta y la que le da cierto tono teatral. Y es que si de algo no peca la película es de convencional, a simple vista puede parecer una superproducción llena de tópicos del cine de Hollywood (a ver, que los tiene) pero desde el principio podemos comprobar que de convencional no tiene nada, es más bien una película curiosa; es una sensación difícil de explicar la que provoca, pero cuando salí del cine me recordó a la que me dejó "Pozos de Ambición", una película que evidentemente no puede calificarse como mala, y que necesita unos instantes de digestión y asimilación para ser capaz de saber si a lo visto se le puede calificar de film correcto sin más o de obra maestra. En aquel caso, como ahora, acabé decantándome por reconocer la genialidad de la obra, y es que el hecho de que se aparte de los cánones para mostrar una historia mil veces vista desde un punto de vista poco común merece ser estudiado y valorado como debe.

"Australia" tiene algo que la distingue, que hace que la superproducción que es no se limite a ser una película "cara a la galería", es decir una película prefabricada y diseñada para ser alabada por la crítica y los premios por su preciosa fotografía y dirección artística y a la que se le acaba viendo la trampa por esa misma vanidad; no, "Australia" no es ese tipo de película, por supuesto es una película ambiciosa, por supuesto es consciente de ello, pero no es más preciosista de lo necesario, ni tampoco es más arrogante de lo necesario, simplemente juega sus cartas con la medida justa como para no dar la oportunidad a la crítica de tacharla de vacía o efectista sin más argumento. La trama recuerda a los clásicos con los que se le ha comparado, y de hecho la estructura tiene mucho de cine clásico, pero su forma es lo que le da un ritmo y estilo de nuestra era, que la aleja de dicho tipo de película, y todo gracias al estilo inconfundible y propio de Baz Luhrmann. El realizador impone un tono poco serio y teatral, muy escénico y con altos contrastes para dejar claro que lo que estamos viendo no es solamente una historia de la que somos testigos, sino que es un cuento narrado desde un punto de vista en concreto y que no tiene por qué seguir los estándares de los dramas actuales. Luhrmann aplica su técnica y su tratamiento de los sentimientos en una composición preciosa, aprovechando los recovecos e imágenes que le ofrece una Australia de finales de los años 30' que se encarga de retratar bien, y es que se los parajes desérticos y personajes diversos están retratados como eso, personajes, no como personas. Me explico, el malvado Neil Fletcher, por ejemplo, es un villano de opereta, descaradamente malo y de nula empatía para el espectador, y en cierta manera recuerda al perverso Duque de "Moulin Rouge!", es decir que se han exagerado los roles para marcar aún más la diferencia entre una historia épica común y esta película. El humor está presente durante buena parte de la cinta, con altibajos pero casi siempre recurriendo a él, y la voz del pequeño Nullah retransmite lo acontecido desde su inocente y místico punto de vista.

Otro tema tratado paralelamente al drama de Sarah y Drover es el de Nullah y el destino de la llamada Generación Robada, aquella generación de niños aborígenes de Australia que durante más de un siglo fueron literalmente secuestrados para instruirlos y criarlos como futuros obedientes esclavos para el pueblo blanco. Sarah lucha por proteger a Nullah y evitar el aciago destino que se le depara, y éste se sobrepone a las desgracias que le acompañan, igual que al hecho de que el ser mestizo le separa de todos los pueblos, ya que los blancos lo consideran negro y viceversa. Nullah encuentra sus raíces gracias al personaje más místico e interesante de la cinta y el que recibe más cuidados por parte del director, Rey Jorge (no es ningún Rey, no, es un nombre), un aborigen de aspecto místico y salvaje que acompaña a los protagonistas durante todo el film y cuya importancia es vital en varias ocasiones. David Gulpilil interpreta a Rey Jorge en un papel que destaca más que nada por su imponente presencia y su bello retrato por parte de Luhrmann, que parece que intenta proyectar una imagen de respeto por las tradiciones aborígenes de su país de origen. Las posturas, rituales e imágenes que retratan al personaje son sin duda los mejores planos de la película, que hacen que en ocasiones parezca un documental y que fascinan con su belleza plástica.

La fotografía es precisamente uno de los platos fuertes del film, como se hace evidente al ver el material promocional del film. Por cierto, aquí me gustaría hacer un inciso y es que cuando fui a ver la película sentí una extraña sensación, como he dicho, ya que lo que vi no era lo que esperaba ver, no es que fuera mejor ni peor pero desde luego lo que vi era distinto a lo que estuvieron vendiendo en tráilers e imágenes. Como he dicho, no es tan convencional como puede parecer en un principio. Como digo, la fotografía es definitivamente exquisita, y es que el trabajo de la desconocida Mandy Walker no peca de ningún exceso, y le saca el máximo provecho al espectacular y jugoso escenario australiano. Me extrañaría que no recibiera una nominación al Oscar por dicho trabajo. La fotografía viene también sustentada en ocasiones por un aspecto que en principio no suele destacarse en este tipo de producciones, y es que los efectos visuales de la película son una auténtica maravilla. Estamos acostumbrados a que los efectos especiales sean monopolio de las películas de acción y aventuras como "Transformers" o "Piratas del Caribe", y parece que solo ahí seamos capaces de apreciarlos, pero en "Australia" se hace un uso inteligente e innovador, como hiciera David Fincher en "Zodiac", por ejemplo, sin abusar de ellos y haciendo un trabajo invisible que ayuda y mucho a que el resultado de la película mejore. Hay una escena en concreto que merece ser destacada, la de la estampida que no solo está cargada de una intensidad y un dramatismo formidable sino que está rodada de una forma exquisita. De hecho en este apartado "Australia" está entre las pre-nominadas para formar parte de las 5 nominadas a dicho galardón en la próxima ceremonia de los Oscar. Otra escena digna de mención es el bombardeo a Darwin, realizado con una excelente factura.

La música de David Hirschfelder, que ya trabajó con el director en "El Amor está en el Aire" y ha sido nominado un par de veces a los Oscar por la banda sonora de "Shine" y "Elizabeth", hace un trabajo estupendo en "Australia" con una melodía intensa y muy presente en todo el film, y en ese aspecto es notablemente clásica y acertada. Además se recurre constantemente al mítico tema de "Somewhere over the rainbow" de "El Mago de Oz" en diferentes versiones y modificaciones, una pieza llena de significado en la relación entre Nullah y Sarah y también con sus orígenes. El montaje de la película es sensacional, gracias sobre todo al trabajo de Dody Dorn, experto montador que ha conseguido hacer que casi 3 horas de películas no se hagan pesadas ni largas, y demostrando un gran talento en el cambio de escenas y planificación de las mismas, no en vano ha sido montador de películas como "Memento", "El Reino de los Cielos" y otras películas de Christopher Nolan y Ridley Scott. La película brilla en todos sus apartados técnicos, y sería raro que no se la tuviera en cuenta en dicho aspecto en los inminentes Oscar (aunque en los Globos de Oro ha pasado completamente desapercibida); la dirección artística y los escenarios, obra de Catherine Martin, la mujer de Luhrmann, y también de un experimentado equipo, es una maravilla, los decorados y la ambientación son de una calidad indiscutible, gracias en parte a las estupendas localizaciones, y gozan de un amplio abanico de posibilidades ya que los escenarios contemplan desde las llanuras desérticas y salvajes del interior del país hasta las fiestas de la alta sociedad inglesa y la acomodada en Australia. No solo los escenarios son espectaculares, el vestuario es otro de los puntos fuertes de la ambientación, y se recrea en el mismo tipo de abanico que los escenarios así que también tiene un surtido completo de posibilidades que le da la oportunidad a Martin de lucirse con los modelos que visten todos los personajes, y en concreto el de Nicole Kidman.

Las interpretaciones son magníficas, a pesar del marcado acento teatral y desmesurado de las interpretaciones a nivel general, visible por ejemplo en el papel de Jacek Koman (un habitual de Luhrmann) que interpreta al camarero Iván, y en el caso de los protagonistas están contenidos y magníficos, el largo metraje da para muchas escenas con las que lucirse. Nicole Kidman brilla y demuestra sus facultades interpretativas, sufriendo y amando, mostrándose al principio como una repipi inglesa insoportable pero evolucionando durante toda la cinta. Ella es el nexo que une las dos historias, el romance con Drover, surgido por las carencias de ambos cuando se dan cuenta que pueden complementarse y no son tan diferentes, y por otro lado la historia maternal con Nullah, que en cierto modo también tiene que ver con la compensación de carencias que ambos adolecen. "Australia" es una película de amor, pero no solo de amor a la pareja, sino de amor fraternal de madre, de compañerismo, del amor por un ideal y de cumplir los sueños. Hugh Jackman es el pastor, Drover, un tipo que vive en continuo conflicto con la gente de su pueblo pero que guarda un gran corazón. También Jackman se reafirma como un pedazo de actor, sin duda de los mejores de su generación, y ofrece un imponente retrato del duro pastor que se niega a acercarse demasiado a cualquier persona o ámbito para no tener que lamentar ni sufrir cuando esos lazos desaparezcan. Otro papelón, sin duda, en un reparto lleno de actores y actrices australianos. Además de los secundarios como David Wenham (Faramir en "El Señor de los Anillos") en la piel de Neil Fletcher, que como he dicho no está nada contenido y es un personaje exagerado deliberadamente, o de Bryan Brown como King Carney, que borda el papel de esa especie de lugarteniente paleto, está Brandon Walters en su primera película interpretando a Nullah, un niño optimista y bonachón que vive a medio camino entre las tradiciones aborígenes y blancas, y es que como dice él mismo pertenece a ambos mundos y a ninguno. El risueño chaval borda el papel, se comporta como un niño maduro y fantasioso que tiene que aguantar más que muchos adultos durante el film, y lo hace de forma estoica. Un papel brillante y envidiable para ser el primero. Realmente se podría decir que es el más entrañable de los protagonistas.

En definitiva, Baz Luhrmann es un director que se deja ver muy de vez en cuando, pero cuando lo hace merece la pena seguirle el rastro porque siempre ofrece productos de mucha calidad y hechos a consciencia. "Australia" es una película que tiene muchos tópicos pero irónicamente no puede considerarse tópica ni un producto prefabricado de Hollywood, ya que el toque del director le da un más que evidente aspecto teatral que la aleja de la supuesta seriedad de otras producciones del estilo. La película cuenta con una excelente factura, un apartado técnico espectacular en todos los sentidos, y aunque no tenga nada nuevo que ofrecer es un estupendo entretenimiento, de casi 3 horas de duración, pero muy disfrutable. Quizá su mayor hándicap en las salas será su extenso metraje, pero de momento no está funcionando mal y parece que obtendrá unos resultados aceptables. Yo la recomiendo, es una película diferente, no demasiado, pero suficiente como para no tener que clasificarla como otro intento deliberado más de figurar en las listas de nominados a los Oscar. Cine romántico, épico e intenso, y sobre todo de calidad.

Mi puntuación: 8/10.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Baz Luhrmann es un director original, no me gusto nada pero nada su "Romeo y Julieta" en cambio sucedió todo lo contrario con "Moulin Rouge" un gran musical con actores en estado de gracia. Después de leer tu crítica sobre Australia, todavía no tengo claro que me encontraré pero le daré una oportunidad, Nicole y Hugh son de lo más competente en la actualidad.
Ya de paso decirte que está bien tu blog, compartimos resumenes de Lost y tengo pendiente toda la cuarta temporada de Prison Break un tanto quemado de la flojez de la tercera.

Un saludo

Anónimo dijo...

La vi ayer. Me imaginaba que sería la típica película romanticona e inaguantable, de esas que te vuelven diabético nada más verlas. Pero tu crítica me animó a verla. Te doy las gracias.

Porque me gustyó, y bastante. Aunque en el comienzo el ritmo acelerado y la realización más propia de videoclip me echaron atrás, pronto la historia me atrapó durante tres horas que se me pasaron volando, algo parecido a lo que me ocurrió con American Gangster.

Me pareció buena a todos los niveles, sobre todo en la bellísima BSO. Nicole Kidfman no convenció del todo, pero cumplir cumple. Y el pequeño Brandon Walters me pareció entrañable, como bien señalas.

Personalmente no veo que sea tan buena, y creo que falla en sus pretensiones, pero puedo ponerla como la gran sorpresa del año. Ya tenía ganas de acabar este 2008 viendo buen cine.

Santi dijo...

Está claro que del director de "Moulin Rouge!" uno puede esperarse cualquier cosa imaginable.

Repito que "Australia" ha sido una película que no han sabido vender correctamente, yo desde luego me planté en la sala con una idea preconcebida y me sorprendieron con una clase de producto que no esperaba. Y eso también es bueno de vez en cuando, pero no si al final no te convence porque uno puede sentirse engañado por la publicidad.

Me alegra que te gustase Espilberg, coincido con lo de la BSO y el crío, aunque creo que Kidman sí que realiza un gran papel. Y Jackman, claro.

¡Y gracias por las palabras manurhill!

Santi dijo...

Pues finalmente no ha calado entre los miembros de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas porque la película solo ha sido reconocida en un apartado, recibiendo una sola nominación por su Diseño de Vestuario, donde tendrá que competir con un film de época "La Duquesa" y con tres de mediados de siglo, "El Curioso Caso de Benjamin Button", "Mi Nombre es Harvey Milk" y "Revolutionary Road". Ni fotografía, ni diseño de producción (dirección artística / decorados) ni ningún otro apartado técnico. Me extraña, no la habrán visto con tan buenos ojos como yo...

Santi dijo...

Ni ese Oscar le han dado, un film de época, "La Duquesa", ha vuelto a llevarse por enésima vez consecutiva el premio a Mejor Vestuario. Hubiera estado bien que por una vez se hubieran arriesgado y hubieran premiado el excelente trabajo de "Australia", una de las grandes olvidadas de esta ceremonia de los Oscar.

grupos de teatro madrid dijo...

A pesar de la falta de reconocimientos es una gran película y los actores realizan un trabajo excelente. Hay que tener en cuenta las dificultades del rodaje y el esfuerzo que se ha realizado para llevarla a cabo. Yo la recomiendo siempre.

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